DYNAMIS. Acta Hisp. Med. Sci. Hist. Illus. 2001, 21, 487-559.

Pedro CONDE PARRADO; Enrique MONTERO CARTELLE; Mª Cruz HERRERO INGELMO (eds., trads.). Tractatus de conceptu. Tractatus de sterilitate mulierum, Valladolid, Secretariado de Publicaciones [Lin-güística y Filología, n.º 37], 1999, 186 pp. ISBN: 84-7762-969-2.


Una de las principales dificultades con las que se encuentra el investigador que trabaja en el campo de la literatura técnica y científica latina es el difícil acceso a las fuentes, que en su mayoría se encuentran todavía en textos manuscritos o en deficientes ediciones renacentistas. En este contexto resulta loable la labor que está desarrollando un grupo de investigación de la Univer-sidad de Valladolid, a quien debemos agradecer las ediciones críticas de inte-resantes tratados de la literatura médica latina. El libro que reseñamos ofrece la edición crítica de dos textos del siglo XIV, sobre temas ginecológicos, atribuidos a destacados médicos de la escuela de Montpellier. Junto a la edición, se ofrece también una traducción al castellano, que posibilita el acceso al texto a los lectores poco familiarizados con la lengua latina y ayuda, igualmente, a quien aborda el texto con miras más amplias. 

La edición y traducción del Tractatus de conceptu corre a cargo Conde Parrado, a quien debemos también el estudio introductorio sobre la Universi-dad de Montpellier y sobre la esterilidad femenina en la Edad Media. El De sterilitate mulierum ha sido editado, traducido y estudiado por Enrique Montero Cartelle y M.ª Cruz Herrero Ingelmo. Al trabajo de los tres responde el glosario de fármacos e ingredientes medicinales, común a ambos tratados. Por último, se incluye una bibliografía especializada sobre la materia. 

El libro comienza con una breve pero exhaustiva introducción de Conde Parrado acerca de la Universidad de Montpellier, centrada en dos aspectos esenciales, de un lado su origen y los factores que favorecieron su desarrollo y, de otro, las enseñanzas que en ella se impartían. A continuación, nos propone el marco científico-ideológico de ambos tratados, exponiendo las concepciones que se tenían de la esterilidad en la Edad Media. 

Tras esta introducción comienza el estudio, edición y tradición del De conceptu. Como en muchos tratados médicos medievales, el editor se encuentra ante problemas de autoría. El texto que nos ocupa aparece en los manuscritos atribuido a tres importantes médicos: Arnaldo de Vilanova, Jean Jacme y Pierre Nadille o Nadils. Conde Parrado llega a la conclusión de que este tratado no se debe atribuir a ninguno de estos tres autores, sino que más bien se puede encuadrar entre los varios textos de carácter práctico que circularon durante el siglo XIV adjudicados a distintos médicos de renombre que tenían como referencia y fuente fundamental el Lilium de medicina de Bernardo de Gordon. Tal vez un análisis algo más detallado de la cuestión de la autoría, se vería favorecido por un estudio de las características de lengua y de estilo del texto en comparación con otras obras de estos autores. 

El autor ofrece además un estudio sobre las fuentes y la relación con otras obras coetáneas que trataron también el tema de la esterilidad, en concreto con el De sterilitate mulierum y el Anónimo de Montpellier, que presentan las mismas concepciones debido a las mutuas influencias y a la comunidad de fuentes. Las tres se centran en las teoría humoral y en la tradición médica de Hipócrates y Galeno. Por lo que respecta a este tratado, De conceptu, establece como fuente principal la séptima particula del ya mencionado Lilium de medici-na de Gordon. 

A continuación el autor realiza un estudio lingüístico del texto, atendien-do a factores gráficos, fonéticos, morfológicos, sintácticos y léxicos, dejando claro que no nos encontramos ante errores con respecto a la lengua clásica sino ante una realidad lingüística ya alejada de la norma clásica por el trans-currir de los siglos e influida por otras lenguas como las romances u otras ajenas, como el árabe, que tanto se dejó notar en el terreno de lenguaje médico. 

