Boletín ENIGMA - nº 15
1 Julio 2003
Boletín del Taller de Criptografía
de Arturo Quirantes Sierra
Dirección original: http://www.cripto.es/enigma/boletin_enigma_15
CRIPTOGRAFÍA HISTÓRICA - Máquinas de cifra en España
CRIPTOGRAFÍA HISTÓRICA - Kryha
CRIPTOGRAFÍA HISTÓRICA - Wheatstone
CRIPTOGRAFÍA HISTÓRICA - Enigma
LIBERTAD VIGILADA - "Echelon" contra "Superlópez"
(I)
LIBERTAD VIGILADA - "Echelon" contra "Superlópez" (II)
Bienvenido, "enigmático" lector, a la décimoquinta entrega del Boletín Enigma.
Como habrás podido comprobar en los números anteriores, este boletín ha ido
centrándose en los temas de criptografía histórica, y en eso creo que vamos
bastante bien. Poco a poco, mis documentos privados (que incluyen expedientes
recientemente desclasificados de los archivos británico y norteamericano) van
abriéndose camino. De hecho, si no aparecen más, es por simple falta de tiempo.
Fíjense si no en el boletín 14. Salió con tanta premura que ni siquiera llevaba
editorial.
Todo a su tiempo. De momento, este número puedes considerarlo un especial,
dedicado a las máquinas de cifra habidas en España en el pasado. De momento, son
tres modelos los que seguimos la pista: Kryha, Wheatstone ...y, por supuesto,
nuestra favorita. Mucha de la información sobre la Enigma española que aparece
publicada aquí ve la luz por primera vez, al menos hasta donde yo sé. Y en el
futuro, prometo más.
Pero no vamos a olvidar otros temas. El presente es tan importante como el
pasado, y los recientes acontecimientos en el panorama criptográfico requerirán
pronto nuestra atención. Por lo pronto, una modificación de la Ley General de
Telecomunicaciones requería que las claves de cifrado fueran entregadas al
Gobierno a petición suya. Dicha modificación fue derrotada, merced a una campaña
de denuncia de CPSR-Spain (www.spain.cpsr.org,
ver también Boletín 13), pero la amenaza no ha desaparecido por completo.
Y también vendrán los reportajes de campo. A mi visita a Bletchley Park (parte
de la cual podéis leer en el Boletín 7) se sumará mi reciente incursión al Museo
Criptológico Nacional de los EEUU... incluyendo una incursión al exterior de la
mismísima Agencia de Seguridad Nacional, en condiciones que relataré en su
momento. Todo con fotos, por supuesto.
En otro orden de cosas, los lectores interesados en ampliar las lecturas que os
ofrezco, sobre otros temas menos técnicos, puede encontrar mi obra y milagros en
la sección "Tribuna digital" del Taller de Criptografía:
http://www.cripto.es/tribuna.htm. Como "joya de la corona" cabe
destacar el libro digital "Futuro imperfecto", que incluye todos los artículos
que escribí para Libertad Digital durante el año pasado. EStá disponible,
gratuitamente, en formato pdf:
http://www.cripto.es/tribuna/futuro-imperfecto.pdf
¿Y qué mas queda por ahí? Ah, sí. Como todos los meses, he aquí un capítulo del
libro "Libertad Vigilada" de Nacho García Mostazo. En esta ocasión, se relata la
ascensión y caída de José Ignacio López de Arriortúa, alias "superlópez",
durante su azarosa carrera por General Motors y Volkswagen. Debido a su
longitud, lo he dividido en dos partes. Iba a dejar la segunda parte para otro
mes, pero no quiero ser malo y teneros en ascuas. Por cierto, que el tema
Echelon ha sido portada este mes de la revista Xplora.
Un último apunte. Entre el 21 y el 25 de julio de 2003, la Universidad de
Granada organiza un curso de verano sobre "Técnicas de seguridad en Internet" en
Almuñecar (Granada). Este que escribe estará allí el martes 22, impartiendo la
charla "Seguridad en el intercambio de datos (PKI)" Más información:
www.ugr.es
Con esto, me despido de vosotros hasta después de las vacaciones. El Taller de
Criptografía se tomará unas vacaciones, así que nos "veremos" de nuevo a finales
de Septiembre. Feliz veraneo.
CRIPTOGRAFÍA HISTÓRICA - Máquinas de cifra en España
Los dispositivos mecánicos de cifra fueron desarrollados tras la Primera Guerra
Mundial. Con anterioridad, solamente existían ingenios sencillos como reglas o
discos concéntricos. En España se siguió la senda marcada por otros países,
aunque con cierto retraso.
Resulta difícil establecer cuál fue el primer aparato de cifra existente en
nuestro país. Existe en la Biblioteca Nacional un curioso librito escrito por
Enrique Mhartín y Guix, y publicado en 1911 bajo el título de "inventario de
neologismos para completar y unificar la tecnología de las escrituras modernas."
En él, propone denominar "criptógrafos" a los aparatos manuales de que se
servían los criptografistas, y "criptotipiadoras" a las máquinas que se
empleaban para "velar los escritos mecanográficos". Como ejemplos de
criptotipiadoras se mencionan diversas marcas (Sedgwick, Boston, Meritt, Proctor),
cuya descripción parece indicar que se trataba, sencillamente, de máquinas de
escribir con tipos de letra intercambiables.
Ya en 1934, el capitán de corbeta Pascual Díez de Rivera, subdirector de la
Escuela de Guerra Naval, publica el libro "Orgánica naval, con un compendio
completo de criptografía." Uno de sus capítulos constituye un sucinto y
excelente resumen de los principales tipos de sistemas criptográficos, con
interesantes comentarios sobre seguridad en las comunicaciones, criptoanálisis,
etc. Uno de estos días prestaremos al señor Díez la atención que se merece. Pero
a lo que vamos. Su libro, aunque no los menciona por su nombre, describe
diversas máquinas de cifra que usan "discos giratorios, que de un modo
ingeniosísimo, con palancas, muescas y camones, cambian la situación y giran o
se detienen convenientemente." La palabra Enigma salta a la mente tras leer una
descripción así, aunque también puede corresponder a otras máquinas similares.
No se especifica si tales máquinas se usaban en España.
Incluso en nuestros días, resulta difícil obtener información oficial sobre las
antiguas máquinas de cifra españolas. Una petición de información sobre las
máquinas Enigma españolas, hecha por este que escribe al CESID (ahora CNI), se
topó con la siguiente respuesta: "lamentamos comunicarle que la información que
solicita en su mensaje se considera materia clasificada y por tanto no accesible
con fines de investigación." Hoy mismo me he topado con una copia del Acuerdo
del consejo de ministros de 28 noviembre 1986, donde se clasifican determinadas
materias con arreglo a la ley de secretos oficiales. La primera materia a la que
se califica genéricamente como secreta es "las claves y material de cifra
criptográfico."
Pero hay archivos de acceso público, tanto en España como en el extranjero. Hoy,
vuestro Enigmático en Jefe va a volcar sus notas, convenientemente sazonadas con
las informaciones adicionales de otro criptohistoriador a tiempo parcial -y
suscriptor del Boletín-, José Ramón Soler. Como tales notas, habrán de ser
modificadas y pulidas en el futuro. De momento, aquí va lo que se sabe del
asunto.
CRIPTOGRAFÍA HISTÓRICA - Kryha
Salvo descubrimientos futuros en contrario, parece ser que la primera máquina de
cifra usada en España fue del tipo Kryha. Según obra en el Archivo del
Ministerio de Asuntos Exteriores, el 10 de noviembre de 1931 se dio orden a la
Embajada Española en Berlín que informase sobre el uso de máquinas de cifra, con
especial interés por el modelo Kryha.
