Primera edición: Ed. Algaida.1994

Paginás: 256 p. ; 22x14 cm

ISBN: 978-84-7647-494-5

En esta novela, en la que confluyen las civilizaciones europea y africana, destella poderoso el personaje de Assiata. Nacida en una tribu de Malí, huye hacia Bamako cuando están a punto de coserle el sexo, práctica ancestral que se lleva a cabo al ausentarse los maridos por un largo período de tiempo. Llegada a la capital, Assiata vive primero en las alcantarillas y, posteriormente, ejercerá la prostitución con los occidentales, siendo amante de un diplomático francés y de un doctor español, con el cual inicia su liberación como mujer.
    En el fragmento que hemos seleccionado, se sintetiza la larga trayectoria de la protagonista, desde la sumisión y negación más absolutas, hasta la progresiva autoconciencia y consiguiente cambio. Su evolución se trasluce perfectamente en su forma de practicar el amor, en la que pasa de la pasividad y resignación a la iniciativa y disfrute.
    El texto de Villar Raso tiene la virtud de recordarnos la milenaria y accidentada equiparación del eros de la mujer con el del hombre, al tiempo que da testimonio de que la evolución occidental no ha significado en modo alguno la desaparición de antiguos estadios, como el mencionado cosido del sexo en la tribu dogón de donde Assiata ha escapado, o la ablación del clítoris que, pese a todas las campañas feministas y estatales en contra, sigue ejerciéndose, a veces por las mismas que la vituperan, en amplias zonas del África subsahariana, en Egipto y en algunos países del medio Oriente.
    El erotismo que respira el fragmento proviene de la libertad conquistada por Assiata. Soy de la opinión, con Alberoni, de que «el verdadero erotismo sólo es posible cuando cada uno trata de comprender al otro, logra ponerse en su lugar y hacer propias sus fantasías». Assiata es, en este sentido, una privilegiada. Sus compatriotas se encuentran aún en lo más bajo de la pirámide erótica, y la esperanza de que puedan acceder hacia la cúspide es mínima.

		Ana Vázquez. El sur, 13/1/95
		"Donde ríen las arenas, de Manuel Villar Raso, es una historia de amor vivida en el continente africano y a la vez una historia de supervivencia narrada por diferentes personajes donde se realiza un estudio sobre la liberación de la mujer en este continente" Ana Vázquez El Sur, 13/1/95

		M.L.D,Ideal. Artes y Letras.25/2/95
		"Lo sorprendente de esta novela es la forma en que se aleja de lo esperado, para así ofrecer una visión aterradora del África profunda". M.L.D. Ideal. Artes y Letras.25/2/95

SIPNOSIS

	Alejandro López Andrada Europa Sur, 11/2/95.
	"Donde ríen las arenas es un libro de aliento romántico y exótico, desarrollado en la África olvidada: una intensa novela para degustar en sorbos lentísimos.. Alejandro López Andrad Europa Sur, 11/2/9

	Antonio Enrique Diario de Córdoba Cuadernos del Sur.26/1/1995.
	La regeneración de un continente "La experiencia de África reporta, en los pocos casos que en nuestra literatura se han dado, sorpresas inimaginables. Es preciso remontarse a Galdós con Aita Tettuan o la más célebre, Diario de un testigo de la guerra de África, de P.A. de Alarcón, para advertir un clima inusual de fascinación y repulsión a un tiempo. En general predomina la maurofobia, estudiada por Juan Goytisolo o Ramón Ayerra. Donde ríen las arenas se aparta de estas fuentes, tanto más por cuanto su escenario es Mali, país del que Villar Raso ha sido pionero literario, y del que nos legó su precedente Las Españas perdidas (1992). En cualquier caso su presente novela está más cerca de la experiencia de Paul Bowles que de cualquier autor español, y de la visión cosmopolita, universalista, humanista en fin, que la de los escritores surgidos del colonialismo, como Pierre Benoit, autor tal vez de la mayor novela francesa del desierto, La Atlántida. Lo que en ocasiones llega a producir vértigo aquí es el procedimiento..su técnica modernísima, con algunas incursiones en el dirty realism...el autor puede sentirse satisfecho del retrato de Assiata, personaje inmenso, acaso único en la narrativa española sobre África... Villar Raso acierta de plano con la construcción de la atmósfera agobiante de aquel país. Su habilidad narrativa y buen pulso descriptivo denotan una experiencia segura tanto de lector y escritor como de observador. La captación del desierto, así como de las ciudades resulta de una veracidad y dignidad indiscutibles.. En esta novela, el autor ha puesto lo mejor de sí, de su experiencia viajera, de su excepcional cultura y de su deseo de regeneración en aquel continente". Antonio Enrique Diario de Córdoba Cuadernos del Sur.26/1/199

En el Malí, entre los roquedos de Bandiagara y Sanga, a las mujeres se les cose el sexo con espinas de acacia cuando sus maridos se marchan a trabajar lejos del poblado largas temporadas. Donde ríen las arenas es la historia de Assiata, una muchacha Dogón que tras huir a Bamako por este motivo se convierte en una fuerza inexorab

	Jorge G. Arangure, Egin.Igandegin, 1955oko, apirilak 3
	Amemos a Assiata Donde ríen las arenas es una novela ágil, se lee de un trago; obliga a pasar las páginas con una especie de inapelable curiosidad. Descripciones precisas, vigorosas, hacen que el lector se capuce en la página, que tiemble, goce y se emocione por la riqueza de un ritmo desplegado con sabiduría, continencia y buen pulso. Uno desea acceder a este país terrible; se sufre por Assiata figura sólida, pero flexible y dulce, va adquiriendo lentamente el resplandor y el hieratismo de lo que sabemos emblemático.." Jorge G. Arangure Egin.Igandegin, 1955oko, apirilak 3

le contra la esclavitud femenina. Es también la historia de un médico español que encuentra su identidad en la propia búsqueda, voraz y desafiante de Assiata. También es la historia de un francés libertino, de seres sin voz a los que Occidente les ha vuelto la espalda y de arribistas europeos que comercian con el hombre y la violencia del entorno

		J.M. Martín Morillas. Las Provincias, 14/7/96
		"Manuel Villar Raso es autor de una novela insólita y excepcional, Donde ríen las arenas; insólita porque nos descubre un África marginada por la literatura occidental, y excepcional por la complejidad temática y formal de la misma.." J.M. Martín Morillas La Provincias, 14/7/96