Revista de Paz y Conflictos
ISSN: 1988-7221

La Educación para la Paz aplicada a la Tutoría Académica en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México[1]

Por Martha Esthela Gómez Collado.

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Resumen

El presente trabajo presenta un resumen conceptual sobre los Estudios para la Paz, específicamente sobre la Educación para la Paz ya que se abordará la base teórica del pedagogo español Xesús R. Jares y sus elementos sustanciales como son la paz positiva y la perspectiva creativa del conflicto. Se analiza también la educación desde una visión humanista y la educación en valores. Se resalta la importancia que tienen los valores en la educación, así como la importancia de la clarificación de valores en los tutorados, así mismo de los Programas de Tutoría Académica en la Universidad Autónoma del Estado de México, caso específico: La Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

Considero que esta investigación puede aportar muchos elementos fundamentales y contribuir a dar los primeros pasos para lograr bajo los principios de la Educación para la Paz, una Cultura de Paz en la práctica, es decir, a través de la implementación de un programa de Intervención Tutorial proponer el diseño, aplicación y evaluación de un Plan de Acción Tutorial que de respuesta a las necesidades académicas de la Institución, esto, para efectuarla en el año de 2010.

Palabras clave: Estudios para la Paz, Educación para la Paz, Cultura de Paz, Paz positiva, Programa de Tutoría Académica, Tutores y Tutorados.


Abstract

This paper presents a conceptual abstract of the Peace studies, specifically on Education for Peace through the theoretical basis of professor Xesús R. Jares and the substantive elements such as positive peace and creative perspective of the conflict.

It also analyzes the education from a humanistic vision, the importance of values in education and clarification of values in the tutoree, likewise for Academic Tutoring Programs at the Autonomous University of Mexico State, the specific case: Faculty of Political and Social Science.

I believe this investigation can provide many fundamentals elements to contribute to the first steps to achieve a culture of peace in practice under the principles of Education for Peace. Thus, based on the implementation of an Intervention Tutorial Program propose the design, implementation and evaluation of Tutorial Action Plan, which responds to the academic needs of the institution, to carry out in 2010.

Keywords: Peace Studies, Education for Peace, Culture of Peace, Faculty of Political and Social Science, Academic Tutoring Program, Tutoree and Tutors.


1. Introducción

Para analizar este tema es necesario primero hablar de manera muy general sobre los Estudios para la Paz y sobre sus grandes concepciones de paz, violencia y conflictos se van desarrollando a lo largo de los años por Johan Galtung y otros autores dedicados al tema. Galtung crea en Oslo, Noruega en el año de 1959, los Estudios para la Paz como una ciencia aplicada y orientada básicamente en valores. Las diferentes acepciones conocidas como paz negativa (ausencia de guerra), paz positiva (satisfacción de necesidades humanas básicas) y paz cultual, paz neutra o Cultura de Paz. Otros autores hablan de paz neutra (Jiménez Bautista, 2009)[2]. En cuanto a la violencia, existen diferentes tipos y dimensiones, tales como la violencia directa (física, psicológica y verbal), la violencia estructural (cuando existe pobreza, marginación, exclusión, migración, etc.) y la violencia cultural y/o la simbólica (que legitima o promueve la violencia directa y la estructural).

Mientras que los conflictos, como sabemos, es tener objetivos diferentes, incompatibles que hacen que no se logren acuerdos. Y existen, como señala Johan Galtung (2004)[3] los micro, meso, macro y mega conflictos, entendidos estos últimos entre religiones y civilizaciones. Cada uno de estos conflictos se desarrollan en diferentas ámbitos, contextos y culturas que hacen indispensable una gestión, resolución y transformación creativa para poder resolverlos. Para lograr esto, no se puede utilizar un manual, modelo o guía, simplemente es analizar todos los elementos que intervienen en el conflicto, diagnosticar y plantear creativamente soluciones o alternativas viables.

El conflicto se presenta cuando hay situaciones de disputa en la que existen distintos intereses, necesidades, sentimientos, conductas, percepciones, valores, afectos entre personas o entre grupos de personas que tienen metas totalmente incompatibles. Algunas veces se relaciona el conflicto con la violencia, pero la violencia es solamente una de las vías de resolución, es destruir al otro.

Jares (2004a)[4] señala que existen conflictos educativos que comprenden los existentes entre profesores, entre profesores y alumnos, entre alumnos, entre profesores, coordinadores y dirección de la Institución, entre padres de familia, en la administración escolar, entre los órganos colegiados, entre otros. Además, sugiere que estos conflictos sean tratados desde la Educación para la Paz haciendo énfasis en educar desde y para el conflicto. Esto hace necesario el aprender a convivir desde el hogar para poder continuar en la escuela desde el preescolar hasta la universidad. Jares afirma que “convivir significa vivir unos con otros basándonos en unas determinadas relaciones sociales y en unos códigos valorativos forzadamente subjetivos en el marco de un contexto social determinado” (Jares;2006:114)[5]. Educar es simplemente incorporar valores a la vida. Jares menciona que a través de los valores podemos pensar, actuar, decir, explicar y dar coherencia a nuestra vida.

Los valores se aprenden gracias al ejemplo de los demás. Estos se proponen, no se imponen. La educación en valores se compromete con determinados principios éticos que sirven para evaluar nuestras acciones y las de los demás. El valor se encuentra muy relacionado con la personalidad de cada individuo ya que afecta su conducta, configura y modela sus ideas y condiciona sus sentimientos. El problema inicia cuando en la sociedad las demás personas no cuentan o no comparten los mismos valores que uno.

La escuela y en este caso la Universidad como Institución formadora de valores debe interesarse y ocuparse en la educación moral ya que forma parte de la educación integral de la persona ayudando a los estudiantes a construir sus propios criterios y tomar sus propias decisiones para que sepan planear y enfocar su vida, así como vivirla de la mejor manera.

Es necesario clarificar los valores en los tutorados para estimular su proceso de valoración y que estos se den cuenta de cuáles son realmente sus valores y puedan sentirse responsables y comprometidos con ellos. La clarificación de valores ayuda a la integración de pensamiento, afectividad y acción.

La tendencia del nuevo modelo educativo esta enfocada para que los alumnos de nivel licenciatura adquieran una educación integral, significativa, creativa, competitiva, flexible, abierta al cambio y que sea todo un proyecto de vida del estudiante, es decir, que cubra los aspectos intelectuales, humanos, sociales y profesionales encaminados a construir una Cultura de paz.

