DYNAMIS. Acta Hisp. Med. Sci. Hist. Illus. 2001, 21, 487-559.

Manuel MARTÍNEZ. València al límit. La ciutat davant l’epidemia de grip de 1918, Simat de la Valldigna, Eds. La Xara, 1999, 207 pp. ISBN: 84- 95213-08-07.


Hace ahora algo más de ochenta años se inició una epidemia de gripe que pronto adquirió carácter pandémico, y que ha pasado a la historia con el nombre de Gripe española. Tal calificativo tuvo que ver más con su coincidencia con el final de la Primera Guerra Mundial y la consiguiente censura militar ejercida en los países que participaban en la contienda que con haberse originado en España. De hecho, tanto en uno como en otro bando beligerante se había silenciado el desarrollo del primer brote epidémico durante la prima-vera de 1918 y sólo, cuando nuestras autoridades sanitarias enviaron un tele-grama a Londres para comunicar la aparición de una enfermedad epidémica en Madrid en mayo de 1918, se reconoció la existencia de una epidemia de gripe tomando nuestro país como punto de partida de la pandemia. Los 20, 30 ó 100 millones de muertos que, según los distintos autores, provocó, hablan de la gravedad de este suceso que, hasta el advenimiento del sida, fue considerado el evento epidémico por excelencia del siglo XX. Este episodio ha permaneci-do vivo en la memoria colectiva e incluso ha provocado nuevos momentos de pánico, como el registrado en 1976, cuando se temió un drama de similares características al de 1918 en Estados Unidos y se diseñó y puso en marcha un plan preventivo de inmunización que para algunos autores ha sido el mayor fiasco de la historia estadounidense. Por todo ello, no nos debe extrañar que se haya producido el acercamiento, en numerosas ocasiones y desde distintas disciplinas y perspectivas, a este suceso epidémico. A pesar de esto, en la Conference on the Spanish Flu Pandemic, que se celebró en septiembre de 1998 en Cape Town, junto a un importante intercambio de información se puso tam-bién de relieve las carencias que aún existían en cuanto al conocimiento de esta pandemia se refiere. De ahí que se animara a proseguir con los estudios al objeto de llegar a establecer mejor las características del virus responsable de dicha pandemia, tener una mayor idea de la mortalidad producida y, sobre todo, saber lo ocurrido en las zonas que permanecen aún sin ser estudiadas. En este sentido, debemos significar el valor que los estudios locales, como el volumen que aquí se presenta, poseen para la consecución de algunos de estos objetivos. 

El autor, médico-pediatra del Servicio de Salud valenciano, había llevado a cabo con anterioridad otros trabajos de investigación en el ámbito de la Historia de la enfermedad y de la Salud Pública. De hecho, bajo la dirección de Josep Lluís Barona, defendió su tesis doctoral, intitulada «La epidemia de? gripe de 1918 en la ciudad de Valencia», en la Facultad de Medicina de Valencia en el año académico 1994-95. Otra contribución suya sobre el mismo tema fue la efectuada en el X Congreso Nacional de Historia de la Medicina celebrado en Málaga en 1996. De modo que la obra aquí comentada, realizada también desde la perspectiva de la Historia social de la Medicina, viene a culminar esta línea de trabajo y es un exponente de las aportaciones que en los últimos años diversos autores de nuestro país han proporcionado al estudio de la Gripe española. 

