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Diálogo Iberoamericano
Núm. 15 / mayo-junio 1998. Pág.
10
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¿Cómo hacer PC en países en vías
de desarrollo?
El argentino Martín F. Yriart ha glosado sus
experiencias como editor de noticias científicas en
Argentina y, en general, los criterios y procesos por los
que los editores toman decisiones sobre el tratamiento de
las noticias científicas en algunos medios de
América Latina, y las consecuencias de su actitud.
Para Yriart, después de haber trabajado muchos
años en esta tarea, los problemas son los siguientes:
1. - Decidir qué informaciones se
suministrarán al público y desde qué
ángulo o perspectiva debería hacerse. Es necesario
considerar los criterios y procesos por los cuales se deciden
qué acontecimientos han de registrarse, qué
noticias proporcionar al público, a qué campos
informativos hay que asignar prioridades. Para analizar este
problema hay que mirar más allá de quienes
están en la línea de fuego de la
información, y muy especialmente, a quienes toman
decisiones, cada día, sobre qué noticias
serán cubiertas, qué peso han de tener en el
contenido del medio y qué recursos serán asignados
en los plazos medio y largo a cada tipo de información,
en este caso la científica.
2.- Pareciera que, por una parte, el periodista
científico de los países en desarrollo está
constreñido a buscar un incierto camino en el espeso y
aparente infinito bosque de la información
electrónica y, por otra, languidecer de inanición
en el relativo páramo científico que nos rodea.
Ni una ni otra alternativa son verdaderamente reales, por
más que muchos medios de comunicación puedan dar
esta impresión.
3.- Durante muchos años, los editores de
medios de comunicación en el Tercer Mundo tuvieron a su
disposición una limitada oferta de información del
exterior, suministrada por un puñado de agencias de
noticias y un reducido número de publicaciones de
países desarrollados que ofrecían el derecho de
reproducción de sus materiales.
El caudal de esta oferta estaba restringido por las
dificultades técnicas de transmisión y por su
costo. Pero estas restricciones desaparecieron a partir de la
popularización de los ordenadores, los satélites
de comunicaciones y la transmisión digital de datos, texto
e imágenes. Los editores cuentan ahora con una fuente
virtualmente infinita de material, a precios que ya no
constituyen una limitación de su uso. El periódico
iberoamericano dispone hoy de una docena de agencias noticiosas
que llegan a la computadores otra docena o más de paquetes
de notas procedentes de diarios y revistas internacionales. A
través de los servicios de redes informáticas y
correo electrónico es posible acceder no sólo a los
anticipas de los principales artículos de las revistas
científicas internacionales más importantes como
Science, Nature, The New England Journal of Medicine o The
Lancet, sino a conferencias y entrevistas telefónicas o
telemáticas con los autores de los trabajos.
4.- Un editor, sin embargo, debe equilibrar el
esfuerzo de adquisición de información con el
volumen de material finalmente producido y publicable.
5.- Las preferencias de los editores responden a tres
necesidades.
.Ahorrar esfuerzos y confiar en la selección previa de
la información.
.Conciencia de que los competidores locales tienen acceso a las
mismas agencias y medios y que ningún editor debe perderse
una noticia que su competidor pueda publicar.
.Diferencia de costo entre reeditar materiales de terceros y
producirlos con recursos propios. El resultado de este triple
condicionamiento es que , en general, las noticias
científicas, originadas en el mundo desarrollado y
procesadas por agencias noticiosas y medios periodísticos
de este mismo mundo ejercen un predominio cada vez mayor en la
prensa de América Latina. Es lo que Yriart llama
"periodismo científico remoto".
Todo ello permite un periodismo científico de
categoría mundial, pero Yriart argumenta que algunos de
los medios periodísticos de más recursos en
América Latina han empezado a utilizar con mayor
frecuencia colaboradores regulares, enviados especiales o incluso
corresponsales permanentes para que informen sobre ciencia y
tecnología desde los países industrializados.
6.- Ante esta panorámica, ¿Cómo
hacer periodismo científico de calidad, con los modestos
recursos a su alcance y con la escasa y casi inexistente
ciencia?
