Una primera aproximación, basada
en las dificultades que se presentan para la adquisición del lenguaje oral por
vía auditiva, establece dos categorías:
Hipoacusia: (35 – 69 dB) Audición deficiente pero
funcional para la vida ordinaria. Hace difícil pero no imposible la adquisición
del lenguaje oral por vía auditiva, general mente con ayudas protésicas. (va
acompañada de deficiencias de articulación, vocabulario...)
Sordera: (70 dB
o +) Audición
no funcional para la vida cotidiana y no posibilita la adquisición del lenguaje
oral por vía auditiva pero si por la visual.
Los
pronósticos, la rehabilitación, la educación, etc., pueden ser completamente diferentes de una
persona con deficiencia auditiva a otra. Esto dependerá:
1.
De la localización de la
lesión: Si se localiza en el oído externo
o medio es una sordera conductiva; si la lesión esta en el oído interno
es una sordera perceptiva. Si la sordera afecta a ambas partes es mixta.
Y si son las vías auditivas las lesionadas es una sordera central.
2.
Del grado de pérdida:
Ligera |
Pérdida entre 20 y 40 dB |
HIPOACUSIA
|
Media |
Pérdida entre 40 y 70 dB |
|
Severa |
Pérdida entre 70 y 90 dB |
SORDERA
|
Profunda |
Pérdida de más de 90 dB |
3. Del momento en el que se produce la pérdida:
Antes de la adquisición del lenguaje (prelocutiva) o
después (poslocutiva).
4. Otros factores: Como la detección temprana,
el nivel intelectual, la implicación familiar, alteraciones asociadas, etc.