Hasta el momento habían sido estudiadas algunas poblaciones pequeñas (Alicante, Salamanca, Zamora, etc.), grandes urbes como Barcelona, Bilbao y Madrid, y se había abordado igualmente lo ocurrido en España en su conjunto, echándose en falta el análisis de lo sucedido en ciudades de la talla de Sevilla o Valencia. Con la realización del trabajo que aquí se comenta disponemos, por tanto, de un interesante estudio local sobre el desarrollo de la epidemia de gripe de 1918-1919 en una ciudad importante que no había sido estudiada hasta ahora y que contaba en esos momentos de la pandemia con instituciones de la categoría del Instituto Médico Valenciano, que tan relevante papel repre-sentó en los debates científicos suscitados en la Real Academia Nacional de Medicina y en los que tuvieron como foro los diarios de tirada nacional editados en Madrid. Con información obtenida de la consulta de los Libros de Defunción del Registro Civil, de la documentación del Archivo municipal, de los artículos de prensa diaria y médica, editadas ambas en Valencia, y de algunas publicaciones estadísticas, el autor ha elaborado un texto estructurado en torno a nueve capítulos, contando la introducción, el estado de la cuestión, la bibliografía y el apéndice, en el que se reproducen bandos, disposiciones y otros documentos de interés procedentes tanto del Archivo municipal como de la prensa. El grueso de la información se halla contenido en los apartados tercero, cuarto, quinto y sexto de la obra. En ellos, se van exponiendo respec-tivamente los efectos de la epidemia sobre la mortalidad de la ciudad de Valencia, las reacciones de las autoridades locales y las medidas que adoptaron para hacer frente a la crisis sanitaria que se vivía, una imagen de la percepción social del suceso epidémico a través de la visión ofrecida desde la prensa diaria valenciana, y el debate suscitado entre los médicos valencianos. 

Al inicio del capítulo dedicado a exponer las consecuencias demográficas de la epidemia, Manuel Martínez aporta información relativa a la estructura social y condiciones de vida de los valencianos, así como sobre las principales características demográficas de la población y de los distintos distritos que componían la ciudad. Seguidamente, con datos procedentes de los Libros de Defunción del Registro Civil y de los Boletines de la Estadística Municipal, el autor explora las variaciones registradas en las tasas brutas de mortalidad entre 1917 y 1920, así como la distribución mensual porcentual de la mortalidad general y la evolución de las tasas específicas de mortalidad por gripe del bienio 1918- 1919. Con ello podemos ver el impacto que la pandemia tuvo sobre la morta-lidad valenciana y cómo de las tres ondas epidémicas fue la segunda la más mortífera. Esto coincide con lo señalado por otros autores para Alicante y la mayor parte de nuestro país. A continuación, se nos ofrece un análisis de la mortalidad por causas y grupos de edades que revela un incremento de la mortalidad por gripe, tuberculosis pulmonar, otras enfermedades respiratorias y algunas otras causas, reflejo de la magnitud y gravedad que la pandemia alcanzó también entre los valencianos. Completan el capítulo, la presentación de la distribución de la mortalidad por gripe y por sexos durante 1918 y, para ese mismo año, de las tasas de mortalidad brutas y específicas por gripe de cada uno de los distritos que integraban la ciudad de Valencia. En su conjunto, el autor nos ofrece abundante información sobre las consecuencias demográ-ficas, si bien creemos que el estudio habría ganado mucho si hubiera realizado un análisis comparativo con lo acaecido en otros lugares de nuestra geografía, e inclusive en otras ciudades del mundo occidental, para lo que podrían haberle sido útiles algunos capítulos de la monografía de Hartesveldt (1993). Es una pena que no se hayan incorporado las tablas correspondientes a las gráficas VII-XVII, ya que, dado que tampoco es visible la trama de fondo de dichas gráficas, se dificulta el reconocimiento exacto de las dimensiones de las barras y, con ello, se hace más difícil advertir algunas de las diferencias registradas en las cifras durante el período analizado. 

El capítulo cuarto se inicia con la presentación de la corporación munici-pal que regía los destinos locales en 1918, señalándose también los rasgos políticos más característicos del alcalde y los principales problemas existentes en el municipio de Valencia en esas fechas. Seguidamente, se consagran las veinte páginas restantes a la exposición cronológica de las decisiones políticas y discusiones que suscitó la epidemia, dando cuenta de las distintas medidas que la municipalidad fue adoptando para hacer frente a la situación de crisis que se vivía. Si uno lee atentamente el texto percibe que, como suele ocurrir en estos casos, el mayor número de debates y medidas correspondieron al período de mayor gravedad, en este caso a los momentos de mayor intensidad del segundo brote de la pandemia, único del que se ocupa el autor en este apartado. Creemos, no obstante, que, al igual que hemos señalado para el capítulo anterior, el lector habría agradecido una sistematización temática de los diferentes recursos y procedimientos empleados por las autoridades locales, así como la comparación con lo ocurrido en otros escenarios geográ-ficos. De esta manera habría sido posible advertir el menor peso que las desinfecciones tuvieron en Valencia, a diferencia de lo acaecido en otras ciudades como Madrid. 

