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0. Introducción 0.1 Una ciudad es el resultado de muchos factores, entre otros, los geográficos, los históricos y los económicos. Granada, emplazada sobre tres colinas, San Cristóbal (la Xarea musulmana), La Alcazaba-Cadima o Vieja y la Alhambra, situadas a los pies de Sierra Nevada, es una ciudad que resulta de la relación entre la Sierra y la Vega. Loa ríos son el cordón umbilical que transportan el líquido mágico por ser una zona de pocas precipitaciones, sin embargo, con agua suficiente del deshielo de las nieves hasta la depresión, de una extraordinaria tierra y rica en los más diversos productos. Gallego Burín, en su guía de Granada, afirma que «desde los más antiguos geógrafos, historiadores y viajeros árabes, comienzan a divulgarse por el mundo la historia y las bellezas de Granada, cuyo solo nombre atrae hasta ella gentes de las más lejanas tierras. Aún era Granada musulmana, y no sólo los árabes sino también aquellos cristianos que, acompañando ejércitos o embajadas, recorrían España, todos nos hablan de lo privilegiado de su situación y de sus extraordinarios encantos» (1). La historia de Granada, quizás como pocas ciudades, es una amalgama cultural. Todos los pueblos que han pasado por ella han querido dejar su impronta, con sentido de eternidad, porque su intención era permanecer ella. Los hombres de la religión musulmana abandonaron este vergel con amargo dolor, habiendo conseguido su renombre universal y su perenne huella. «Nacida Granada en un mundo extraordinariamente urbanizado que fue el Imperio Romano, en un período tan favorable a la creación de ciudades, habían de concurrir diversos factores históricos, como la ruina del califato de Córdoba y la fundación de las primeras Taifas, a principios del siglo XI para que alcanzase una altura relevante entre las ciudades de la época. Capital política del último reducto de Al-Andalus, del postrero refugio musulmán en España, alcanzó una grandeza inigualada en los últimos siglos del período medieval, tanto por su volumen de población como por su vigor económico. Unica ciudad española que desconoció la edad media cristiana, la cultura y la civilización islámicas la marcaron de forma indeleble. Desde su reconquista por los Reyes Católicos, la fuerza y el recuerdo de ocho siglos de dominación musulmana han estado siempre presentes. Su posterior evolución, su desarrollo cristiano, ha estado constantemente mediatizado por el legado del Islam» (2). Los desfiles procesionales cristianos de semana santa tiene sus características propias que la diferencian de otras capitales de España y de Andalucía por su entorno, además de geográfico, urbano, con estructuras musulmanas, cristianas del renacimiento y por el desarrollo económico de finales del siglo XIX y principios del XX así como de la segunda mitad de la presente centuria. 0.2 Prescindo comentar aquí el valor artístico de las imágenes, de los tronos, sus autores, así como los monumentos que enmarcan los recorridos procesionales de la semana santa granadina. El centro del
análisis, en este caso,
es el valor estético y propagandístico que despliega una
ciudad, como Granada, de exuberancia natural, de luz y color,
monumental
y cultural, a lo largo de la semana santa en el recorrido de las
procesiones,
perdiendo, quizás, el significado substancial originario por el
accidental y espacial. 1. Los sectores principales de la carrera procesional En cinco grandes sectores se puede dividir el espacio procesional que coincide con los grandes momentos históricos y urbanos de la ciudad: 1.1 El primer sector comprendería las zonas del Albaycín, Sacromonte, Darro margen derecho y Elvira. Estas zonas son las que conservan mejor las estructuras urbanas musulmanas y donde habitaron más tiempo los moriscos hasta la expulsión. Sus calles son estrechas, empinadas, de juego de escondite, que traen a nuestras mentes recuerdos de historia estudiada en la escuela y vivencias del pasado. En este espacio procesional, el virtuosismo y jadeo de los costaleros y del capataz con sus voces de orientación para no rozar con las paredes de las estrechas calles, el