"ReDCE núm. 32. Julio-Diciembre de 2019"
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La memoria es un bien preciado que, en época de turbulencias como las actuales, cobra un mayor protagonismo para todos los que desde la moderación buscan el equilibro de la sociedad que permita respetar su pluralismo intrínseco. Sólo respetando el pluralismo se puede hacer verdaderamente efectivo el libre desarrollo de la personalidad que propugna nuestra Constitución. El libro del que damos noticia es un ejercicio de memoria, un ejercicio necesario que nos coloca ante el espejo de la historia para recordar las dificultades y las virtudes del momento constituyente, al tiempo que es prueba palpable del alto nivel intelectual que sustentó ese hito histórico.
El Prof. Alzaga nos regala esta recuperación de la memoria, de su memoria, y con ello nos agranda la memoria colectiva de los primeros años de experiencia democrática. Como reza el título de la obra, a través de sus discursos parlamentarios, y de otras disertaciones, tenemos un testimonio vivo que presenta un interés actual formidable. Aunque aquí nos encontramos más la faceta política de D. Óscar Alzaga, llama la atención la profundidad y el fondo de todas sus intervenciones, limitadas por los tiempos parlamentarios, que no se apartan en ningún momento del rigor académico. Esta me parece una lección transversal de esta reunión de parlamentos para la política actual, que parece sólo una efectiva mercadotecnia ausente de valores basilares, con lo que el arte de la política no viene encarnada por la solidez argumental. En este libro sí se hace justicia a ese término y el lector va a disfrutar verdaderamente de ese arte de la política en un doble sentido: en primer lugar, va a gozar de un rico y exhaustivo lenguaje, una oratoria cuidada con alto valor literario; en segundo lugar, nos va a generar una sana envidia por la altura política de elegantes formas. Hoy estamos huérfanos de ambos extremos. Por ello es de agradecer que el Prof. Alzaga siga inquieto en su actividad intelectual y recupere la tradición de este género literario, habiendo recopilado los discursos de una época fascinante.
El contenido de los mismos tiene un gran valor para el académico, pues es un soporte histórico que contextualiza algunos de los problemas actuales. No sólo por el goce de leer un castellano culto, este libro es muy útil para que el investigador conozca el pensamiento de uno de los protagonistas de la Transición, sabiendo que en todo momento puede extraer enseñanzas doctrinales del mismo. La faceta universitaria está siempre presente porque todas sus intervenciones, desde las conferencias a las interpelaciones parlamentarias, aúnan la teoría y la realidad, son un ejercicio práctico de las posiciones que se defienden. Sirven hoy de ejemplo, en la Universidad revolucionada por Bolonia, de que la práctica constitucional no es posible desde los eslóganes vacíos sin mucho estudio previo que cimente los valores constitucionales y, en especial, la tolerancia y el respeto tan necesarios para la sociedad plural. La dialéctica política puede estar exenta de descalificaciones, al tiempo que se defienden razonamientos que buscan honestamente el interés general, tanto en posiciones gubernamentales como en la oposición.
Los textos que se incluyen en esta obra se encuentran divididos formalmente en once partes que responden a una ordenada sistemática temporal, material y local. La parte central reúne los discursos parlamentarios en Comisión y Pleno, de la legislatura constituyente, y de las posteriores en la que se debatieron las principales leyes de desarrollo, tanto dentro del partido del gobierno como desde la oposición al PSOE de Felipe González con sus entonces cómodas mayorías. Reúne una década de intenso trabajo, una década decisiva para el devenir de nuestro país, en el que el lector va a encontrar todos los temas polémicos y controvertidos, que incluso algunos hoy colean irresolutos. En este sentido, cobra aún mayor interés académico las posiciones del Prof. Alzaga pues transcienden el mero interés político y son esa muestra práctica de un pensamiento que evidencia la ausencia de improvisación de quien habla desde el conocimiento y el convencimiento.
