Gazeta de Antropología
Gazeta de Antropología, 1988, 6, artículo 09 · http://hdl.handle.net/10481/13752
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Publicado: 1988-09
Asociacionismo cultural en Los Pedroches
Cultural associations in Los Pedroches

Manuel Moreno Valero
Archivero del Obispado de Córdoba. Córdoba.


RESUMEN
El Valle de los Pedroches es una comarca de la provincia de Córdoba, donde se asientan numerosos pueblos. El artículo analiza las entidades asociativas presentes en dichos pueblos: su número, sus diferencias, la composición social, el carácter oficial o privado, su aportación a la cultura de las gentes.

ABSTRACT
Los Pedroches Valley is a district in the province of Córdoba, home to numerous towns. The article analyzes the associations present in these towns: their number, their differences, their social composition, their official or private character, and their contribution to the people's culture.

PALABRAS CLAVE | KEYWORDS
asociaciones culturales | Valle de los Pedroches | Córdoba | estructura social | cultural associations | Los Pedroches Valley | social structure


Delimitación de nuestro trabajo

1. Queremos reflejar el hoy de nuestro asociacionismo cultural en Los Pedroches, por tanto hay una delimitación del espacio geográfico y también del espacio temporal.

Para lo geográfico asumimos la comarcalización trazada por la Junta de Andalucía, aunque no en su totalidad, porque sobrevino después de iniciada nuestra toma de datos. De ahí que dejemos fuera de nuestro estudio las localidades de Espiel, Bélmez, Blázquez, Fuente Obejuna, La Granjuela, Peñarroya-Pueblonuevo y Valsequillo, Por tanto nos movemos tan sólo dentro de las diecisiete poblaciones restantes, que configuran desde hace tiempo la comarca de Los Pedroches, aunque no todas ellas tienen la misma y larga historia ni tampoco la misma intensidad de, concienciación de su propia pertenencia, Estas poblaciones son por orden alfabético: Alcaracejos, Añora, Belalcázar, Cardeña, Conquista, Dos Torres, Fuente La Lancha, El Guijo, Hinojosa del Duque, Pedroche, Pozoblanco, Santa Eufemia, Torrecampo, Villanueva de Córdoba, Villanueva del Duque, Villaralto, El Viso.

Por otra parte también analizar el hay nos hace prescindir de lo que fue el asociacionismo cultural en tiempos pasados pues tenemos documentación de la existencia en el siglo pasado de la «Sociedad de Amigos del País», «Circulo Católico de Obreros» muy extendido en nuestra comarca, el «Circulo de la Amistad» con más de 500 socios en Pozoblanco. y más recientemente «Peña Escalar», fundada por D. Juan Ocaña Torrejón, en Villanueva de Córdoba, el 12 de agosto de 1919 que llegó a tener una biblioteca de 1.500 volúmenes reunidos a través de donaciones y dinero de la asociación.

2. No hacemos aquí referencia al asociacionismo sindical y político, que sin negarle su aspecto cultural, que indudablemente tienen, sin embargo sus pretensiones más directas e inmediatas son la lucha de clases sociales o de partidos políticos.

La lucha obrera copió de este tipo de asociacionismo para llevar a cabo sus deseos de mejora social y los miembros más activos del inundo laboral crearon instituciones similares para mejorar el nivel cultural de sus asociados mediante conferencias, cursos, creación de bibliotecas y hemerotecas. Tampoco aludimos al mundo de la religiosidad popular latente en el asociacionismo cofradiero.

3. Nos referimos por tanto a aquellas asociaciones o aquellas asociaciones o entidades cuya finalidad directa e inmediata de su existencia consiste en elevar el nivel cultural de sus socios a vecinos, ya sea en todos o cada uno de los diversos y complementarios aspectos que pueda tener la cultura.

Entendemos aquí de todas aquellas asociaciones o entidades, privadas o públicas, que tienen a la cultura como objetivo principal, ya sea en un sentido amplio o en sus diversas manifestaciones. Todas ellas tienen un común denominador: preocupación social por la cultura.
 

