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Visita al territorio minero de Alquife (Crónica del Prof. José M. Martín Civantos)

9 de noviembre de 2007

El objetivo de la excursión era conocer in situ algunos de los lugares relacionados con la minería en la cara Norte de Sierra Nevada para, de esta manera, comparar el proceso histórico sufrido por esta región y el Alto Valle del Guadalquivir. Gracias a los últimos estudios realizados es posible establecer muchas similitudes en su evolución durante la época altomedieval. Se produjo entonces una reactivación de la minería y la metalurgia caracterizada por una fuerte atomización. La proliferación de numerosos centros productores y su dispersión en medio de la grave crisis sufrida por las estructuras de poblamiento de época Imperial es una de los

elementos más característicos de este período. Algunos de estos centros serán antiguos poblados fortificados protohistóricos reocupados a partir del s. V. Es el caso del yacimiento de Alrután o Arruta, situado en un afloramiento rocoso sobre la zona filoniana de Sta. Constanza y al que subimos mientras visitábamos los indicios mineros aún visibles. Aquí se benefició fundamentalmente el cobre, que aparece en un contexto geológico ligado a carbonatos de hierro. El asentamiento fue abandonado en el s. X, con la creación del califato de Córdoba, dentro de un proceso generalizado de este tipo de establecimientos de altura y de concentración de la producción minera. Es precisamente en este contexto en el que surge la gran explotación de hierro de Alquife, el otro lugar visitado durante la excursión. No se ha

documentado una explotación sistemática anterior al s. XI, momento en el cual se construye el gran castillo que corona el cerro del pueblo. A partir de aquí, Alquife se convertirá en el principal centro productor de mineral de hierro en época bajomedieval. La actividad continuará impulsada por los marqueses del Zenete hasta la expulsión de los moriscos en 1568, momento en el cual comenzará una crisis de larga duración. La explotación industrial contemporánea que comienza con el final del s. XIX será el que finalmente marque de forma indeleble el paisaje de la comarca con la gran corta a cielo abierto y sus escombreras. Clausuradas desde el año 1996,