OPHE/Iniciativas ciudadanas/003

El movimiento ciudadano surgido en torno a la defensa de la Vega Baja de Toledo podemos considerarlo como uno de lo acontecimientos más relevantes en relación con la acción social ejercida sobre el Patrimonio Histórico.

La reivindicación ciudadana surge a raíz de la intención del Ayuntamiento de Toledo (gobernado por el PP, aunque en todo momento apoyado por el PSOE) de proceder a urbanizar la zona denominada Vega Baja de Toledo (a partir de 1997 empieza el proceso de especulación, culminado en el 2005 y primer semestre de 2006), un área situada en las inmediaciones de la ciudad y que desde 1968 dispone de protección como parte del entorno de la ciudad histórica de Toledo. A estos valores paisajísticos hay que unir la riqueza arqueológica (puesta claramente al descubierto en el 2001 con las catas realizadas por parte del consistorio toledano) tanto romana como, sobre todo, visigoda, al constatarse que en este lugar pudo localizarse la urbs regia, capital del reino visigodo.

Varias circunstancias destacan de esta iniciativa ciudadana. En primer lugar, el éxito de las reclamaciones y denuncias, que terminó con la paralización de las obras el 16 de julio de 2006 debido a una decisión directa del Presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, José María Barreda. En segundo lugar, la incisiva implicación de las instituciones y organizaciones de defensa del Patrimonio Histórico en nuestro país, como Hispania Nostra o, sobre todo, ICOMOS. En tercer lugar, el hecho de que la decisión final de suspensión de las obras y modificación del sistema de protección procediera de instancias autonómicas (no culturales), nacionales e incluso internacionales, dada la coincidencia mantenida por las instancias locales y autonómicas en materia cultural; hecho éste derivado del particular sistema de protección que tiene Toledo, donde Ayuntamiento y Consejería de Cultura (de diferente signo político) actúan conjuntamente a través de la Comisión Especial de Toledo. En cuarto lugar, el arrojo, constancia y valentía de las personas que en todo momento han sostenido un constante movimiento de protesta y reclamación, en especial Justo López y la Plataforma por Toledo, verdaderos artífices del éxito patrimonial conseguido.

La zona objeto de la controversia, la denominada Vega Baja, forma parte del entorno de protección del conjunto histórico de Toledo, caracterización ésta que se mantiene desde que en la década de los sesenta se procediera de forma pionera y muy avanzada a delimitar la ciudad histórica de Toledo a través de las Instrucciones de la Dirección General de Bellas Artes de 1965, modificadas en julio de 1968. En estas Instrucciones, la zona de la Vega Baja era considerada como parte integrante de la zona de respeto, para la cual se preveían una serie de condiciones en cuanto a su uso y posible transformación urbana ( “Serán permitidos los usos que autoriza el plan de Ordenación de 1943, excepto en la zona de la Vega y accesos de la carretera de Madrid, cuya conservación paisajística y delimitación de uso será la que corresponde a la zona de los Cigarrales. Para ello y con la finalidad de conservar el paisaje de Vega, se podrá autorizar, de acuerdo con el Plan de Ordenación citado, edificar en la zona al norte de la carretera de Ávila (actual barrio de Palomeras), terminar la construcción del barrio de los Bloques del Paseo de la Reconquista, y el resto, conservado como parque natural o zona de explotación agrícola, servirá de fondo y protección a la zona arqueológica del circo romano”) . Si bien se trata de una zona de alto valor paisajístico en cuanto parte del contexto territorial de Toledo, también existen en la misma importantísimos restos arqueológicos (puestos de manifiesto en toda su potencia a partir de las catas realizadas por el Ayuntamiento en el 2001) tanto romanos, relacionados con el cercano circo, como visigodos, ya que en esta zona podría estar situada parte de la urbs regia, capital del reino visigodo

Con la llegada de la democracia y la promulgación de la vigente ley de Patrimonio Histórico español de 1985, los diferentes instrumentos urbanísticos desarrollados sobre la ciudad de Toledo (primero el Plan General Municipal de Ordenación Urbana –PGMOU- de 1986 y luego el Plan Especial del Centro Histórico de Toledo –PCHT- de 1998) asumirán en líneas generales los contenidos de las Instrucciones de 1968, incluyendo las delimitaciones y ampliando y desarrollando los contenidos urbanísticos o de ordenación sobre las mismas. Por lo tanto, el objetivo de protección paisajística sobre la zona se va a mantener en sus aspectos más importantes. Hay que señalar también, y de forma muy relevante, que la declaración de Toledo como Patrimonio Mundial en 1986 se va a fundamentar en los límites y objetivos de protección presentes en las referidas Instrucciones y perpetuados por los instrumentos urbanísticos comentados.