Proceso de elaboración

1. Como miembro, desde la primera hora, de la Casa del Valle de Los Pedroches en Córdoba, escribí a su directiva una carta fechada el 24 de enero de 1983, en la que le exponía el siguiente proyecto:

1.1. Realizar el censo de todas las entidades culturales de nuestros pueblos.

1.2. En un futuro no lejano aspirábamos a constituir una asociación de todas las entidades existentes en la comarca.

1.3. Esta asociación, de carácter supralocal y de corte comarcal, tendría una misión muy concreta: ser motor propulsor de la cultura dentro de nuestra comarca de Los Pedroches.

1.4. Como actividades ad extra se organizaría la comparecencia anual y rotativa por nuestros pueblos programadas en contacto tanto de las entidades de aquellas localidades como de sus autoridades municipales.

2. La respuesta de la directiva de la Casa del Valle de Los Pedroches en Córdoba no se dejó esperar y se manifestó generosa en facilitar los medios a su alcance para llevar este proyecto a su término.

Con fecha 23 de febrero de 1983 escribí a todos los señores delegados municipales de cultura de los ayuntamientos respectivos, pidiéndoles el nombre de las entidades culturales existentes en su municipio, así como el domicilio social y nombre del presidente de cada una de ellas.

3. El tercer paso a dar fue ponerme en contacto personal con cada uno de los presidentes, enviándoles el siguiente cuestionario:

3.1. Nombre de la entidad.
3.2. Domicilio social.
3.3. Breve historia de la entidad.
3.4. Finalidades de la entidad.
3.5. Número de miembros que la componen.
3.6. Actividades desarrolladas:
3.6.1. ¿Qué tipo de participación ha tenido el pueblo?
3.6.2. ¿Qué volumen de asistencia?
3.6.3. ¿Están satisfechos de esa participación?
3.7. ¿Qué dificultades han encontrado?
3.7.1. de tipo económico.
3.7.2. de falta de apoyo moral.
3.8. ¿Qué soluciones proponen? a nivel:
-de la propia entidad.
-de las autoridades municipales.
-de las autoridades provinciales.
-de la Junta de Andalucía.
3.9. Si hubiera una oportunidad de una federación comarcal de todas las entidades culturales, ¿estarían dispuestos a federarse?
3.10. ¿Qué presupuestos fundamentales le pedirían a dicha federación?
 

Análisis de los datos recogidos

1. Pueblos representados

En cuanto a los pueblos que tienen al menos una de estas entidades fueron trece de los diecisiete que estudiamos. Sólo quedan sin entidades culturales, al menos en el momento de cierre del censo, Conquista, Cardeña, Fuente la Lancha y Santa Eufemia. Sin embargo a estas alturas posiblemente sean menos los pueblos huérfanos de entidades culturales porque en algunos de ellos existían perspectivas de la creación de alguna.
 

2. Número de entidades

El censo total de entidades culturales en Los Pedroches asciende al número de cuarenta, lo que nos parece un número alto y muy considerable, contemplado absoluta y proporcionalmente.

Existen pueblos donde abundan de manera especial, quizá por su costumbre inveterada de asociacionismo y en otros donde nos sorprende su corto número. Así mientras en Pazoblanco contabilizamos catorce, en Villanueva de Córdoba e Hinojosa del Duque tan sólo encontramos cinco en cada una de estas localidades. Luego les sigue con cuatro, Belalcázar, dos en Añora, Alcaracejos y Villanueva del Duque y con una Pedroche, El Guijo y Villaralto.
 