movimiento de los palios y bambalinas, las emocionadas saetas en los balcones de las esquinas, el amontonamiento del personal, los vivas al Cristo o la Virgen, la levantá de los tronos, las bengalas y hogueras a altas horas de la madrugada crean un ambiente muy particular. Estas procesiones tienen comportamientos diferentes según el espacio que en ese momento recorren. Cuando están en la carrera oficial, fuera de sus límites territoriales, se esmeran en la organización, cuando recorren sus calles puede más la emoción y el sentimiento que el orden. El 36'6% de las cofradías y hermandades que hacen el recorrido procesional radican en estos espacios. Fundación de
las cofradías y
de las hermandades:
1.2 El segundo sector abarca el gran espacio del Realejo, Santo Domingo, San Matías, Catedral, Universidad Facultad de Derecho y San Jerónimo. Es el sector de mayor transformación urbana y asentamiento cristiano. En las antiguas huertas reales de Aixa la Horra fundaron los Reyes Católicos el convento de la Santa Cruz la Real de la orden de los Predicadores. La antigua judería, margen izquierda del río Darro, se convirtió en las parroquiales de san Matías y santa Escolástica (siglo XVI-XVII) (3). «El conjunto del barrio contenía numerosas iglesias y conventos como los de san Francisco Casa Grande y Santa Cruz la Real y estaba habitado por 'gente principal y noble y muchos mercaderes y gente rica» destacándose «la gran casa fuerte del marqués de los Trujillo, la gran casa del marqués de Campo Rey, de las Granadas y de los Renjifos, gran casa de los Jirones, señores de Cardela'» (4). En el Campo del Príncipe se celebraban fiestas de toros y cañas, torneos, etc., entre los cristianos. Las construcciones cristianas transformaron en mayor medida los espacios de la plaza de la Bib-Rambla, que la donó el Rey para «pasear y negociar» (1509) y para celebrar las fiestas del Corpus Christi (5); de la Capilla Real, que comenzaron las obras en 1504, de la catedral en 1522. La casa Alfaquí se convirtió en la Lonja de los mercaderes, la Madraza, una especie de universidad musulmana, en la casa de los Cabildos; el Palacio arzobispal, la Universidad de Granada (1527-1532), los colegios mayores de Santa Cruz de la Fe y San Miguel establecido para educar a cien niños moriscos, san Ildefonso, santa Catalina, etc. El barrio de la Duquesa, denominado así al conceder Carlos V a doña María Manrique, viuda de Gran Capitán y duquesa de Sessa, la construcción del monasterio de San Jerónimo para enterramiento personal y de su marido y descendientes. El barrio de San Lázaro creado por los Reyes Católicos (1495) frente al arco de Elvira para controlar a la inquieta y rebelde morería. El Hospital Real (1511), el convento de la Merced (1530) y la parroquia de San Ildefonso (1553). En resumen, todo este gran espacio sufre unas transformaciones urbanísticas dando lugar a nuevos centros comerciales, administrativos, religiosos y defensivos cristianos (6). En este gran sector, lo que más sobresale son las instituciones civiles (ayuntamiento), militares (antigua capitanía general), religiosas (catedral) y universidad (antiguo centro de la universidad, la facultad de Derecho y otras facultades y colegios mayores). Es la carrera oficial para todos los desfiles procesionales. Es el núcleo de los barrios que transformaron los cristianos tras la toma de la ciudad. En este espacio, todas las cofradías rinden pleitesía a las instituciones. Fundación de
las cofradías y
de las hermandades:
Le corresponde en el cómputo general de desfiles procesionales el 43'33%. 1.3 El tercer sector corresponde a dos puntos extremos de la ciudad, el Paseo de los Basilios, Padres Escolapios y La Caleta. Estos extremos están unidos por vías que han sido y siguen siendo la columna vertebral de la ciudad, como la avenida de la Constitución, Gran Vía, Reyes Católicos, Puerta Real, calles de Granada que son la manifestación del desarrollo a finales del siglo XIX. «Salvados los años de la Revolución de Octubre (1868) y de la Primera República (1870), con la Restauración se inició un nuevo período, en el cual Granada comenzó a recuperarse plenamente. La introducción del cultivo de la remolacha azucarera, como la aparición de la industria correspondiente, revolucionó y transformó totalmente la vida agrícola de la Vega granadina. La ciudad se enriqueció rápidamente y una nueva generación de Granadinos, formados en esta nueva actividad económica, se apoderó de la dirección de los asuntos de la ciudad» (7). Fundación de
