Con los pliegues cutáneos, valoramos la cantidad de tejido adiposo
subcutáneo. Para realizar esta valoración medimos en unas zonas
determinadas el espesor del pliegue de la piel, es decir una doble
capa de piel y tejido adiposo subyacente, evitando siempre incluir
el músculo. Se mide en mm.
Posición: El estudiado mantendrá la posición de
atención antropométrica. Las excepciones se comentarán en sus
correspondientes medidas. La musculatura del estudiado tiene que
estar relajada.
Técnica para la toma de pliegues: El antropometrista, en
el sitio marcado para cada pliegue, atrapará firmemente con el dedo
índice y pulgar de la mano izquierda las dos capas de piel y tejido
adiposo subcutáneo y mantendrá el compás con la mano derecha
perpendicular al pliegue, observando el sentido del pliegue en cada
punto anatómico. La cantidad de tejido elevado será suficiente
para formar un pliegue de lados paralelos.
Nunca se atrapará músculo en el pliegue y una buena técnica
para comprobarlo, es indicarle al estudiado que realice una
contracción de los músculos de la zona cuando se ha cogido el
pliegue. Se liberará el pliegue y se volverá a realizar la toma
válida con la musculatura relajada.
El compás de pliegues cutáneos se aplicará a un centímetro de
distancia de los dedos que toman el pliegue, el cual se mantendrá
atrapado durante toda la toma y la lectura se realizará
aproximadamente a los dos segundos después de la aplicación del
plicómetro, cuando el descenso de la aguja del mismo se enlentece.
Para obtener una medida fiable se recomienda repetir dos o tres
intentos en cada medición de un pliegue y registrar la media entre
los valores obtenidos, después de haber eliminado los registros
claramente erróneos.
Instrumento: Se utiliza el compás de pliegues cutáneos o
plicómetro.
Las técnicas para medir los pliegues son los siguientes: |