3. Diferencias entre entidades

Estas entidades son muy diferentes entre sí por múltiples razones o motivos discordantes:

En cuanto 4 la existencia o vida pública de cada una de ellas, las hay que llevan más de 60 años de lucha por la cultura y las hay recientísimas, casi salidas de su gestación. Incluso para apreciar este dato podemos decir que algunas de ellas han dejado de existir en el transcurso de la elaboración de este trabajo, lo cual nos da indice del aprecio que debemos prestar a su andadura vital porque no basta con nacer sino que hay que desarrollarse, ya que existen epidemias infantiles de entidades como antaño existían de los niños que morían sin llegar a ser personas adultas.

Las finalidades de cada una de estas entidades hace generar otro motivo profundo de diferencias lógicas y esenciales. Es verdad que entre algunas de ellas existen un cierto parentesco y homologación, pero las hay diversas y variopintas, deportivas, ecologistas, musicales, prensa, etc.

En este mismo orden de sus finalidades, también existe otra diferenciación clara, pues mientras los llamados colectivos culturales pretenden abarcar todos, o el mayor número posible de los aspectos de la cultura a través de sus vocalías distintas y múltiples, también hay entidades que sólo asumen un aspecto concreto y exclusivo de la cultura, como puede ser la formación musical.

Las finalidades no siempre están netamente claras y concisas en sus estatutos, esto da pie y confirma el carácter popular que tienen casi todas ellas. Se echa de menos la persona sabia y perita que sepa expresar en unos estatutos todo lo que dicha entidad pretende. Casi siempre se conducen como hombres de buena fe que plasman mejor las actividades que desean realizar que las ideas motrices que les llevan a actuar. Son hombres de hechos más que de ideas, lo concreto vale y aflora en ellos antes que lo abstracto. Con frecuencia se dedican a la promoción de la cultura en general y en muchos de sus aspectos por no decir en todos.

A veces también apuntan, aunque en menor cantidad, a una integración social de los vecinos o de los miembros de la asociación, pero lo que más abunda es la promoción de la cultura, si bien en algunas de estas entidades se aprecia una clara postura de recuperación por la identidad cultural de la localidad respectiva, ahondando en sus tradiciones y costumbres tanto lúdicas como festivas.

La composición numérica de sus miembros también nos proporciona una pista de diferenciación entre ellas, pues las hay en las que todos sus miembros son parte activa en todos sus quehaceres culturales, mientras otras añaden a este tipo de socios los de carácter bienhechor, que aunque no participen activamente en sus actividades sí lo hacen con su aportación económica para dichas actividades.

Incluso las hay que no tienen listado de socios sino que todo el que en cualquier momento a actividad se preste a se quiera prestar a colaborar es considerado miembro o socio del colectivo, tal es el caso de «Cangilón» de Añora.

El mayor o menor número de socios viene dado muchas veces por las actividades programadas, pues mientras el «Grupo de Música Clásica» de Pozoblanco lo componen siete profesores de música porque se dedican a educar musicalmente a la población infantil y juvenil en sus colegios o institutos, proporcionándoles conciertos en sus propias aulas, el grupo teatral de la «Peña de los Reyes Magos» de El Viso necesita mucho personal para poner en escena su auto sacramental.

Y aunque hablábamos de cierta homologación de algunas de ellas, por ejemplo las dedicadas a la música, sin embargo también existen entre ellas matices diferenciadores y variados pues unas se dedican a rescatar el folclore de la comarca y la música tradicional de nuestros pueblos, como es el caso del grupo «Aliara» de Pozoblanco; otros sin embargo se dedican a la música de masa coral y con ámbito nacional como puede ser la «Peña Marcos Redondo».

Otra diferencia, sin duda no la más importante, cuando se refiere a cultura, es la edad. Las hay dentro de nuestro entorno eminentemente Juveniles, aunque son siempre en mucha menor cantidad y representación.
 

4. Composición social

En este aspecto podemos decir que la generalidad de ellas es interclasista, sin que haya o exista una notable división o una prepotencia de una clase social u otra.

La más acusada diferencia, y quizá excepción, la hemos encontrado en la entidad más antigua de todas las existentes en la comarca y la que precisamente, por mayor vida, tiene sin duda un historial más completo y digno. Nos referimos al «Ateneo de Estudiantes» de Pozoblanco.