las cofradías y
de las hermandades:
En este sector, lo estético está condicionado al espacio de calles amplias, rectas, con vistas a una cierta distancia de monumentos e incluso Sierra Nevada. Lo que admira el espectador es la majestuosidad de la procesión: el orden, el guardar las distancias entre los que procesionan, que permite contemplar a cada penitente, el desfile interminable... 1.4 El cuarto sector es el recinto de la Alhambra, procesión única con múltiples connotaciones históricas, ideológicas, estéticas... Considero a este sector aparte no sólo por ser la única procesión del sábado santo, sino también porque una vez que la ciudad fue tomada por los Reyes Católicos se convirtió en sitio real, residiendo el Marqués de Mondéjar, capitán general del Reino junto con sus familiares, vasallos y siervos, además de otros edificios del entorno cedidos al arzobispado y a los franciscanos (8). Era un recinto con jurisdicción propia y poseía todas las tiendas y trabajos para ser autosuficiente. Fundación de la cofradía y hermandad: 1928. En este desfile procesional como en ninguno otro de la semana santa de Granada, la gran mayoría de los sentidos reciben una grata e inmensa satisfacción. La vista contempla paisajes naturales (Sierra Nevada, la Vega, la vegetación del recinto de la Alhambra) y artificiales, la Alhambra, los arcos por donde pasa la procesión, las bengalas... Los oídos con los cantos de los pájaros, los himnos de España, el novio de la muerte, el toque de silencio... El olfato con los olores de flores de primavera, el incienso... En relación con el personal que desfila, impresionan los legionarios con pecho descubierto y paso marcial con voz ronca cantando el himno del novio de la muerte, los costaleros que van descubiertos, con manifiesto cansancio, las túnicas de los cofrades y las mujeres vestidas de mantilla y peineta, la riqueza del trono de nuestra señora de las Angustias de Santa María de la Alhambra y su aparición en las hornacinas pasajeras de los arcos del Vino, de la Justicia, de la Puerta de Granada. 1.5 El quinto sector corresponde a la nueva Granada de los años de las grandes migraciones de lo rural a lo urbano; cuando estalla la ciudad recoleta y surgen las inmensas barriadas de altos pisos y bajo nivel económico, invadiendo lo que fue vega de hortalizas y frutales por el ladrillo y el cemento. Es el período de la España industrial, cuando Granada sufre los efectos de la industrialización sin industria: el caos urbanístico, la pérdida de identidad, la falta de servicios educativos, sanitarios, vivienda, red viaria, etc.; Granada entonces comienza a desarrollarse como una ciudad de servicios, que permite a los más preparados encontrar trabajo. El nuevo estilo de vida obliga a sus residentes a buscar nuevas viviendas con mayores comodidades, mejores accesos y servicios en general. Las zonas de Vergeles-Zaidín y el Camino de la Redonda y su entorno centralizan a un gran número de ciudadanos a la nueva Granada laboral del sector de servicios y negocios familiares. Cierta prosperidad y bienestar se expande por la zona y las ansias de vivir y disfrutar son los objetivos de esta vida harto corta, por lo cual, la pasión de las viejas hermandades y sectores históricos se trastocan en resurrección en éste. Le corresponde el 13'33% del total de las hermandades. Fundación de
las cofradías y
hermandades:
2. El tiempo de las fundaciones de las cofradías y hermandades Cuadro resumen
de
las fundaciones de cofradías:
Si observamos este cuadro, deducimos lo siguiente: a) Que en la década de los sesenta y hasta bien entrada la década de los setenta (1979), no se funda ninguna hermandad. La influencia del concilio Vaticano II y los aires de desarrollo y crítica a la España tradicional ahogan los valores tridentinos de la España de siempre. Los deseos de igualdad y de justicia no permiten que haya manifestaciones de poder. Se rompe la buena relación entre iglesia oficial y poderes políticos y gremiales. b) Que en las
