Espinas: las hojas transformadas total o parcialmente en espinas son frecuentes en muchas plantas como método de defensa frente a los herbívoros. Las espinas pueden proceder también de transformaciones de los tallos o raíces, ambos casos se diferencian de las espinas foliares porque estas llevan encima una yema axilar o un brote procedente de esta.

En algunas plantas los tejidos epidérmicos de la hoja producen excrecencias en forma de espina que pueden situarse sobre los nervios, el margen, ambas caras del limbo o el peciolo, en estos casos las espinas no se corresponden con una transformación de la hoja sino que representan una característica más del órgano.