De acuerdo con la mitología helénica, Pegaso fue un caballo alado, nacido de la sangre de Medusa, al ser decapitado por Perseo. Ateneo lo donó al héroe Belerofonte para que pudiera destruir a la Quimera, que asediaba la región de Lidia.
    De una coz dada por el animal en la tierra surgió el manantial Hipocrene, que confería el don del canto a todo aquel que bebiese de sus aguas. De la relación de Pegaso con esta fuente y con las Musas procede el uso moderno del caballo alado como símbolo de la poesía.
    Sin embargo, una vez derrotada y muerta la Quimera, Belerofonte se envaneció hasta el extremo de pretender - para mostrar su poder - llegar a los cielos a lomos de Pegaso. Irritado Zeus, envió contra él un tábano que picó al caballo alado haciendo al héroe caer al vacío. Después de este incidente, Pegaso quedó al servicio de la máxima deidad del Olimpo.

J.M. Walker, Seres fabulosos de la mitología