Diez días después, el embajador informa muy favorablemente sobre las
características del sistema Kryha. Su respuesta muestra a las claras el
desconocimiento del personal de la Embajada en materias de criptografía. Para
empezar, se afirma que "se han estudiado con todo detenimiento el funcionamiento
de la [máquina Kryha], sus características y detalles inherentes a la misma", lo
que se supone ha sido hecho en apenas una semana, sin dar ninguna referencia a
otras clases de máquinas de cifra.
Aún reconociendo que la máquina gozaba de ventajas extraordinarias sobre los
sistemas entonces en uso en el Ministerio, se recomendó que la Kryha fuese usada
conjuntamente con un sistema tradicional de libros de código, lo que indica que
la seguridad criptográfica de la máquina no fue bien entendida, ya que si
realmente se considerase segura no hubiese sido preciso recomendar un segundo
cifrado mediante códigos.
Más parece que el "estudio" de viabilidad de la máquina Kryha se basó en
conversaciones con los fabricantes, o bien con otros usuarios, más que en una
contrastación de prestaciones, rapidez o fiabilidad. De hecho, un día antes de
que se enviase a Madrid la recomendación pro-Kryha del embajador, la
Chiffriermaschinen Aktiengesselsschaft, fabricante de las máquinas Enigma, envió
al embajador una propuesta de venta de tres modelos distintos de sus cifradoras,
desde el pequeño -y hasta ahora, prácticamente desconocido- modelo Z hasta el
enormemente caro Modelo H. Los precios eran comparables a los del modelo Kryha.
Cualesquieran que fuesen las razones, la oferta del fabricante de Enigma fue
rechazada, si no ignorada, a favor del modelo Kryha, más pequeño y fácil de
manejar. Es muy posible que eso se debiese a cuestiones de marketing. La empresa
Kryha exhibía su máquina estrella en toda reunión comercial por toda Europa,
obteniendo palabras de alabanza de usuarios civiles y militares. Incluso llegó a
contratar al famoso matemático George Hamel para que calculase el número de
posibles claves. Por desgracia, un gran número de claves no asegura
automáticamente la seguridad de un sistema criptográfico. Los especialistas del
ejército norteamericano, tras considerar su uso, la rechazaron. En 1933, el
criptógrafo William Friedman fue retado a reventar un mensaje cifrado con una
Kryha; el éxito le sonrió en tan sólo dos horas y 41 minutos.
En retrospectiva, solamente queda esperar que la información cifrada con la
máquina Kryha por las autoridades españolas no fuese de naturaleza vital. La
máquina Kryha fue finalmente adquirida por el Ministerio de Estado español. Pero
el proceso de negociación no fue rápido. El 19 de Abril de 1932, la embajada en
Berlín fue autorizada a comprar seis máquinas de cifra Kryha. Once días después
llegaba la oferta de la empresa: mil marcos por ejemplar, gastos de envío y
aduana incluidos. Sin embargo, ambas partes no se pusieron de acuerdo en el
precio (una oferta de 600 marcos hecha anteriormente por empleados de la empresa
fue posteriormente desautorizada por sus superiores), y el trato quedó en
suspenso durante casi un año.
Solamente en abril de 1933 se reavivó el interés del Ministerio de Estado,
aunque el pedido se redujo a dos máquinas Kryha: una quedaría en la propia
Embajada española en Berlín, la otra sería enviada a Madrid. El propio ministro
había, al parecer, mostrado un especial interés en el tema, y aprovechando una
visita a Ginebra a finales de mayo decidió llevarse la Kryha destinada a Madrid.
Desafortunadamente, la enfermedad y posterior fallecimiento del encargado de
adquirir las máquinas, José Dupuy de Lome, dio al traste con este deseo
ministerial. Su sucesor, Roberto de Satorres, remitió la máquina a Madrid por
vía de la legación en París. Debió dejar allí buena impresión, porque poco
después se ordenó la compra de una tercera máquina Kryha para la embajada
española en París. El precio total fue de 2.732 marcos por los tres ejemplares,
curiosamente pagados con cargo a la cuenta de gastos reservados.
El destino de las Kryhas adquiridas por el Gobierno Republicano es incierto. Sin
embargo, puede que al menos una de dichas máquinas haya sobrevivido. Tras la
guerra civil, el Partido Nacionalista Vasco depositó diversos documentos de
dirigentes en Villa Izarra. En dicha villa también se guardó una máquina Kryha,
de procedencia desconocida, que fue usada durante la década de los años 30, y
posiblemente también en la de los 40. En 1992, esa Kryha fue trasladada al Museo
del Nacionalismo Vasco de la Fundación Sabino Arana en la localidad de Artea,
donde se exhibe actualmente.
CRIPTOGRAFÍA HISTÓRICA - Wheatstone
José Ramón Soler, en un artículo que publicará en breve la revista
norteamericana Cryptologia, describe una máquina de cifra conocida como Clave
Norte (o Clave San Carlos). Era un dispositivo de cifrado mecánico consistente
en un sistema con dos ruedas dentadas que se encontraban encima de dos círculos,
el de la izquierda de cartulina (40 dientes, 10.5/10 cm. de diámetro exterior e
interior) en el que se encontraba el alfabeto cifrado, y el de la derecha (37
dientes, 9.7/9.2 cm. de diámetro exterior e interior) en el que se encontraba el
alfabeto en claro, con algunas letras repetidas. Se usó en España al menos desde
1937, para comunicaciones entre el Generalísimo, el Ejército Norte, el Cuerpo de
Ejército, 5ª, 6ª y 8ª divisiones, las Divisiones Ávila y Soria, y el Ejército
Sur.
Dicha descripción corresponde a la denominada máquina Wheatstone. Es un
dispositivo relativamente sencillo, que ya se conocía a finales del siglo XIX, y
que no parece que fuese usado en otros países más allá de la Primera Guerra
Mundial. En España, se usó hasta al menos los años cuarenta. Paradójicamente,
conocemos detalles sobre esta máquina gracias a aquellos que la espiaban.
En Julio de 1942, el CG&CS británico redactó un informe sobre la "máquina de
cifrar Wheatstone" usada por la Aviación española. Dicha máquina tenía alfabetos
cifrado y claro de 29 y 28 caracteres, respectivamente. El cifrado se hacía en
grupos de cuatro letras. De ellas, la segunda letra era de relleno ("dummy"), y
había de ser eliminada para descifrar. Los grupos segundo y antepenúltimo
contenían los indicadores, cuya mecánica no es bien conocida.
El informe británico fue compartido con los norteamericanos: el 20 de Julio, una
copia fue remitida al Capitán Kullbak, del Cuerpo de Señales del ejército de
EEUU. Esta copia permanece en los archivos nacionales norteamericanos.
CRIPTOGRAFÍA HISTÓRICA - Enigma
Llegamos por fin a nuestra máquina de cifra favorita. Los datos que de ella se
dispone van aumentando poco a poco, pero aún hay muchas lagunas y la historia
completa es larga. Vamos a resumirla aquí. Respire hondo, y allá vamos.
Las primeras referencias al interés de España por las máquinas Enigma datan de
comienzos de los años treinta. Como consecuencia del interés demostrado a
comienzos de los años treinta por el Ministerio de Estado en la adquisición de
máquinas de cifra, los archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores guardan
diversa documentación de la Chiffriermaschinen Aktiengessellschaft, la empresa
fabricante de las famosas máquinas cifradoras Enigma. No hay constancia de que
las autoridades españolas mostrasen el menor interés por estas máquinas, ya que
Exteriores acabó decidiéndose por las -paradójicamente mucho más vulnerables-
máquinas Kryha, ya antes mencionadas.
