"ReDCE núm. 32. Julio-Diciembre de 2019"
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La publicación del número 32 de la ReDCE va a coincidir en el tiempo con la salida definitiva del Reino Unido de la Unión Europea, prevista para el 31 de enero de 2020. Las oscilaciones que ha tenido este asunto en los últimos meses forman parte ya de la historia o quizás de la anécdota, para ser más precisos, porque carecen de la grandeza que se les presume a los hechos que se incorporan al relato histórico, con la muy honrosa excepción del comportamiento del Speaker de la Cámara de los Comunes, John Bercow. A semejanza de la afición reciente del público por las series televisivas en lugar de las películas, el Brexit se ha configurado y se seguirá configurando en los próximos meses y años como una entrega por fascículos, un relato que atrae la atención y que parece no tener fin. El 31 de enero no veremos el rótulo “The End” en las pantallas de la política europea porque todavía quedan muchas dudas por dilucidar para el futuro y no se resolverán de golpe a lo largo de 2020, ni posiblemente lo harán después.
Que la política se está configurando como un folletín es cada vez más perceptible y no solo en Reino Unido, Estados Unidos o Brasil, por ejemplo, donde los más destacados seguidores de este género parecen seguir fielmente la definición que nuestra Real Academia le da a ese término: “obra literaria, teatral o cinematográfica que presenta sucesos y coincidencias dramáticas y emocionantes, aunque a menudo poco verosímiles, con una escasa elaboración psicológica y artística, y cuyo argumento suele ser el enfrentamiento entre el bien y el mal”. El trío formado por Johnson, Trump y Bolsonaro seguro que nos depara muchas sorpresas futuras en su acreditada lucha contra el mal, como también lo hará Salvini si vuelve a ocupar posiciones de poder en el futuro. Mientras tanto, con menos retórica y más eficacia otro trío va ocupando los espacios que dejan vacíos los anteriores y nuestra Unión Europea en el mundo. No hace falta siquiera mencionarlos, tienen una presencia pública constante y no precisamente por el uso de Twitter, Facebook o WhatsApp.
Por su parte, la Comisión Europea ha puesto en marcha su ya anunciada iniciativa de una gran Conferencia sobre el futuro de Europa. Una iniciativa que hay que saludar de manera positiva por cuanto se produce en el momento adecuado, una vez que el proceso de integración debe reajustarse con la salida del Reino Unido. Si realmente respondiera a la voluntad de hacer los cambios necesarios para transformar el modelo de integración y evolucionar hacia un modelo federal, democrático y social, quizás estuviéramos a tiempo de construir todavía una Europa unida con capacidad de hacer frente a los problemas que se derivan de la globalización. La Europa de hoy y sus líderes políticos democráticos (desgraciadamente no todos lo son) asisten con perplejidad a las nuevas formas de comunicación y de desarrollo de la política dentro y fuera de las fronteras de la Unión Europea. Ya es triste que los dos artículos del Tratado de la Unión Europea que más han dado que hablar en los últimos años sean el artículo 7 y el artículo 50 en lugar de otros muchos que lanzan mensajes positivos a la ciudadanía europea y al mundo.
Frente a todos los problemas que tiene actualmente el proceso de integración, el planteamiento que se le ha dado a la Conferencia sobre el futuro de Europa, centrado en las políticas de la Unión y no en las necesarias reformas de los Tratados, parece situarse de nuevo en un enfoque funcionalista olvidando que es el propio modelo de integración el que impide la construcción de una identidad europea en torno a la idea de ciudadanía y de procesos democráticos de decisión. Sin avanzar en la democratización nada será posible y especialmente no lo será una mayor legitimidad de la Unión que permita una ampliación de las competencias para que las instituciones europeas puedan realizar su función esencial de mediación entre los Estados miembros y los agentes globales, protegiendo así a la ciudadanía europea frente a la globalización.
