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Diálogo Iberoamericano
Núm. 15 / mayo-junio 1998. Pág.
23
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Investigadores ecuatorianos desarrollan una innovadora
propuesta para combatir la malaria
Fernando Pico Delgado (Universidad Central del Ecuador).
La creciente mortalidad causada por la malaria en el mundo,
en especial en zonas tropicales, determina la búsqueda
persistente de alternativas para mejorar el tratamiento de la
enfermedad; con esta perspectiva, el mes de agosto del año
anterior, el Instituto para el Desarrollo Internacional de la
Universidad de Harvard, IIDH, invitó a investigadores de
diferentes países a presentar propuestas originales. No
se trata de una vacuna o de una intervención para evitar
la malaria, sino de innovar el tratamiento.
En este sentido, el equipo de investigadores de la
Universidad Central del Ecuador dirigido por el Dr. Fernando
Sempertegui Ontaneda, que acredita experiencia en el tema, ha
apoyado las investigaciones del científico colombiano
Manuel Elkin Patarroyo, presentó el trabajo "Efecto del
Zinc como un Adyuvante de la Terapia para Aliviar la Morbilidad
de la Malaria", propuesta formulada en base de una experiencia
anterior en que se evaluó el impacto del zinc en
niños para prevenir problemas respiratorios (1991); en
aquel entonces se demostró que el zinc mejora
significativamente la inmunidad, y sobre todo, un componente de
la inmunidad llamado inmunidad celular. Este trabajo
recibió el reconocimiento publicándose en la
Revista Europea de Nutrición editada en el Reino
Unido.
Formas de malaria son causadas por el plasmodium vivax y por
el plasmodium falciparum, variedades del mosquito anofeles
hembra. El plasmodium vivax causa una enfermedad, en cierta forma
benigna, que responde mejor a los medicamentos. En tanto que el
plasmodium falciparum origina una enfermedad severa como la
malaria cerebral. Anualmente la enfermedad causa mas de dos
millones de muertes, el mayor número ocurre en el Africa.
En el Ecuador este es un problema de salud pública,
agravado actualmente con el fenómeno de "El
Niño".
El Dr. Sempertegui anota que "cuando la Universidad de
Harvard solicitó una idea innovadora para tratar la
malaria, nosotros sugerimos que una suplementación con
zinc al paciente que sufre de malaria podría ser
útil, ya que el parásito que causa el paludismo
induce un deterioro de la inmunidad; está demostrado que
el paciente enfermo de malaria tiene un menoscabo muy
significativo de su sistema de defensa, de su sistema inmunitario
particularmente, de esa esfera de la inmunidad que es la
inmunidad celular".
Al demostrarse que el zinc mejora y potencia la inmunidad
celular, a propósito de las enfermedades respiratorias,
se trasladaron las observaciones a un problema nuevo que tiene
un mecanismo un poco parecido; "y esto es lo original de la
propuesta ecuatoriana, parece que durante el paludismo causado
por el falciparum se forman ciertas moléculas que son las
que causan el problema cerebral, y se tiene fundamento para
pensar que el zinc evita la formación de esas
moléculas; ésta es una hipótesis
bioquímica molecular, que es posiblemente el componente
más atractivo y original de la propuesta.
No solamente se plantea que el zinc evitaría el
agravamiento al mejorar la inmunidad, sino que además
evita la generación de moléculas tóxicas que
dañan el cerebro", puntualiza el Dr. Sempertegui.
La Universidad de Harvard, de entre más de cincuenta
trabajos, seleccionó a la propuesta ecuatoriana
conjuntamente con otras cuatro, para ser sometida a una rigurosa
investigación internacional, destacándose que es
el único trabajo de Latinoamérica. El IIDH
financiará por aproximadamente año y medio la
evaluación de estas propuestas en cada uno de los
países de origen. En el caso del Ecuador, posiblemente se
lo hará en una zona de la Provincia de Esmeraldas.
A fin de coordinar la evaluación internacional de los
proyectos, entre abril y mayo del presente año, el Dr.
Sempertegui mantendrá reuniones de trabajo en Tanzania con
los profesores P. Artur, Z. Premji, F. Ssengooba y V.
Mwanakasale, cuyos trabajos fueron seleccionados por la
Universidad norteamericana.
El equipo ecuatoriano está formado por el Dr.