El contenido de la investigación se divide en varios capítulos que abordan el marco teórico-conceptual sobre los Estudios para la Paz, la Educación para la Paz, la Educación en valores, la Teoría de Conflictos y la violencia. En una segunda parte, se habla de los Programas de Tutoría Académica, específicamente en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEM y la última parte será referente al Plan de Intervención, es decir, diseñar, aplicar y evaluar este Plan de Acción Tutorial que se tiene planeado realizarlo en el año 2010.


Una visión humanista de la educación

La educación básicamente se le conoce como enseñanza, como un proceso de transmisión de conocimientos, como una acción exterior que busca cambiar al educando desde la situación actual hacia otra situación deseada. Fernández Herrería afirma que el educador (profesor) debe respetar las tendencias genéticas al crecimiento, como las capacidades y ritmos concretos de cada persona, convirtiéndose entonces, el profesor en facilitador del proceso enseñanza–aprendizaje. Agrega, “la educación se define más por el aprendizaje que por las enseñanzas” (Fernández Herrería, cfr.: López; 2004:348)[6].

Desde el enfoque humanista y la Escuela Nueva que enfatiza Xesús R. Jares (1999 y 2004b)[7] su objetivo es centrarse en el alumno, en la persona para que sirva de autorrealización, autoformación, desarrollo de las capacidades como ser humano, por lo tanto, la educación debe ser la autorrealización integral de las posibilidades humanas. Fernández Herrería señala que existen tres niveles en la educación, en primer término sería la instrucción, el adoctrinamiento[8] o el entendimiento, en el segundo nivel está la formación que es cuando el educando empieza a comprender y adquiere una capacidad de reflexión y de valoración crítica y el tercer nivel integra los dos niveles anteriores y le agrega la formación de un criterio de contenido que incluye valores éticos y morales.

En este sentido, Martín López Calva define a la educación como …“un proceso por el cual los seres humanos se van autoconstruyendo en comunicación con otros seres humanos” (López;2006:9)[9] y añade que todo proceso de enseñanza – aprendizaje que se desarrolle en las aulas, debería tener como fin último la personalización progresiva de los estudiantes por medio del aprendizaje de conocimientos, de desarrollo de habilidades y talentos, de trabajar con las actitudes y hábitos, de actividades curriculares, de la convivencia social y de todo lo que conforma la vida cotidiana en las instituciones de educación superior y universidades.

Desde la perspectiva de la educación personalizante que explica López Calva, el trabajo educativo tiene que transformarse a partir de la reflexión crítica y comprometida con su propia búsqueda personal y profesional. De tal suerte, que la educación ya no tendría que ser capacitación técnica, entrenamiento o adoctrinamiento (como lo critica Freire), político o económico, limitarse a la instrucción, memorización, o la típica reproducción de conocimientos, sino mejor dedicarse a la búsqueda consiente de la educación personalizada. Para lograr este trabajo formativo en los estudiantes, es necesario que los profesores realicen un cambio a fondo en la manera de entender y realizar su práctica docente, así como ir construyendo una nueva cultura docente basada en valores.

Rugarcía señala que la educación se encuentra en un estado de ilusión y simulación ya que en las aulas los docentes “hacen como que enseñan y los alumnos hacen como que aprenden” (cfr.: López;2006:165)[10]. Esto es, un círculo vicioso en el cual los alumnos son formados con conceptos y a través de la memoria, se les enseñan recetas prácticas y sencillas, son adiestrados mediante una disciplina acrítica, ya que los docentes que están frente de ellos fueron educados de la misma manera. Ya que van reproduciendo actitudes y acciones observadas en los docentes que los educaron y no reflexionan si esta es la mejor manera de educar. Es necesario tener muy claro que […]” educar es enseñar el arte de llegar a ser humano y ese arte se aprende solamente en el contacto con otro ser humano que nos contagie a propósito, es decir, que tenga la intención sistemáticamente planificada, vivida y evaluada, de contagiar de humanidad a otros buscando, para ello, su complicidad, su libre compromiso para irse dejando contagiar” (López;2006:183)[11].

La finalidad de la docencia es el desarrollo humano en virtud de que desde el preescolar hasta el nivel superior se trata de desarrollar las capacidades de las personas integralmente en el área del conocimiento que el individuo elija fomentando los valores éticos y morales para formar individuos responsables, capaces que desarrollen su profesión dignamente tendiendo a satisfacer todas sus potencialidades básicas para lograr una paz positiva. Y por otra parte, el docente tiene el desafío intelectual de propiciar el aprendizaje de contenidos, de lenguajes, de temas, de gestión, resolución y transformación de conflictos, entre otros. Sin embargo, el docente individual continúa haciendo y rehaciendo sus cursos con base en su propia creatividad, imaginación, inspiración y aprendizaje adquirido con anterioridad.

En este proceso de transformación se tiene que romper con la monotonía tradicional de las clases como un espacio de conferencias en el cual solamente se rinde culto al conocimiento y a la transmisión de información para dar paso a que el cuerpo y la mente se integren en procesos de descubrimiento a partir de las propuestas docentes, en donde se encuentren los aspectos lúdicos y estéticos para que produzcan una satisfacción gratificante en el aprendizaje, donde la búsqueda intelectual conduzca al cuestionamiento e indagación de insight[12] directos, reflexivos y deliberativos en los diferentes ámbitos de la preocupación y no solamente la repetición de conceptos.

Con respecto a este punto Galtung plantea[13] en la entrevista realizada, que debemos dejar las clases tradicionales estilo conferencias y dar paso al cambio de arquitectura de los salones para que existan mesas redondas en donde todos los alumnos y el profesor se encuentren alrededor de la mesa dialogando, discutiendo, hablando de una manera más libre ya que esto representa igualdad, respeto mutuo, simetría, comunicación, entonces -continua Galtung- quisiera ver que todas la universidades disminuyan el número de auditorios al mínimo y tengan salas horizontales sin que existan en el fondo un tribunal para lograr el diálogo, la creatividad, en una palabra el aprendizaje más libre.

En la Educación para la Paz se da un proceso de búsqueda permanente de la verdad que esto implica el desarrollo de las habilidades de razonamiento lógico del docente, de los alumnos y de la capacidad de ambos para buscar argumentos sólidos, verificación de pruebas y que esto lleva a la formulación de preguntas para la reflexión donde las interrogantes pueden ser ¿en realidad es así o solamente es apariencia?, ¿en realidad esto es como yo lo interpreto o entendí?, etc. Esto da como resultado la inteligencia reflexiva que se puede entender como la parte que abre a la persona la posibilidad de conocer la realidad más allá de sus propias opiniones o construcciones lógicas. Sin embargo, es necesario trabajar mucho este aspecto ya que no todos los docentes llegan a este grado de profundidad reflexiva dentro de sus aulas en la impartición de sus clases y es necesario impulsar este cambio de cultura docente para ir construyendo en los alumnos esa búsqueda permanente de la verdad a través del razonamiento lógico.