Para ver Enigmas en España hay que esperar a la Guerra Civil. Al hacerse
evidente que el conflicto civil español iba a extenderse más allá de una rápida
campaña, se hizo necesario el establecimiento de procedimientos de cifrado para
coordinar las operaciones de los diversos ejércitos alzados. Como consecuencia,
la Alemania de Hitler decidió proporcionar a sus nuevos aliados españoles
material criptográfico seguro. No llegó al extremo de compartir sus máquinas de
cifra más seguras, las Enigma de modelo militar, ya que eran lo que podríamos
denominar "tecnología punta" de la época y no se consideraba que debieran
compartirse con sus aliados (de hecho, ni siquiera los italianos recibieron
una); en su lugar, decidieron dotar a las fuerzas franquistas con un modelo más
simple pero aún robusto y eficaz, que se suponía a prueba de ataques
criptoanalíticos.
Hay dudas acerca de cuándo llegaron estas máquinas a nuestro país, y acerca de
quién las usó. El historiador Harry Hinsley, escritor de la historia oficial de
la Inteligencia Británica, [British intelligence in the Second World War - Its
influence on Strategy and Operations], menciona la fecha de abril de 1937 como
aquella en la que la agencia criptoanalítica británica (GC&CS) hubo logrado la
ruptura de la Enigma usada en España por los alemanes, los italianos y las
fuerzas de Franco [Hinsley, p.491]. El origen de esta información ha permanecido
secreto durante mucho tiempo, aunque Hinsley, antiguo trabajador del GC&C, tuvo
acceso a documentos clasificados como secretos. Algunos de ellos han sido
desclasificados en años recientes.
Existen referencias a un informe de 5 de Noviembre de 1936 en el que se afirma
haber captado mensajes cifrados, formados por grupos de cinco letras, que parece
ser algún tipo de cifrado de máquina. A lo largo del último trimestre de ese año
se identificó dicha máquina como una Enigma comercial. El propio director del GC&CS,
Denniston, mostró interés en el estudio de la máquina española; ello pasaba por
captar suficientes mensajes para que el esfuerzo tuviese éxito y valiese la
pena. Debe recordarse que ni británicos ni franceses habían logrado éxito alguno
contra la más compleja versión militar de Enigma (los polacos sí lo
consiguieron, pero no informaron a sus aliados hasta Julio de 1939), pero desde
los años veinte existía una solución contra una versión comercial anterior de la
Enigma. Un esfuerzo que permitiese introducirse en la red de tráfico cifrado
español permitiría obtener información de importancia, no sólo sobre las
operaciones militares en sí sino también acerca de las intenciones alemanas en
España.
Dilly Knox, uno de los genios criptoanalistas ingleses, logró romper el "tráfico
insurgente", esto es, logró descifrar los mensajes de la Enigma española. La
fecha, rememorada por Nigel de Grey y aceptada como fecha "oficial" del evento,
es 24 de Abril de 1937. El método Knox está basado en un procedimiento similar
al conocido como "Enigma recíproca" enunciado por Hugh Foss a finales de los
años veinte, pero con técnicas muy mejoradas. Es decir, pasaron al menos cinco
meses y medio desde la primera detección de mensajes Enigma en España hasta su
primera ruptura con éxito. Considerando la dificultad de la tarea, no puede
decirse que fuese mucho tiempo, máxime cuando el volumen de mensajes de que Knox
disponía para su estudio era muy limitado.
Sin embargo, persiste el enigma sobre los usuarios de la cifradora Enigma. Se
acepta que tanto las fuerzas alemanas (Legión Cóndor) como italianas desplegadas
en España usaron esta máquina. Pero no hay pruebas -al menos, este que escribe
no las ha hallado- de que las Enigma hayan sido usadas por las fuerzas
franquistas durante la Guerra Civil. Mavis Batey, antigua trabajadora en
Bletchley Park con Dilly Know, en comunicación privada al autor, advierte que
"aunque se menciona la expresión 'tráfico español', nunca oí que sugiriese el
que ningún
mensaje fuese en español."
Cuántas máquinas fueron entregadas a las fuerzas franquistas es asimismo una
incógnita. Fermín Gallego Serra da el número de 15 máquinas, usadas al menos
hasta los años cincuenta en que fueron sustituidas. Domingo Pastor Petit da
asimismo la cifra de 15 máquinas.
Una vez descubierta la forma de descifrar la Enigma española, los ingleses
pusieron su descubrimiento a disposición de algunos de sus aliados. A finales de
los años treinta, representantes de los servicios de criptoanálisis de Gran
Bretaña, Francia y Polonia se reunían regularmente para intercambiar
experiencias y compartir conocimientos. No parece que el éxito británico con la
Enigma española fuese un tema de interés para franceses o polacos. En un
memorandum de 2 Noviembre 1938 [PRO 97], el Director Denniston se sorprendía de
no haber recibido ningún mensaje español interceptado por los franceses. En un
sumario redactado con posterioridad, Hugh Foss afirmó que los franceses no
manifestaron conocimiento o interés en la Enigma 'K' usada por los italianos y
los nacionalistas españoles. Según parece, no solamente habían abandonado toda
esperanza -si es que alguna vez la tuvieron- de romper los códigos del modelo
militar, sino que ni siquiera consideraban posible -o, cuando menos, útil-
molestarse con la variante comercial, más fácil de atacar.
Terminada la Guerra Civil Española, las máquinas Enigma entregadas a las fuerzas
de Franco no fueron devueltas, sino que se cedieron al nuevo gobierno. Puesto
que ya no había una República de la que proteger sus secretos, el nuevo gobierno
franquista utilizó sus Enigmas para proteger sus comunicaciones más
confidenciales. El hecho de que en el territorio nacional se usasen líneas
telefónicas (no interceptables desde el exterior) hacía innecesario su uso
dentro de España, así que se destinaron a la protección de los mensajes con el
exterior.
Sin embargo, para ello era necesario una tarea previa. En primer lugar,
consideraciones de seguridad hacían aconsejable el recableado de los rotores.
Este es un procedimiento habitual y aconsejable. El país fabricante de las
máquinas puede aprovechar su conocimiento sobre la estructura interna de los
rotores (pequeñas ruedas móviles que determinan el cifrado), de forma que
cambiar el cableado o estructura interna de los rotores dificulta el trabajo de
los criptoanalistas. Hay que mencionar, no obstante, que el recableado de los
rotores no es un obstáculo insalvables para un atacantes, ya que -como Rejewsky
demostró con el modelo militar- un criptoanalista hábil puede reconstruir dicho
cableado mediante pura matemática. Hay indicios de que, en efecto, los rotores
de las Enigmas españolas fueron recableados, si bien se ignoran la fecha exacta
y la forma del nuevo cableado. También se sabe que, debido al mal uso que de la
máquina hicieron sus operadores, los británicos lograron reconstruir los nuevos
rotores recableados sin mayor inconveniente.
En segundo lugar, se hace necesario entrenar a los nuevos operadores (o bien
escoger a los mejores que hubiesen trabajado en cifrado durante la guerra
civil), preparar listas de claves para usar con la máquina, y enviar a todo el
conjunto a los diversos destinos. Con un país devastado por la guerra, un
continente a punto de sumirse en otra y una comunidad internacional hostil al
nuevo régimen, ello no resultó tarea fácil.
