DYNAMIS. Acta Hisp. Med. Sci. Hist. Illus. 2006, 26, 323-366.

MONTIEL, Luis; GONZÁLEZ DE PABLO, Ángel (coords.). En ningún lugar, en parte alguna. Estudios sobre la historia del magnetismo animal y del hipnotismo, Madrid, Frenia [Colección «Historia y Crítica de la Psiquiatría»], 2003. ISBN: 84-607-8325-1.

El volumen colectivo aquí reseñado reúne nueve trabajos referentes a distintos pasajes en la historia del descubrimiento del inconsciente, si se me permite tomar en préstamo esta expresión de la conocida monografía del historiador de la psiquiatría Henri F. Ellenberger (1905-1993). Se estructura en dos partes bien diferenciadas, cada cual precedida de una presentación a cargo de uno de los dos coordinadores de la obra. La primera parte, editada por Luis Montiel, incluye seis estudios sobre el magnetismo animal centrados en la Francia y Alemania de finales del siglo XVIII y primera mitad del XIX. La segunda, coordinada por Ángel González de Pablo, la integran los tres trabajos restantes, dos de los cuales se focalizan en la recepción y fortuna del hipnotismo en la España de la segunda mitad del siglo XIX y primer tercio del XX, mientras el tercero aborda el impacto del hipnotismo en la literatura y cinematografía contemporáneas.
En el capítulo que abre el volumen, Montiel, dentro de su reconocida línea de revisión crítica y reevaluación de la medicina romántica alemana, nos recuerda que el descubrimiento del inconsciente constituye uno de los escasísimos méritos que la historiografía médica ha reconocido al pensamiento médico del movimiento intelectual y cultural conocido como Naturphilosophie. Si desde presupuestos historicistas, Montiel rechaza la idea de que la psicología médica romántica fuera precursora del psicoanálisis, para relacionarla más bien con la «psicología analítica» de Carl Gustav Jung, su sensibilidad hacia los problemas socio-sanitarios y cívicos de nuestro tiempo le llevan a subrayar el empeño de los médicos románticos por tener en mente los aspectos invisibles del sufrimiento humano en una época, como la actual, en que la prepotencia del modelo biomédico y del peso abrumador de las consideraciones de índole económica y burocrática se han conjurado para «escotomizar» este sufrimiento dentro del campo de visión de las políticas sanitarias occidentales.
A este capítulo introductorio de Montiel (pp. 17-34), le siguen sendos trabajos de síntesis sobre el magnetismo animal en Francia y Alemania, a cargo de Jean Pierre Peter (pp. 35-61) y Dietrich von Engelhardt (pp. 63- 100), respectivamente. La contribución de Peter se centra en la difusión del mesmerismo en la Francia de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, con particular atención a la obra de Puysegur y a las reacciones —bien adversas, por cierto— que ésta suscitó entre los médicos franceses contemporáneos. Peter asigna a Puysegur el mérito de haber situado la relación afectiva en el corazón del proceso de curación, y de hacer perceptible un nuevo tipo de tratamiento basado en los beneficios de una relación mutua entre terapeuta y paciente, que planteaba un nuevo y subversivo reparto de roles en la relación terapéutica clásica. La nueva perspectiva implicaba una nueva relación del sujeto occidental consigo mismo y con los demás, una nueva forma de autoconsciencia. A la vez, condujo a la reinterpretación «naturalizada», en clave de una incipiente noción de histeria, de otras formas terapéuticas pasadas y presentes (chamanismo, brujería, místicas judías, cristianas y musulmanas). A partir de la década de 1870, el magnetismo animal quedaría erradicado de la medicina francesa, a resultas de una contraofensiva racionalista que lo «domesticó» en forma de hipnosis medicalizada y de sugestión invasiva de los/las pacientes hospitalarios etiquetados/as como histéricos/as.
El trabajo de Von Engelhardt ofrece una visión panorámica del reflorecimiento del magnetismo animal en la Alemania de la primera mitad del siglo XIX, en estrecha relación y sintonía con la medicina y la Naturphilosophie románticas, con las cuales compartía la convicción holística sobre la unidad de la naturaleza. Von Engelhardt subraya que el mesmerismo es, a la vez, una psicología y una práctica terapéutica, una teoría de la medicina, una filosofía de la naturaleza y del ser humano en estado de salud y de enfermedad, y una teoría de la sociedad, de la historia y de la cultura.