No henos tenido acceso a sus estatutos pero su misma denominación y en la época de su nacimiento nos lleva a concluir la base de su elitismo, Elitismo, por otra parte, que en el momento de su fundación llevaba parejo el otro elitismo intelectual, porque ¿quiénes estudiaban o eran estudiantes en el ato 1927? Estudiantes entonces sólo podían ser los hijos de la burguesía agraria 0 industrial del momento. Bastarla dar una ojeada a la lista de sus socios fundadores para percatarse de que es verdad lo que decimos. Incluso sus emplazamientos sucesivos de sede social nos lleva a concluir esta mismo.

Luego han existido intentos de cambiar su faz y oímos un día a su presidente una frase que nos pareció feliz: «Pretendenos que cambie ante el vecindario y lo que hasta ahora ha sido más casino y menos ateneo, en lo sucesivo sea más ateneo y menos casino».

Hasta la hora presente no se ha atinado con la regla para operar este cambio y somos conscientes de que existe una parte de vecindario que nunca pisará ese local para asistir a una actividad cultural, por prejuicios de clase social.
 

5. Oficialidad o iniciativa privada

Lleganos aquí a un aspecto que a mi modo de ver es muy importante, porque no es lo mismo que una institución aparezca porque un grupo de personas sienta la necesidad de su existencia y se reúnan para aunar sus esfuerzos y traerla a la vida, o que nazca dicha entidad porque el papá municipio ha recibido una nota de su correspondiente partido político para que promueva y cree asociaciones de tipo cultural.

Todos tenemos experiencia de las entidades oficiales surgen con vida pujante, la vida que les proporcionan unos medios económicos de las arcas municipales, pero a la larga, como no están asentadas en el esfuerzo de verdaderos entusiastas convencidos, que las lleven a cabo, éstas decaen y mueren pronto y su vida es efímera y corta.

En nuestra comarca las hay de dos tipos, promovidas por la oficialidad y salidas por generación espontánea. Estas tienen más visaje de permanencia, porque tienen mayor vitalidad y autenticidad.

La mayoría han nacido y viven gracias a la entrega personal de un grupo de personas independientes. A veces incluso son reticentes en esta independencia y muestran sus recelos de verse anulados por la oficialidad y desean mantenerse al margen. Las hay que declaran sus principios de independencia de cualquier ideología política y religiosa y anuncian su nacimiento al margen del ayuntamiento, de la iglesia y de cualquier entidad pública o privada, como es el caso de «Cangilón» de Añora.

En el campo donde la oficialidad de los respectivos ayuntamientos tiene mayor incumbencia son, claro está, en los que se refieren a los medios de información. Sin duda alguna quizá por ello de que «quien tiene la información tiene el poder». Esto lo vemos en las emisoras de radio de carácter municipal, así como en los boletines informativos.
 

6. Cuándo surgen estas entidades

Precisamente una de las cuestiones, que a mi juicio son más interesantes para hacer un definitivo Juicio del estado cultural de la comarca de Los Pedroches, sería pasarlas a todas ellas por el crisol del tiempo y de cómo han llenado ese tiempo.

Me refiera a que la mayoría de ellas surgieron a partir de la entrada de la democracia en nuestra nación. El boom surge pocos años después y más en concreto a partir de los ochenta, aunque poco antes, en el final de los setenta, también existe ya un grupito de ellas que se perfilan como tales entidades culturales. Pero realmente no son muchas las que pueden presentar un historial ya consolidado, como puede ser «Ateneo de Estudiantes», «Peña Marcos Redondo» y «Círculo de Bellas Artes» de Pozoblanco y Boletín Informativo de Cabezas de Familia de Villanueva de Córdoba de esta localidad.