Por último, encontramos un análisis de los códices, con la descripción de los seis manuscritos en los que aparece este tratado y los criterios tenidos en cuenta para su agrupación en familias, con la propuesta final de un stemma codicum. Tal vez se echa en falta una exposición más detallada de las relaciones de dependencia entre los manuscritos de la rama y la representación gráfica en el stemma de los arquetipos o ascendientes comunes de dichos manuscritos, lo que hubiera aligerado en parte el aparato crítico. Cierran el estudio previo los criterios de edición, con referencias a la prioridad dada a la rama y a la hora de establecer el texto, la decisión de resolver las abreviaturas, el mantenimien-to de determinadas grafías y otros aspectos importantes a la hora de editar un texto de estas características. 

Conde Parrado ofrece una excelente traducción de unos contenidos ya muy alejados de nuestras concepciones, y vence por medio de un gran número de notas la dificultad que supone la falta de un vocabulario preciso en nuestra lengua para expresar significantes latinos ya en desuso. En éstas hallamos, aparte de la aclaración de muchos contenidos del texto que escapan a nuestra mentalidad actual, abundantes referencias a otras obras del mismo tema y en especial al Lilium de medicina, obra de la que, como ya hemos dicho, es deudora en gran parte De conceptu. 

Es un acierto presentar en este libro la edición conjunta de dos textos tan cercanos entre sí, encuadrados ambos en un conjunto de obras más o menos coetáneas y que tratan los mismos problemas con los que se puede encontrar una pareja a la hora de concebir. De esta manera disponemos ya de tres de los textos más señalados acerca de la esterilidad, el Anonimo de Montpellier, editado en 1993 por Enrique Montero, promotor del grupo de investigación sobre textos médicos en la Universidad de Valladolid, De conceptu, que acabamos de reseñar, y De sterilitate mulierum, que ahora nos ocupa. 

El estudio introductorio contiene información sobre la estructura del tratado, sus fuentes, su pretendida atribución a Bernardo de Gordon, un estudio lingüístico y de manuscritos. Sobre la estructura del tratado, los edito-res destacan, por una parte, su contenido eminentemente práctico y volcado casi exclusivamente en la terapia y, por otra, su orientación temática femenina, en la que apenas se reconoce la esterilidad debida a problemas en el varón. Por lo que respecta a las fuentes, es de destacar su casi inexistente alusión en este tratado, debido al carácter práctico de la obra. Sin embargo, constatan que cuatro de los seis capítulos que contiene se basan en el Lilium medicinae, aun siendo esta relación inconsecuente, como demuestran los editores detalla-damente. El estudio lingüístico muestra, como en la obra anterior, una reali-dad de la lengua alejada de la norma clásica, destacando una serie de meca-nismos típicos del tipo de literatura ante el que nos encontramos, tales como consejos, preceptos, recetas, fórmulas de transición, etc. Se exponen los mis-mos hechos de lengua que encontrábamos en el tratado De conceptu atendiendo a los factores gráfico-fonético, morfológico, sintáctico y léxico. 

Uno de los capítulos más interesantes de este estudio introductorio es el que trata de dilucidar los problemas de su autoría. Los editores hacen un detallado estudio de la atribución de la obra, basándose en la tradición manus-crita y en un estudio comparativo de las fuentes y la lengua, tomando como punto de partida el Lilium de medicina. Como resultado de este estudio, conclu-yen que el De sterilitate mulierum es obra de un autor desconocido, que hizo un extracto del texto de Bernardo de Gordon al que añadió otra parte de origen desconocido. 

Una contribución destacable de los editores ha sido la localización y utilización de dos manuscritos que no aparecían en la clásica monografía sobre de Gordon de Demaitre, ni en el Catalogue of Incipits de Thorndike-Kibre. En el estudio se describen los diez manuscritos en los que se recoge el tratado y se establecen las relaciones externas e internas entre ellos. 

Por último, nos ofrecen los criterios de edición y de traducción de la obra, señalando la dificultad de verter a las lenguas modernas el léxico técnico de la medicina medieval y la complejidad de la terminología de los ingredientes médicos utilizados en las recetas. Estas dificultadas pueden ser solventadas en gran parte gracias al glosario de fármacos e ingredientes medicinales de gran utilidad. 

Filósofos, medievalistas e historiadores de la medicina deben saludar la aparición de estas dos ediciones críticas, que ponen una vez más de relieve el interés que despierta la literatura médica medieval y, en este caso concreto, la temática ginecológica. 

HELENA GARCÍA GONZÁLEZ Universidad de Valladolid