Montiel aporta al volumen dos capítulos adicionales, focalizados en el eco del magnetismo en la historia clínica y en la literatura de la Alemania romántica, respectivamente. En el primero (pp. 101-141) analiza el relato de una terapia magnética exitosa publicada en 1819 por Carl Christian von Klein (1772-1825), un destacado médico en la política sanitaria del estado de Württemberg. Montiel presenta esta suerte de historia clínica «novelada» como un producto típicamente romántico que responde a la voluntad de «búsqueda de sentido» por parte del médico narrador, e identifica las claves motoras últimas del relato clínico en cuestión. En el otro (pp. 143-170) presta atención al reflejo del mesmerismo en la obra del E.T.A. Hoffmann (1776-1822) y, más en concreto, a su relato «El magnetizador» (1813), cuyo tema —la muerte provocada a resultas de la acción magnética a distancia— permite al literato mostrar agudamente su inquietud por el lado oculto del magnetismo y, más en general, por la utilización perversa del conocimiento y dominio de las fuerzas naturales —un tema profusamente recurrente en la literatura y el cine contemporáneos, tal como Juan Luis Carrillo destaca en su contribución a este volumen.
El último trabajo de la primera parte (pp. 171-192) es obra de Jacqueline Carroy y Nathalie Richard, y analiza una causa criminal célebre en los anales de la justicia francesa, que fue promovida tras el descubrimiento del cadáver de una mujer en el bosque de Fontainebleau en mayo de 1867. Las investigaciones policiales llevaron al procesamiento y condena de Mme. Frigard por el asesinato de Mme. Mertens, aparentemente envenenada por inhalación de ácido prúsico (cianhídrico). Con particular énfasis en la perspectiva de género, el estudio de Carroy y Richard pone de manifiesto hasta qué punto las sospechas de culpabilidad de Mme. Frigard se vieron alimentadas por la prejuiciosa mirada de la sociedad francesa hacia una mujer considerada atípica, «viril», por poseer conocimientos científicos de magnetismo y de arqueología, que eran juzgados no sólo como peligrosos en sí mismos por su potencialidad instrumental en asesinatos y falsificaciones, sino también como ilegítimos en el caso de una mujer, ya que ni su sexo ni su educación debían haberle permitido acceder a los mismos.
La segunda y más breve parte del volumen reseñado se abre con un estudio de Antonio Diéguez Gómez (pp. 197-228) que analiza el proceso de recepción de las teorías y prácticas hipnológicas en la España del siglo XIX. Tras unas páginas preliminares dedicadas a los ecos del magnetismo animal en nuestro país, la atención se focaliza en las dos últimas décadas del siglo XIX —el periodo de esplendor de este movimiento— abordándose aspectos tales como el impacto de la disputa sobre las aplicaciones terapéuticas del hipnotismo entre las escuelas francesas de La Salpêtrière (Charcot) y de Nancy (Bernheim y Beaunis); el interés por el mismo por parte de profesores universitarios, mentalistas o no, como Joan Giné i Partagàs, Santiago Ramón y Cajal, Abdón Sánchez Herrero y Eduardo Bertrán Rubio; su relación con el espiritismo; y las reacciones adversas suscitadas en el seno de la jerarquía eclesiástica católica.
Por su parte, Ángel González de Pablo (pp. 229-300) aborda la fortuna del hipnotismo en la España del primer tercio del siglo XX, un periodo en la historia de este movimiento marcado por su progresivo declive en el campo de la medicina y la psicología hasta su casi total arrumbamiento en la década de 1930. Se ofrece una detallada cartografía de la producción española sobre hipnotismo y sugestión, con atención a obras tanto preponderantemente científicas como metapsíquicas o parapsicológicas, ya sea en traducciones o en obras originales; y se estudian las razones específicas e implicaciones de este declinar.
Finalmente, el ensayo de Juan Luis Carrillo (pp. 301-324), cuyo texto original estaba destinado a una conferencia, explora las representaciones del fenómeno del magnetismo/hipnotismo y de la figura del hipnotizador, en tanto que poder incontrolado, en el contexto de la literatura y el cine de terror, y con particular atención a la obra Edgar Allan Poe (1809-1849) y a su notable impacto en la cinematografía del siglo XX.
En suma, En ningún lugar, en parte alguna. Estudios sobre la historia del magnetismo animal y del hipnotismo ofrece una variada y estimulante muestra de trabajos originales y de síntesis sobre una temática bien sugestiva y que incita a la prosecución de nuevas investigaciones. Eso sí, he echado en falta, al final de la obra, una compilación única de la bibliografía utilizada en los distintos trabajos (en lugar de las listas bibliográficas proporcionadas en tan sólo tres de ellos) y un índice, siquiera topo-onomástico, de su contenido; complementos ambos cuya utilidad sobra enfatizar en una publicación especializada destinada a un público universitario, y que hubieran aportado a este interesante volumen colectivo un valor añadido no desdeñable.

JON ARRIZABALAGA
CSIC-IMF, Barcelona