IN MEMORIAM José Manuel Martín Ruiz
La reciente muerte de José Manuel Martín Ruiz nos permite recordarlo en su paso por el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada como alumno de la Licenciatura en Geografía e Historia, especialidad en Antigüedad, a la que accedió procedente de una convalidación de la especialidad de Historia del Arte, de esta misma Universidad, lo que daba coherencia a su posterior dedicación profesional e investigadora a campos tan diversos como la arqueología, la gestión del patrimonio y el turismo cultural, la museología y la cooperación cultural para el desarrollo, a lo que dedicó más de quince años de incansable actividad personal y profesional. Su paso por el curso de Doctorado: "Problemática, perspectivas y técnicas de investigación aplicadas al estudio de la Prehistoria Reciente y Arqueología clásica en Andalucía", que ha tenido su continuidad en el Master de Arqueología y Territorio, nos proporcionó la oportunidad de establecer un contacto mucho más personal, además del docente o tutorial, del cual salió su trabajo de investigación para el DEA: "Ensayo de un procedimiento para la elaboración de tipologías de cerámica basado en la correlación de líneas y su aplicación a una muestra de los niveles del Bronce Final-Hierro Antiguo de Acinipo", defendido en 1991.
Fruto de sus trabajos de laboratorio y de campo son un conjunto de publicaciones de los años 90, entre las que destacamos las dedicadas a la presencia colonial en el mediterráneo occidental y sus consecuencias para el mundo indígena, a través de estudios arqueológicos, tratamientos estadísticos y valoraciones históricas de conjuntos cerámicos y ajuares funerarios, que en colaboración con otros autores o en solitario, han contribuido a una revisión y actualización de antiguos conjuntos arqueológicos funerarios, como los del Faro de Rachgoun (Oran, Argelia) y Cortijo de Las Sombras (Frigiliana, Málaga) o a la valoración de la cultura material cerámica como indicadores de intercambio y de relaciones sociales interculturales, hoy tan destacadas .
Nuestra relación personal nos permitió secundar, y colaborar, en una de sus actividades arqueológicas que mejor definieron la personalidad e inquietudes de José Manuel, como fue la organización, junto a su hermano Juan Antonio y a Pedro Jesús Sánchez Banderas, de las Jornadas de Arqueología a la Carta “Relaciones entre teoría y método en la práctica arqueológica”, celebradas en Carratraca, a partir de 1994, y que durante varias convocatorias reunieron en esa pequeña localidad malagueña a un numero reducido de profesores, investigadores y estudiantes, para, como ellos mismos expresan en la publicación de las dos primeras jornadas (1994 y 1995), “en un ambiente y entorno agradable y distendido”, plantear y discutir las relaciones entre ejemplos concretos de proyectos de investigación o intervenciones arqueológicas y sus planteamientos teóricos, explícitos o implícitos, que sustentaban esas actividades arqueológicas prácticas. La vertiente práctica de todas las actividades profesionales emprendidas por José Manuel, en todos los campos que abarcó, tuvieron siempre un componente teórico o de compromiso intelectual, a través de sus dimensiones arqueológicas, históricas, culturales, didácticas o de cooperación social, en ámbitos locales, como el valle de Abdalajís, su tierra, los Montes de Málaga, o la costa occidental malagueña y, en particular, en los municipios de Fuengirola y Frigiliana, como investigador o a través de su empresa cooperativa Artema, dedicada al montaje de exposiciones, elaboración de proyectos museográficos, revalorizaciones patrimoniales, o interpretaciones y desarrollos culturales.
A través de esa empresa, y en colaboración con la Diputación de Málaga, el Ministerio de Cultura de España y el de Marruecos y, muy en especial, con sus contactos con asociaciones de Tetuán, y el ayuntamiento y las gentes de la villa marroquí de Chefchauen, pudo hacer realidad su vocación andalusí y africana, en las tierras del antiguo protectorado español, que desde que lo conocimos, como estudiante en la Universidad de Granada, bullía en su cabeza, como pasión, que no le ha abandonado hasta sus últimos momentos de actividad profesional y personal.
Su prematura muerte –todas lo son, de alguna manera, pero algunas lo parecen de forma más acentuada, por su forma temprana, imprevisible y hasta cruel, si este calificativo pudiera aplicarse a algo irremediable y natural– deja en suspenso una trayectoria profesional y vital, que nosotros sólo podemos remediar contribuyendo a mantener viva su memoria y recuerdo, entre los que tuvimos la fortuna de conocerlo y tratarlo, o dando a conocer su trayectoria y obras profesionales, a los que no llegaron a conocerlo personalmente, pero pueden calibrar su valía a través de su huella personal y sus publicaciones y catálogos. Unos y otros, podemos compartir el sentimiento de perdida irreparable que deja su desaparición.
Pedro Aguayo y Francisco Carrión
Departamento de Prehistoria y Arqueología.
Universidad de Granada