El proceso de transformación docente implica la apertura moral del docente para que este proceso formativo incluya no solamente aprender y aplicar valores universales sino plantearse y responder preguntas difíciles como lo menciona Johan Galtung [14] para llegar a un proceso de trascendencia. Esto llevará al profesor a saber que no solamente tiene que “enseñar valores” sino que tiene que facilitar y promover los procesos mediante los cuales los alumnos sean capaces de plantear una serie de interrogantes para desarrollar la capacidad de valoración. El resultado de este proceso moral del docente tendría que conducir a la formación de profesores genuinos, auténticos que sean personas en búsqueda de una sincera humanización, en búsqueda de la honesta personalización de los alumnos.

Desde este planteamiento, los docentes tendrán que ser más concientes de lo que saben, lo que creen, lo que dicen, lo que quieren, de lo que valoran y buscan en la práctica cotidiana en el aula, sino se da este proceso entonces los docentes no sabrán cómo buscar e investigar y estarán llenos de dudas, incertidumbres e interrogantes que rodean la actividad docente y producirán un efecto multiplicador muy complicado. La transformación docente implica entonces “[…] volver al docente más humano, más consciente y más comprometido en un proceso por el cual vaya continuamente profundizando en lo que entiende por educar y ser profesor […]” (López;2006:215)[15] en aras de mejorar la calidad de la educación. Cada docente entonces, tendrá que buscar ser genuinamente él o ella mismo tanto a nivel personal como profesional y esto no implica dejar aun lado las técnicas y herramientas de enseñanza ya que esto no modifica el fondo solamente cambia la forma o manera de exponer.

Partiendo de este criterio entonces, el profesor es el que educa, pero “el profesor inauténtico, mediocre, apático y rutinario será seguramente personificación de lo insignificante, de lo vacío, de lo insípido, para sus alumnos” (López;2006:216)[16].

Es necesario ir construyendo un marco de investigación y de reflexión amplia y consistente que permita a los profesores ir descubriendo, entendiendo y actualizando en las aulas e instituciones, los valores que componen una educación y el significado de educar como valor final en fase de construcción y vivencia acumulada en la historia.

Existe una relación dinámica y dialógica entre la búsqueda a través de la investigación y la reflexión para ir conduciendo la actividad del profesor hacia una educación personalizada y modificar de esta manera la mentalidad y práctica docente hacia un acercamiento hacia los alumnos en las aulas y hacia un compromiso de colaboración con el cambio institucional y social.


3. Conceptualización de Educación para la Paz.

Para llegar a una definición de la Educación para la Paz, es necesario conocer el modelo que elabora Xesús R. Jares y que dicho esquema se basa conceptualmente a través de lo crítico – conflictual – noviolento y se fundamenta en dos conceptos básicos: la paz positiva y la perspectiva creativa del conflicto. Bajo estos dos argumentos se desarrolla lo más característico y representativo que ayudará a comprender mejor los elementos, la perspectiva y el enfoque en el que trabaja Jares.

Desde este punto de partida, Jares ubica a la Educación para la Paz en el paradigma sociocrítico integrando determinados aspectos y propuestas del enfoque interpretativo. Bajo estos criterios, la define como “un proceso educativo, dinámico, continuo y permanente, fundamentado en los conceptos de paz positiva y en la perspectiva creativa del conflicto, como elementos significantes y definidores, y que, a través de la aplicación de enfoques socioafectivos y problematizantes pretende desarrollar un nuevo tipo de cultura, la cultura de la paz, que ayude a las personas a desvelar críticamente la realidad para poder situarse ante ella y actuar en consecuencia” (Jares;1999:124 y 2004b:31)[17]. Al hablar de un concepto de paz positiva, analiza diferentes elementos que pueden definirla como la conocemos actualmente y la relaciona con el concepto de justicia social, desarrollo, derechos humanos y democracia. Afirma que estos conceptos están íntimamente relacionados y que el derecho a la paz, forma parte de la tercera generación de derechos humanos ya que incluye y engloba prácticamente todos los demás derechos humanos. En cuanto a la perspectiva creativa del conflicto, considera que en la educación es necesario gestionar, resolver y transformar los conflictos de tal manera que nos sirvan de aprendizaje y experiencia para que podamos convivir con ellos.

En este sentido, Galtung afirma que Gandhi definía el conflicto como “lejos de separar a dos partes, el conflicto debería unirlo, precisamente, porque tiene su incompatibilidad en común. La incompatibilidad debería enfocarse como un lazo, ligándolos, juntándolos porque sus destinos son aceptables. Debido a que tienen su incompatibilidad en común deberían esforzarse para llegar juntos a una solución”… (cfr.: Jares;1999:71)[18].Esta visión de Gandhi es la que aplica Jares al tratar de llegar las partes en conflicto a una gestión, resolución y transformación y cambio para llegar a posibles soluciones pacíficas.


4. Los componentes de la educación para la paz

Entre los componentes básicos se encuentra la Educación para la comprensión internacional, la Educación para los derechos humanos, la Educación intercultural (este tipo de educación está centrado en la diferencia y en la pluralidad cultural más que en una educación para los que son culturalmente diferentes), la Educación para el desarme, la Educación para el desarrollo, la Educación para el conflicto y la desobediencia y la Educación mundialista y multicultural (Jares, 1999 y 2004a)[19].

Al conocer la definición, los principios y componentes de la Educación para la Paz se analiza que su contenido y forma debe de estar de acuerdo con la concepción de paz positiva ya que para Galtung, Lederach y otros autores, la paz es un valor y tampoco debe de descuidarse su objetivo. Freire y Galtung coinciden en que la educación tradicional ha sido impartida bajo la ideología nacional y el pensamiento de las clases dominantes, es decir, el adoctrinamiento. Lederach considera que la educación para la paz tiene que oponerse y contrastar con la manera tradicional de educar para tener otro enfoque en cuanto al contenido. La manera de realizar esto es a través de “plantear objetivos de contenido y formas congruentes de educar”,añade que lo que nos debería guiar es “siempre el mantener presente el valor (o los valores) que represente el objeto paz como el criterio primordial según el cual medimos tanto el contenido como la forma de educar”. “La paz está relacionada con el derecho a la dignidad, el respeto y la realización mínima humana de toda persona” (Puig cfr.: Jares; 2004b: 36 y 1999: 150)[20].

