DEPARTAMENTO DE GENÉTICA

UNIVERSIDAD DE GRANADA

 

FUNDAMENTOS DE BIOLOGÍA APLICADA I

4º CURSO DE BIOLOGÍA


MÓDULO DE GENÉTICA

TÉCNICAS MOLECULARES DE ANÁLISIS GENÉTICO



En este módulo de prácticas se pretende familiarizar al alumno con el desarrollo teórico y práctico de una de las técnicas de análisis del genoma rutinarias en cualquier laboratorio de Genética molecular. Se trata de la clonación de ADN que, junto con la técnica de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), constituyen dos procedimientos experimentales que tienen como objetivo la amplificación de secuencias de ADN de un genoma concreto. Se diferencian en que mientras una (la clonación) consiste en una amplificación llevada a cabo in vivo y de una forma no específica (cualquier región del genoma), la otra técnica (PCR) consiste en una amplificación in vitro y de una forma muy específica (se amplifica una región muy concreta del genoma de la cual se tiene información previa de su secuencia).

 

 

 

 

La clonación de todos los fragmentos generados tras la digestión, con una enzima de  restricción, del ADN de una especie conduce a la creación de una genoteca (colección de clones celulares cada uno de los cuales posee un fragmento de ADN diferente del genoma de la especie objeto de estudio). La construcción de una genoteca de ADN genómico pasa por una serie de pasos principales que se detallan a continuación (ver Figura 1 para el caso de clonación en un vector plasmídico):

1.    Construcción de moléculas de ADN recombinante (los fragmentos de ADN a clonar se ligan a moléculas apropiadas de ADN que actúan como vector de clonación)

2.    Introducción de las moléculas de ADN recombinante en células hospedadoras apropiadas

3.    Selección de células que han incorporado moléculas de ADN recombinante


1. Construcción de moléculas de ADN recombinante. El proceso de construcción de moléculas de ADN recombinante depende del vector utilizado. Un vector adecuado a nuestro experimento de clonación debe ser una molécula de ADN que cumpla una serie de requisitos principales:

1. Que se replique de forma rápida y autónoma en la célula hospedadora
2. Que sea fácil de recuperar de la célula hospedador
3. Que su secuencia presente suficientes dianas para enzimas de restricción diferentes
4. Que sea portadora de uno o varios marcadores seleccionables

Los vectores pueden ser plásmidos (procarióticos o eucarióticos), el bacteriófago lambda, cósmidos (híbridos entre plásmidos y fago lambda), cromosomas artificiales bacterianos (BACs), cromosomas artificiales de levaduras (YACs) o cromosomas artificiales de mamíferos (MACs),... Según el objetivo perseguido se utilizará uno u otro. Hay que destacar que cada uno de los vectores mencionados tiene una capacidad diferente con respecto al tamaño del fragmento de ADN que se puede insertar en él. Así, los plásmidos admiten fragmentos de ADN de tamaño pequeño (menos de 10 Kilobases –Kb-), el fago lambda admite fragmentos de unas 15 Kb, los cósmidos, de 45 Kb y los cromosomas artificiales de varios cientos de Kb. Por otro lado, hay que mencionar que cada uno de estos vectores puede tener modificaciones con distintos objetivos. Como ejemplo, mencionar la modificación que hace a un plásmido un vector de expresión y que consiste en colocar secuencias promotoras delante de los lugares de inserción de ADN extraño para permitir su expresión en la célula hospedadora.

Utilizando como ejemplo el caso de la utilización de plásmidos bacterianos, tenemos que proceder de la siguiente forma. En primer lugar se digiere el ADN de la especie objeto de estudio con una enzima de restricción adecuada. Si esta enzima genera extremos de corte cohesivos, se utilizará la misma enzima de restricción para digerir los plásmidos, dado que los extremos de ambas moléculas serán complementarios. La enzima elegida ha de cortar una sola vez el plásmido (sólo debe existir una diana para dicha enzima en su secuencia de bases). Si la enzima de restricción genera extremos de corte romos, existen diversos procedimientos para favorecer la unión entre vector y fragmento de ADN a clonar. A continuación, el plásmido vector y los fragmentos de ADN a clonar se incuban en presencia de la enzima ligasa que sellará la ligación entre ambas moléculas.


