1.- Presentación
El día 30 de mayo de 2006, la Plataforma Salvemos la Vega presentó ante la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía una solicitud formal en la que se instaba a la administración competente a incoar el expediente de declaración de la Vega de Granada como BIC, bajo la tipología de Sitio Histórico. Si bien esa solicitud fue recibida satisfactoriamente tanto por esa Delegación como por la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, no ha sido atendida formalmente, por lo que no se ha procedido a incoar el expediente solicitado.
La reciente publicación de un nueva ley de Patrimonio Histórico en Andalucía en noviembre de 2007 y la inclusión en ella de una figura de protección, la zona patrimonial , mucho más acorde con los valores patrimoniales de la Vega de Granada, nos brinda la ocasión para reiniciar el movimiento ciudadano en defensa de este excepcional espacio cultural, en este caso a través de una nueva solicitud de incoación de expediente de BIC, ahora no como Sitio Histórico sino como zona patrimonial. Ésta presenta la ventaja de que es posible establecer un órgano de gestión propio y supramunicipal, el Parque Cultural, lo cual sería muy apropiado para la ordenación y protección de la Vega de Granada.
Por esta razón, y en virtud de los argumentos que a continuación exponemos, desde la Plataforma Salvemos la Vega y el OPHE queremos solicitar tu adhesión y apoyo personal a la propuesta de declaración de la Vega de Granada como Zona Patrimonial. Esta adhesión, además de ser publicitada a través del OPHE (Observatorio del Patrimonio Histórico Español) y los medios de comunicación, será transmitida a la Delegación Provincial de Cultura de Granada para que conste como refuerzo y legitimación social de la declaración solicitada.
2.- Valores Patrimoniales de la Vega de Granada
La Vega de Granada, a pesar de la disparidad de espacios que la componen, la desigual ocupación y explotación agrícola de la que es objeto, así como la diversidad de localidades a las que afecta (Granada, Cájar, Santa Fe, Pinos Puente, La Zubia, Gójar, Dílar, Armilla, Pinos Genil, Fuente Vaqueros, Láchar, etc.) dispone de una indiscutible unidad patrimonial propiciada tanto por sus características morfológicas y productivas (la red hidrográfica en torno al río Genil se ha convertido en el elemento físico aglutinador de todo el ámbito, entre otras razones, por estructurar las unidades de relieve y por incidir en la disposición de los asentamientos urbanos tradicionales) como sobre todo por el incuestionable reconocimiento social y ciudadano como un territorio diferenciado y unitario.
Este reconocimiento social, fundamental para reclamar la protección de la Vega, se asienta o es resultado de la identificación de una serie de valores muy amplia y de muy diferente naturaleza tanto culturales como naturales: el río Genil y sus diferentes afluentes; los suelos aluviales de excelente fertilidad agrícola; masas arbóreas muy diversas, en especial las choperas; los vestigios arquitectónicos, técnicos y espaciales de la malograda industrialización emprendida en torno a la remolacha en la primera mitad del siglo XX (azucareras como la del Genil o San Isidro en Granada y las de San Pascual y Nuestra Señora del Carmen en Pinos Puente son magníficos ejemplos del riquísimo patrimonio industrial de la Vega), así como del sistema de comunicaciones generado por dicho proceso (a destacar, por ejemplo, los puentes metálicos sobre el río Genil en Lachar o sobre el río Cubillas en Pinos Puente y el Puente de los Vados en Granada); la valiosa composición o modulación territorial dibujada por la red hidráulica a lo largo de todas las fases históricas, con numerosos restos constructivos (Partidor en Alitaje, Azud de la Media Luna y Molino de Santa Matilde en Pinos Puente, Acequia del Molino Nuevo y Molino de la Aurora en Otura, Azud sobre el Cubillas en Atarfe, etc.); los importantes restos arqueológicos (Medina Elvira en Atarfe, Cerro de la Encina en Monachil, Torre de Roma en Romilla, Chauchina, Villa romana del Cortijo del Canal en Albolote, etc.); el relevante y diverso patrimonio arquitectónico y urbano de las diferentes localidades que ocupan la Vega (algunos de los inmuebles declarados BIC son el conjunto histórico de Santa Fe, la Iglesia parroquial de la Encarnación de Albolote, El palacio del Cuzco y la iglesia parroquial en Víznar, los Baños Árabes de Churriana de la Vega, el Torreón y Baptisterio de las Gabias, Puente de la Virgen en Pinos Puente, la Iglesia de Santa Ana de Los Ogíjares, los Baños árabes y la iglesia parroquial de la Zubia, etc.); la enorme variedad y riqueza de la arquitectura agrícola o rural (sólo en la Vega de Granada podemos citar entre cortijos, huertas o explotaciones agrícolas semejantes la Huerta del Tamarit, la Casa de la Marquesa, la Casería de la Checa, el Cortijo de los Prados, el Cortijo de los Linazos, Cortijo de Tarramonta, el Cortijo del Cobertizo, el Cortijo del Rector, el Cortijo de Taifa y un largo etcétera); el interés y diversidad de las actividades, usos, técnicas, conocimientos y demás bienes intangibles asociados, sobre todo a las diferentes formas de explotación agrícola de la Vega; la ejemplarizante y catártica presencia de Federico García Lorca, cuya partida a la capital, pero regreso permanente a su familiar Asquerosa (Valderrubio) simboliza muy bien qué es y que queremos que siga siendo la Vega… Valores y bienes muy relevantes y destacados que, no obstante, se diluyen ante la potencia del conjunto, de la unidad resultante de su imbricación e interrelación, que hacen del paisaje, sitio o lugar en su globalidad el principal y verdadero argumento patrimonial de la Vega de Granada.