En resumen, la forma de Educar para la Paz tendrá que concordar con el contenido y los valores que nos proponemos. Es necesario concretar la práctica de la Educación para la Paz en sentido de la materia y la forma de enfocarla, es decir, por una parte, estudiar los obstáculos para que se construya la paz y por el otro, el desarrollo de la cooperación y la plena realización humana para todos enfocada al desarrollo de la paz positiva. La Educación para la Paz “es todo un proyecto no solo pedagógico sino también analítico, crítico y creativo” (Lederach;1984:118)[21].

Un requisito previo de la Educación para la Paz inicia en el hogar, en las familias quienes son las que tienen que enseñar a sus hijos a la construcción y a la necesidad de una Cultura de paz, entendida como “una cultura de la convivencia y de la participación, fundada en los principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia y solidaridad; una cultura que rechaza la violencia, se dedica a prevenir los conflictos en sus causas y a resolver los problemas por el camino del diálogo y de la negociación; y una cultura que asegura a todos los seres humanos el pleno ejercicio de sus derechos y los medios necesarios para participar plenamente en el desarrollo endógeno de la sociedad” [22].


5. Educación y convivencia

No hay posibilidad de vivir sin convivir, los humanos somos seres sociales por naturaleza como la afirmaba Aristóteles. El aprender a convivir en un marco de reglas determinadas es una de las funciones asignadas a la educación, tanto en el seno de la familia como en los sistemas educativos formales. En este sentido, la convivencia respetuosa tendría que evitar una serie de rupturas sociales, pérdida de valores básicos y también un aumento de la violencia en sus diversas manifestaciones. Jares (2006)[23] plantea cinco factores fundamentales que conforman la situación actual de la convivencia; primero, menciona al sistema económico-social en donde se privilegia el factor económico y se consideran a los seres humanos como recursos o medios y no como fines. Segundo, el poco valor que se le da al respeto y los valores básicos de convivencia. El tercero, es la mayor complejidad y heterogeneidad social. El cuarto factor, es la pérdida de liderazgo educativo de los dos sistemas tradicionales de educación, la familia y el sistema educativo y el quinto, es la mayor aparición y visibilidad de la violencia. Manifiesta en todas sus formas.

La Educación para la convivencia es un proceso de alfabetización en conflictos. En el caso de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, actualmente los planes de estudios se encuentran en el plan flexible evidenciando una enseñanza fragmentada por la parcelación del saber y de la experiencia, lo que acentúa más la asignaturización del conocimiento, por ejemplo, un estudiante de la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública tiene la opción de tomar dos áreas de acentuación: una sobre Gerencia Pública y la otra sobre Políticas Públicas. Entonces, se fragmenta el conocimiento y los estudiantes que optan por el área de Gerencia Pública desconocen a lo largo de su licenciatura los conocimientos sobre Políticas Públicas y viceversa. Esto provoca que cada vez se tienda más a la especialización y a la falta de un conocimiento completo sobre la licenciatura que se encuentra estudiando. Esto, por supuesto, genera conflictos. Y en palabras de Xesús R. Jares “provoca enfoques simplificadores de la realidad y el analfabetismo multidisciplinario” (Jares;2004b:116)[24].


6. Sobre la Educación en valores

Educar simplemente es incorporar valores a la vida. Toda educación se fundamenta en valores ya que siempre se busca perfeccionar, optimizar, completar, mejorar en todos los aspectos. “El valer o la bondad de los valores hace que el ser humano desee  el cultivo y la posesión de todos, o al menos del mayor número posible de ellos, pues el ser humano anda siempre hambriento del bien” (Gervilla;2004:359)[25]. Con base en los valores es que podemos pensar, actuar, decidir, explicar y dar coherencia a nuestra vida. Todos los valores valen, pero para algunos, unos valores valen más que otros. En este sentido, los valores pueden ser humanos entendidos como los relacionados con alguna dimensión de la persona, y los valores doblemente humanos que son los que se alejan de los animales y se ubican justamente con lo más humano de los humanos.

Para Enrique Gervilla existen principios u orientaciones en la educación en valores ya que los valores se muestran con el ejemplo y se demuestran con las razones; la fuerza de los valores radica en convencer y no vencer; los valores se aprenden gracias al ejemplo de los demás; los valores se proponen, no se imponen; no es posible la educación en valores sin la cooperación interior del estudiante, no siempre que se viven valores, se educa en valores; no es posible obligar a vivir en valores; los valores se presentan y vivencian en la cooperación, no en la competencia, para educar en valores es necesario buena voluntad y saber – hacer, esto es el conocimiento.

La formación de docentes con respecto a la Educación para la paz ... "es la transmisión no solo de información y conocimientos, sino de valores, con la pretensión de que dichos valores tengan un efecto duradero en cuanto a formar ciudadanos responsables a lo largo de toda la vida" (Monclús:2008:113)[26].La educación en valores se compromete con determinados principios éticos que sirvan para evaluar nuestras acciones y las de los demás. Los valores orientan la conducta de las personas, son el fundamento por el cual se hace o se deja de hacer alguna cosa en un determinado momento. En otras palabras, los valores son creencias o principios normativos y duraderos que nos sugieren que una determinada conducta o un estado final de existencia son personal y socialmente preferible a otros considerados como contradictorios.

Para llevar a cabo una planeación educativa basada en valores se aplican juegos de simulación, los debates, las mesas redondas, el análisis de películas, de noticias o de hechos relacionados a la escuela. Para desarrollar el trabajo en equipo, se utilizan también determinadas estrategias didácticas que sirven de guías de acción flexible y abierta a la crítica. “Educar en los valores es educar moralmente, porque son los valores los que enseñan al individuo a comportarse como un hombre, establecer una jerarquía entre las cosas, llegar a la convicción de que es algo que importa, vale o no vale, es un valor o un contravalor” (Carreras; 2006: 23)[27].

 

Los valores se perciben mediante la estimación, es decir, son valores objetivos fuera del tiempo y del espacio y algunos de éstos pueden ser: paz, amor, justicia, generosidad, diálogo, honradez, entre los más significativos y además pueden ser positivos y negativos ya que adquieren cierta polaridad en su aplicación. El valor se encuentra muy relacionado con la personalidad de cada individuo ya que afecta su conducta, configura y modela sus ideas y condiciona sus sentimientos. Estos son elegidos libremente ya que representan algo dinámico y dependen de la conducta interior de cada persona.


