No sólo podemos hacer I.G. para fines agrícolas, sino que también podemos transferir genes que hagan que las plantas fabriquen sustancias valiosas en la industria farmacéutica o química: plantas transgénicas convertidas en fábricas vivas (biorreactores) de sustancias de alto valor añadido.
El atractivo de esto es enorme, ya que podemos disponer de campos de tabaco, girasol, tomate, colza, etc., produciendo enormes cantidades de sustancias difíciles o caras de obtener por otros medios. Además, a diferencia de las fermentaciones industriales, aquí no hacen falta grandes inversiones ni trabajadores especializados. Ya hay ensayos a pequeña escala de plantas productoras de medicamentos:
encefalina | |
seroalbúmina humana | |
interferón humano | |
vacunas comestibles (p. ej., tomate-vacuna antirrábica para animales) |
Sin embargo, quizá lo más espectacular ha sido comprobar que las plantas pueden fabricar anticuerpos monoclonales funcionales. Incluso son capaces de ensamblar correctamente la IgA dimérica, con su cadena J y su componente secretor. Esto es muy interesante, ya que no es fácil de obtener. Por otros métodos. Se han hecho pruebas con éxito que demuestra que confieren protección mucosal pasiva en boca (contra caries), tracto intestinal, etc.
Posibilidad de protegernos comiendo fruta fresca transgénica (!)
Primeros ensayos de producción en plantas (colza, soja) de plásticos totalmente biodegradables (PHA, polihidroxialcanoatos a partir de genes bacterianos)
Y ahora, en este mismo sitio web: aspectos sociales de la biotecnología vegetal
A la portada del Instituto de Biotecnología
Ó 1997 ENRIQUE IAÑEZ PAREJA. Prohibida la reproducción con fines comerciales. Se autoriza la reproducción con fines educativos, pero agradecería contactaran conmigo.