Un análisis somero de la evolución de los grandes centros de poder globales, públicos y privados, nos evidencia el progresivo alejamiento de los Estados miembros y de la propia Unión Europea de esos centros de poder. De los grandes conflictos que se están desarrollando en los últimos tiempos en torno al desarrollo tecnológico y a las nuevos sectores productivos, la Unión Europea está ausente y los Estados miembros cuando intervienen lo hacen divididos en función de sus intereses nacionales, sin plantearse siquiera la promoción de una acción política unitaria a nivel europeo. Con el ritmo acelerado de la globalización en el siglo XXI cada año perdido equivale a varios años del siglo XX y llevamos ya dos décadas de retraso para que Europa asume el papel que le corresponde en el contexto global.
No es previsible, lamentablemente, que la Conferencia sobre el futuro de Europa resuelva problemas estructurales de configuración de la propia Unión Europea porque parece haber renunciado de antemano a esa ambición para centrarse de nuevo en mejorar las políticas. Como si las políticas dependieran solamente de la voluntad de los dirigentes europeos y no de las condiciones estructurales que hacen posible su programación e implementación. Como si la legitimación que Europa necesita ante su ciudadanía dependiera solamente de algunos retoques en las políticas que desarrolla actualmente o en los procedimientos a través de los cuales se gestionan. Y sobre todo, como si fuera realmente necesario convocar una Conferencia para conocer el camino a seguir que no es otro que más democracia, más solidaridad, más gasto social, más respeto a los derechos de los inmigrantes, más atención al medio ambiente, más firmeza con las tendencias involucionistas en Hungría y Polonia, más control sobre los agentes globales, los especuladores financieros, las compañías tecnológicas y más atención a la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
Pese a todo ello, si la Conferencia sirve cuando menos para poner sobre la mesa los problemas que actualmente aquejan al proceso de integración y para evidenciar que no se puede perder ya más tiempo en solucionarlos, podrá servir de estímulo para nuevos avances en la unidad de Europa. Aunque el Brexit no es una buena noticia para la Unión Europea, la crisis que inevitablemente va a abrir es también una oportunidad para reflexionar pero, más que sobre el futuro, sobre el presente de Europa. El futuro hace ya tiempo que llegó, impulsado por la aceleración del tiempo histórico, y lo que ha traído no es nada bueno precisamente porque parecía muy lejano y no se pusieron los medios necesarios para afrontarlo. No podemos esperar otros diez años porque lo que nos espera será todavía mucho peor si no nos saltamos algunas etapas de la construcción gradual y funcional de Europa. El tiempo de los “pequeños pasos” de los fundadores no es el nuestro, ahora tenemos que construir Europa de una vez.
La parte monográfica del número 32 de la ReDCE está relacionada con el Coloquio que el 13 de mayo de 2019 celebramos en Hamburgo con motivo del 85 aniversario de Peter Häberle bajo el título “Das öffentliche Interesse – noch immer ein juristisches Problem”. Organizado de manera excelente por Markus Kotzur, el Coloquio tuvo lugar en el Europa-Kolleg de Hamburgo y contó con la participación de todos los discípulos alemanes de Peter Häberle y de muchos otros de diversas partes del mundo (Suiza, Brasil, España, Italia, Portugal, Francia, entre otros países) además de la adhesión de aquellos que no pudieron asistir por diversos motivos, desde México, Perú o Brasil, por ejemplo. Fue una ocasión muy especial de retorno a Alemania de los Congresos que anualmente organizamos en Honor de Peter Häberle con motivo de su cumpleaños desde la Fundación Peter Häberle de Granada en colaboración con otras instituciones y que previamente se habían desarrollado en varias ocasiones en Roma o en Granada así como en Montpellier y en Lisboa. La cita del próximo año tendrá lugar nuevamente en Alemania, en Düsseldorf, bajo la dirección de Lothar Michael.
