Por: Patricia Fernández Martín, Madrid.
La
migración sigue siendo un tema de reciente
interés, tanto
desde una perspectiva científica (se ha convertido últimamente en
objeto de
estudio de múltiples y valiosos trabajos antropológicos), como desde
una
perspectiva popular (se ha transformado en objeto de debate mediático
casi
cotidiano).
Por este motivo, creemos que el libro
que nos interesa está
profundamente relacionado con la actualidad europea. El motivo
principal se
encuentra en que en él se plantea una cuestión crucial para comprender
la gran
repercusión que están teniendo los movimientos migratorios en nuestra
sociedad:
el miedo a lo extranjero (generalmente, por desconocido) está
relacionado con
el terror a perderse a sí mismo (esto es, a que se desvirtúe aquello
que se
considera la propia identidad).
La construcción de uno mismo (identidad)
no puede
comprenderse sin la concepción del extranjero (alteridad). El contacto
entre
pueblos tiene lugar, entre otros, gracias a los movimientos
migratorios. De ahí
que pueda defenderse que la identidad/alteridad se formen,
fundamentalmente,
cuando se producen migraciones que fomentan la relación entre los
pueblos. Esta
oposición identidad/alteridad, por un lado, y la idea etnicidad
resultante, por
otro, son los dos ejes temáticos del libro en cuestión.
Tras un
primer capítulo en el que se exponen
diversas
teorías que tratan de explicar los sucesos sociales (teorías de la
complejidad,
de la criticalidad y del caos), y se cuestiona que realmente el ser
humano sea
tan peculiar dentro del reino animal como tiende a pensarse, el segundo
capítulo se centra en la deconstrucción (y su posterior reconstrucción)
de los
conceptos insertos en el binarismo identidad/alteridad, como opuestos
construidos mediante la experiencia perceptiva, pero a la vez
complementarios
en la formación del individuo dentro de una sociedad concreta.
Se
llega
así a la segunda gran parte de la
obra, que gira en
torno a la etnicidad. En el tercer capítulo se ofrece una visión
histórica de
dicho concepto atendiendo a las relaciones interétnicas que han tenido
lugar
desde la Prehistoria hasta la época de los descubrimientos (siglos
XVI-XVII),
pasando por la Antigüedad y la Edad Media; se mencionan algunos
teóricos que
han reflexionado sobre su significado o han estudiado su aplicación
etnográfica
(los considerados clásicos como Weber, Durkheim, Gellner, Geertz,
Barth, Cohen,
Banton, Bell, por un lado, y los más recientes innovadores entre los
que
destacan Clyde Mitchell, Bourdieu, Anderson y Jenkins, por otro) y por
último
se propone una definición de Aetnicidad@,
tomada como un
fenómeno complejo que forma parte de un sistema social dinámico que se
va
construyendo a sí misma siguiendo unos patrones determinados por el
contexto
sociohistórico (autopoiesis).
El
cuarto capítulo aborda aspectos
transversales a la etnicidad,
tales como la conciencia de grupo, la memoria colectiva, la
etnogénesis, la
revitalización étnica, los estereotipos, la lengua o la religión.
Finalmente,
el quinto apartado profundiza en
las
aplicaciones de la etnicidad, interrelacionando las nociones de
conflicto,
poder y estructura social. Primeramente, se mencionan dos ejemplos de
prácticas
de la diferencia y la desigualdad como son a) el racismo y las
categorías en
las que se basa (raza como esencia, raza como categoría congnitiva,
inferioridad
psíquica e intelectual, polimorfismos humanos, frecuencias génica,
clinas) y b)
la exclusión/inclusión social (cómo se procede a ir del prejuicio
al
genocidio); y posteriormente se estudian las repercusiones que tiene en
la
etnicidad el moderno concepto de estado-nación, considerado un
auténtico
fracaso a la hora de tratar de unificar la cultura, la lengua y el
Estado. Asimismo,
se termina el capítulo haciendo alusión a los movimientos migratorios,
al
actual proceso de la globalización y sus respectivas repercusiones en
la
creación de la identidad, entre cuyas prácticas más llamativas puede
encontrarse el transnacionalismo.
Puede
observarse, por tanto, que el
fundamento de esta obra
se halla en la relación entre la identidad y la alteridad, en la
creación de un
yo social gracias a la existencia de un tú colectivo, por un lado, y en
las
implicaciones históricas que para la frecuente re-creación de la
etnicidad
(ideológicamente manipulable, constantemente cambiante) tiene el par
intercomplementario identidad/alteridad, tan arraigado en la
personalidad
humana que se convierte en un habitus in-dividuo, en una
esencia
socialmente construida y dinámicamente atómica.
Como
conclusión baste señalar que, si bien
puede resultar en
algunas ocasiones excesivamente complejo por la abstracción que en
determinados
momentos requiere su lectura, este libro es una obra esencial para
comprender
el funcionamiento de la etnicidad y su relación con el antagonismo
identidad/alteridad.
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