La polémica originada por los robos en la Biblioteca Nacional y la dimisión de su máxima responsable, Rosa Regás, se acentuó ayer con un agrio cruce de declaraciones entre la autora catalana y el ministro. En su primera comparecencia en el Congreso como titular de Cultura, César Antonio Molina consideró «sano» que se asuman responsabilidades por lo ocurrido, al tiempo que reconoció que con la marcha de Regás el plan de modernización que tiene previsto aplicar en la Biblioteca Nacional se hará «con más celeridad». La escritora, por su parte, dio detalles sobre la autoría de los robos y acusó al Ministerio de Cultura de haber entorpecido las investigaciones policiales con su actuación.

Siguiendo las instrucciones del Grupo de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil', la Biblioteca Nacional ha detectado la falta de estas hojas, como resultado de la 'minuciosa y exhaustiva revisión' que se está realizando de los ejemplares servidos a los usuarios en la Sala Cervantes en los últimos años, señaló la institución en un comunicado.