Centrándonos ahora en los debates y discursos parlamentarios, estos se encuentran recogidos desde la parte II hasta la IX. En ellos sólo se cuenta con la excepción de la parte VI, que recoge el discurso redactado para Adolfo Suárez, que leyó en la sesión de aprobación del texto constitucional. La nota previa al mismo en el que recrea las circunstancias y detalles sutiles de aquel atraco nocturno esbozarán al lector una sonrisa ante la petición presidencial. En el resto de casos, son de especial interés los debates constituyentes, en Comisión y Pleno (partes II y III), por su especial transcendencia para comprender mejor el resultado final, que muestra además que la paternidad de la Constitución puede (y debe) predicarse más allá de los Ponentes. Ahí se abordan temas capitales como la soberanía, la monarquía, derechos fundamentales (en concreto la libertad ideológica y religiosa, el derecho de educación y la libertad de enseñanza) y su suspensión, la concesión de la extradición, la cuestión de inconstitucionalidad, la iniciativa legislativa y el sistema electoral del Congreso. De esa época también nos da cuenta de dos temas, debatidos entonces como proyectos de ley, que siguen vigentes y necesitados siempre de una posición doctrinal crítica: la protección jurisdiccional de los derechos fundamentales de la persona y de la modificación del Código penal en materia de terrorismo. En esta línea, también hay una muestra de su participación en las primeras leyes necesarias para hacer palpable el nuevo orden constitucional: los proyectos de ley orgánica del Tribunal Constitucional, del Defensor del Pueblo, de los estados de alarma, excepción y sitio y del estatuto de los centros escolares. Aquí es de resaltar la voluntad de llegar al acuerdo, especialmente palpable en las primeras, lo que evidencia que nuestro autor era sabedor del momento histórico y de su alto y noble sentido de la política.
Un segundo bloque de sus intervenciones estaría marcado por su paso a la oposición al Gobierno socialista de Felipe González, con elegantes debates en los que, desde la discrepancia política, se vivifica la importancia del derecho de la minoría a intervenir en un debate parlamentario, en un escenario a priori perdido, y la latente búsqueda del acuerdo en los temas abordados. Temas que para nada fueron menores, pues giraron en torno al derecho de educación, las escuchas telefónicas, el poder judicial y el régimen electoral, todos ellos hoy necesitados aún de debates serenos y consensos profundos que faciliten su reforma y puesta a punto. Esta fase en la oposición se cierra con la parte IX en la que se recogen tres discursos bien armados, y a cuál más impecable, en la sesión de investidura de Felipe González en la III Legislatura (1986) y en 1987 el debate de la Ley de Presupuestos Generales y el Debate del Estado de la Nación.
Estos discursos parlamentarios van enmarcados por esas disertaciones que merecen, a mi juicio, una especial atención, porque cada uno responde a unas mismas convicciones moldeadas por el momento histórico en que se expresaron. Nos referimos, en primer lugar, al texto que abre la obra: una conferencia pronunciada el 20 de enero de 1977 como una contribución a la oposición del franquismo que asentaba las bases democráticas para unas elecciones generales, que tenía que dar como resultado un genuino proceso constituyente. Cierra con el discurso como Presidente del Partido Demócrata Popular ante su II congreso nacional, el 26 de enero de 1985. En ambos es evidente que el frío del invierno no quebraba un ápice sus convicciones políticas de demócrata cristiano ni menguaba el impulso y coraje de defenderlas con pasión. Desde mi punto de vista, aquí es donde mejor se ve el profesor político, pues su oratoria está envuelta del aplomo de quien habla desde la honestidad del conocimiento, sin maquillajes, piruetas o fuegos de artificio que busquen el aplauso fácil para el momento de conexión en directo para el informativo o programa de entretenimiento político de turno, para el corte de radio o de televisión de contadísimos segundos. Expone ideas claras pero complejas, que sobrepasan la requerida sencillez actual del tuit, por lo que el lector en esos textos no sólo no va a encontrar una sucesión de simplezas concatenadas sino que sentirá cierta nostalgia al comprobar que sendos momentos complejos, como el llamamiento a la unidad del centro y la delimitación del espacio político del PDP, podían trasladarse mediante un uso preciso de la palabra (y elevado).