7. Los valores en la Educación para la Paz

La Educación en valores no solamente debe delegarse a la escuela sino es necesario incorporar a la familia y a la sociedad para que sea integral la educación. Los jóvenes se enfrentan a un mundo lleno de problemas y decisiones que reflejan la complejidad de la vida, en estas decisiones se involucran los valores como fuerzas directivas de acción. Frecuentemente entran en conflicto, debido a la poca claridad del sistema de valores de la sociedad y la desorientación de la existencia humana. Cuando el profesor inculca valores generalmente los alumnos al enfrentarse a la vida laboral actúan con ética a la ley, en la que se dedican a obedecer reglas y principios que otros establecen.

Los valores que analizo en la investigación son la responsabilidad, el diálogo, la creatividad, el respeto, la justicia, la cooperación y la solidaridad ya que los considero más importantes de clarificar en los alumnos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEM. Galtung[28] derivado de la entrevista, añade que existen dos valores más: equidad y noviolencia. Equidad que tiene que ver con el respeto mutuo y el alumno también debe de tener respeto hacia el profesor, esto significa además, desafíos y preguntas difíciles.

Después de definir cada uno de los valores surge la siguiente interrogante ¿Qué lugar ocupan los valores humanos en los programas de estudio? Para dar respuesta se tendría que considerar un proyecto pedagógico que integre elementos, tales como: Formar en la libertad y en la unidad de la persona; formar en la creatividad y en los valores de imaginación; formar en los valores de relación, diálogo, comunicación, participación y servicio; formar en la interioridad del ser; formar en un respeto a la vida; formar en la esperanza y formar en una personalización y socialización. (Pereira;2001:39)[29].

Es necesario impulsar una escuela donde se permita y se fomente el pensamiento, donde se pueda preguntar, cuestionar, investigar, discutir con los demás, dialogar, proponer, criticar para construir, experimentar, dudar, reír y gozar. Se trata de formar hombres capaces de pensamientos propios y decisiones autónomas, al menos en las decisiones de su propia vida. Crear al hombre de la decisión y la autonomía, con capacidad de formarse a sí mismo, capaz de comprender el mundo en que vive y de participar inteligentemente en la creación y el mejoramiento de sus estructuras. La preocupación de la enseñanza debe de ser el desarrollar los procesos de pensamiento y la capacidad de solucionar problemas personalmente. Suscitar el pensamiento autónomo. Considerar al alumno como el principal responsable de su aprendizaje. La escuela debe estimular en los alumnos el cuestionamiento, el hacer preguntas, “con objeto de desarrollar en ellos unas mentes indagadoras y competitivas” (Pereira;2001:71)[30].


8. La clarificación de valores

La clarificación de valores es una acción consciente y sistemática del orientador o maestro que tiene por objeto estimular el proceso de valoración en los alumnos con el fin de que éstos lleguen a darse cuenta de cuáles son realmente sus valores y puedan, así, sentirse responsables y comprometidos con ellos. El objetivo es ayudar al estudiante a tener contacto con aquello que actualmente constituye un valor en su vida, y ayudar al estudiante a descubrir la realidad de su orientación, de sus ideas. La finalidad es afirmar estos valores una vez reconocidos y aceptados, o de cambiarlos si no son consistentes.

El enfoque educativo de la clarificación de valores tiene por objeto ayudar a la persona a tomar contacto consigo misma para darse cuenta de qué es lo que realmente ella aprecia, elige y quiere. Es importante señalar que la clarificación de valores no enseña los valores, pero los reconoce como tales valores y ayuda a la persona a que se dé cuenta de si está o no comprometida, si es o no auténtica, si está dispuesta a vivir y a morir por algo que para ella tiene sentido.

Pascual (1995:36)[31] define los requisitos del proceso de valoración para que una persona realice un valor en su vida, siendo estos: Seleccionar libremente; Seleccionar entre varias alternativas; Seleccionar después de la cuidadosa consideración de las consecuencias de cada alternativa; Apreciar y disfrutar la selección; Afirmarla; Actuar de acuerdo con la selección; Aplicarla repetidamente en nuestra forma de vida.

El espacio más adecuado para la realización de estas actividades, de un modo continúo y sistemático, son las áreas de Orientación y Tutoría, ya que dichas áreas tienen como objetivo fundamental el ayudar al crecimiento personal de los alumnos. Según Howe (cfr.: Pascual;1995:45)[32] las estrategias de clarificación de valores tienen, sobre todo, la eficacia de producir el clima de libertad y de confianza, de aceptación, y comprensión, en el cual, espontáneamente se desarrollen las habilidades propias del proceso de valoración: elección, aprecio, y acción. Para la realización de las actividades se requiere que el facilitador desarrolle en sí mismo las actitudes de autenticidad, comprensión (o empatía) y aceptación que crearán el clima de libertad y confianza necesario para el proceso de valoración. El proceso clarificativo es un intento honesto de ayudar a un alumno a examinar su vida y alentarse a pensar acerca de ella, y a hacerlo en una atmósfera en que exista la aceptación positiva de sus decisiones.

La clarificación de valores es uno de los factores que influyen en el desarrollo personal. La utilidad de esta técnica es que proporciona medios al alumno para que pueda darse cuenta de lo que siente, de lo que quiere, de lo que valora, de modo que a la hora de decidir tenga elementos en los cuales basarse para tomar una u otra decisión. No se trata de buscar cambios concretos. Se trata de dar oportunidad de que estos cambios se produzcan y de que tengan el signo de un crecimiento personal.

Por su parte, L. Kohlberg, psicólogo estadounidense que en 1976 desarrolla a partir de los planteamientos de Piaget el razonamiento moral, estudia en estadios o etapas del desarrollo cognitivo el área de desarrollo moral. "El enfoque del razonamiento moral se centra en la complejidad de la vida en lo que respecta a las cuestiones morales y los conflictos de valores, y para resolver esto se plantea la idea del juicio moral". (Pereira;2001:80)[33].

Kolhberg estudia los estadios del juicio moral, siendo éstos: el nivel preconvencional, el nivel convencional y el posconvencional o de principios que este estadio va más allá de las reglas establecidas, actúa de acuerdo a principios éticos y es justamente el estadio en el cual se debe desarrollar la tutoría académica para fomentar y/o clarificar los valores, los principios éticos y morales a fin de que los apliquen en su desarrollo personal y profesional a favor de la sociedad.

Para ello, también es necesario educar la libertad porque acerca al estudiante a la mejor toma de decisiones, encauzando hacia el sentido que ellos van eligiendo para su vida. Es por ello que ..." es necesario educar la libertad frente a la opinión, para generar personas que normen su vida a partir de sus propios criterios y valoraciones y no de las opiniones de los expertos o las estrellas de cine o la T.V." (López, 2001: 44)[34].

