Mayo en la Red


Comunicado de Kriptópolis
"Por definición, el rechazo a toda forma de poder autoritario (¿alguno no lo es?), o al sistema-establecimiento, consolidaba la marginación como la pesadilla fatal. El pueblo no podía entender semejante alternativa hacia la nada, cuando aún faltaban tantas letras que pagar y tantas ocasiones de nuevo endeudamiento. Mayo estaba derrotado incluso antes de serlo. Luego, la nueva izquierda nos dejó alguna de sus virtudes: el espontaneísmo frente a la burocracia, la libertad asamblearia frente a la jerarquización, la rebeldía racional contra el autoritarismo dogmático [...] Las mismas virtudes fueron incompatibles con la coherencia ideológica, con el aprecio a la organización. Una vez recorrida la fase de ascenso, la mayoría de la militancia espontánea volvió a los lugares de recreo. Una generación entera fue acribillada por la alianza entre la derecha reaccionaria y la vieja izquierda, ahora de centro. Los estudiantes franceses, alemanes, italianos, los obreros jóvenes de la Renault o de la Fiat, no habían conseguido arraigar en la tierra de los mayores. La represión del Estado hizo el resto.

Fernando García de Cortázar y José María Lorenzo Espinosa "Historia del mundo actual, 1945-1995", a propósito de Mayo de 1968.




En toda revolución hay dos tipos de personas: las que la hacen y las que se aprovechan de ella. La vieja frase de los muros de la Sorbona, que bien debe recordar un veterano anarco-sindicalista, muy leído él, por ser un viejo conocido de estas lides. Ojalá se acuerde de ella cuando se encuentre en juego la defensa de los intereses de la comunidad internauta.

Hace apenas tres semanas les decíamos que una vez dado el primer golpe de mano, la guerrilla digital debe replegarse, camuflándose entre la sociedad civil. Antes o después los conquistadores se infiltrarán en territorio hostil; cuando estén atrapados en el barro, será el momento de la próxima emboscada. Sólo que, en esta ocasión, el ejército regular ni siquiera necesita mancharse el uniforme: dispone de indígenas colaboracionistas.

En nuestro anterior comunicado a propósito de la Campaña anti-LSSI ya considerábamos que el bloque de defensa de la Ley había quedado consolidado, por lo que previendo un largo periodo de resistencia frente al acoso que íbamos a sufrir, pasábamos a situación de vigilancia activa, a la espera de acontecimientos. Tal acoso no ha tardado en producirse, y ya han comenzado los primeros ataques personales sobre los colaboradores de Kriptópolis, procedentes de aquellos que parecen actuar como correa de transmisión del Ministerio de Ciencia y Tecnología.

No vamos a responder al fuego "amigo". Aquellos que -cínicamente- nos reprochan haber retirado las barricadas, bien pudieran ser los primeros que desfilarán al lado del gobierno conservador, congratulándose de que la ley y el orden se hayan impuesto por fin en la Internet española. Igualito que en mayo de 1968: sólo les falta manifestarse por los Campos Elíseos cantando la Marsellesa y dando vivas a De Gaulle.

No nos arrepentimos de nada: ni de haber iniciado la revuelta, ni de evitar que degenerase en la anarquía. El objetivo primordial se ha conseguido: en septiembre todos los medios estarán pendientes del debate parlamentario de la LSSI, una ley que pretendía aprobarse a escondidas y bajo un silencio cómplice. Pese a que egregios intelectuales han intentado descontextualizar nuestras palabras, nunca hemos pretendido que Internet no tuviese leyes. Nuestro único objetivo ha sido, y es, evitar que se vulneren derechos fundamentales mediante la aprobación de una Ley que pretende convertir Internet en un gueto ajeno al mundo real. La Directiva comunitaria debe incorporarse a nuestro ordenamiento jurídico, modificando todos los códigos legales que hayan de verse afectados por la nueva normativa, no mediante una ley especial. Y debe hacerse así, porque sobre ese cuerpo legal se construirá la sociedad española del siglo XXI. Y, lamentablemente, la LSSI es un cimiento demasiado endeble para tal edificio, tal y como nos estamos ocupando de demostrar.

No vamos a negar que nos estamos divirtiendo. Comprobar cómo se aferran a sus cargos y a sus honorarios aquellos que pensaban que nuestra intención era arrebatárselos, ha sido una de las experiencias más entrañables de las que hemos tenido ocasión de vivir en los seis años que Kriptópolis lleva en la Red como medio de comunicación independiente. Vamos a seguir siéndolo, y vamos a seguir vigilantes de todo lo que hagan: nosotros no tenemos que rendir cuentas más que ante nuestros lectores. Que sean otros los que se apuñalen a cambio de un más que dudoso plato de lentejas.

En septiembre volveremos a hablar de la LSSI, y seguiremos hablando de ella durante toda su tramitación parlamentaria. Y si finalmente se aprueba, hablaremos del Código Penal, que tiene un precioso artículo 538 que pasamos a reproducir:

"La autoridad o funcionario público que establezca la censura previa o, fuera de los casos permitidos por la Constitución y las Leyes, recoja ediciones de libros o periódicos o suspenda su publicación o la difusión de cualquier emisión radiotelevisiva, incurrirá en la pena de inhabilitación absoluta de seis a diez años."
Esperamos que algunos se apliquen la receta, porque despreciar al poder judicial puede tener peligrosos efectos secundarios.

KRIPTÓPOLIS
18 Junio 2001



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