Una combinación de afinidad política y aislamiento internacional hizo que
Alemania fuese vista como la principal fuente de abastecimientos para material
industrial y militar. No es extraño, pues, que los primeros mensajes Enigma de
la España de posguerra civil se detectasen en los tramos Madrid-Berlín y
Madrid-Roma a comienzos de 1940. Específicamente, enlazaban al gobierno español
con sus agregados militar y naval en Alemania e Italia. No fue el único medio de
cifrado (también se utilizaban libros de código), pero indudablemente jugaron su
papel en la protección de las comunicaciones españolas con los principales
países europeos del Eje.
El control militar sobre estas máquinas queda de manifiesto en la orden dada al
embajador español en Berlín en Septiembre de 1941, por la cual la máquina
cifradora quedaba bajo el control del Agregado Militar, Teniente Coronel D. Juan
Luis Roca de Togores. También las claves usadas eran remitidas por el Alto
Estado Mayor. Desde su Cuarto Negociado se indicaba la disposición interna de
los rotores, denominada "segunda operación" o "combinación interna." La práctica
alemana pasaba por distribuir las listas de claves en forma de hojas o libretas.
Debían mantenerse en secreto y, por supuesto, ser de naturaleza aleatoria. En el
caso de las máquinas españolas, la segunda operación (Ringstellung, o
disposición de anillo, en jerga alemana) indicaba la disposición de los tres
rotores respecto a sus respectivos anillos, y la orientación del reflector, un
total de cuatro letras.
Sin embargo, en el crucial punto de la distribución y uso de claves fue donde
los gabinetes de cifra españoles fallaron miserablemente. Las claves se enviaban
por medio de mensajeros o mensajes en valija diplomática -el método no se conoce
con precisión-, pero resultaban fácilmente adivinables. Por ejemplo, durante el
período de Noviembre y Diciembre de 1940, las claves usadas eran la siguientes:
Clave
Fecha inicio
ECUA 30
Octubre
DORN 10
Noviembre
ICAR 20
Noviembre
AGUA 30
Noviembre
HOLA 10
Diciembre
NDAJ 20
Diciembre
APON 30
Diciembre
¿Alguna relación entre ellas? En efecto. Uniéndolas aparecen los nombres de
Ecuador, Nicaragia, Holanda,Japón. Las claves del siguiente período se
construyeron a partir de los nombres "Lope de Vega, Calderón de la Barca,
Darío". Es decir, LOPE para el intervalo 10-19 Enero, DEVE para el 20-29 Enero,
y así sucesivamente. El período Marzo-Abril correspondió a las claves "Sevilla
Córdoba Jaén Huelva". No es de extrañar que, con claves tan predecibles, la
seguridad de los mensajes cifrados con las Enigma españolas dejasen que desear.
Un informe norteamericano de 1945 afirmaba al respecto que, gracias a un "uso
criptográfico pobre", el cableado de los rotores de las Enigma españolas pudo
ser reconstruido.
La información derivada de estos mensajes raramente tenía importancia per se
para los ingleses, pero proporcionaba "chuletas", o texto llano para compararlo
con mensajes alemanes cifrados con otras claves . Por supuesto, la Royal Navy
recibía con agrado las noticias relativas al despliegue y actividades de la
flota española, ya que en cualquier momento España podría convertirse en aliada
alemana.
Resulta llamativo que los agregados militar y naval de la embajada española en
Berlín tuviesen sus propias claves para el uso de la Enigma. En una ocasión, a
finales de Julio de 1941, el agregado militar carecía de sus claves Enigma, por
lo que tuvo que usar las del agregado naval. Esta duplicación sugiere que la
rivalidad, tradicional en otros países, entre Ejército y Armada no era
desconocida en España. De hecho, recientes investigaciones hechas por este que
escribe (aún sin terminar) prueban que los agregados militar y naval no
solamente usaban diferentes claves, sino incluso diferentes rotores. Las
características de los rotores "navales" coinciden con las de la máquina "Enigma
K" comercial, en tanto que los rotores del agregado militar son únicos, es
decir, fueron recableados especialmente.
Respecto al papel jugado por la Aviación en esta ecuación, no parece que tuviese
acceso a sus propias claves Enigma, aunque esta conclusión se basa en la
ausencia de pruebas y no en un prueba de ausencia; por otro lado, la Aviación
española usaba una máquina de cifrado diferente - basado en una tecnología mucho
más antigua y vulnerable-, así como un "código Aviación" que de una forma u otra
también acabó en manos tanto inglesas como norteamericanas.
Los registros existentes en los archivos británicos explican parcialmente el
aumento en el número de mensajes enviados a Berlín en 1942. En esa época, las
autoridades españolas negociaban acuerdos para obtener diverso material militar,
como tecnología de aleaciones, torpedos, vidrios ópticos, radar entre otros.
También influyó fuertemente el despliegue de la División Azul. Durante la
campaña rusa, la División Azul enviaba sus mensajes a Madrid por intermedio del
agregado militar en Berlín. A menudo los despachos remitidos a Madrid desde la
embajada incluían avisos del tipo "la División no ha enviado mensaje hoy."
Indudablemente, el hecho de cifrar el mismo tipo de mensaje una y otra vez
facilitó el trabajo de los criptoanalistas británicos.
Para comienzos de 1945, el tráfico de mensajes que usaban la Enigma española
había disminuido a prácticamente cero. Según Gallego Serra, las Enigmas fueron
sustituidas en los años cincuenta. El destino que se les dio es poco claro.
Domingo Pastor Petit, en su "Diccionario enciclopédico del espionaje", publicado
el 1996, afirma que "tales aparatos pueden hoy verse en el Estado Mayor de la
Defensa de Madrid, en la calle Vitrubio num.1". Hasta la fecha, he sido incapaz
de verificar tal afirmación (vivir en provincias tiene esos inconvenientes), así
que si algún madrileño enigmático puede pasarse por allí y preguntar, sus
informes serán aquí bien recibidos. Mientras tanto, el Expediente Enigma sigue
abierto y en curso.
LIBERTAD VIGILADA - "Echelon" contra "Superlópez" (I)
[Extraído del libro "Libertad Vigilada", de Nacho García Mostazo, con permiso
del autor. Más información en
http://www.libertadvigilada.com]
Primera parte, capítulo 27:
El informe definitivo de la Comisión Echelon menciona al menos una decena de
casos en los que está probado que las agencias de inteligencia norteamericanas
intervinieron para lograr importantes beneficios para sus empresas. Uno de ellos
es el caso del ingeniero español José Ignacio López de Arriortúa. En Alemania,
país natal del ponente de la Comisión Echelon, Gerhard Schmidt, la polémica
contratación de López de Arriortúa tuvo un gran eco en los medios de
comunicación. A mediados de marzo de 1993, pasó de ser el "número dos" de la
empresa norteamericana General Motors, la mayor corporación industrial del mundo
y casa matriz de la alemana Opel, a un puesto similar en su principal
competidora, la germana Volkswagen, primer fabricante europeo de automóviles. El
caso mereció el interés del ponente, que lo menciona en el informe de la
Comisión Echelon por la presunta participación de la NSA en defensa de su
industria.