No siempre es cierto que la experiencia viene tan sólo de vivir sino que a la misma existencia hay que añadirle otro factor y es la intensidad con que se vive. Esto lo decimos porque existen entidades con corta vida pero intensa y abigarrada en éxitos. Así son por ejemplo las trayectorias del colectivo «El Jardal» de Villaralto, «El Cangilón» de Añora, «La Caraba» de Villanueva de Córdoba, «Usias» de Dos Torres, «Peña Reyes Magos» de El Viso. Todos ellos se perfilan con un camino muy brillante en su carta existencia en las realizaciones por la cultura de sus propias localidades y de toda la comarca de Los Pedroches.
 

7. Aportación a nuestra cultura

El nivel de mayor o menor cultura actual que poseen hoy nuestros pueblos, en gran parte, se lo debemos a la labor callada y constante de esta serie de entidades culturales que nunca han faltado en mayor o menor número entre nosotros. La información cultural que hoy tiene nuestra ciudadanía no sería igual sin ellas. Proliferaron las escuelas nocturnas promovidas por la generosidad de sus componentes jóvenes en favor de los adultos. Gracias a esos esfuerzos, personas que no habían podido asistir a la escuela en edad escolar luego se colocaban al mismo nivel, sacando adelante lo atrasado por su asistencia a estas escuelas.

No faltaban en estas instituciones culturales su propia biblioteca. Gracias a esta amplia proliferación de entidades culturales hemos disfrutado en nuestra comarca de número no corriente de bibliotecas que, si bien nacían para sus asociados, siempre estuvieran abiertas a los solicitantes de sus servicios. No eran grandes y voluminosas bibliotecas y no podemos hacer un estudio de los temas que más abundan y abundaron entre sus paredes, pero sea lo que fuere estamos en circunstancias de afirmar que rozamos muy cercanos la que UNESCO estipula.

En estas bibliotecas muchas veces se leía en público para que oyeran quienes no sabían leer y así se estimularan a aprender.

No sólo en ellas se instalaban los libras propios sino, algo que también tiene mucha Importancia, se adquiría la prensa diaria y a veces más de un diario, lo que daba a sus asistentes una actualidad poco común dentro de una cultura agraria. Más recientemente se añadió la radio, cuando aún no era patrimonio común, como más tarde sería la televisión a el vídeo. En estos lugares aparecían antes los adelantos que en la generalidad de los hogares.

Estas entidades han sido siempre madres fecundas de programación de conferencias de actualidad a temas generales. Para ello se solían servir de los profesionales de la localidad o de la comarca. Incluso se han organizado al menos una vez al año semanas culturales, donde se tocaban temas importantes por personas que los Impartían con pericia y maestría. Incluso estas semanas, a veces, eran aprovechadas para tratar temas un tanto escabrosos, en momentos en que aún no estaba instalada la democracia.

Algunas de estas entidades han sido un preludio de una escuela de artes y oficios y sustituyeron en parte la carencia de conservatorio de música, impartiendo clases de dibujo, escultura, modelación, música, etc.

Ellas se encargaron de montar con relativa frecuencia exposiciones de pintura, escultura, etc., y famosa es la exposición anual que el Circulo de Bellas Artes de Pozoblanco realiza a nivel nacional y que ha superado la XXIII edición.

No sólo proporcionaron a sus vecinos el deleite que siempre supone contemplar una obra bella y con ello la educación del gusto colectivo, sino también descubrir y fomentar artistas dentro de la comarca.

La misma prensa le debe a estas entidades un gran servicio, ya que abundan entre ellas las que tienen su propio órgano de comunicación, algunas muy seriamente llevado, con puntualidad envidiable para otros servicios oficiales.

Pero no sólo nos referimos a la información cultural, hay otro aspecto que tenemos que revalorizar, como es lo que estas instituciones han realizado en pro de nuestra cultura autóctono. Los ritos, tradiciones, folclore y juegos no se han perdido en el olvido gracias a ellas, que siempre se preocuparon para que todo lo nuestro no fuera sepultado, y si estaba sepultado, ellas se encargaron de desenterrarlo para ponerlo de nuevo en circulación entre sus vecinas.

