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Departamento de Pedagogía

 

 

 

Cartillas

 

En sus inicios, las cartillas eran pequeños cuadernos impresos con las formas más elementales de los primeros niveles de la enseñanza de las letras del alfabeto. Poco a poco, fueron ganando un segundo significado, considerándose como tratados breves sobre algunos oficios y artes.
Sin excluir a otros formatos para el aprendizaje, las cartillas, junto con los catones, se convirtieron en la España moderna en los libros más utilizados de aprendizaje de la lectura.  Además, su formato simple, de sencilla impresión y distribución, implicaba su fácil adquisición y distribución entre el alumnado.
En ocasiones, también se han definido como “cartillas” aquellas libretas que mostraban los resultados del aprendizaje del alumnado, en forma de calificaciones, como veremos en el último ejemplo.

Primera cartilla.  Extraída de: Viñao Frago, Antonio, “Aprender a leer en el Antiguo Régimen: cartillas silabarios y cantones”, en Escolano Benito, Agustín, Historia ilustrada del libro escolar en España I. Del Antiguo Régimen a la Segunda República, (1997-1998), Madrid, Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1997, pp.150-151.

Se trata de la portada y dos páginas de la cartilla impresa por Mathias Mares en Pamplona, en 1603, denominada Cartilla y doctrina christiana, para enseñar a los niños. Aparecen las letras del abecedario, vocales y consonantes, en dos tamaños, junto a su agrupación en sílabas.

Segunda cartilla.   Se incluye la cartilla de los maestros Jesús y Antonio Álvarez Pérez, denominada Mi cartilla, impresa por la editorial Miñón en Valladolid, en 1961, para el aprendizaje de la lectura de las letras, sílabas y palabras. Esta segunda parte de la cartilla en imágenes supone un nivel avanzado en este aprendizaje, y en ella aparecen palabras y frases completas. Se edita impresa en color, con imágenes que ayudan a la comprensión del significado de las palabras o conjunto de sílabas.

Tercera cartilla.  Extraída de: Puelles Benítez, Manuel, “La política de libro escolar en España (1813-1939)”, en Escolano Benito, Agustín, Historia ilustrada del libro escolar en España I. Del Antiguo Régimen a la Segunda República, (1997-1998), Madrid,  Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1997, pp.64-65.

Durante la II República española, las cartillas escolares se convirtieron en un elemento de adoctrinamiento, y este es el caso de la Cartilla Escolar Antifascista y la Cartilla Aritmética Antifascista, de Mauricio Amster, publicada en 1937 por el Ministerio de Instrucción Pública.
De este modo, se pasó de una situación en la II República española donde se había empezado aceptando el criterio de la libertad, aunque limitada, de los libros escolares, a otra característica del periodo bélico civil, en que el adoctrinamiento ideológico se convirtió en la única política posible. Esta situación cobró especial relevancia en el campo de la enseñanza y de los libros y materiales escolares.  

Cuarta cartilla.  Cartilla de escolaridad donde se muestran progresivamente los resultados de las evaluaciones que recibe una alumna (en este caso), desde su escolarización en el grado elemental, en 1956, hasta la finalización seis años más tarde de la educación primaria.
Recibe el visto bueno de las distintas profesoras que curso a curso va teniendo, del padre de la alumna, del inspector de enseñanza primaria, así como informaciones detalladas de los resultados recibidos en cada una de las materias, la media de los resultados por cursos, una gráfica de su progresión en las evaluaciones recibidas a lo largo de los cursos y, por defecto, de los fines de la educación primaria y de los deberes familiares para con las criaturas.
(Colección privada V. R.).