Historia de la Filosofía.- Moderna III.- Hegel y el Idealismo
La Filosofía del Arte en Schelling
Schelling (1802-1803, 1999) "Filosofía del Arte": Tecnos, Madrid. Trad. Virginia López Domínguez
1. La filosofía del arte, "órganon"de la filosofía
Hemos visto que el idealismo transcendental de Schelling arranca de la intuición intelectual, entendida como intuición productiva. El trabajo del Espíritu hacia su autorrealización en el No-Yo, es una Historia de la Conciencia. Si es cierto que la conciencia tiene en presente los objetos que contempla, no ocurre lo mismo con las etapas anteriores de la conciencia. El Yo no puede recordar lo que aún no ha producido, por el contrario tiene que producir esa historia que es la suya propia.
El poder del espíritu produce la historia, en su interior, intuición intelectual y mediante la intuición estética, la recrea en el exterior.
La intuición estética pone de relieve la unidad básica de lo consciente y lo inconsciente de lo real y lo ideal. Desde el punto de vista del genio artístico, él sabe lo que está haciendo, lo proyecta y lo elige, pero a la vez, hay una actividad inconsciente en el artista que se apercibe de que en él hay un poder superior que le domina. Schelling piensa que ese poder que actúa en el genio artístico es el mismo que actúa en la Naturaleza. En la Naturaleza el espíritu hace su obra poética inconscientemente, del mismo modo que el artista elabora conscientemente la obra de arte. Este hecho muestra la unidad de consciente e inconsciente de real e ideal.
2. Desarrollo de la metafísica implícita en la "Crítica del Juicio"
2.1. Desde la perspectiva kantiana
Siguiendo el esquema de la "Crítica del Juicio"kantiana, Schelling desemboca en una metafísica idealista. El que contempla la obra tiene un sentimiento infinito de satisfacción, a la vez que cada impulso productivo del artista, se satisface en la realización de la obra. El que modela la escultura y el que la contemplan gozan de un gran placer. Es un movimiento que se detiene en la perfección como en su destino. Esa satisfacción ante la perfección de la obra, muestra como la conciencia encuentra en la obra su sentido y finalidad y al encontrarlo se goza en él. Tiene la sensación de haber encontrado la solución a un problema que no se había planteado.
2.2. La metafísica idealista
Schelling extrapola así: la obra de arte acabada y perfecta es la objetivación de la misma inteligencia, en ella y para ella. Esa objetivación es la unidad de lo consciente y lo inconsciente de lo ideal y lo real. El Yo sin embargo no tiene conocimiento de ello de forma reflexiva y la prueba está en que tanto el artista como el que contempla su obra tiene la sensación de que "se la encuentra" de que es un "hallazgo", como si se le hubiese revelado un misterio, tiende a atribuir la obra, a un poder superior e interior a él mismo.
De este modo la filosofía del Arte es la clave del sistema del idealismo transcendental pues el Yo y su inconsciente actividad creadora que adquiere conciencia reflexiva en un segundo plano y se autorrealiza en el Objeto, en la Naturaleza o No-Yo, es un acto absoluto unidad de lo subjetivo y lo objetivo. Sien embargo este absoluto debe producir su objeto. La obra de arte es el objeto perfecto.
Si en la obra del espíritu en la Naturaleza, el organismo vivo, es una identificación imperfecta de lo objetivo y lo subjetivo, esta sujeto a un poder inconsciente que no trabaja libremente, mientras que la obra de arte es la manifestación de la libertad misma o la objetivación del yo mismo para sí mismo.
3. La participación de las cosas en las Ideas divinas.
En su trabajo sobre Giordano Bruno, introduce la noción de ideas divinas que lo insertan en el platonismo y neoplatonismo. Las cosas son hermosas porque participan de las ideas. La Belleza aparece cuando lo real se identifica con lo ideal y lo particular se identifica con lo universal. Lo Bello se alcanza si la idea infinita se plasma en lo particular, material y concreto, alcanzando entonces la unidad total de la identidad concreta más allá de la abstracta.
La intuición estética es la contemplación de lo infinito en un producto finito. Por otra parte la obra de arte es la verdad de la idea, en el sentido que es en ella donde lo ideal cobra realidad. Por eso la verdad y la belleza son una sola cosa. Se alcanzan, desde la metafísica idealista, las propiedades transcendentales del ente en la filosofía medieval.
4. El mundo simbólico
Por esta razón, el artista tiene que ver con el filósofo aunque no sea filósofo. El filósofo aprehende las ideas eternas de forma abstracta mientras el artista lo hace de forma concreta. La manera que tiene el artista de aprehender las ideas es mediante el mundo de los símbolos que es un mundo intermedio entre lo ideal y lo real. El símbolo no es lo universal ni es lo particular sino la representación unificada de ambos, de un modo análogo al esquema kantiano. La distinción que existe entre esquema e imagen de modo que la imagen es siempre concreta y el esquema no, es aplicable al símbolo.
El mundo simbólico viene expresado por la mitología que es la condición necesaria y el material de todo arte. La mitología no es sólo griega sino que se amplía a la simbólica de todas las religiones. Los mitos son a la vez, construcciones imaginarias que aluden a lo divino.
Posteriormente Schelling distingue entre mito y revelación.
En el genio artístico lo Absoluto se revela mediante la obra de arte. Puede considerarse la filosofía schellinguiana del Arte, como el desarrollo metafísico de la Crítica del Juicio.
5. El Absoluto.- La filosofía de la identidad.
El Sistema de la Naturaleza descubre su verdad en el Sistema del idealismo transcendental. Ahora el Sistema de la identidad o del Absoluto, desarrolla las implicaciones de la unidad entre naturaleza y Espíritu.
La filosofía viene definida por la razón, entendiendo por tal, a la indiferencia total entre subjetivo y objetivo. Esto significa que la filosofía es la conciencia de la relación entre lo finito y lo infinito, entre las cosas y las ideas, entre lo particular y lo universal.
Surge el problema de cómo explicar esta relación pues fuera del Absoluto no puede haber nada y por tanto lo infinito no puede ser una causa externa a lo finito. Por tanto el Absoluto no es la causa del universo sino el universo mismo. Pero por otro lado el Absoluto es pura identidad sin distinción alguna y toda la multiplicidad debe darse pues, fuera de él.
Schelling considera que el error filosófico por excelencia es el que afirma que la identidad absoluta ha rebasado su propio límite. La distinción entre sujeto y objeto sólo se puede dar desde el punto de vista de la conciencia empírica. No acaba de aceptar esta solución y se esfuerza por comprender como las diferencias cuantitativas que dan lugar a los individuos son sólo aparentes. Pero ¿Esta el aparecer dentro de lo absoluto? Si no estuviera dentro del absoluto sería transcendente y distinto del universo.
Siguiendo a Bruno trata de resolver la cuestión afirmando que las cosas son eternas porque están dentro de las ideas eternas mismas. La piedra es piedra para la conciencia empírica pero para la piedra misma es identidad absoluta.