Es necesario educar con sentido, con dirección hacia la humanización personal, comunitaria y colectiva; educar la libertad para experimentar todo lo humano sin represiones, para abrirse a la inteligencia de todo lo que está por comprenderse, para no creer en todo lo que se dice, sino reflexionar de manera crítica y buscar lo verdadero. La educación de la libertad debe basarse en una relación dialógica, comprensiva y promotora de la reflexión. El ser docente es caminar, transformarse continuamente, seguirse educando al momento de educar, seguir educando al tiempo que uno se educa como lo afirma Galtung.


9. Programas Tutoriales

Los sistemas tutoriales son aplicados en diferentes universidades públicas y privadas tanto a nivel nacional como en el ámbito internacional. Cada una de las Instituciones de Educación Superior pretende con ello elevar el nivel educativo, así como dar atención personalizada a cada estudiante. Además, con este enfoque tutorial se trata de fomentar en el alumno su capacidad crítica, reflexiva y propositiva, así como impulsar su creatividad en el desarrollo de trabajos académicos y fortalecer en ellos la responsabilidad y la ética profesional.

Algunas de las instituciones educativas trabajan con programas tutoriales desde diferentes perspectivas, entre ellas se mencionan las áreas académicas, personales, profesionales, afectivas, asistenciales (como las médicas, psicológicas y de nutrición), entre las más importantes. La intención es fortalecer una comunicación más abierta y continua entre profesores y alumnos, que conduzca a la gestión, resolución y transformación de problemas o conflictos generalmente académicos que propicien la mejor toma de decisiones y que obtengan beneficios en su desarrollo como estudiantes y futuros profesionistas. Los programas tutoriales generalmente funcionan a través de dos modalidades: una es de forma individual y la otra de manera grupal. Esto es un complemento a la actividad docente.

La instrumentación del Programa Institucional de Tutoría Académica en la Universidad Autónoma del Estado de México se realizó con base en la problemática que enfrenta el alumno en materia de reprobación básicamente en el primer año de ingreso a la licenciatura, el rezago educativo y en la deserción en cualquiera de las Escuelas y Facultades de la Universidad. Este programa tiene como objetivo general “el promover la formación académica del estudiante de la misma Universidad, brindándole apoyo a lo largo de su trayectoria escolar mediante la prestación de servicios en el área disciplinar, a fin de que cuente con mayores oportunidades para su éxito académico y profesional”. (Manual del Tutor; 2001:1)[35].

El tutor tiene que ser capaz de reconocer o identificar el momento en el que se requiere la intervención de otros profesionales para que los alumnos reciban la orientación y el consejo especializado que necesitan para que según la problemática detectada sea canalizado al lugar indicado. Las funciones que el tutor desarrolla son muy variadas, pero básicamente orienta a los alumnos a que descubran sus intereses, identifiquen sus dificultades, asuman las consecuencias de sus actos, definan su plan de vida, fortalezcan su autoestima, desarrollen habilidades para relacionarse con otros, entre otras actividades.

El tutor “contará con habilidades y actitudes, que conservará durante el proceso tutorial, como la de ser creativo para aumentar el interés del tutorado, crítico, observador y conciliador” (ANUIES;2002:98)[36]. El Programa Institucional de Tutoría Académica como instrumento diseñado para dar apoyo académico a los universitarios tiene que probar su eficacia en la medida en que funcione por medio del asesoramiento y orientación académica en la elección de las unidades de aprendizaje que mejor convengan al tutorado. Una sugerencia encontrada en los Programas Institucionales de Tutoría (ANUIES;2002:120)[37] comprende la evaluación de las actividades de tutoría a través de encuestas a los alumnos que se benefician de la misma o mediante mecanismos de seguimiento de la trayectoria escolar de los estudiantes que participan en el programa.

En sus inicios el Programa de Tutoría Académica en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales fue elaborado en el año 2001 cuando nace como un proyecto institucional que se aplicó en todas las Escuelas y Facultades de la Universidad Autónoma del Estado de México. Este programa tenía como característica inicial el ser de carácter voluntario y se llevó a cabo de esta manera hasta el año de 2004. Bajo esta característica, el PROINSTA opero bajo la modalidad de un programa voluntario para el estudiante iniciando en el año de 2001 a la generación 2001–2006 que contaba con 12 tutores que eran profesores de tiempo completo, a quienes se les asignó un promedio de 15 alumnos pertenecientes a las tres licenciaturas (Ciencias Políticas, Comunicación y Sociología) y que atenderían a los alumnos que así lo solicitaran. Sin embargo, se llevaba el seguimiento académico de los tutorados asignados asistieran o no a la tutoría.

Para la generación 2002-2007 se contaba con ocho tutores de tiempo completo que atendían en promedio a 20 alumnos bajo el mismo esquema voluntario. En la generación 2003–2008 se tenían a 12 tutores para atender un aproximado de 15 tutorados. Todos estos tutores tenían que capacitarse para poder fungir como tutores y hasta este momento el plan de estudios que cursaban los estudiantes era el rígido. Después de esta primera experiencia, con la instrumentación del plan de estudios flexible en 2004, surge la necesidad de elaborar un programa más completo en el que se incluyan cuatro dimensiones básicas para la atención integral del estudiante, es decir, “la dimensión informativa en torno al modelo curricular; la disciplinaria, la ética y la afectiva”. (Programa; 2008:3)[38].

Esto con la finalidad de dar respuesta a las necesidades de los estudiantes que ingresaron en septiembre de 2004 y que dentro de las características del nuevo programa tutorial era de carácter obligatorio, pero es hasta abril del año 2005 cuando los H.H. Consejos Académico y de Gobierno de la Facultad (máximos órganos de autoridad) aprueban unánimemente que se aplique dicho Programa. A partir del año 2004, el esquema de operación cambia porque ahora los tutores tienen que conocer el plan de estudios flexible de la licenciatura a la que asesoran y la asignación se realizó en grupos reducidos de alumnos con la misión de orientarlos y asesorarlos en la selección de las unidades de aprendizaje para que llevaran de la mejor manera su plan de estudios flexible según la licenciatura que cursen.