.Un análisis de las noticias sobre ciencia en los
medios de mayor prestigio internacional revela que se trata, en
la mayoría de los casos, de avances en la
investigación que suponen progresos en el
conocimiento.
.En un segundo orden, podemos observar los comentarios de
científicos sobre los acontecimientos o polémicas
de importancia, desde la erupción catastrófica de
un volcán, hasta el efecto indeseado de un
analgésico.
7.- La divulgación de la ciencia y el
periodismo científico se basan en noticias sobre avances
de la investigación y los medios por los cuales
ésta se lleva a cabo. Esto puede parecer una
afirmación excesiva, pero según Martín
Yriart se basa en dos observaciones.
.Toda información genuina sobre los avances
tecnológicos depende de las fuentes científicas
-los investigadores- en cada área, no de funcionarios de
gobierno, portavoces de organismos no gubernamentales o partes
interesadas (empresas, etc.).
.La comprensión profunda de la ciencia no puede
prescindir de los procesos de creación del conocimiento.
La ciencia se diferencia de las demás formas de
conocimiento por su posibilidad de demostrar que es falsa por la
vía experimental o la lógica.
En el lenguaje de las escuelas de periodismo, el cómo
de la noticia científica es lo que la hace diferente de
la "información general".
Yriart introduce en este punto dos conceptos. El primero es
que no puede haber genuino periodismo científico sin
sucesos noticiosos generados en el campo de la
investigación. El segundo es que sin fuentes
científicas inmediatas, especialmente en la fase de
formación de los periodistas científicos, no hay
tampoco periodismo científico.
El periodismo científico es un relato de sucesos. Sin
el diálogo bidireccional periodista-investigador, sin la
posibilidad de verificación, sin la lectura,
interpretación y lectura de los "papers", en
colaboración con sus autores y sus críticos, la
calidad del periodismo científico se deteriora.
Problema
Aceptando estas premisas, y sin convertimos en cautivos de
la avalancha de información que depara el Norte, Yriart
se pregunta cómo hacer periodismo científico de
calidad en el Tercer Mundo y en América Latina y
señala los puntos siguientes:
.En primer término, hay que hacer funcionar una
señal de alarma para los editores que se sienten seducidos
por el fácil acceso a la información provista por
agencias internacionales, proveedores de servicios especiales y
-
en los últimos años- no sólo de esto, sino
además de espectaculares fotografías,
gráficos y colores.
.En segundo lugar, es necesario desmitificar la "big
science" al estilo de la NASA o el CERN. La "pequeña
ciencia" del Tercer Mundo y América Latina no es una
barrera para la comprensión del conocimiento
científico por los ciudadanos, la sociedad y los
gobernantes.
.Pero "lo relevante es que esa "big science" ocurre lejos
de nosotros, y muy lejos de nuestros mejores corresponsales y
editores, muy lejos de nuestra capacidad de reportar de manera
directa e inmediata las noticias, y, sobre todo, de evaluarlas
y verificarlas".
.Ante el doble problema de la presión informativa del
Primer Mundo y la endeblez de la ciencia de los países en
desarrollo, los periodistas y editores científicos del
Tercer Mundo, y en particular de América Latina, deben
tomar decisiones difíciles. Desde esta perspectiva debe
reenfocarse la teoría de los llamados "valores-noticia"
(news-values) dando prioridad a la proximidad sobre otras
categorías.
.Esta prioridad no responde estrictamente al concepto de
cercanía física, sino a dos criterios
señalados ya: la relevancia de las investigaciones
científicas que -aun en los campos más
básicos-, conciernen a los intereses de nuestro mundo, y
la posibilidad de que el reportaje directo, no mediatizado
unidireccionalmente por las comunicaciones, abra las puertas de
la investigación científica al público en
general, mostrando aquello por lo que la ciencia es lo que es,
y no fantasía, creencia, charlatanería o
religión".
(Fuente: "Periodismo científico", AEPC, 1997; tomado
de Martín F. Yriart: "La noticia científica
en el Tercer Mundo", en Chasqui no 55, Quito, spbre. 1996).
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