LO ÁRABE ESTÁ EN LA
GÉNESIS DE TODA LA LITERATURA LATINOAMERICANA.
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El escritor chileno Sergio Macías investiga la relación entre ambas literaturas.
Alicia Mederos Madrid. España/ Su propio rostro
deja ver la huella de una herencia genética que bien
podría emparentarle con el esplendor de algún
califato árabe. Paradoja o premonición que el
tiempo se ha encargado de cuajar en un ensayo: "Presencia Arabe
en la Literatura Latinoamericana" (Zona Azul. Editorial
Universitaria, Santiago de Chile, 1995), donde Sergio
Macías (Chile, 1938), recorre las obras de los escritores
más relevantes del subcontinente americano para auscultar
la tinta arábiga que se esconde entre sus renglones.
Desde su despacho de la Agregaduría Cultural de la
Embajada de Chile en Madrid, el escritor explica la
génesis de esta idea que le asaltó tras su primer
viaje por Andalucía: "Más allá de la
visión turística, hermosa pero incompleta, me
adentré en el universo del al-Andalus, en escritores como
Ibn Zaydum o Ben Quzman y en la poética arábigo-
andaluza". De este primer descubrimiento surgiría otro
mayor, si cabe, que culminaría en un viaje a la inversa
por la literatura Latinoamericana, desde Rubén
Darío hasta los últimos contemporáneos,
además de un primer artículo sobre la influencia
árabe en la obra de precursor modernista, publicado en
Irak.
"Rubén Darío llegó a declarar que la
lengua española estaba agotada y que por esta razón
se volcaba hacia lo árabe. Una máxima
errónea, pues la lengua española no puede agotarse,
pero que sirve a Darío para asumir una postura estetizante
proveniente de Francia, y que terminaría sumiendo a los
modernistas latinoamericanos en ese mundo árabe adoptado
por el escritor nicaragense".
La importancia de esta presencia árabe abarca, en
palabras de Macías, ámbitos distintos al literario
que nos llevan hasta la misma emigración española
inmediatamente posterior al Descubrimiento,
"Encuentro, más bien", advierte el autor, momento en
que llegan al sur de América los gitanos, árabes
y judíos que habían ocultado su verdadera
procedencia para escapar de la persecución en
España.
"Roberto Arlt, pese a ser muy crítico con los
árabes, expresa una gran admiración por la ciudad
de Tetuán (Marruecos): Domingo Faustino Sarmiento escribe
sobre el parecido existente entre los habitantes de
América Latina y los pobladores de Argelia y norte de
Marruecos: parecido no sólo en la fisonomía sino
en ciertas costumbres, como pueden ser los utensilios de los
gauchos argentinos. Rubén Darío dice que la mujer
centroamericana posee la languidez de las mujeres árabes
y escribe fascinado sobre la ciudad de Tánger, donde
recrea el mundo fantástico de Las Mil y Una Noches".
REALIDAD Y ENSOñACION
Esta obra constituye justamente uno de los elementos claves
para entender el impacto de los escritores latinoamericanos por
lo árabe; fascinación que según este
escritor chileno comprende una nómina de autores y obras
tan extensa como compleja: "Hay autores que manifiestan esta
presencia de manera sutil, menos antropológica y
más poética, poniendo el énfasis en la
recreación de mundos imaginarios, cuya raíz es
inequívocamente árabe. Otros eligen la evidencia;
pero en todos se advierte la fascinación y el impacto de
"Las Mil y Una Noches", incluso en Borges y en todos los
escritores del Boom".
Pero ¿hasta qué punto puede hablarse de esta
influencia árabe en la actual literatura latinoamericana
como algo más que un recurso estético? Sergio
Macías ataja la cuestión dibujando dos planos
distintos pero convergentes: "Creo que existen dos planos de
influencia, uno es producto de la ensoñación como
efecto de las lecturas y por lo que se escucha de los
países árabes sin conocerlos, y otro plano que es
producto directo del pasado. Cuando uno lee Cien Años de
Soledad (Gabriel García Márquez), quizá no
percibe que los primeros habitantes de Macondo son gitanos
árabes que llegan con sus argollas y pantuflas dispuestos
a vender sus baratijas; incluso, cuando se organiza el pueblo,
hay una calle a la cual se le da el nombre de Los Turcos,
precisamente el apelativo con que se denomina a los árabes
en América Latina".
INDOCUMENTADOS
Si abundante es la nómina de escritores influenciados
por lo árabe, más extensa y contundente resulta la
de los personajes, a quienes muy frecuentemente les une
además otra característica común: suelen
estar indocumentados.
"Este aspecto es muy importante", sentencia Macías,
"el escritor brasileño Jorge Amado es autor de una novela,
más célebre como telenovela, "Gabriela, clavo y
canela", donde el personaje principal es Nasir, un sirio
trasplantado que se casa con una mujer indígena, Gabriela,
que está indocumentada como él. Circunstancia que
también se da en el personaje central de la obra "Eva
Luna", de la escritora venezolana Isabel Allende, y donde otro
personaje importante es un palestino".
En definitiva, para Sergio Macías toda la literatura
latinoamericana desde el siglo XIX hasta la actualidad, respira
árabe por alguno de sus poros, "un hecho comprensible si
se tiene en cuenta que un número importante de ellos son
descendientes de árabes que cambiaron su verdadero nombre
para escapar de persecuciones o simplemente para cambiar de vida
una vez instalados en América: "Aquí nos
encontramos con la influencia más directa, hay que tener
presente que los árabes, a diferencia de otros pueblos,
emigraban sin voluntad de regresar, de tal modo que se integraban
plenamente en las sociedades adonde llegaban, pero sin dejar de
legar su pasado a las generaciones futuras. Todo ello está
en la génesis de la literatura latinoamericana hasta el
día de hoy".
Alicia Mederos es redactora del diario EL PAIS