Capítulo 3. Historia del Flamenco: el Baile
El protagonismo excesivo que la flamencología ha otorgado al cante, ha motivado que muchas historias del flamenco se reduzcan a la narración de hechos y anécdotas referidas a la vida de los cantaores, ignorando casi por completo el baile, que es el auténtico centro del arte flamenco, en el que confluyen música y expresión corporal. Y en efecto, veremos en este capítulo que el baile ha estado especialmente presente en el desarrollo histórico del arte flamenco. Pero no sin antes detenernos en los principales hitos de la historia del baile en España, sobre todo desde el siglo XVI hasta XIX, el siglo de la irrupción del flamenco.
1. El baile flamenco en el marco del baile español
España es el país europeo con más tradiciones o escuelas de danza, y varias de ellas se han difundido más allá de nuestras fronteras. La escuela de danza bolera cuenta con sus convenciones y pasos específicos; contamos además con el baile estilizado español, el ballet flamenco... Y por supuesto, con la escuela de baile flamenco, en sus vertientes más clásicas o más vanguardistas. El hecho es que la riqueza y variedad de bailes populares ha dado origen históricamente a diversos tipos de reelaboraciones artísticas. Y a su vez éstas han influido sobre los bailes populares. Quizá por eso Lifar, refiriéndose a la escuela bolera española, escribió que el folklore español puede enorgullecerse de poseer una escuela académica.
Veremos que el nacimiento del baile flamenco -a principios del siglo XIX- fue el resultado de una feliz amalgama de diversas tradiciones previas: la interacción culto-popular es casi constitutiva del flamenco desde sus orígenes (i). En este capítulo nos centraremos en los precedentes históricos del baile flamenco y después en sus dos siglos de desarrollo.
1.1. Precedentes antiguos y medievales del baile flamenco (1)
1.2. El Renacimiento y el Barroco
Video 3.1. Florilegio de danzas españolas antiguas (propuesta de reconstrucción)
Vídeo 3.2. Pavana (danza de cuentas)
OTRAS PROPUESTAS |
Danza de los Canarios |
Video 3.3. Folías
Video 3.4. Danza de Fiesta (Chacona)
1.4. El baile andaluz en los teatros a principios del siglo XIX
Video 3.5. La Cachucha
Video 3.6. El jaleo de Jerez
Video 3.7. El Olé de la Curra
Video 3.8. El Olé de la Curra (grupo)
3. El siglo XX
Video 3.9. Carmencita (finales del siglo XIX)
Video 3.10. Danza del Fuego de El Amor Brujo. Cristina Hoyos
Video 3.11. Farruca de El Sombrero de Tres Picos (Ir al min. 2,43)
Video 3.12 Vicente Escudero
Video 3,13. Carmen Amaya
Video 3.14. Mario Maya. Cantiñas
Video 3.15. Antonio Gades. Farruca
NOTAS
(1) Para no perderse en erudiciones (nos interesa analizar los pasos principales que condujeron al surgimiento del baile flamenco) pasaremos rápido por la Atigüedad y la Edad Media, para llegar al Renacimiento y Barroco.
(2) Las Castañuelas. Estudio jocoso. Madrid, 1878. Reed. Facsímil: Extramuros, Sevilla, 2007.
(i) Por ejemplo, la centralidad del baile a solo, aun debiéndole mucho a los gitanos, no se acaba de explicar si no vamos más atrás en el tiempo. En el capítulo 1 se ha analizado ya -desde un punto de vista más sincrónico y sociológico- la reinterpretación gitana de los bailes de candil.