Hoy no se cantarían los pregones de Villanueva de Córdoba si «Jara y Granito» no los hubiera seguido cantando, como tampoco los cantares de la pasión de Pozoblanco sin la labor de la «Peña Marcos Redondo», así como multitud de nuestros propios villancicos, si las corales respectivas de cada uno de nuestros pueblos no se hubieran empeñado en introducirlos en sus repertorios, El variado y rica folclore de nuestra comarca, últimamente recopilado y editado por el grupo «Aliara» de Pozoblanco, es una muestra del bien hacer en este sentido por estas entidades.

La misma arqueología de nuestra zona, existente hasta el momento, es obra casi en exclusiva de estas entidades que lucharon, a veces incluso incomprendidas por la oficialidad, como fue el caso de la polémica sostenida entre la directora del Museo Arqueológico Provincial y el Círculo de Bellas Artes de Pozoblanco. Ahí está la segunda exposición celebrada, en Añora, de la colección arqueológica que poco a poco está reuniendo el colectivo cultural «El Cangilón».
 

8. Dificultades acusadas

Los inconvenientes que presentan todas las entidades prácticamente son los mismos y se reducen a tres.

1. Falta de medios: Hacen referencia a medios económicos nunca abundantes en las arcas de estas entidades. La economía suele basarse en las cuotas de sus miembros, suma que no asciende a mucha altura porque las cuotas no pueden ser altas, por aquello que decíamos de su estrato social interclasista y por tanto no lo permiten sus economías personales.

Otra fuente de ingresos son las casetas montadas en los días de verbena de barrio o feria local; sus miembros se quedan sin divertirse y dedican el tiempo a estar detrás de la barra para conseguir una recaudación, que a veces luego tampoco merece la pena, ni es proporcional al esfuerzo requerido.

Las rifas y las participaciones en la lotería nacional son medios muy corrientes entre estas entidades para obtener algunas cantidades que engrosar a su economía particular.

Existe una queja generalizada de falta de apoyo de la oficialidad más cercana, el ayuntamiento local. A veces, el ayuntamiento ve en estas entidades a alguien que le hace la sombra y la competencia, en lugar de ver a alguien que le ayuda a hacer lo que él tiene la obligación de hacer y normalmente a hacerlo mejor que ellos.

Temen que les robe protagonismo y no ven a quien le ayuda a hacer y desempeñar una de las principales labores a las que están obligados con sus vecinos.

Existen mutuos recelos, también a veces la entidad no quiere que la manipulen demasiado, porque no quiere sentirse instrumentalizada en favor de un color política concreto, que a veces no es coincidente con su mentalidad a simplemente no quieren color ninguno.

2. Falta de colaboración moral: Existe otro inconveniente, que no siempre se analiza y que a veces crea males peores, me refiera al abrigo social que no encuentra el grupo o entidad.

El mal que esta dificultad pueda engendrar en sus miembros dependerá del grado de concienciación que tengan sus promotores y de la claridad que ellos tengan de a dónde se dirigen y de lo que están llamados a realizar.

A todos ellos hay que proporcionarles una cura contra el desaliento y la desilusión y enseñarles la gran lección de la gratuidad.

No es fácil encontrar a personas que hagan las cosas en favor de otros gratis et amore. El egoísmo feroz que nos rodea hace a las personas interesadas y muy prontas a presentar factura por aquello que hacen.

Los hombres que quieran dedicarse a fomentar la cultura no pueden ser de ese tipo. Nos urge crear un puñado de personas que sepa desprenderse de ese sentido materialista de la eficacia personal, como reporte de beneficio o halago. Estas tareas son ingratas y hay que decirles a muchos de estos hombres que, si no piensan de otra manera, se queden a las puertas pero que no entren en este ámbito altruista del fomento de la cultura. Hacerles saber que lo que se hace pocas veces es compensado, ni material ni efectivamente.