décadas de mayor bienestar
en Granada, los años veinte y los ochenta, es cuando mayor
número
de cofradías se han fundado. Esta aparente contradicción
no es tal, sino que el bienestar, quizás aparente, han marginado
a unos en favor de otros, renaciendo así la manifestación
del poder, extendiendo tal manifestación no sólo a los
ricos
burgueses sino también a las nuevas clases medias de
funcionarios
y empleados de servicios. Además, en la actualidad, es
considerado
privilegiado aquel que posea un trabajo estable y digno en
remuneración;
por contra, hay tantos que no poseen trabajo o trabajo fijo que se les
ve como ciudadanos económicamente de segundas. 3. Lo accidental y el espacio No es el objetivo de este artículo analizar si la semana santa de Granada produce devoción cristiana y si es válida como catequesis para los fieles católicos. Es una cuestión difícil de estudiar, que se queda en el plano de la pura subjetividad y que no sirve pasar encuestas para ver el fervor de los asistentes, ya sean cofrades, residentes o turistas. En el supuesto que se dé fervor religioso, es complicado descifrar las relaciones emotivas entre el fervoroso asistente o cofrade y la imagen o trono. La semana santa granadina es considerada de interés turístico nacional e internacional. Si el itinerario fuese otro diferente, de calles amplias, como la de cualquier ciudad moderna, ¿tendría la misma consideración? Más aún, si todos los pasos marchasen seguidos, recordando las diferentes estaciones de la pasión de Cristo, ¿qué sería de la semana santa granadina? Las hermandades granadinas adolecen de escenas de la pasión, tan sólo una cuarta parte de los pasos que se procesionan pueden considerarse como tales; el resto son repetidas, v. gr. crucificados o Cristos con la cruz a cuestas y Vírgenes con diferentes advocaciones. De lo cual se deduce que el viacrucis es reducido e incompleto. El sentido originario fundamental, sustancial, en torno al cual deben girar las manifestaciones procesionales es la pasión, muerte y resurrección de Cristo que murió por el hombre, para redimirlo. Idea catequética defendida por los obispos: «Las salidas procesionales y estaciones de penitencia pueden llegar a ser, si se hacen con devoción y dignidad cristiana, valiosas catequesis plásticas en sus recorridos por las calles, las plazas y caminos de nuestras ciudades y de nuestros campos. La contemplación de estas representaciones religiosas de la vida del Señor, de la Virgen y de los santos nos estimulan a seguir su vida ejemplar. Son una predicación del misterio pascual, esto es, de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo y de las verdades de nuestra fe; promueven la adoración de la eucaristía; proclaman las grandezas de María y suscitan la admiración y la imitación de las virtudes de los santos/as patronos» (9). Un segundo valor, al margen del religioso, sería el artístico de las imágenes, que aunque repetidas en escenas, cada artista plasma su impronta en la madera que talla. Yo tengo mis dudas de que pueda ser apreciado el valor artístico para la gran mayoría de los asistentes, ya sean granadinos, residentes o turistas. Entonces, ¿dónde está la merecida consideración de la semana santa de nuestra ciudad? La respuesta es escueta: En lo accidental y en lo circunstancial espacio. 3.1 Es accidental, con su indiscutible valor estético, los palios ricamente bordados, las bambalinas en baile continuo al compás de los pasos de los aguerridos costaleros, la riqueza en la ornamentación de los tronos, los vistosos colores de las flores con su expansivo olor, los faroles, la artesanía de los respiraderos, las trabajaderas, las zapatillas de los costaleros marcando pasito a pasito, a ritmo de tambor, el aire desfilador de la imagen, los cofrades con su antifaz y largas túnicas, las damas con bello rostro tocado de mantilla, el espontáneo o contratado que entona una saeta, el ritual procesional, los soldados, las bandas de música, los