Precisamente a Lothar Michael se le asignó la Ponencia principal en este Coloquio que conmemoraba también el 50 aniversario del trabajo de habilitación de Peter Häberle “Öffentliches Interesse als juristisches Problem” (1969, publicado en 1970). Junto con esa Ponencia, que se integra en la parte monográfica de este número 32 de la ReDCE, se publica igualmente la réplica de Justus Vasel, que puso un contrapunto imaginativo y sugerente a la extraordinaria construcción de Lothar Michael. Una construcción que va mucho más allá del análisis histórico del texto de Peter Häberle para incorporar una reflexión general sobre la obra de nuestro común maestro. Junto a los dos trabajos anteriores, el texto de Michael Stolleis, que abre la sección monográfica de este número, reanuda un diálogo con Peter Häberle sobre esta temática, que comenzó hace casi cincuenta años. Es también una actualización que desde la historia se dirige a la realidad de nuestros días. Así, citando el comentario crítico de Peter Häberle a la Sentencia Lisboa del TCFA (que en su momento publicamos en el número 12 de la ReDCE) nos dice Michael Stolleis: “Del debate alemán, sin embargo, se desprende la impresión de que la apelación últimamente masiva a los intereses públicos y al bien común descansa sobre una imagen del Estado nacional soberano que, en tal configuración, en absoluto existe ya. Es verdad: las fuerzas políticas que se levantan en Europa contra una mayor integración de los Estados nacionales en la Unión Europea defienden con más intensidad que antes el modelo clásico de Estado, de soberanía, de fronteras nacionales y de bien común (definido en el ámbito nacional). Esto se corresponde con la tendencia, ahora renovada, a buscar en el “interés nacional” refugio frente a la integración transnacional y el libre comercio. Potentes representantes de los intereses nacionales vuelven a fijar la mirada en las oscuras sombras políticas del bien común, en la vieja razón de Estado – quizá sin sospechar que, cerrando así su perspectiva, el mundo queda desenfocado”.
Ciertamente no se puede dejar de compartir este planteamiento tan certero, pero hay que convenir también con Peter Häberle en la necesidad de no ceder los grandes conceptos que nos han inspirado históricamente a aquellos que quieren desvirtuarlos y utilizarlos en meras formulaciones retóricas como la “retórica del bien común” a la que se refiere Michael Stolleis o como el nombre de “pueblo” al que apela Peter Häberle en su trabajo publicado en el número 29 de la ReDCE sobre el constitucionalismo como proyecto científico: “Me niego a regalarle la palabra populus a los populistas. Pensemos en Cicerón y su res publica, res populis, en los romanos con su senatus populus romanus, en el no menos famoso we the people, en la inscripción del Reichstag “el pueblo alemán”, o en el hecho de que, en la mayoría de los Estados, se considere que el poder judicial se expresa “en nombre del pueblo”.
Dentro de la comunidad häberliana que integra esta parte monográfica del número 32 de la revista ocupa un lugar muy destacado nuestro amigo el Profesor Paolo Ridola, Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad La Sapienza de Roma, a quien su Facultad le ha dedicado un Homenaje con motivo de su jubilación bajo el título “Esperienza giuridica e comparazione costituzionale Giornata di studio in onore di Paolo Ridola” el 8 de noviembre de 2019. El equipo de dirección de la ReDCE, que integra a varios de sus discípulos españoles, quiere sumarse a un Homenaje al que tuvimos ocasión de adherirnos personalmente con nuestra participación en el encuentro de Roma los Profesores Miguel Azpitarte Sánchez, Juan Francisco Sánchez Barrilao y yo mismo. Ni que decir tiene que el Profesor Ridola, que es un referente intelectual y humano para nosotros, no se jubilará nunca en Granada donde esperamos contar con él para muchas iniciativas futuras.