Para el 2005, se contemplaron a 17 tutores que en su mayoría son de tiempo completo y se recurre a 5 tutores de asignatura para cubrir el ingreso de 170 alumnos. En 2006, se contó con 16 tutores de tiempo y asignatura para una demanda de 167 estudiantes. Al iniciar 2007, se contaba con 17 tutores tanto de tiempo como completo como de asignatura para satisfacer las necesidades de una matrícula de 172 estudiantes. Para el 2008, se tenían a 14 tutores en su mayoría de tiempo completo y dos tutoras de asignatura para atender a un ingreso de 170 alumnos que actualmente cursan las tres licenciaturas que oferta la facultad.

A partir de 2005, la Secretaría de Docencia con base en las nuevas Tecnologías de Información y Comunicación instrumentó un sistema web que pretende apoyar la atención, oportuna, orientación y asesoría académica de los tutorados ya que el propio sistema cuenta con una base de datos con información referente al examen de selección que aplicaron para ingresar a su licenciatura, así como gráficas que determinan el nivel académico en el que se encuentra el tutorado con respeto al promedio más alto de cada asignatura evaluada. Así mismo, registra reuniones individuales o grupales realizadas en cada semestre. Este sistema es llamado SITAUAEMEX y la operación del programa se realiza a través de la página www.sitauaemex.mx.

El aporte de las TIC’s en la tutoría académica es el romper con los obstáculos de espacio-tiempo y la forma en la que se presenta el intercambio de información (puede ser formal e informal); así como la disminución de las etiquetas sociales. Sin embargo, el reto de las TIC’s en la tutoría tienen que generar un ambiente de confianza en la relación tutorial, ello se logrará en la medida en la que sea frecuente la comunicación entre tutorados y tutores a la luz en la que asuma ese espacio de comunicación con responsabilidad.

La incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación a las actividades de tutoría permitirán la posibilidad de intercambio de información y flexibilización de tiempos y horarios, pues la conciencia en el espacio y tiempo de tutor y tutorado se modificará cuando se haya generalizado el uso del sitauaemex.

Sin embargo, la incorporación del sistema automatizado no tiene como meta desaparecer por completo la relación cara a cara entre tutorados y tutores, solo es un medio que le permite a los tutores generar información para tomar decisiones, elaborar un plan de trabajo o generar informes de manera sencilla y para que los tutorados garanticen un espacio en el que puedan dialogar con su tutor; a través del correo electrónico interno en el que el tutorado puede concertar alguna cita con su tutor o bien para preguntarle sobre algún tema en particular.

En este sentido, la tutoría es el medio por el cual los tutorados exponen sus problemas o dificultades académicas y afectivas, así como sus deficiencias en algún área del conocimiento en las que solicitan asesoría y orientación para resolver sus problemas y la manera es que sea de forma pacífica por medio del diálogo y la comunicación. El tutor, entonces, apoya la labor académica con la propuesta y guía de diferentes técnicas de estudio que les sirvan de reforzamiento en sus clases y se logre un buen aprendizaje. Además, el tutor orienta al tutorado sobre la disciplina que domina y lo encausa a la mejor toma de decisiones en la selección de sus unidades de aprendizaje en cada periodo, para que pueda cumplir en tiempo y forma la trayectoria académica que mejor le convenga a los intereses de cada tutorado.

Esto con la intención de que además, realice su servicio social y prácticas profesionales una vez que tenga aprobados un mínimo de 200 créditos de su licenciatura, así como llevar el seguimiento de su trabajo de investigación (según la modalidad de titulación de su elección) hasta lograr su conclusión oportuna. Es por ello, que la tutoría es vista como un proceso de acompañamiento durante la formación de estudiantes, así como una herramienta para fomentar su capacidad crítica, reflexiva, propositiva y lo más importante, que sean creativos.

En cuanto a la acción tutorial en la Facultad, se observa la necesidad de dar un giro, es decir, realizar un cambio profundo en la actitud de los tutores hacia el Programa para que los tutorados realmente perciban que se les esta atendiendo, asesorando y orientando de la mejor manera en el desarrollo de su trayectoria estudiantil. Es necesaria la búsqueda de valores éticos y morales en todo el proceso educativo, es por ello que se debe impulsar un cambio en los docentes, es decir, “en la manera de concebir la formación docente y en la forma concreta de vivirla” (López;2006:171)[39].

Actualmente en la Facultad hay docentes que consciente o inconscientemente se resisten al cambio de actitud hacia la docencia y la manera de impartirla y prefieren continuar con esquemas tradicionales de enseñanza y no dar apertura al diálogo, a la reflexión, a la crítica y a la propuesta y sobretodo a la creación de otras formas de pensamiento. Esto afecta directamente a la tutoría porque únicamente conciben al Programa de Tutoría Académica como un simple requisito para obtener puntos en los Programas de Estímulos al Personal Docente, al Programa de Mejoramiento del Profesorado y para ingresar al Sistema Nacional de Investigadores y no se preocupan por la calidad y atención al tutorado. La idea de esta investigación es que el Claustro de Tutores de la Facultad esté integrado por tutores comprometidos que realmente quieran y estén capacitados para desempeñar la función del tutor, ya que esta es una de las exigencias más recurrentes de los tutorados, resultado de la aplicación de la encuesta en mayo de 2009.

El apoyo que tienen los tutores para desempeñar su función se encuentra principalmente en las áreas académicas y administrativas de la Facultad, así como en diversas instancias universitarias como son: El Centro Juvenil Universitario, el Centro de Investigación en Ciencias Médicas, el Centro de Investigación y Servicios en Psicología, entre otros.

Como resultado de la investigación, se pretende diseñar, aplicar y evaluar un Plan de Acción Tutorial específico para los alumnos que ingresen a cualquiera de las tres licenciaturas al ciclo escolar 2010-2011 a la Facultad, cuyo contenido sea la Educación para la Paz resaltando los aspectos de paz positiva y de resolución creativa de los conflictos, identificar y clarificar los valores que tiene cada estudiante, así como un plan de vida tanto académica como personal que se desarrolle conjuntamente con los intereses particulares y que sean susceptibles de realización. Además, realizar las trayectorias académicas y la planeación de su licenciatura en los periodos que mejor le convengan al alumno. Esto se puede apoyar de aspectos lúdicos y actividades creativas que desarrollen sus potencialidades.

Finalmente, se evaluará el diseño y aplicación del Plan de Acción Tutorial para saber el impacto y los beneficios obtenidos por cada estudiante y por cada licenciatura y pueda servir de modelo para otras Escuelas y Facultades de la Universidad Autónoma del Estado de México.


Bibliografía

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Notas

[1] Este trabajo es un resumen del trabajo de investigación presentado con el mismo título para la obtención del Diploma de Estudios Avanzados (DEA) dentro del programa de doctorado Paz, Conflictos y Democracia del Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada, España. Este trabajo ha sido dirigido por el Dr. Rafael Sanz Oro y defendido públicamente en septiembre de 2009.