2. Introducción de las moléculas de ADN recombinante en una célula hospedadora apropiada. De lo que se trata ahora es de hacer que los vectores recombinantes se multipliquen en células hospedadoras adecuadas. Siguiendo con el ejemplo de los plásmidos, éstos serían introducidos mediante un experimento de transformación bacteriana.


3. Selección de células que han incorporado moléculas de ADN recombinante. Una vez transformado un cultivo bacteriano hay que seleccionar, entre las bacterias obtenidas, aquellas que poseen plásmido recombinante. Hay que recordar aquí que el proceso se ha realizado de tal forma que nosotros incubamos en un tubo de ensayo los plásmidos y los fragmentos de ADN del genoma a estudiar y que, en presencia de ligasa, se pudieron originar ligaciones que no siempre dan como resultado plásmidos recombinantes (por ejemplo, los extremos cohesivos del plásmido pueden complementar entre ellos y cerrarse el plásmido sin ADN inserto) y, por tanto, el resultado final de nuestra ligación consiste en una mezcla de plásmidos recombinantes (con insertos de interés) y plásmidos no recombinantes (sin inserto y, por tanto, sin interés para nosotros). Tenemos que tener en cuenta, además, que esa mezcla es la que utilizamos para transformar las bacterias y que en nuestro cultivo bacteriano, tras el experimento de transformación convivirán 3 poblaciones de células: células no transformadas, células transformadas con plásmidos no recombinantes y células transformadas con plásmido recombinante (las únicas que nos interesan). Tenemos, pues, que saber seleccionar las células de interés.


Esta selección se realizará en placas conteniendo medio de cultivo sólido (la transformación fue llevada a cabo en medio líquido). Para ello se hace una extensión del cultivo líquido en la placa en las condiciones que nos permitan identificar bacterias con plásmidos recombinantes. De esta forma, las bacterias de interés crecerán formando colonias (clones bacterianos). Cada clon estará formado por bacterias que tienen un plásmido recombinante con el mismo inserto (fragmento) de ADN del genoma analizado.

El conjunto de todos los clones (se supone que cada uno tendrá un fragmento distinto de ADN del genoma de la especie analizada) constituye una genoteca. El rastreo (screening) de la genoteca nos permitirá encontrar el clon de interés (que tiene el fragmento del genoma que nos interesa estudiar).


Clonación en el plásmido pUC18

El plásmido que vamos a utilizar es un plásmido artificial derivado del plásmido pBR322. El plásmido pUC18 tiene un tamaño aproximado de 2,7 Kb y en su secuencia destacan dos genes que actúan como marcadores de selección (Figura 2). En primer lugar, un gen de resistencia al antibiótico Ampicilina (gen AmpR) que confiere a las bacterias que incorporan este plásmido resistencia a dicho antibiótico. El otro gen es el gen lacZ. Este gen codifica para la enzima β-galactosidasa que degrada la lactosa y otros β-galactósidos como el 5-Bromo-4-Cloro-3-Indol-β-D-galactósido (X-gal). Sin embargo, esta copia del gen del plásmido pUC18 es defectuosa en 3´ y, por tanto, el polipéptido producido tras la expresión de este gen carece de actividad β-galactosidasa. Este plásmido se utiliza en experimentos de clonación para transformar células DH5α de Escherichia coli. Esta cepa de E. coli posee un gen lacZ defectuoso en 5´ aunque posee un codón AUG interno que permite el inicio de la traducción del mensajero lacZ, defectivo, en un polipéptido sin actividad β-galactosidasa. Cuando una célula DH5α es transformada con el plásmido pUC18 (intacto), los polipéptidos producidos por los dos genes lacZ defectuosos (el de la bacteria y el del plásmido), que carecían de actividad β-galactosidasa por separado, complementan (fenómeno conocido con el término complementación α) y la célula ve restablecida la función β-galactosidasa. Sin embargo, la complementación no ocurre si el plásmido introducido en la bacteria es un plásmido recombinante. Ello es porque las diferentes dianas de inserción se localizan dentro del gen lacZ en lo que se conoce como polylinker (región rica en diferentes dianas de restricción únicas). Así, en un experimento de clonación, cualquier inserto de ADN foráneo interrumpiría el gen lacZ del plásmido y la bacteria con plásmido recombinante carecería de función β-galactosidasa como las bacterias DH5α sin plásmido pUC18.

