Intervención
El plan de
intervención en la discapacidad motora se centrará en las siguientes áreas:
Comunicación
y lenguaje: Nos podemos encontrar con alumnos que muestren un nivel de comprensión
del lenguaje hablado, pero que carezcan de un nivel adecuado de comprensión.
Estos alumnos, en los que la capacidad manipulativa está a menudo limitada,
tienen dificultades para participar en las actividades académicas, a las cuales
podrían tener acceso por su buen nivel intelectual. Esto puede producir una
infravaloración de la capacidad intelectual del alumno y determinar un
rendimiento real bajo, que comporta con frecuencia una escolarización
inadecuada.
Como técnicas más utilizadas de intervención
podemos señalar: la Técnica Tardiev, que desarrolla tres niveles
de actuación (reeducación de los trastornos motores del habla unidos a la
lesión cerebral, reeducación logopédica y reeducación del vocabulario y la
semántica) y la Técnica de Bobath (control del funcionamiento de la
boca, reeducación de los trastornos motores del habla mediante la reeducación
de la respiración, voz y movimientos bucoarticulatorios y la reeducación del
vocablo y la semántica).
Movilidad
y autonomía personal: La dificultad de controlar los movimientos
conlleva unas posibilidades limitadas de explorar, manipular e intercambiar
experiencias con objetos y personas del entorno. Nuestra intervención irá
encaminada a facilitar el acceso físico del alumno al contexto educativo,
teniendo como objetivo último ofrecerle el mayor nivel de autonomía en sus
actuaciones.
Hay que tener en cuenta que la intervención motriz no debe concebirse en sesiones programadas y sistematizadas en un determinado momento. Ésta ha de ser flexible y adaptada a las necesidades de los alumnos, de la familia y del propio centro. La labor de los profesionales de los equipos de orientación educativa será esencial, puesto que aportan recursos humanos y materiales que posiblemente no estén a nuestra disposición en los centros educativos.
Motivación:
La incapacidad de influir de forma eficaz sobre el sujeto, los acontecimientos
y las personas del entorno, conlleva que la mayor parte de las experiencias de
estos niños estén fuera de control, a causa de su incapacidad física para
producir las respuestas operantes voluntarias que podrían controlarlas.
Desarrollo
intelectual: EL niños con deficiencia motora no tiene por qué tener
afectada su capacidad cognitiva, por los que la intervención con él irá
dirigida a ejercitar habilidades que pueda desarrollar tanto en el aula/centro,
como fuera de estos. y siempre en colaboración con la familia.
Socialización:
En este campo lo esencial es destacar la importancia del lenguaje como medio de
comunicación, estimulando aquellas destrezas y habilidades que supongan ayuda
al niño y, así, conseguir hábitos encaminados a lograr su adaptación al entorno
y una mayor autonomía. Los padres pueden colaborar muy estrechamente en la
socialización de su hijo evitando situaciones como la sobreprotección,
culpabilidad, negación de la realidad, ansiedad, hostilidad e incluso
vergüenza.