"Superlópez", como se le conocía en España por sus eficaces métodos de gestión,
inició su meteórica carrera en General Motors, donde revolucionó las relaciones
con los proveedores, logrando un importante ahorro a la compañía. Debido a su
éxito, los patronos de GM en Estados Unidos llamaron al ingeniero español para
que se incorporase a los cuarteles generales de la corporación industrial,
situados en Detroit (Michigan). El 1 de mayo de 1992, López de Arriortúa era
nombrado vicepresidente y director de compras de GM. La empresa empezó a aplicar
de inmediato sus planes. Arriortúa prometía un ahorro de decenas de millones de
dólares y sus planes se cumplían a la perfección, de modo que General Motors
empezó a ver casi de inmediato el resultado del nuevo sistema aplicado por el
ejecutivo y su equipo de colaboradores. [1]
Nacido en Amorebieta, Vizcaya, José Ignacio López de Arriortúa albergaba un
sueño desde que se incorporó a GM: instalar una fábrica de automóviles en su
pueblo natal. El proyecto se llamaba "Planta X" y allá donde fuera López se lo
presentaba a sus superiores. Tras la aplicación de su exitoso plan de compras en
la General Motors de Detroit, basado en un sistema que él denominaba "Picos", el
revolucionario vicepresidente creyó que se daba la coyuntura necesaria para
poner su sueño sobre la mesa del presidente, Jack Smith. Tras estudiarlo a
fondo, Smith sólo pudo prometer a López que se construiría la "Planta X" entre
1998 y 1999, pero no lo puso por escrito, como al parecer pedía el ingeniero
español. [2]
En esas fechas, la compañía alemana Volkswagen no pasaba por sus mejores
momentos. También afincada en España tras adquirir Seat, VW tenía ciertas
dificultades que posiblemente se solventarían aplicando el programa "Picos"
diseñado por Arriortúa. Se desconoce si fue el ingeniero vasco quien contactó
primero con Volkswagen o si fue su presidente, Ferdinand Piëch, nieto del
fundador de Porsche, quien le llamó, pero lo cierto es que el 8 de marzo de
1993, con ocasión de una reunión en la fábrica de Opel en Rüsselsheim
(Alemania), López de
Arriortúa telefoneó al presidente de GM en Detroit para comunicarle que
abandonaba la empresa. Al parecer, Piëch se había comprometido con él a
construir la "Planta X" de Amorebieta.
El ingeniero español regresó a Estados Unidos, donde Jack Smith, acompañado por
un grupo de ejecutivos de GM, le visitaron en su casa para disculparse y hacerle
una nueva oferta. Querían a toda costa que se quedara en Detroit. Según publicó
años más tarde el diario norteamericano USA-Today, Smith le dijo que había
cometido un error con respecto a la factoría de Amorebieta y que estaba
dispuesto a estudiar nuevamente el proyecto. López acordó permanecer
momentáneamente en GM y habló por teléfono con el presidente de Volkswagen.
Ferdinand Piëch le dijo que siguiera con el fabricante estadounidense durante un
año más y luego se fuera a Alemania para ingresar en VW. Pero el 12 de marzo, un
abogado de GM pidió a López que firmara un contrato por cinco años, lo que
sorprendió al ejecutivo, que en ese momento ya sólo pensaba en quedarse un año
más llí para luego regresar a Alemania con Volkswagen. "Superlópez" interpretó
la oferta como un síntoma de que GM había perdido su confianza en él. [3]
El lunes 15 de marzo, López de Arriortúa regresó a su despacho en General Motors.
No había rechazado aún el nuevo contrato, pero tampoco lo había firmado. El
consejo de administración acababa de aprobar por unanimidad su ascenso a
vicepresidente ejecutivo y responsable de operaciones en América del Norte. La
compañía incluso convocó una rueda de prensa para anunciar la noticia. López, a
sus 52 años, se iba a convertir en uno de los ejecutivos más importantes de
Estados Unidos. Sin embargo, el ingeniero desapareció repentinamente de General
Morots dejándole una nota de su puño y letra al presidente, Jack Smith. Un amigo
de López se ocupó de entregársela en mano. En la carta, el ejecutivo español
dimitía por segunda vez en cinco días. "Puede parecer un acto de cobardía" pero
"es la acción más valiente de mi vida. Jack, perdóname y trata de entenderlo. Lo
siento", escribió.
El presidente de General Motors quedó desconcertado. Faltaban apenas dos horas
para que se celebrara la rueda de prensa donde anunciaría el ascenso de López de
Arriortúa, pero el ingeniero había huido. "Hoy me disponía a anunciar que Iñaki
López seguía con General Motors y asumiría nuevas responsabilidades.
Desgraciadamente, hace muy poco tiempo me ha enviado una carta en la que no
acepta el cargo y dice que se va. No sé cuáles son sus intenciones o dónde se
encuentra en este momento", afirmaba Smith en una nota que se distribuyó a los
periodistas en la sede central de GM. [5]
López de Arriortúa reapareció en Alemania un día después, el 16 de marzo de
1993, donde fue nombrado director de compras y de optimización de la producción
en Volkswagen. El 22 de marzo, siete colaboradores del ingeniero vasco (cinco de
GM en Detroit y otros dos de Opel en Alemania) le siguieron a Volkswagen.
Desde ese momento se inició una carrera judicial que se prolongó asta el año
2001. Opel presentó una denuncia contra "Superlópez" en la fiscalía de Darmstadt
(Alemania) bajo la acusación de "espionaje industrial". Diversos registros en su
despacho, su residencia y las viviendas de sus colaboradores concluyeron con la
intervención judicial de cajas de documentos que podrían probar algunas
acusaciones contra el ingeniero. Apoyados por Opel, algunos medios de
comunicación alemanes, como la revista Der Spiegel, iniciaron una batalla contra
López de
Arriortúa que también terminó en los tribunales. Por su parte, Opel y Volkswagen
empezaron a intercambiarse comunicados en la prensa acusándose mutuamente de
espionaje. [7]
Entre tanta incertidumbre, López de Arriortúa dedicó los tres años siguientes a
aplicar sus planes de gestión en Volkswagen. Pese al complicado panorama
judicial que se abría ante sí, a su puerta llamaron otras empresas, industrias y
consorcios para tratar de contratarle. Pero el ejecutivo tenía la promesa de
Ferdinand Piëch para instalar la planta automovilístoca en Amorebieta y se
mantuvo fiel a Wolkswagen, cuyos abogados iban de juzgado en juzgado,
resolviendo causas abiertas contra él y su empresa. Sin embargo, en 1996
cambiaron las tornas cuando el Gran Jurado del Tribunal Federal de Detroit
aceptó una demanda de General Motors y Opel contra López y Volkswagen. El
dominical alemán Welt am Sonntag publicó un amplio reportaje donde afirmaba
tener en su poder una copia de la demanda por daños y perjuicios presentada el 7
de marzo de 1996 ante los tribunales de Detroit. La querella ocupaba 99 páginas
y en ella se acusaba a Ferdinand Piëch, a López y a sus colaboradores, a quienes
definía como "guerreros", de violar al menos diez leyes norteamericanas bajo los
cargos de "sustracción y explotación ilegales de derechos y secretos
empresariales ajenos", "acuerdos conspirativos para actos lesivos" y
"conspiración criminal", entre otros. Según el rotativo alemán, la demanda no
era más que "un guión listo para ser filmado", porque no aportaba ninguna prueba
para sustentar la acusación.