(ii) Por Plutarco y Marcial sabemos que cuando el cónsul Cecilio Metelo, tras su batalla contra Sertorio, entró triunfante en Roma (año 74 a.C.), en su comitiva danzó un grupo de muchachas andaluzas que llamaron la atención por sus "traviesos y retozones pies" y por el uso original que hacían de sus castañuelas de metal (crusmata baetica). Por Marcial y Juvenal sabemos que a principios de nuestra era ya era famoso en Roma, capital del mundo, el baile de las andaluzas. Las bailarinas iban descendiendo hacia el suelo hasta tocarlo, con trémulos movimientos de caderas, lo cual era muy aplaudido. Las puellae gaditanae formaron especie de compañías que acompañadas de músicos acudían a fiestas contratadas por los hombres ricos de Roma y en espectáculos públicos.
(iii) Por ejemplo la distinción que se hacía entre Alta y Baja danza. Roberto Pla (1995) ha observado que las baxa danzas europeas más antiguas denotarían origen español. Al menos muchas de ellas están escritas sobre un tema español. El documento más antiguo que contiene una baja danza, compuesta por Domenico de Piazensa sobre el tenor de La Spagna, es de 1416. Baja danzas de origen español conocidas en la Europa del Renacimiento fueron la Baxa Castilla, Torneo de Castilla, Baxa del Rey de España, Barcelona, La Navarra, etc.
(iv) Se citan como danzas españolas: la versión hispana de la pavana, el canario, la morisca, la alta y la baja, el españoleto y la españoleta nueva.
(v) Jean-Pierre Etienvre, (Caro: 1978: 98) escribe que: "muchos eruditos se han preguntado en qué consistía exactamente la diferencia entre danza y baile, que parecen confundidos por Covarrubias en su Tesoro...". González de Salas, en su tratado titulado Nueva idea de la tragedia antigua o ilustración última al libro singular de Poética de Aristóteles Stagirita, Madrid, 1633, hace la misma distinción que Caro: "Las danças son de movimientos más mesurados i graves, i en donde no se usa de los braços, sino de los pies solos; los bailes admiten gestos más libres de los braços, i de los pies juntamente" (secc. VIII, pag. 119).
(vi) Mateo Alemán escribió a finales del siglo XVI que fueron las seguidillas las que arrinconaron a la zarabanda. Bajo la palabra xácaras se aludía en general a manifestaciones del pueblo llano, especialmente de los pícaros y de la jacarandina, de los jaques, cantadas con cierta teatralidad, baile incluido. Algo similar sucederá poco después con la palabra fandango, que aludía a reunión popular festiva de baile. Esto explicaría la variedad de músicas de jácaras, así como la similitud entre la música de algunas jácaras del siglo XVII y la de algunos fandangos del XVIII.
(vii) Los tratados de baile franceses de la segunda mitad del XVII las citan con caracteres distintivos en relación a las danzas francesas. Danzas de cascabel, en principio se reservaba para las danzas de extracción popular. Era el caso de la Zarabanda, la Chacona o el Rastro, o incluso la Folía.Véase Moreno Muñoz: 2008. Ya entonces atraía a los extranjeros la originalidad y desenvoltura de la danza española académica, y esto se debe en buena parte a que los maestros de danzar retomaban y reelaboraban pasos de los bailes populares.
(viii) María José Ruiz Mayordomo reseña la temprana existencia de disputas entre partidarios de uno y otro estilo, disputas que se mantuvieron incluso en la segunda mitad del siglo XVIII y en el XIX.
(ix) Son precedentes que cirstalizarán definitivamente en la Escuela Bolera en el siglo XVIII (Ruiz Mayordomo, 1999): En el muy barroco tratado de Juan Esquivel Navarro (Discurso sobre el Arte del Danzado y sus Excelencias, Sevilla, 1642) se encuentran ya bastante definidos algunos pasos característicos de esta escuela. Gaspar Sanz en su obra Instrucción... sobre Guitarra española (1674) da cuenta de los caracteres musicales de muchos de estos bailes.
(x) Así por ejemplo la abundancia de juegos de punta y tacón, las batidas rápidas de pies, los zapateados... eran lo característico de los canarios y las jácaras. O los movimientos de brazos, de las zarabandas y las chaconas.