3.- Peligros que acechan la Vega
Hace diez años una exposición recorría los 32 municipios que conforman la aglomeración urbana de Granada. En ella se resumía la investigación que el diagnóstico del Plan de Ordenación Territorial de la Aglomeración Urbana de Granada (POTAUG) hacía sobre el modelo de crecimiento irracional, despilfarrador de recursos naturales y ambientales y, además, poco eficaz para resolver los problemas de los ciudadanos que había imperado hasta entonces. El diagnóstico llevaba la firma de los responsables municipales y de otras administraciones provincial y autonómica.
Recordamos algunos de los datos que ofrecía el diagnóstico citado. El planeamiento urbanístico de 1996 permitía en la aglomeración urbana la construcción de más de 167.000 viviendas, pasando en la periferia de la aglomeración a cuadruplicarse el número de viviendas, al pasar de 59.500 a las 206.500 totales. Concluían los redactores diciendo que si se construyeran todas las viviendas que permitía el planeamiento urbanístico la aglomeración urbana de Granada tendría viviendas como para albergar una población de 800.000 habitantes. Es decir, prácticamente la población de toda la provincia de Granada en esas fechas. Por otra parte, en lo referido a la Vega de Granada, se ofrecía un dato preocupante: cada año se perdían 200 hectáreas de vega, es decir, de unos suelos con grandes valores ambientales y de los más productivos de toda Europa. En ese dato no se recogía las construcciones ilegales.
Para cambiar esta situación insostenible el POTAUG ofrecía unas bases y una serie de actuaciones que acabarían con este caos urbanístico y esta destrucción de recursos productivos y ambientales. Muchos ciudadanos pensamos que a partir de ahora las cosas cambiarían.
Diez años después de aquellas críticas, y después de varios años de puesta en marcha del POTAUG, la esperanza se desvaneció. La especulación urbanística que planeaba sobre todo el territorio español hacía mella en la vega, desapareciendo gran parte de ésta, incluso la pequeña parte que el POTAUG había protegido. Demostraba este hecho un estudio reciente (2006) encargado por la Diputación de Granada al Departamento de Expresión Gráfica en la Arquitectura y la Ingeniería de la Universidad de Granada. Afirmaba este trabajo, dirigido por David Fernández Caldera, que el Cinturón sigue su expansión incontrolada, consumiendo terrenos, en muchas ocasiones protegidos, para la construcción de viviendas que crecen un 130% más que el aumento demográfico de los municipios. Otro dato preocupante que arrojaba el estudio es que entre 1999 y 2003 se habían perdido un 39 por ciento de espacios protegidos debido al aumento de superficie urbanizable, lo que se cuantificó en unas 4.000 hectáreas aproximadamente. En unas 18 veces más respecto a 1984 cifraba el estudio la superficie de Vega que se había perdido durante el periodo de tiempo anteriormente citado.
Al margen de estos datos, si nos centramos en el análisis de planes generales de ordenación urbanística (PGOU), construcciones de infraestructuras y otras actuaciones políticas de ayuntamientos y otras administraciones concluimos que la Vega corre serios peligros. Veamos los principales.
Las infraestructuras viarias proyectadas en el área metropolitana. Citamos como ejemplo la segunda circunvalación y la Variante exterior de Granada N-323. E-902. Ésta última destruirá varias áreas de vega de altísimo valor productivo y excepcional valor ambiental entre las que se encuentran el entorno de las Madres de Rao entre Atarfe y Santa Fe. Todo esto posibilitará el surgimiento de construcciones de todo tipo a lo largo de estas infraestructuras (la prensa anunciaba que se prevén ya 30.000 viviendas en torno a estas vías). Aparte, estas infraestructuras provocan abandonos de tierras debido a las expectativas que se crean de recalificación de suelo rústico a urbano. La Vega Oeste que hasta ahora había sufrido menos los embates de la especulación urbanística puede sufrir un duro golpe cuando concluyan las infraestructuras anunciadas.
La falta de disciplina urbanística en los municipios y que permite en la práctica miles de construcciones ilegales en la vega a lo largo de todo el área metropolitana. En Granada hay contabilizadas más de mil, en Albolote cerca del millar, en Churriana de la Vega superan las 300... Hasta ahora no sólo no ha habido ningún tipo de actuación administrativa que pare estas irregularidades, es peor, muchas de ellas han sido legalizadas.