Con datos procedentes de los principales diarios valencianos de informa-ción general, el autor se acerca en el capítulo quinto a la percepción social de la epidemia. A tal objeto, se incluye primeramente una exposición de cómo se vivió el desarrollo del primer brote en Madrid desde la prensa valenciana, para seguidamente centrar el discurso en el segundo episodio de la pandemia, momento en el que los valencianos alcanzaron mayor protagonismo. La lectura de la abundante información que contiene este apartado se halla, sin embargo, condicionada por el hecho de haber utilizado sólo el criterio cronológico para organizar su contenido, sin haber efectuado una agrupación temática del mismo. A pesar de ello, el lector puede detectar el cambio de actitud de la población a medida que se iba agravando la situación, las críticas vertidas contra las autoridades nacionales, locales y los médicos, y conocer cuáles fueron sus principales ideas sobre la naturaleza y etiología de la enfermedad epidémica, así como las principales medidas y tratamientos empleados. Un buen complemento, no obstante, habría sido la inclusión de algunas de las ilustraciones aparecidas en la prensa, y a las que alude el autor en el texto, que permitieran mostrar de modo más gráfico lo comentado. 

A través de la información presente en las revistas médicas que se editaban en Valencia en los años de la pandemia, el autor ha elaborado el capítulo sexto de la monografía que venimos comentando. En este caso, el discurso se halla organizado en torno a once epígrafes de extensión desigual. A través de su lectura podemos conocer cuáles fueron los principales puntos sobre los que giró el discurso de los médicos valencianos y cuáles fueron las posturas más frecuentemente defendidas en cada uno de los casos. Así, el lector puede advertir cómo, al igual que han mostrado otros autores para otros puntos de nuestra geografía, las mayores disensiones se produjeron a la hora de estable-cer cuál era el agente causal de la enfermedad y, en consonancia con ello, fijar la naturaleza de dicho proceso, su tratamiento y profilaxis. Aunque considera-mos suficientes los contenidos relativos a los aspectos más teóricos del discurso médico sobre la epidemia, el lector se podría hacer una idea más cabal del papel representado por los facultativos valencianos durante el desarrollo de la pandemia, si para la confección de este capítulo se hubieran empleado tam-bién datos procedentes de los sueltos que estos profesionales publicaron en la prensa diaria local y que el autor ha incluido en el apartado quinto. Con ello se podrían poner mejor de relieve sus críticas hacia las autoridades —centrales y locales— e incluso hacia otros colegas, así como las denuncias efectuadas sobre las deficiencias sanitarias existentes y sus propuestas para tratar de mejorar esa situación. De esta manera sería más evidente ese otro discurso de carácter más profesional formulado coincidiendo con la coyuntura epidémica y que les permitía conferir renovada actualidad a algunas de sus aspiraciones de mejora en el plano profesional. 

Un último comentario merece el apartado de bibliografía. Su revisión revela el esfuerzo efectuado por el autor para actualizar la bibliografía secun-daria. De hecho, recoge algunas de las aportaciones realizadas con posteriori-dad a la lectura de su tesis, pero no da cuenta por ejemplo de las contribucio-nes de Phillips Howard, organizador de la Conferencia de Cape Town, ni tampoco de algunas de las novedades registradas dentro de nuestras fronteras. 

En suma, la obra de Manuel Martínez aquí comentada, que se incorpora a la ya rica tradición historiográfica dedicada al estudio de las epidemias, es un interesante exponente de las investigaciones locales que se vienen realizando en los últimos años sobre el desarrollo de la epidemia de 1918-1919. Gracias a ellas está siendo posible cubrir una laguna historiográfica que, dada la repercusión social que tuvo la pandemia de gripe, y el valor de su estudio para entender situaciones de crisis epidémicas, permanecía aún hasta hace poco tiempo como un episodio de nuestro pasado incomprensiblemente poco abor-dado. ¡Ojalá siga cundiendo el ejemplo! M.ª ISABEL PORRAS GALLO Universidad de Castilla-La Mancha