Ken Foller. La clave está en Rebeca (1980)

la clave está en Rebeca

Alex Wolff, ciudadano alemán cuyo padrastro era egipcio, realiza un extenuante viaje a través del desierto con el fin de llegar a El Cairo. Gracias a sus contactos en la ciudad y a su dominio del idioma árabe, cuenta con grandes cualidades para convertirse en uno de los principales espías alemanes en la batalla en el norte de África. Wolff, nacionalista ferviente, sueña con contribuir a la victoria de la Alemania Nazi en la Segunda Guerra Mundial y a la expulsión de los británicos de Egipto.

No obstante, tras intentar burlar al ejército inglés, sus esperanzas de pasar desapercibido como espía alemán se vienen abajo cuando ocurre un desgraciado encuentro con una patrulla, tras el que se ve obligado a asesinar a un cabo inglés en la ciudad de Asiut.

Llegado a El Cairo, Wolff consigue suministrar a Rommel información muy valiosa sobre las defensas y las estrategias aliadas en la defensa de Egipto. Esta información es enviada por medio de una radio y de un código basado en la novela Rebeca, de Daphne du Maurier.

A través del incidente de Asiut, el oficial inglés William Vandam inicia la persecución de Wolff, que llega a convertirse en una obsesión.

Se trata de un relato de luchas casi personales en el marco del conflicto bélico que da como resultado una atractiva novela en la que el espionaje y el entorno militar e histórico nos facilitan una inmersión en la historia que lleva a una gran credibilidad.

Ken Follet describe el siguiente algoritmo, utilizado por un espía alemán en El Cairo durante la II guerra mundial.

Wolff fue hasta el armario donde guardaba la radio. Sacó la novela inglesa y la hoja de papel con la clave del código. Estudió la clave. Era 28 de mayo. Tenía que sumar 42 -el año- al 28 para calcular el número de la página de la novela que debía utilizar en el cifrado de su mensaje. Mayo era el quinto mes, así que debía descartar una de cada cinco letras de la página.

Decidió comunicar: "He arribado. Control equipo. Confirmen recepción." Empezó a buscar, desde la primera línea de la página 70, la letra H. Era el décimo signo, descartando cada quinta letra. Por lo tanto, en su código estaría representada por la décima letra del alfabeto, la J. Luego necesitaba una E. En la página la tercera letra después de la H era una E. Por consiguiente, la E de "he" estaría representada por la tercera letra del alfabeto, la C. Las letras raras, como la X, se codificaban en forma especial.

Este tipo de código era una variante de los cuadernos de un solo uso, único tipo de código inviolable en teoría y en la práctica. Para descifrar el mensaje, el escucha debía tener el libro y conocer la clave