En el apartado de felicitaciones tenemos que incluir también a Francisco Javier Donaire Villa por la reciente concesión por la Asociación Española para el Estudio del Derecho Europeo del Premio de Estudios Jurídicos Europeos Eduardo García De Enterría al artículo que publicara en el n. 29 de nuestra revista sobre “¿Los derechos en serio en la Eurozona? Los recortes, las condicionalidades, la Carta y el Tribunal de Justicia”.
Motivo de especial satisfacción es la felicitación al Profesor José María Porras Ramírez, miembro del equipo directivo de nuestra revista, por la reciente concesión de una Cátedra Jean Monnet de Derecho de la Unión Europea. Se trata de un merecido reconocimiento a su trayectoria intelectual y académica con una proyección internacional cada vez más importante y una presencia destacada en el debate europeo. Para mí personalmente es también un motivo de orgullo por lo que supone de continuidad con una trayectoria iniciada hace ya muchos años en el ámbito del Derecho Europeo que con el Profesor Porras Ramírez seguirá generando importantes logros en el futuro.
En la Sección de Artículos se publica en primer lugar mi trabajo “Redes sociales, compañías tecnológicas y democracia” que es continuación de una reflexión ya iniciada en el número 30 y que se corresponde con diversas ponencias impartidas en congresos y cursos celebrados en Alemania, España, Italia, Portugal y Brasil en los que he tenido ocasión de debatir algunos extremos de las cuestiones que se plantean en el texto. En segundo lugar, se incorpora el artículo “La (i)lógica de la Constitución británica frente al Brexit” de Natalia del Barrio Fernández con la que hay que coincidir plenamente en la valoración de que el Brexit, se inició como una crisis política, pero parece destinado a convertirse inevitablemente en una crisis constitucional. Ojalá que, como apunta la autora, de este caos puedan surgir nuevos desarrollos en el orden constitucional para el Reino Unido. De ser así seguramente serían también inspiradores, como lo han sido históricamente, para el desarrollo del constitucionalismo de nuestro tiempo. Por último, publicamos en esta Sección el trabajo de José Eduardo Ilueca Ballester sobre “La iniciativa ciudadana europea: una institución participativa sui generis en proceso de revisión”, coincidimos con el autor en la necesidad –en este ámbito como en otros muchos- de propiciar reformas de los Tratados que permitan superar las deficiencias actuales.
En la Sección Perfiles/Noticias, contamos nuevamente con el privilegio de poder publicar una referencia preparada por Antonio Jiménez-Blanco Carrillo de Albornoz, en este caso sobre el XIV Congreso de la SIPE celebrado en Riga durante los días 13-15 junio de 2019. Congreso dedicado básicamente (aunque no solo, como indica el Profesor Jiménez-Blanco) a las temáticas relacionadas con los desafíos que plantean las nuevas formas de comunicación digital para el Estado y para la democracia. El texto contiene, como es habitual en el Profesor Jiménez-Blanco, un relato muy preciso de las ponencias en sus aspectos esenciales al tiempo que incorpora una reflexión propia sobre las cuestiones que en ellas se plantean, con aportaciones de gran interés que enriquecen el debate académico.
La Sección dedicada a los Textos Clásicos contiene un texto del insigne jurista italiano Mario Dogliani, Profesor emérito de la Universidad de Torino, sobre “La faz constitucional de la seguridad”. La actualidad de la reflexión que contiene se evidencia en el siguiente párrafo: “Las sociedades pluralistas conflictuales de la Segunda Postguerra han retomado el hilo de una tradición que se interrumpió con la crisis del Estado liberal, pero que ha acompañado de forma perenne la historia de nuestra civilización: la de los movimientos culturales y políticos que de diversa forma intentaron que prevalecieran los vínculos racionales sobre los emocionales, buscando alentar condiciones que permitieran a los Estados vivir “como si” los ciudadanos fueran decisores racionales. (Y en el colaborar en esta viejo empeño esta la grandeza de nuestro trabajo como constitucionalistas). Pero eso no impide que el fondo emotivo, irracional, siga ahí. Por esta razón siempre pueden reaparecer concepciones de la política fundadas sobre la distinción amigo-enemigo (externo e interno) que utilizan unos mecanismos eficacísimos y extremadamente difíciles de combatir, como demuestra el advenimiento de los fascismos”.