niños/as vestidos como hermanos, etc. ¿Qué observa el espectador? ¿Qué le entusiasma? ¿Qué aprecia? ¿A qué aplaude?: La levantá del trono, la salida de las iglesias, la pasada por arcos o lugares con dificultad, el paso corto de los costaleros, el buen hacer del cantaor de saetas, el lóbrego toque de tambor, la alegría de los xilófonos, etc. En nuestras conversaciones, en este caso, con los asistentes turistas de otras provincias andaluzas, su comparación era constante: En su capital de provincia saben mover el paso, el palio y bambalinas llevan un permanente baile, el desfile está mejor organizado, etc. El espectador se fija en lo accidental, en lo accesorio y secundario. El paso (patior) como manifestación de sufrimiento pasa a ser trono, el paso (pando) de los costaleros, manifestación estética. 3.2 La semana santa de Granada ha sabido no puede ser por menos envolverse entre paisajes naturales (Sierra Nevada, Vega, ríos Genil y Darro) e histórico-culturales (Albaicín, Sacromonte, Alhambra, Universidad), que configuran la ciudad. En este entorno procesional los sentidos reciben estímulos por doquier. Es aprendizaje completo, ya que todos los sentidos satisfacen sus necesidades. Las impresiones son grandes, intensas, variadas, totales y globalizantes. La blanca capa de Sierra Nevada está presente desde diversos puntos en variadas procesiones. El Darro, con sus puentes, iglesias, conventos, torres y murallas de la Alhambra, es el espacio más cotizado, donde el clavel y el incienso huelen, donde las cornetas suenan a lo que cada cual se imagine, donde el aire se hace tacto por falta de espacio. El río Genil, como la Vega, que en otros tiempos estuvieron marginados del espacio procesional, sin embargo hoy el dinamismo tanto comercial como procesional de las zonas han colocado a ambos en los valores naturales y simbólicos en las procesiones de la semana santa de Granada con sus Cristos resucitados. Pero, quizás, lo que más invade de sensaciones al espectador sean los espacios del Albaicín, Sacromonte y la Alhambra: El Albaicín es la historia, el virtuosismo de los costaleros, la vuelta del trono en el ángulo recto, las candilejas, etc. En el Sacromonte, se da la ruptura de la vida organizada para convertirse en caos. La procesión una vez que pasa el puente no tiene orden, no tiene tiempo y hasta las imágenes, como reza una saeta, «cambian de rostro». En la Alhambra se rompen todos los cánones, la visión natural, el entorno monumental, el aliciente militar legionario, la pasada una y otra vez, una tercera y una cuarta por los arcos, las largas filas de cofrades y damas, las bandas de música, los himnos, la visión del rostro de los costaleros, las bengalas, el entusiasmo granadino por su Virgen de las Angustias... y qué más, tener la experiencia. Todo este
entorno
físico, histórico
y económico tiene un fiel reflejo en los desfiles procesionales
de semana santa, como si fuera una síntesis de la idiosincrasia
de las gentes de Granada. 4. A modo de conclusión 4.1 El espacio procesional de la semana santa de Granada enlaza en el tiempo las diferentes grandes etapas de la historia de la ciudad: Desde el espacio habitado por los musulmanes, el nuevo espacio de la conquista, el desarrollo agrícola azucarero y el del dinamismo comercial y residencial de los últimos lustros. 4.2 La carrera procesional pasa por delante de las sedes de los poderes políticos (ayuntamiento, gobierno civil una), estamentos militares (antigua capitanía hoy ya no existe capitanía general), estamento religioso (catedral). Es habitual en las cofradías que un alto personaje político o militar ostente el honorífico cargo de hermano mayor, así que como sus estatutos sean aprobados por altas instancias reales o pontificias. 4.3 La diversidad de recorridos procesionales sirve para hacer propaganda comercial y turística. 4.4 Las zonas de mayor pujanza económica manifiestan su presencia en la ciudad procesionando en semana santa. 4.5 El
nuevo
estado de bienestar, el
cambio de valores en la sociedad y el nuevo estilo de vida han
orientado
la visión cristiana pesimista por la optimista: hermandades de
los
Cristos resucitados.