Así quitaríamos muchos desalientos y no veríamos el espectáculo de empresas nacidas con muchos bríos que se vienen rápidamente abajo, por su primera comparecencia en público, por la falta de asistencia o no sentirse apreciados y justipreciados en el esfuerzo realizado.

3. Falta de entendimiento con la oficialidad más cercana y en concreto con sus respectivos ayuntamientos.

En este aspecto nos queda mucho campo por recorrer, porque los ayuntamientos, como el estado, tienen que asumir su papel de subsidiariedad y dejar hacer y no poner tropiezos y estar atentos para, cuando no haya quién la haga, entrar en escena ellos; pero todo aquello que las entidades puedan hacer dejarles el campo libre y prestarles todo su apoyo material, económico y moral para que ellas lo lleven adelante.

Deben dejar atrás todos sus recelos y su afán de protagonismo y querer aparecer como autores. Más que mirar a quién lo hace y quién se lleva el aplauso, habría que mirar quién se beneficia, si verdaderamente estamos al servicio de esa comunidad donde vivimos y donde han sido elegidos para servirles.
 

¿Qué hacer con esta riqueza humana?

El factor humano queda demostrado en este trabajo, que existe en nuestra comarca y que es digno de tenerse en cuenta más de lo que hasta ahora se ha tenido. No conocemos estudios de otras comarcas, comparativamente, para saber si existe un elenco tan apretado de entidades culturales.

Tenemos la base de algo que puede ser potencialmente grande, si se sabe conectar e impulsar de manera ordenada y ponerle delante objetivos muy concretos, porque no podemos olvidar aquello que decía Teilhard de Chardin de que no existe en el mundo fuerza capaz de anular el poder que supone un grupo humano empeñado en una idea.

Su disponibilidad, no sólo concretada en el envío de respuestas a mis requerimientos, sino la respuesta que supuso su asistencia masiva a la convocatoria realizada para vernos, el día 20 de diciembre de 1986, en el hotel San Francisco, en Pozoblanco, supone un hito que me atrevería a decir no sea común en otras latitudes.

Nadie de los allí presentes tenía conciencia de los que éramos en nuestra comarca de Los Pedroches. Cada una de las entidades se creía francotiradora o, a los sumo, tenía un somero conocimiento de las entidades que coexistían con ella en su propia localidad.

Aquel día fue importante, porque nos dimos a conocer unas a otras y para que cada una de las entidades y cada uno de los miembros asistentes tomara conciencia clara de que no estaba solo en la lucha por la cultura. Fue el descubrimiento de los demás, con los que se podía contar, para tirar todos en la misma dirección y del mismo carro.

Aquella jornada sirvió para tomar conciencia de que éramos muchos y de que hasta ahora habíamos vivido de espaldas unos a otros, y había llegado la hora de unirnos y atrincherarnos en un frente común. Así la expresaron los medios de comunicación social, como la revista Villanueva de Córdoba y la revista Los Pedroches en sus páginas, al dar cuenta del acto.

A partir de ese momento y en varias ocasiones, surgió una interrogante aparecida en la prensa provincial: «Algo se mueve en Los Pedroches». En Villaralto se montó una mesa redonda para hablar de este tema y, desde entonces, quedó clara la misión de los hombres importantes y situados en coyunturas de influencia, de avanzar en la creación de la mística de comarcalización, superando viejos y arcaicos antagonismos entre nuestros pueblos.

Pero no sólo en el aspecto cultural se está dando este fenómeno, sino que esta misma mística ha llegado a nuestros dirigentes políticos locales, y en los planteamientos presentados en las últimas elecciones municipales quedó patente. Tan de prisa han corrido que algunos planteamientos y proyectos de entonces ya son hay realidad, como las distintas mancomunidades surgidas recientemente en Los Pedroches.