La Sección de Jurisprudencia contiene un trabajo de Octavio Salazar Benítez sobre “El derecho a la identidad sexual de las personas menores de edad. Comentario a la STC 99/2019, de 18 de julio de 2019”. Se trata de un texto de gran densidad teórica que propugna nuevos paradigmas de comprensión de la identidad sexual a la vez que propone una ordenación legislativa que responda al reconocimiento del derecho a la identidad como proyección de la dignidad y el libre desarrollo de la personalidad.
En la Sección de Legislación, dirigida por María Luisa Balaguer, se incluye una amplia variedad de reglamentaciones europeas. Entre ellas, las relativas a la competencia en material matrimonial y de responsabilidad parental y sobre la sustracción internacional de menores, a la conciliación de la vida familiar y la vida profesional de los progenitores y los cuidadores así como otras de carácter institucional o decisiones relativas a iniciativas legislativas ciudadanas y también la relacionada con la prórroga del plazo del Brexit hasta el 31 de enero de 2020.
En el Foro publicamos una reflexión de Massimo La Torre sobre Europa: “Europa como voluntad y como representación. Ascenso y declive del constitucionalismo supranacional”. El texto contiene una brillante reflexión filosófica sobre el desarrollo de la integración europea, a partir de sus fundamentos económicos iniciales, que se imponen a la política, hasta su última evolución derivada de la crisis económica y de las medidas de austeridad. Un momento en el que los principios de igualdad y solidaridad se quiebran, como muy gráficamente expone Massimo La Torre, en la línea divisoria entre acreedores y deudores. Una solidaridad que se niega expresamente a los inmigrantes, marcando sin duda una última fase de ese declive que se enuncia en el título del artículo.
La Sección de noticias de libros contiene, en primer lugar, la recensión que ha realizado Antonio Pérez Miras del libro de Óscar Alzaga Villaamil, Discursos parlamentarios (y otras disertaciones), publicado por Marcial Pons en 2019. Como muy bien dice Antonio Pérez Miras, en este libro el Profesor Alzaga nos regala una “recuperación de la memoria, de su memoria, y con ello nos agranda la memoria colectiva de los primeros años de experiencia democrática”.
En segundo lugar, damos noticia de la publicación de una obra que puede calificarse ya como un clásico por la entidad de los textos que contiene y por la condición de su autor, uno de los grandes constitucionalistas europeos de nuestro tiempo. Se trata del libro Per la Costituzione. Scritti scelti, Vol. I y II, de Alessandro Pace, con prólogo de Michela Manetti y publicado por Editoriale Scientifica en Nápoles en 2019. Nadie más indicado para comentar este libro que Francisco Bastida que, como correspondía, ha realizado no solamente una valoración de la obra sino también un magnífico y entrañable perfil de su autor cuya lectura es muy aconsejable para las jóvenes generaciones de constitucionalistas, como el propio Profesor Bastida señala.
En los agradecimientos tenemos que referirnos en primer lugar a Thomson Reuters y a la Fundación Peter Häberle, que contribuyen decisivamente a la publicación de la ReDCE. En el ámbito nacional hay que mencionar el Proyecto de Investigación DER2016-77924-P, “Los Derechos Fundamentales ante las crisis económicas y de seguridad en un marco constitucional fragmentado” y en el ámbito europeo, a la Cátedra Jean Monnet “ad personam” de Derecho Constitucional Europeo y Globalización así como a la Cátedra Jean Monnet "Integration of asylum-seekers and refugees in the European Unión".
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