La querella presentada en Detroit no preocupaba demasiado a Volkswagen, pero el
consorcio alemán temía que su admisión a trámite contagiara a la fiscalía de
Darmstadt, que ya llevaba casi tres años instruyendo una causa contra López tras
la denuncia presentada por Opel. En enero de 1996, la fiscalía anunció que sus
pesquisas habían terminado y varios medios de comunicación alemanes insinuaban
que en pocos meses se presentaría un pliego de cargos contra el ingeniero
español. En este caso, decían, la causa sí contaría con pruebas contundentes
Acosado ante el rumor cada vez más insistente, López vio desvanecerse su sueño
de la "Planta X" y presentó su dimisión ante el consejo de vigilancia de
Volkswagen, que aceptó su renuncia el 29 de noviembre de 1996. [9]
El 11 de diciembre de 1996, apenas dos semanas después de la dimisión de "Superlópez",
la fiscalía de Darmstadt presentó el pliego de cargos. López de Arriortúa y sus
colaboradores eran acusados de haber preparado concienzudamente un plan de
espionaje industrial y de haberlo llevado a cabo sistemáticamente contra su
antigua empresa, General Motors, meses antes de dejarla, en 1993. Contaba con
pruebas obtenidas en los sucesivos registros llevados a cabo tanto en la casa
como en el despacho de "Superlópez", así como en las viviendas de sus
colaboradores más directos. La fiscalía había tomado declaración a 196 testigos,
revisado 23.000 folios de actas y analizado el contenido de disquetes y cintas
confiscadas que llenaría 2,25 millones de páginas si se imprimiesen. Ferdinand
Piëch, presidente de Volkswagen, y su ya ex colaborador, José Ignacio López de
Arriortúa, sabían que el caso abierto en Alemania estaba sobradamente
documentado y posiblemente concluiría con una sentencia condenatoria. [10]
Así pues, los abogados de Volkswagen iniciaron una negociación con los de
General Motors para tratar de llegar a un acuerdo extrajudicial, que se logró el
9 de enero de 1997. Aquel día, las dos grandes corporaciones industriales del
automóvil firmaron un comunicado conjunto donde se detallaban algunos pormenores
del acuerdo. VW se comprometió a abonar a GM cien millones de dólares y a
comprar componentes a la GM estadounidense por un valor no inferior a los 1.000
millones de dólares durante un período de siete años. Fuentes empresariales
decían entonces que si General Motors hubiera ganado uno de los dos procesos
abiertos contra Volkswagen, la indemnización podría haber alcanzado los 7.000
millones de dólares, lo que llevaría a la quiebra al gigante alemán, de modo que
el acuerdo era beneficioso para ambas partes. Pero tanto el Departamento de
Justicia norteamericano como la fiscalía de Darmstadt, en Alemania, dijeron que
el pacto entre las empresas no ponía fin a los procesos judiciales. [11]
Sin embargo, Genral Motors anunció inmediatamente la retirada de la demanda
contra Volkswagen admitida a trámite en Detroit. Por el lado norteamericano, el
caso parecía quedar cerrado, aunque no tardaría en volver a abrirse. En febrero
de 1997, nuevamente la revista alemana Der Spiegel publicaba otro reportaje
donde se acusaba a los colaboradores de López de Arriortúa de integrar una red
de cobro de comisiones ilegales a los proveedores de General Motors y de
Volkswagen. El Departamento de Justicia norteamericano inició una investigación
a propósito de tales acusaciones, pero finalmente no se pudo probar que López y
sus colaboradores se hubieran aprovechado de su posición para cobrar sobornos.
[12]
Tras abandonar Volkswagen, López de Arriortúa volvió a España, donde fijó su
residencia en el País Vasco. A través de una nueva empresa, la consultora López
de Arriortúa y Asociados, S.A., el ingeniero pasó a ser asesor de industrias y
administraciones públicas. La vida parecía volver a la normalidad, aunque el
proceso judicial abierto en Darmstadt seguía adelante y el ingeniero tendría que
sentarse ante un tribunal en breve. Sin embargo, el 8 de enero de 1998 sufrió un
grave accidente automovilístico. El coche en el que viajaba por la Nacional I
chocó contra un camión a la altura del término municipal de Cogollos (Burgos).
El industrial fue ingresado en el hospital General Yagüe de Burgos en estado
"muy grave". Su recuperación fue lenta y penosa. Estuvo tres meses en coma y
finalmente quedó incapacitado "para cualquier actividad laboral", según informes
médicos posteriores. [13]
El 27 de julio de 1998, con López de Arriortúa aún convaleciente, la fiscalía de
Darmstadt anunciaba el sobreseimiento del proceso contra él y tres de sus
colaboradores tras alcanzar un acuerdo con los abogados del industrial. El
juzgado consideró que, tras el accidente de "Superlópez", el proceso tendría
numerosas dificultades jurídicas, su duración sería muy larga y el propio López
podía retrasarlo a causa de su delicado estado de salud. El pacto obligaba al
ingeniero a pagar una multa de 400.000 marcos alemanes (235.000 dólares). [14]
Pero su largo peregrinaje por los juzgados no iba a terminar ahí. Aunque General
Motors había retirado la demanda, el Gobierno de Estados Unidos intentó
resucitar el caso de espionaje industrial admitido a trámite en Detroit. El 23
de mayo de 2000, el Departamento de Justicia anunció la presentación de seis
cargos contra el industrial español por los que podría enfrentarse a cinco años
de cárcel y a una multa de hasta 60.000 dólares. Su abogado en Norteamérica dijo
que "el señor López niega haber violado las leyes estadounidenses". El Gobierno
norteamericano alegaba tener pruebas para demostrar que "Superlópez" y sus
colaboradores se habían llevado documentos secretos de General Motors para
utilizarlos en Volkswagen, aunque cuando GM y Opel pidieron la devolución del
material, López y otros "destruyeron muchos de los documentos que había robado".
El Departamento de Justicia también anunció que pediría la extradición de "Superlópez",
pero su abogado ya adelantó que, tras el accidente de tráfico, el empresario
estaba bajo tratamiento y los médicos "encuentran que ha sufrido significativas
pérdidas de memoria y daños cerebrales." [15] ...
[1]. Agencia Efe. "VOLKSWAGEN-DIMISIÓN / Cronología de un escándalo." Teletipo.
Bonn, 29 de noviembre de 1996.
[2]. Agencia Efe. "GM-SUPERLÓPEZ / López Arriortúa se despidió de GM con un
'perdóname'." Teletipo. Washington, 4 de febrero de 1997.
[3]. Íbid.
[4]. Íbid.
[5]. Íbid.
[6]. Agencia Efe. "GENERAL MOROTS / López de Arriortúa abandona GM de forma
espectacular." Teletipo. Washington, 15 de marzo de 1993.
[7]. Agencia Efe. "VOLKSWAGEN-DIMISIÓN / Cronología de un escándalo." Teletipo.
Bonn, 29 de noviembre de 1996.
[8]. Agencia Efe. "VOLKSWAGEN-LÓPEZ / GM-VW: Un largo pliego de acusaciones y ni
una sola prueba." Teletipo. Hamburgo, 24 de marzo de 1996.
[9]. Agencia Efe. "VOLKSWAGEN-DIMISIÓN / López Arriortúa tira toalla en VW para
fundar empresa propia." Teletipo. Bonn, 29 de noviembre 1996.
[10]. Agencia Efe. "RFA-SUPERLÓPEZ / Fiscalía Darmstadt dictó procesamiento
López Arriortúa." Teletipo. Darmstadt, 11 de diciembre de 1996.
[11]. Agencia Efe. "GM-LÓPEZ / Con acuerdo finaliza disputa entre General Motors
y Volkswagen." Teletipo, 9 de enero de 1997.
[12]. Agencia Efe. "AUTOMÓVIL-CORRUPCIÓN / López Arriortúa y Gutiérrez,
sospechosos ser miembros 'La Red'." Teletipo. Berlín, 16 de febrero de 1997
[13]. Agencia Efe. "AUTOMÓVIL-ARRIORTÚA / López de Arriortúa en estado muy grave
tras accidente de tráfico." Teletipo. Cogollos (Burgos), 8 de enero de 1998.
[14]. Agencia Efe. "AUTOMÓVIL-SUPERLÓPEZ / Juzgado confirma sobreseimiento
proceso López deArriortúa." Teletipo. Darmstadt, 27 de julio de 1998.