No afirmamos que haya entre estas dos realidades relación de causa y efecto. En lo político viene desde muy lejos y bastaría darle un repaso a la prensa que a lo largo de un siglo ha existido en Pozoblanco, para advertir que ha sido una meta preferida y anhelada y que en los tiempos más recientes se ha vuelto repetidas veces a tratar desde sus páginas.

El grado de entendimiento, de hermandad y comprensión entre las Siete Villas de Los Pedroches ha sido siempre muy notable, por encina de diferencias siempre nimias y pequeñas. La necesidad de administrar bienes comunes les mantuvieron siempre unidas y esa unión se fue propagando a los pueblos comarcanos, ensanchando la denominación a una mayor extensión de terreno y de pueblos,

En el anterior régimen hubo un intento serio de mancomunidad, cuando, en el año 1962, se constituyó el Consejo Comarcal de Economía sindical correspondiente a la zona del Valle de Los Pedroches. En él se distribuyeron los campos directos de la acción en ganadería, industrias derivadas de la ganadería, comunicaciones, repoblación forestal, formación profesional, abastecimiento de aguas y sanidad, etc. Ya entonces se decía «los pueblos no pueden, por sí solos, sino muy pocas casas; son «robinsones» abandonados; sólo en comunidad o asociación con los demás pueblos pueden ser poderosos».

Se constituyó la mancomunidad de 14 pueblos para dotarlos de agua, trayéndola del río Guadalmez, con un presupuesto que ascendía a 134.000.000 de pesetas. Como fruto de aquellas jornadas de reflexión y vivencia sobre la unión de nuestros pueblos, salió un símbolo que aún permanece, pregonero de color y que sin duda ha dado abundantes frutos de esta concienciación de pertenencia a la comarca. Se colocó, por iniciativa del ayuntamiento de Pozoblanco, un panel de grandes dimensiones en el puerto Calatraveño para anunciar a todos los viajeros que llegan hasta allí, que a través de aquella balconada, entran en esta comarca histórica de Los Pedroches.

Con motivo de las primeras elecciones municipales y de constituirse los primeros municipios democráticos, en 1979, el actual Boletín Informativo Municipal de Pozoblanco, dedicaba un editorial con este sugestivo título «La comarca».

En él insistía en revalorizar la comarca dentro de un estado de autonomías y se hacía la siguiente pregunta: «¿Tenemos hoy los habitantes del Valle de Los Pedroches conciencia de esta responsabilidad?» Formar esa responsabilidad era tarea de los nuevos ayuntamientos constituidos.

Y seguía concretando: «Se hace necesaria, como una de las principales tareas, la colaboración leal y entusiasta de los municipios del Valle, constituyendo un organismo conjunto de rango comarcal, que resulte útil para el estudio y resolución de los problemas comunes y que sea al propio tiempo interlocutor válido y representativo cerca de los organismos provinciales.

Todo ello requiere, en primer lugar, un cambio de mentalidad de muchos grados... hay que desechar cualquier tipo de celos, de rencillas o de prejuicios de un pueblo a otro de los que forman la comarca de Valle. Hay que anteponer a todo ello una voluntad nueva de colaboración, por encima de intereses localistas o personales, por encima, incluso, de ortodoxias partidistas. Hay que unir esfuerzos y esperanzas».

Creemos que estamos en camino de que cuajen aquellas pretensiones, pero sabemos que no es nada fácil hacerlo realidad. Efectivamente la unión hace la fuerza y esto es un reclamo que se acepta sin discusión, pero la unión por su parte, exige grandes porciones de sacrificios por parte de todos los componentes, de los que más pueden apartar y de los que tienen un bagaje más insignificante. Comporta desprenderse del «yo» para que impere el «nosotros».

Urge crear una comisión gestora, para dar el paso definitivo de la creación de un organismo federativo o de un Instituto de Estudios Pedrocheños.

El cometido de dicha comisión sería hacer los estatutos para presentarlos a la asamblea de entidades culturales.


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