Los Planes Generales de Ordenación Urbanística (PGOU) de los municipios metropolitanos anuncian construcciones masivas en los bordes de la Vega. Sólo los macroproyectos anunciados (Gójar-Dílar, Otura, Las Gabias, Santa Fe, Atarfe, Albolote y Monachil) ligados a campos de golf, con centros comerciales, geriátricos, hoteles e incluso iglesias suponen la recalificación de varias decenas de millones de m2 y la construcción de decenas de miles de viviendas. Pongamos como ejemplo dos municipios; Las Gabias y Atarfe. Ambos con menos de 5.000 viviendas en 2001 tienen previstos en sus planes de ordenación urbana construir unas 20.000 viviendas el primero y 22.000 el segundo. Todos estos proyectos son un peligro para la Vega porque aunque estén en los bordes, la movilidad de la población y las actividades económicas necesitarán mejores infraestructuras que las enlacen con la capital y ello ha de pasar necesariamente por la Vega. De hecho con los proyectos actuales ya están las carreteras colapsadas y los ayuntamientos demandando más vías de comunicación hacia la capital.
Todo esto crea además unas expectativas de venta de tierras a un alto precio que afectan muy negativamente a la agricultura ya que cada vez es mayor el número de abandono de riquísimas tierras de labor y resulta casi imposible que los agricultores puedan comprar tierras para cultivar por los precios desorbitados de éstas. Son tierras rústicas con precios urbanos.
4.- La esperanza de la Vega: protección y dinamización
No podemos terminar sin atisbar la esperanza. La Vega puede sobrevivir si hacemos de ella una fuente de riqueza y trabajo. Desde distintos sectores sociales (sindicatos agrarios, cooperativas agrícolas, asociaciones metropolitanas, técnicos y algunos organismos de la administración) pensamos que es posible. Para ello tenemos que trabajar sobre dos ejes fundamentales:
El primero, mediante la aplicación de una figura de protección efectiva que sea capaz de preservar este espacio agrario conformado a lo largo del río Genil y sus afluentes metropolitanas; Dílar y Monachil fundamentalmente. De las figuras de protección existentes tanto en la ley nacional como autonómica de Patrimonio Histórico proponemos que se utilice la de Sitio Histórico, ya que su condición de lugar diverso (puede ser un espacio natural o construido) e indefinido (puede tener la amplitud que adquiera sobre el territorio el bien en cuestión, incluso de forma discontinua), así como la variedad de valores que acoge (histórico, antropológico, etnológico, paleontológico, artístico, científico, social o técnico si sumamos los valores reconocidos en la ley nacional y autonómica), permiten adaptarla y aplicarla muy bien a la dimensión territorial y a la fusión de masas patrimoniales que dispone la Vega de Granada. Además, esta figura resulta muy pertinente si tenemos en cuenta la práctica administrativa de la Consejería de Cultura y su cada vez más amplia utilización (Cuenca Minera del Río Tinto, El Rocío, Lugares vinculados a Juan Ramón Jiménez en Moguer (Huelva), Alpujarra Media Granadina y la Taha, etc.). Otro argumento a favor de esta figura es su condición de bien inmueble de conjunto, lo que significa que la protección se determina a través del planeamiento, hecho éste imprescindible dada la dimensión territorial que presenta y los numerosos contenidos urbanísticos a ordenar.
El segundo, un plan de dinamización integral en el que ya se está trabajando desde la Plataforma Salvemos la Vega. La Vega de Granada siempre ha sido un espacio dinámico que ha ido cambiando a lo largo de su historia dependiendo de los cultivos que hacían posible su supervivencia. Por tanto, cualquier figura de protección debe tener en cuenta este hecho. A partir de ahí nosotros abogamos por un plan de dinamización que ponga en valor la Vega ante los habitantes que viven en torno a ella, Una forma de acercar precisamente a los ciudadanos sería, por ejemplo, mediante una red de huertos familiares, escolares y terapéuticos para ancianos. La base económica de este plan es la apuesta agrícola con la producción de cultivos de calidad ecológica con el mínimo recorrido comercial entre productor y consumidor. También abogamos por dinamizar el turismo rural a partir de la red de cortijos que hay a lo largo de la vega. Importancia crucial tendría en este plan la reforestación de las arterias de la vega; los ríos. La recuperación del paisaje y de la vida animal en sus riberas conformaría un espacio de ocio para disfrute de los ciudadanos y un laboratorio de conocimiento del medio para todos los escolares de la aglomeración urbana de Granada. Por último, abogamos también por dinamizar culturalmente este espacio. El Centro de Interpretación de la Vega, el museo etnológico de la Vega, el Centro bibliográfico sobre temas de la Vega y un catálogo con los bienes culturales que podemos encontrar en los diferentes pueblos son algunas de las ideas que proponemos en el Plan de Dinamización de la Vega de Granada. Lógicamente, nada de esto es posible sin contar con la voluntad política de las distintas administraciones. Merece la pena trabajar por conseguirlo.
Granada, 9 de octubre de 2008
José Castillo Ruiz
Director del Observatorio del Patrimonio Histórico Español (OPHE)
Representante de la Plataforma Salvemos la Vega |