1. A. Gallego y Burín, Granada. Guía artística e histórica de la ciudad. Ed. Comares, Granada, 1987 (edición actualizada), pág. 15. 2. M. Bosque Maurel, Geografía urbana de Granada. Universidad de Granada, Granada, 1988 (edición facsímil), pág. 51. 3. M. Bosque Maurel, op. cit., pág. 92. 4. M. Bosque Maurel, op. cit., pág. 92. 5. M. Bosque Maurel, op. cit., pág. 83. Citando a Marineo Sículo. 6. M. Bosque Maurel, op. cit., pág. 85-86. 7. M. Bosque Maurel, op. cit., pág. 103. 8. M. Bosque Maurel, op. cit., pág. 84. 9. Carta
pastoral.
Obispos del Sur de España. PPC, Madrid, 1988, pág. 31-32.
Las cofradías de la semana santa de Granada por zonas Se indica la
zona,
el día en que procesionan,
el año de fundación, y la denominación de la
cofradía
o hermandad. Albaicín, Sacromonte 1939 (mié):
Cristo del Consuelo y Santísima
del Sacromonte. Gitanos. 1979 (jue):
Jesús de la Pasión
y Santísima de la Estrella. Albaicín. 1944 (jue):
Jesús del Perdón
y Santísima de la Aurora. Albaicín. 1924 (jue):
Cristo
de la Misericordia. Silencio.
Albaicín. 1917 (mar):
Jesús de la Amargura y
Santísima de las Lágrimas. Este año, catedral. 1977 (mar):
Jesús del amor y Santísima
Concepción (Concha). Albaicín. Darro y Elvira 1918 (dom):
Entrada
de Jesús en Jerusalén
y Señora de la Paz. 1944 (dom):
Jesús de la Sentencia
y Santísima Maravillas. Darro. 1937 (lun):
Virgen
de los Dolores. Darro. 1927 (mar):
Jesús del Gran Poder y
Señora de la Esperanza. Plaza Santa Ana. 1924 (vie):
Santo
Sepulcro y Soledad del
Calvario. San Gil y Santa Ana. Santo Domingo y San Matías 1926 (dom): Cena
Sacramental y Virgen de la
Victoria. Santo Domingo. 1943 (lun):
Huerto
de los Olivos y Santísima
Amargura. Comendadoras S. 1926 (mar):
Señor Humildad y Señora
Soledad. Santo Domingo. 1981 (mié):
Jesús Nazareno
y Santísima Merced. Carmelitas Descalzas. 1959 (mié):
Jesús de la Paciencia
y Santísima de las Penas. San Matías. 1927 (mié):
Señora del Rosario
y Jesús de las tres Caídas. Santo Domingo. 1928 (vie):
Cristo
de los Favores y Santísima
Misericordia. San Cecilio. 1927 (dom): Los
Facundillos. Santo Domingo. 1926 (vie):
Cristo
de la Humildad y Soledad.
Santo Domingo. Centro: Catedral, Plaza Universidad, Puentezuelas y San Jerónimo 1981 (dom):
Jesús Cautivo y Santísima
de la Encarnación. Sagrario. 1925 (lun):
Jesús del Rescate. Magdalena. 1979 (mié):
Refugio y de los Remedios.
Estudiantes. Justo y Pastor. 1925 (vie):
Señora de la Soledad y
Descendimiento. San Jerónimo. Escolapios y San Juan de Letrán 1935 (vie):
Cristo
Expiración y Santísima
Mayor Dolor. Escolapios. 1953 (vie):
Cristo
Buena Muerte y Señora
Amor y Trabajo. San Juan de Letrán. Zaidín-Vergeles, Arabial 1983 (mar):
Cristo
Lanzada y Santísima
Caridad. Dolores. Zaidín. 1982 (mié):
Cristo de la Redención
y Señora de la Salud. Salesianos. 1986 (dom):
Señor Resucitado y María
del Triunfo. Miguel Arcángel. Zaidín. 1989 (dom):
Cristo
Resucitado. Regina Mundi.
Arabial. Alhambra 1928 (sáb):
Señora de las Angustias
de la Alhambra.
Antequera, Marino Boletín de las
Cofradías de
Granada Bosque Maurel, J. Caro Baroja, J. Obispos del Sur de España Castón Boyer, P.( y otros) Fernández Gutiérrez, F. Gallego Burín, A. Herrera Puga, P. Lafuente Alcántara, M. Martín Rodríguez, M. Seco de Lucena, L. Viñes, Cristina |
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