Fernando Sempertegui, Dra. Bertha Estrella, Dr. Ricardo Izurieta,
Dra. Josefina Egás, Gabriela Torres, Darwin Torres,
Franklin Toapanta.
Referencia: Coordinación General de
Investigación. Universidad Central. FAX 593-2-
501207. Correo e. proyecto@ciuc.ecuanex.net.ec
Ritmos biológicos, estudios con importancia
médica y ecológica
Yolanda Díaz de Salas (Universidad Nacional
Autónoma de México. Usted sabe que ciertos
animales se reproducen exclusivamente en algunos meses del
año y en estaciones específicas, en tanto que las
personas pasamos por períodos de sueño y vigilia.
Estas, como otras actividades que llevan a cabo los seres vivos,
tienen la peculiaridad de ser procesos cíclicos
recurrentes.
Estos ritmos biológicos tienen un origen
fisiológico, es decir, se deben a cambios
bioquímicos y moleculares que determinan ciertas conductas
periódicas en hombres, animales y plantas. En los
últimos años ha aumentado el interés en el
mundo por conocer las causas y mecanismos involucrados en estos
fenómenos, debido a sus aplicaciones potenciales en la
medicina y en el campo de la ecología, entre otras.
Por ejemplo, muchas personas están expuestas a
rutinas cotidianas que pueden alterar sus ciclos recurrentes.
Esto se hace evidente en pilotos, azafatas y personas que por
cuestiones de trabajo viajan constantemente de una parte del
mundo a otra, o en aquellos que laboran alternando jornadas
diurnas y nocturnas. Estas actividades trastornan su reloj
biológico de manera brusca y desfasan sus ritmos
naturales. Las investigaciones en Cronobiología,
área del conocimiento que se dedica al estudio de los
ritmos biológicos, tienen como objetivo conocer los
efectos que tienen en el organismo estas modificaciones,
así como hallar alternativas terapéuticas naturales
para su tratamiento.
Otra aplicación médica importante consiste en
establecer horarios en los que la ingestión de
medicamentos sea más efectiva. Hay momentos del día
en que nuestro organismo puede aprovechar más
eficientemente los compuestos químicos de un medicamento.
En la actividad agrícola, se podrían aplicar
sustancias contra plagas en el momento más adecuado. En
la producción pesquera, tener información sobre los
ritmos temporales de especies con interés comercial
permitiría establecer acciones para su crianza
óptima. Desde el punto de vista ecológico, se
protegería a la fauna durante los períodos
reproductivos.
Estos ejemplos ofrecen una idea clara acerca de la
aportación de la Cronobiología para mejorar nuestra
calidad de vida y en la preservación del entorno
natural.
De acuerdo con la Dra. María Luisa Fanjul,
coordinadora del Laboratorio de Neurofisiología de la
Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma
de México, estos ritmos se originaron durante la
evolución y han logrado conservarse gracias a la
información genética.
Estudios en la UNAM
Desde hace varios años, las facultades de Medicina
y Ciencias, así como el Instituto de Fisiología
Celular llevan a cabo estudios cronobiológicos. La primera
de estas dependencias mantiene colaboración con la
Universidad de Gottingen, Alemania. Precisamente, este
país europeo destaca a nivel internacional por la
excelencia de las investigaciones que realiza en el
área.
La Facultad de Ciencias, por su parte, efectúa
estudios sobre los procesos y mecanismos que intervienen en los
ritmos biológicos, desde las primeras etapas de desarrollo
de los organismos. Se ha trabajado con crustáceos, entre
los que destacan los acociles, cuya utilización se debe
a las facilidades que ofrecen para realizar los estudios en
laboratorio.
La Cronobiología en América Latina
A pesar de ser una ciencia joven, existe un gran
interés mundial en los estudios cronobiológicos.
En América Latina se están consolidando grupos de
investigación, principalmente en México, Brasil y
Argentina, los cuales compartieron experiencias durante el II
Curso Latinoamericano de Cronobiología, realizado en la
Universidad Nacional Autónoma de México en 1997.
Este encuentro fue coordinado por el Dr. Raúl Aguilar
Roblero, investigador del Instituto de Fisiología Celular.
Paralelamente, se efectuó el IV Simposio
México-Americano de Ritmos Biológicos, lo que
permitió el contacto de especialistas de América
Latina y Estados Unidos.
Fuente: Boletín Intercambio Académico, DGIA,
UNAM, núms. 96/97, marzo-abril 1998.
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