Hay que destacar que la incorporación artificial del polylinker dentro del gen lacZ del plásmido consiste en una inserción que no altera la pauta de lectura del mensajero transcrito a partir del promotor lacZ y que su traducción supone la inserción de unos pocos aminoácidos en la cadena polipeptídica correspondiente sin que ello altere la actividad β-galactosidasa del polipéptido una vez complementa con el polipéptido bacteriano.

La presencia de los marcadores AmpR y lacZ en el plásmido pUC18 permite seleccionar bacterias con plásmidos recombinantes tras un experimento de clonación. Para ello, las células DH5α que han pasado por una experiencia de transformación son sembradas en una placa con medio de cultivo sólido (medio LB) que contiene Ampicilina y X-gal. El X-gal es un β-galactósido degradado por la β-galactosidasa. Uno de los productos de degradación del X-gal forma un precipitado de color azul sobre las colonias bacterianas con función β-galactosidasa.

Así las cosas, la forma de discriminar entre las tres poblaciones de células bacterianas obtenidas tras un experimento de clonación en una placa con LB+Amp+X-gal tiene su base en lo siguiente:

1.   Las bacterias no transformadas (carecen de plásmido pUC18 de cualquier tipo) no crecerán en nuestra placa dado que son sensibles al antibiótico ampicilina

2.    Las bacterias transformadas con plásmido no recombinante (sin inserto de ADN de la especie que estamos estudiando) crecerán formando colonias de color azul (dado que son resistentes a ampicilina y dado que tienen actividad β-galactosidasa

3.    Las bacterias transformadas con plásmido recombinante (con inserto de ADN de la especie que estamos estudiando) crecerán formando colonias de color blanco (dado que son resistentes a ampicilina y dado que no tienen actividad β-galactosidasa)


Clonación de ADN satélite

En nuestro experimento vamos a obtener una genoteca parcial del genoma de una especie de esturión (Acipenser naccarii). Este experimento va a consistir en la clonación de sólo una parte del genoma de esta especie. Una parte muy fácil de aislar del resto del genoma. Se trata de una familia de ADN satélite. El ADN satélite está constituido por secuencias cortas (en este caso, secuencias de 170 pares de bases –pb-) que se repiten en tandem cientos de miles o millones de veces en un genoma. Estas secuencias carecen de función codificadora y se acumulan en regiones determinadas de los cromosomas del genoma de una especie. Concretamente, estas secuencias constituyen la heterocromatina constitutiva que se acumula en los centrómeros y telómeros, principalmente.

La base para el aislamiento de estas secuencias reside en su elevado grado de repetición y en su disposición en tandem. Así, cuando cortamos el ADN de una especie con una enzima de restricción para la que existe diana en la unidad que se repite, dicha enzima generará millones de fragmentos de ADN de tamaño igual al de una unidad repetitiva (en el caso del esturión, fragmentos de 170 pb). Esos fragmentos de ADN tendrán una movilidad electroforética idéntica en un gel de agarosa con lo cual se acumularán en el mismo punto en el gel. Este cúmulo de fragmentos resaltará sobre el rastro del resto de ADN genómico observado en el gel de electroforesis. Así identificados los millones de copias de la unidad repetida (monómeros) de nuestro ADN satélite, podemos escindir con un bisturí el trozo del gel que los contiene, fundir la agarosa y purificarlos.

Una vez aislados y purificados los millones de monómeros del ADN satélite, pasaríamos a clonarlos. Para ello, se corta el plásmido pUC18, por ejemplo, con la misma enzima que generó los monómeros del ADN satélite estudiado, se incuban plásmido y monómeros en presencia de ligasa y la mezcla se utiliza para transformar células DH5α de E. coli.

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