[15]. Agencia Efe. "EEUU-ARRIORTÚA / Justicia resucita caso espionaje industrial
contra 'Superlópez'." Teletipo. Washington, 23 de mayo de 2000.
LIBERTAD VIGILADA - "Echelon" contra "Superlópez" (II)
[Extraído del libro "Libertad Vigilada", de Nacho García Mostazo, con permiso
del autor. Más información en
http://www.libertadvigilada.com]
Primera parte, capítulo 27:
El Gobierno de Estados Unidos solicitó formalmente la extradición a España en
junio de 2000. La Audiencia Nacional instruyó el caso y los trámites se
prolongaron durante un año. El 21 de mayo de 2001, López de Arriortúa acudió a
la Audiencia para testificar, donde dijo en su defensa que "soy español, no
confío en la justicia norteamericana y las acusaciones son falsas". Durante su
declaración, el magistrado de la sala le vio muy nervioso y le preguntó si
necesitaba algo para sentirse más cómodo. "Superlópez" le pidió que le pusiera
"un cafelito, por favor". Fingiera o no sobre su estado de salud mental, lo
cierto es que la Audiencia Nacional denegó su extradición el 19 de junio de
2001. Según su abogado en España, Manuel Ollé, "Superlópez" dijo que nunca había
estado más orgulloso de su país, de la Justicia y de los jueces españoles. Para
el letrado, la demanda de extradición estaba "absolutamente infundada", era un
"fraude de ley" y el procedimiento "estaría condenado al fracaso, ya que los
hechos que se le imputan no serían constitutivos de delito en España, además de
estar prescritos". Por último, Manuel Ollé enunció una pregunta retórica: "¿Qué
delito es hablar por telétono o por vía telegráfica?, que es de lo que acusan a
mi cliente". [16]
En efecto, cuatro de los seis cargos del Departamento de Justicia de Estados
Unidos contra López se enunciaban de este modo: "Fraude mediante el uso de
comunicaciones por cable o electrónicas", según se puede leer en la "Pieza de
Convicción C" del pliego presentado por el Gobierno estadounidense ante la
Audiencia Nacional española. En dicho documento, al que tuvimos acceso durante
nuestra investigación, la agente Pamela A. Matson, del FBI, presente una
declaración jurada donde reconoce tener pruebas contra López de Arriortúa,
aunque en ningún momento explica cómo se obtuvieron algunas de ellas, ya que
menciona cuatro "registros telefónicos" que parecen ser, en realidad, producto
de la interceptación de las comunicaciones. Matson, que dirigió la investigación
contra "Superlópez" desde la oficina del FBI en Detroit, afirma: "En el curso de
esta investigación he entrevistado e interrogado a numerosos individuos [...]
que poseen información sobre las actividades delictivas del señor López.
Asimismo, he examinado registros telefónicos, comerciales, de bandos y hoteles
que corroboran la información proporcionada por dichos testigos". [17]
A propósito de los "registros telefónicos", la agente del FBI menciona cuatro:
una llamada telefónica, un transmisión electrónica de datos y dos transmisiones
por fax. Pero todos estos registros se produjeron antes de que López fuera
demandado ante los tribunales, por eso cabría preguntarse cómo es posible que el
FBI tuviera acceso a los mismos. Incluso también podríamos preguntarnos si las
comunicaciones de López de Arriortúa estaban intervenidas bajo una orden
judicial o si, por el contrario, el ingeniero era uno de tantos objetivos del
espionaje masivo de las comunicaciones llevado a cabo por Estados Unidos. La
respuesta, por lo que se deduce de las explicaciones de la agente Matson, parece
ser más bien la segunda, porque las cuatro comunicaciones que le sirven como
prueba fueron conexiones internacionales, de lo que cabe sospechar que la NSA
intervino las comunicaciones de "Superlópez" mientras era un directivo de
General Motors, antes de que cometiera ningún presunto delito y sólo bajo la
sospecha de que sus comunicaciones estuvieran intervenidas por simple rutina,
como hace habitualmente la NSA.
Según la agente Matson, de los cuatro registros que menciona, la llamada
telefónica se produjo el 18 de diciembre de 1992, cuando López de Arriortúa
solicitó a un empleado de la fábrica de Opel en Russelsheim, Alemania, que le
enviara listas impresas de una base de datos confidencial conocida por el nombre
de EPOS. Según la declaración jurada de Pamela A. Matson, "estas listas
contenían información confidencial sobre compras, incluidos los precios pagados
por Opel a los proveedores de piezas europeos. Esta información -añade la agente
del FBI- sería muy valiosa para los competidores de GM-Opel en el mercado
europeo. El señor López pidió específicamente que los datos del sistema EPOS se
clasificaran según el nombre del proveedor, o sea, un formato que no se había
utilizado anteriormente en la GM-Opel", concluye. Con respecto a la llamada
telefónica en sí, Pamela A. Matson subraya que fue una comunicación
internacional "desde Warren, Michigan, a Russelsheim, Alemania".
A continuación la agente se refiere al segundo registro telefónico y detalla
que, "el 19 de diciembre de 1992 [...], con el fin de producir las listas
impresas en Estados Unidos, la GM-Opel tuvo que enviar una gran cantidad de
información por medio de comunicaciones por cable o electrónicas desde
Russelsheim, Alemania, a Troy, Michigan. La transmisión de la serie de datos de
EPOS y la impresión de las listas [...] costó a la GM-Opel 17.500 dólares,
aproximadamente". Más adelante, Pamela A. Matson explica que en febrero de 1993,
López de Arriortúa pidió a un empleado de GM-Opel que recopilara nuevos
documentos con información confidencial sobre los "costos incurridos por GM-Opel
en fabricar sus coches. Esta información fue utilizada para comparar los costos
de GM-Opel con los costos estimados incurridos por sus competidores en fabricar
coches equivalente", dice. "Este material (...) fue recopilado por uno de los
subordinados del señor López de varios lugares de Europa y Estados Unidos
-asegura- por orden del señor López." La agente del FBI detalla también que,
"como parte de este esfuerzo de recopilación, el cómplice del señor López envió
una carta por fax desde Michigan a Russelsheim, Alemania, en la fecha del 23 de
febrero de 1993". Éste es el tercer registro telefónico al que se refiere Matson
en su declaración jurada.
Las tres comunicaciones aportadas hasta ahora como pruebas contra "Superlópez"
se produjeron antes incluso de que el ingeniero firmara su contrato con
Volkswagen, mientras que el cuarto registro telefónico se produjo después, el 15
de abril de 1993. Se trata de un fax remitido por "Superlópez" desde Wolfsburg,
Alemania, a la sede central de General Motors, en Detroit. La agente Matson dice
que, tras la marcha de "Superlópez" y de algunos de sus colaboradores más
cercanos, empleados de General Motors registraron sus oficinas y no pudieron
localizar documentos confidenciales que la compañía estadounidense valora en
"más de un millón de dólares". "A la vista de estos hechos -explica la agente-,
GM-Opel entregó o envió cartas al señor López y a otros ex directivos
recordándoles su obligación fiduciaria de mantener confidencial toda la
información [...] que habían obtenido durante su empleo [...] y pidiéndoles que
devolvieran todos los documentos e información de propiedad de GM-Opel que
tenían en su posesión. En cartas enviadas por fax a GM en Detroit desde Alemania
-añade-, el señor López negó que él hubiera tomado documentos de GM-Opel. Éstas
cartas eran falsas y engañosas, ya que el señor López y sus cómplices se habían
llevado con ellos a Volkswagen un gran número de documentos", concluye.