[2] JIMÉNEZ BAUTISTA, Francisco (2009) Saber pacífico: la paz neutra, Loja, Ecuador, UTPLoja.

[3] GALTUNG, Johan (2004) Trascender y transformar. Una introducción al trabajo de los conflictos. México, transcend – UNAM.

[4] JARES, Xesús R. (2004a) Educación y conflicto. Guía de educación para la convivencia, Madrid, Editorial Popular.

[5] JARES, Xesús R. (2006) Pedagogía de la Convivencia. Barcelona, Graó. p. 114.

[6] FERNÁNDEZ HERRERÍA, Alfonso (2004) Educación, en LÓPEZ MARTÍNEZ, Mario (Dir.) Enciclopedia de Paz y Conflictos, Granada, Editorial Universidad de Granada, Junta de Andalucía. Tomo I, pp. 348-351.
[7] JARES, Xesús R. (2004b) Educar para la paz en tiempos difíciles. Bilbao, Bakeaz; (1999) Educación para la paz. Su teoría y su práctica. Madrid, Editorial Popular.

[8] FREIRE critica fuertemente al Estado opresor y encargado solamente de adoctrinar a la sociedad para que conozca solamente lo que le interesa al gobierno. Su idea principal es que los hombres tengan una pedagogía de liberación como proceso permanente.

[9] LÓPEZ CALVA, Martín (2006) Una filosofía humanista de la educación. México, Trillas. p. 9.

[10] Ibíd., p. 165

[11] Ibíd., p. 183

[12] Martín López Calva identifica al insight como el momento en el que el alumno reflexiona e interpreta el conocimiento que el profesor desea transmitir y esto permite el entendimiento y aprendizaje de la información y el contenido que se está analizando. Lonergan dice que el insight es el “acto de intelección” o de comprensión, es decir, el instante en el cual nuestra mente conecta todos los datos y se produce la comprensión de algo sobre lo que nos preguntamos. Es, según el padre Pérez Valera: “el chispazo inteligente”. Este acto es una experiencia que ocurre a cada persona y que le llega en el momento menos esperado o planeado. Existen cuatro, según Lonergan: El directo (entender algo), el inverso (entender que el camino para entender algo no es por dónde habíamos intentado), el reflejo o reflexivo (captar que algo es verdadero o falso, cierto o erróneo) y el deliberativo o práctico (entender –fundamentalmente en los sentimientos- lo que vale la pena decidir o hacer, aprehender un valor que nos mueve a actuar bien o hacia el bien).

[13] GALTUNG, Johan (2009) “Entrevista sobre Educación para la Paz”, en Revista Espacios Públicos, año 12,núm. 25, Toluca, UAEM, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, pp. 210-212.

[14] Ibíd.

[15] LÓPEZ CALVA, Martín (2006) Una filosofía humanista de la educación. México, Trillas, p. 215.

[16] Ibíd., p. 216.

[17] JARES, Xesús R. (1999), p. 124 y (2004b), p. 31.

[18] JARES, Xesús R. (1999), p. 71.

[19] JARES, Xesús R. (1999) y (2004a).

[20] JARES, Xesús R. (2004b), p.36 y (1999), p. 150.

[21] LEDERACH, John Paul(1984) Educar para la paz. Barcelona, Fontarama, p. 118.

[22] Resolución 012 adoptada por la 28ª. Sesión de la Conferencia General de la UNESCO sobre la estrategia a medio plazo para 1996-2001.

[23] JARES, Xesús R. (2006) Pedagogía de la Convivencia. Barcelona, Graó.

[24] JARES, Xesús R. (2004b), p. 116.

[25] GERVILLA CASTILLO, Enrique. (2004) Educación en valores, en LÓPEZ MARTÍNEZ, Mario (Dir.) Enciclopedia de Paz y Conflictos, Granada, Editorial Universidad de Granada, Junta de Andalucía. Tomo I, p. 359.

[26] MONCLÚS, Antonio y SABÁN, Carmen (Coords.) (2008) Educación para la paz: Enfoque actual y propuestas didácticas. Barcelona, CEAC, p. 113.

[27] CARRERAS, Llorenc et alii (2006) Cómo educar en valores. Materiales, Textos – Recursos, Técnicas. Madrid, España. Nancea, p. 23.

[28] GALTUNG, Johan (2009) “Entrevista sobre Educación para la Paz”, en Revista Espacios Públicos, año 12,núm. 25, Toluca, UAEM, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, pp. 210-212.

[29] PEREIRA DE GÓMEZ, María Nieves (2001) Educación en valores. Metodología e innovación educativa. México, Trillas, p. 39.

[30] Ibíd., p. 71.

[31] PASCUAL, Antonia (1995) Clarificación de valores y Desarrollo Humano. Estrategias para la escuela. Madrid, Nancea, p. 36.

[32] Ibíd., p. 45.

[33] PEREIRA DE GÓMEZ, María Nieves (2001) Educación en valores. Metodología e innovación educativa. México, Trillas, p.80.

[34] LÓPEZ CALVA, Martín (2001) Educar la libertad: Más allá de la educación en valores. México, Trillas, p. 44.

[35] UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO (2001) Manual del tutor de la UAEM. ProInsTA. Toluca, Secretaría de Docencia. Dirección de Desarrollo del Personal Académico, p. 1.

[36] ASOCIACIÓN NACIONAL DE UNIVERSIDADES E INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR (2002) Programas Institucionales de Tutoría. Una propuesta de la ANUIES para su organización y funcionamiento de las Instituciones de Educación Superior. México, Serie investigaciones, p. 98.

[37] Ibíd., p. 120.

[38] Programa de Tutoría Académica del Plan flexible de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (2008) Toluca, México, Universidad Autónoma del Estado de México, p. 3.

[39] LÓPEZ CALVA, Martín (2006) Una filosofía humanista de la educación. México, Trillas, p. 171.

Martha Esthela Gómez Collado: Universidad Autónoma del Estado de México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública, Maestra en Estudios para la Paz y el Desarrollo, Estudios de Doctorado en el Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada, España. Profesora definitiva de la Universidad Autónoma del Estado de México. Miembro del Comité editor de la Revista Espacios Públicos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, publicación de diversos artículos en la revista; participación en los dos Congresos Internacionales sobre Paz, Democracia y Desarrollo, así como en tres Encuentros Nacionales de Tutoría Académica.
Correo electrónico: marthagomez_tutoria@yahoo.com.mx

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