El broche del libro se encuentra en una interesante entrevista publicada en Historia Constitucional, en el nº 19 de 2018, en el que hace un repaso a esa década prodigiosa en la que el Profesor Alzaga fue un solvente protagonista político de indubitada talla intelectual, y que el lector puede comprobar de primera mano. Sería quizá demasiado fácil en este punto, o casi naturalmente esperado ensalzar ese tiempo pasado frente a la mediocridad del presente pero ello no haría justicia a la realidad de la noticia del libro que ahora presentamos: la brillantez de su protagonista y que es una constante en el tiempo que rompe con esa disquisición. Porque D. Óscar Alzaga, político-profesor o profesor-político, ha coadyuvado con ambas facetas para que nuestra sociedad disfrute de la realidad constitucional que se le hurtó al país durante largos periodos. Y con esta nueva publicación, el constitucionalista, joven y no tan joven, estudiosos en general, tiene un testimonio fiel de los valores que impregnaron los primeros pasos de la democracia. Además, este género literario es de gran utilidad para conservar el pensamiento de un intelectual que puso, y sigue poniendo, su genio al servicio de una gran empresa como es un Estado constitucional para una sociedad plural.
Los grandes temas que siguen de actualidad, y que ya hemos ido desgranando, merecen ser vistos desde los ojos de la memoria de un protagonista de un tiempo apasionante, pues en ese pasado cercano puede que se encuentren las bases para el consenso futuro. Una gran ventaja de la recopilación sistemática de estos discursos (y disertaciones) es que permite hojear el libro y centrarse en temas y momentos concretos, disfrutando siempre de una oratoria emanada desde el respeto al adversario político. Con todo y por todo ello, las generaciones de constitucionalistas que venimos detrás de esos maestros que en un momento determinado supieron dar el salto a la Política, por compromiso real y responsabilidad (pienso aquí también por ejemplo en D. Pablo Lucas Verdú), tenemos en ellos una guía para ser también responsables ante el tiempo turbulento en que vivimos. Estos discursos bien son un manual para el que sienta que fuera del aula puede contribuir a un constitucionalismo efectivo. Al fin y al cabo, si la Constitución no impregna cada rincón de la sociedad el titánico esfuerzo de aquellos constituyentes corre el riesgo de petrificarse como una imperfecta democracia que no ha sido capaz de expandir todos los valores que parecían encarnarse en potencia en aquella generación, a la que tanto debemos.
En definitiva, una lectura altamente recomendada por su contenido material y la calidad de las intervenciones, que permite al curioso disfrutar de unos discursos que hoy escasamente podrá encontrar de modo similar entre la clase dirigente y satisfacer el conocimiento de la conformación de la Constitución y de las principales leyes orgánicas de nuestro país. Y del inacabado y constante debate sobre la educación, metáfora esta última de los problemas que recorren la historia reciente. En su conjunto, un ejercicio de memoria necesario que es de agradecer.
Resumen: Noticia del último libro de Óscar Alzaga Villaamil publicado por Marcial Pons en 2019: “Discursos parlamentarios (y otras disertaciones)”.
Palabras clave: Óscar Alzaga; Discursos parlamentarios; Transición; Debates constituyentes; Procedimiento legislativo.
Abstract: Brief review of the last book of Óscar Alzaga Villaamil published by Marcial Pons in 2019: “Discursos parlamentarios (y otras disertaciones)”.
Key words: Óscar Alzaga; Parlamentary Speeches; Transition; Constituent Debates; Legislative procedure.
Recibido: 8 de diciembre de 2019.
Aceptado: 10 de diciembre de 2019