Algunos de estos "registros telefónicos", como los llama el FBI, pudieron
recibirlos de manos de la propia empresa denunciante, como el fax enviado por un
colaborador de Arriortúa a Alemania, o la respuesta de "Superlópez" a General
Motors afirmando que no se había llevado documentos confidenciales. Pero en
cuanto a la transmisión de datos electrónicos entre Alemania y Estados Unidos,
ya no estaría tan claro si General Motors pudo tener acceso a su contenido,
salvo que espiara a López de Arriortúa o que revisara su ordenador una vez que
el industrial se marchó a Alemania. No obstante, parece obvio que un hombre tan
inteligente como "Superlópez" no iba a dejar en la bandeja del correo entrante
de su ordenador una prueba de tanto peso en su contra. En cuanto a la primera
llamada telefónica mencionada por la agente Matson, no cabe duda de que dicha
prueba se obtuvo por medio del espionaje, salvo que el FBI interrogara al
empleado de Opel que habló con Arriortúa y lo dedujese de su testimonio. Pero en
cualquier caso, todas estas pruebas mencionadas por Pamela A. Matson en su
declaración, son comunicaciones que se produjeron antes de que General Motors
denunciara a López de Arriortúa y, por tanto, no sirven para sustentar la
acusación porque son ilegales, al menos en España.
No obstante, para la materia que aquí nos ocupa, la declaración jurada de una
agente del FBI es una confirmación oficial de que las autoridades
estadounidenses se sirven del espionaje tecnológido exterior para ayudar a sus
empresas. La misma certeza es compartida por el investigador Erich Schmidt-Eenboom,
capitán en la reserva del Ejército Federal alemán y especialista en temas de
inteligencia militar, además de autor de varios libros de referencia sobre el
espionaje tecnológico. Según este investigador, "Echelon" intervino una
videoconferencia mentenida a principios de 1993 entre Ferdinand Piëch,
presidente de Volkswagen, y José Ignacio López de Arriortúa, en aquellas fechas
todavía vicepresidente y director de compras de General Motors. La intervención
se hizo desde la base "Echelon" de Bad Aibling, en Alemania. Schmidt-Eenboom
desveló este hecho en el programa Frontal, de la cadena de televisión ZDF. Al
parecer, según las fuentes consultadas por este investigador, el vídeo fue
entregado por la NSA a las autoridades norteamericanas, que a su vez se lo
dieron a GM como prueba de que López se había comprometido con Piëch a
entregarle secretos industriales. Al parecer, el vídeo acabó en manos de Opel,
que a su vez se lo pudo entregar a la fiscalía de Darmstadt sin explicar cuál
era su origen. La fiscalía tampoco pudo usar la grabación como prueba, pero le
sirvió para admitir la denuncia presentada por Opel e iniciar una investigación
teniendo mucho más claro lo que había que buscar cuando se registraran la casa
el despacho de "Superlópez". Según Erich Schmidt-Eenboom, la fiscalía tenía
"informaciones muy detalladas" para la instrucción del caso. [18]
Los datos aportados por la cadena de televisión ZDF, así como otros reportajes
publicados en medios alemanes, llevaron al eurodiputado Gerhard Schmid a
escribir en el informe definitivo de la Comisión Echelon que el objetivo de la
NSA al entregar las supuestas escuchas a General Motors era la "protección de
los secretos de empresa [...] que López deseaba facilitar a WV (listas de
precios, planes secretos sobre una nueva fábrica de coches y nuevos
utilitarios)". Según el Parlamento Europeo, "López es descubierto y el
procedimiento judicial se detiene [...] mediante el pago de multas". [19]
La mención, que es apenas un apunte en el informe de la Comisión Echelon, sirve
sin embargo para aclarar cómo los abogados de GM y VW pudieron llegar a un
acuerdo extrajudicial tan rápido, pues apenas estuvieron negociando un mes,
concretamente entre diciembre de 1996 y enero de 1997. Para General Motors
hubiera sido mejor obtener una cuantiosa indemnización tras ganar el proceso
judicial, ya que, al margen de vídeo, en la fiscalía de Darmstadt había pruebas
más que suficientes en contra de Arriortúa y de Volkswagen. En cambio, más bien
parece que VW supiera de la existencia de las escuchas prácticamente desde la
apertura del caso. De hecho, si la grabación era filtrada a algún medio de
comunicación, las carreras de "Superlópez" y de Ferdinand Piëch, así como el
futuro de Volkswagen, quedarían en entredicho para siempre. Pero la difusión de
la grabación de la videoconferencia también podría perjudicar a General Motors,
porque posiblemente los abogados de Volkswagen acusarían entonces a la empresa
norteamericana de haberle facilitado el vídeo a la fiscalía de Dramstadt y su
instrucción se anularía automáticamente. Así pues, la mejor salida par ambos
consorcios era el acuerdo extrajudicial al que llegaron en enero de 1997.
Pero el "caso López" también parece crucial para entencer el apoyo del Gobierno
alemán a la puesta en marcha de la comisión de investigación sobre "Echelon" en
el Parlamento Europeo. Uno de los miembros del consejo de vigilancia de
Volkswagen que aceptó la dimisión de Arriortúa a finales de 1996 era el entonces
primer ministro de Baja Sajonia, Gerhard Schröder, quien se convertiría en
canciller alemán en 1998 y fue reelegido en 2002. Se desconoce si el político
supo de la existencia del vídeo cuando aún no era canciller, pero aunque se
hubiera enterado más tarde, es fácil que albergara un cierto resentimiento ante
el espionaje tecnológico llevado a cabo por Estados Unidos, sobre todo por los
apuros que pasó Volkswagen. No en vano, la marca automovilística es el bastón
económico de Baja Sajonia, la región que entonces presidía Schröder. De hecho,
su beligerante actitud contra "Echelon" no fue vista con buenos ojos en
Washington. Además, cuando se hizo público el informe definitivo de la comisión
del Parlamento Europeo, donde se afirmaba que "Echelon" es una herramienta
"intolerable" si se usa "para conseguir ventajas competitivas", el documento
llevaba la firma de otro alemán, Gerhard Schmid, miembro del partido
socialdemócrata de Schröder.
Como respuesta, la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana anunció por
sorpresa el cierre de la base "Echelon" de Bad Aibling, en Alemania. La breve
nota, publicada en su página de Internet el 3 de junio de 2001, decía que se
devolvería el predio a las autoridades alemanas en 2003. Sin embargo, tras los
atentados del 11 de septiembre de 2001, parece que el Gobierno estadounidense se
echó atrás y decidió mantener abierta la estación de escuchas, que sigue
funcionando en la actualidad. [20]
[16]. Agencia Efe. "ARRIORTÚA-EXTRADICIÓN / Arriortúa dice que se siente más
orgulloso que nunca de su país." Teletipo. Madrid, 19 de junio de 2001.
[17]. Procedimiento del Gran Jurado. Asunto 98-6-33. Pieza de Convicción C.
"Declaración jurada justificativa de la solicitud de extradición de José Ignacio
López de Arriortúa". Firmada por Pamela A. Matson, agente especial del FBI ante
Marc L. Goldman, juez de instrucción, el 17 de abril de 2000. Tribunal de
Distrito Federal. Distrito Oriental de Michigan. División Sur. Pp. 118 a 127
según la numeración de la Audiencia Nacional, Madrid. Véase Anexo [al libro],
Documento 5.
[18]. Gerard Schmid (ponente). Op. cit.
[19]. Íbid
[20]. Agencia Efe. "EE.UU.-DEFENSA / EE.UU. cerrará estación de espionaje
electrónico en Alemania." Teletipo. Washington, 3 de junio de 2001
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