No obstante, en los últimos años se van a producir en esta zona de la Vega Baja dos iniciativas ciertamente contradictorias: por un lado, la declaración como BIC del yacimiento arqueológico de la Vega Baja (Decreto 71/1992, de 28 de abril) y, por otro lado, el inicio de un proceso de transformación urbanística, iniciado a partir de la cesión en 1997 al Ayuntamiento de Toledo de la antigua fábrica de armas, propiedad del Ministerio de Defensa, para convertirla en sede universitaria. A cambio, el Ayuntamiento procedió a recalificar parte de los terrenos adyacentes a la fábrica, permitiendo al Ministerio de Defensa la construcción de unas 1000 viviendas. Dos años más tarde, en 1999, el Ayuntamiento comprará a Defensa esos terrenos para posteriormente revenderlos, posibilitando así su definitiva urbanización. Para ello creará la empresa Municipal Vega Baja, quien será la encargada de llevar acabo las operaciones inmobiliarias necesarias en la zona, conjuntamente con otras empresas privadas.

La posibilidad de emprender la urbanización de toda esta zona, al margen de ampararse en la confusa o parece que interpretable determinación urbanística de los instrumentos de planeamiento antes citados, se verá plenamente legitimada con el inicio de la tramitación en el 2005 del nuevo Plan de Ordenación Municipal (POM) (aprobación inicial el 2 de junio de 2006) que consagra y permite la construcción de al menos 1300 viviendas en la zona, construcción ésta que empieza a hacerse visible en ese mismo año y principios del 2006. Un hecho a destacar es que todas las propuestas de actuación en la zona, así como la tramitación del POM, ha contado con el apoyo de los dos partidos mayoritarios en el consistorio de Toledo, PP y PSOE, siendo tan sólo el representante de IU el que manifieste en todo momento su rotunda oposición tanto a la urbanización de los terrenos como al POM.

Será en estos momentos, ya en los primeros meses del 2006, cuando era más que constatable que la extraordinaria riqueza arqueológica y paisajística de la zona iba a ser definitivamente alterada y destruida, cuando se articula y proyecta la movilización social e institucional en torno a la defensa de la Vega Baja, desarrollada muy especialmente en los primeros meses de 2006. De las muchas iniciativas puestas en marcha queremos destacar, por un lado, las llevadas a cabo por organismos e instituciones de defensa del Patrimonio Histórico en nuestro país y, por otro lado, las realizadas por la Plataforma por Toledo.

- Comunicado en defensa de la Vega Baja de Toledo firmado por todas las Reales Academias de Bellas Artes, reunidas en su IV Congreso en Sevilla los días 24 al 27 de mayo de 2006.

- Informe y comunicado de ICOMOS (20 de mayo de 2006 y 17 de abril de 2006, respectivamente), así como numerosas reuniones con diferentes instancias administrativas.

- Apoyo de la Real Fundación de Toledo, en especial la intervención de su presidente Gregorio Marañón, el 2 de marzo de 2006, a favor de la preservación de la Vega Baja y en contra del POM el día de la entrega de los premios de la Real Fundación y ante el Rey, la Ministra de Cultura y demás autoridades de la región.

Por lo que respecta a la acción ciudadana, destacar la labor de denuncia a través de los medios de comunicación, realizada por la Plataforma por Toledo, liderada por Justo López, así como el llamamiento social para adherirse al Manifiesto por Toledo de 15 de mayo de 2006.

La denuncia pública de estas actuaciones provocará la intervención directa del Presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, quién personalmente ordenará el 26 de julio de 2006 paralizar las obras de urbanización en la zona y el inicio de una investigación en profundidad de los restos existentes para a partir de ahí acometer la protección integral de lo existente. En esta decisión es importante señalar la implicación del gobierno nacional y de la propia UNESCO.

La paralización de las obras de urbanización de la Vega Baja constituye, volvemos a señalarlo, uno de los acontecimientos patrimoniales más relevantes acaecidos en España en los últimos años, por lo que debemos agradecer a las personas e instituciones que han promovido la reivindicación (también al Presidente de Castilla la Mancha por su valentía al paralizar las obras) su esfuerzo y dedicación. A partir de ahora deberemos estar atentos a los instrumentos y mecanismos de protección puestos en marcha sobre la zona, por ahora centrados (al margen de las modificaciones que puedan introducirse en el POM) en la ampliación de la zona arqueológica ya declarada desde 1992 (Resolución de 18 de octubre de 2006, de la Dirección General de Patrimonio y Museos, de la Consejería de Cultura, relativa a la incoación de expediente de ampliación de la declaración, con categoría de zona arqueológica, del bien de interés cultural, denominado «Yacimiento arqueológico de la Vega Baja», Toledo).

OBSERVATORIO DEL PATRIMONIO HISTÓRICO ESPAÑOL