La Villa de la Orotava se encuentra situada al norte de la isla de Tenerife (Archipiélago canario), siendo lugar de celebración de una de las manifestaciones más singulares de la isla como es, la realización de las alfombras del Corpus Christi elaboradas con flores y arenas volcánicas.

El reconocimiento de la importancia de esta tradición llevó a la incoación del expediente para su declaración el 20 de octubre de 2004 por resolución de la Consejería de Cultura, Patrimonio Histórico y Museos del Cabildo Insular de Tenerife. Culminando este proceso el 15 de mayo de 2007 con la declaración de Bien de Interés Cultural con categoría de ámbito insular, según la Ley 4/1999 de 15 de marzo, de Patrimonio Histórico de Canarias que establece que sean declarados B.I.C. con arreglo a la categoría de ámbito insular:

“las manifestaciones de la cultura popular, arraigadas o en peligro de extinción que contengan valores presentes en una isla”.

Esta costumbre data de 1847 y tiene su origen en la Fiesta de las Flores , heredera directa de una ofrenda floral realizada por Doña Leonor del Castillo ante la Casa Monteverde y que se incorporó después a la celebración del Corpus de la localidad.

Se lleva a cabo durante el octavo día de la festividad, disponiéndose las alfombras florales por el recorrido procesional que transcurre por las calles más importantes de la localidad ( Colegio, Carrera, Tomás Pérez e Inocencio García), en las que se disponen 34 alfombras y a las que se añade una última alfombra de arena cuyo origen data de 1912 y que se sitúa en la plaza del ayuntamiento.

Una de las características principales es la gran participación del pueblo, ya que es la población misma y no artistas profesionales, los que confeccionan y realizan las alfombras, diferenciándose dos tipos: el tapiz y el corrido.

El primero de ellos tiene forma figurativa, los temas suelen ser religiosos, en consonancia con la Consagración Eucarística, y tratados con calidades plásticas para distinguirlos de los segundos, composiciones geométricas formadas a partir de moldes y que se repiten entre los tapices.

Esta distinción entre tapiz y corrido pudo estar en su origen vinculada con una diferenciación social. Así, las clases altas se habrían encargado de la realización de los tapices, que además situarían frente a sus casas, dejándose para las clases bajas, a las que se suponía faltas de capacidades para su elaboración, los corridos.

Originariamente, sólo se utilizaban flores y elementos vegetales de diferentes tonalidades como el maíz, musgo, etc., pero en 1912 debido a la gran importancia que supuso la construcción del Ayuntamiento, se planteó la necesidad de hacer un cambio en el recorrido procesional para que ésta pasara por la plaza del mismo, en la cual se confeccionaría una nueva alfombra, esta vez de tierras volcánicas del Teide debido a su gran extensión.

La realización de la misma se le adjudicó de por vida al artista más prestigioso de la villa, Felipe Machado, que introdujo las tierras, así como conchas, troncos, etc. Pero la gran innovación se debe a su nieto, el arquitecto Tomás Machado Méndez, que aplicó las leyes de la perspectiva para mejorar la representación, con motivo de la celebración del Centenario del nacimiento de las alfombras en 1947, mientras que la riqueza cromática la introdujo Pedro Hernández Méndez gracias al hallazgo de un filón de tierra blanca que permitió la creación de transparencias, sfumatos y una gama más amplia de tonalidades.

La fama adquirida por esta festividad ha llevado a la Asociación de Alfombristas de la Orotava, encargada de conservar y difundir esta manifestación de arte efímero, a viajar a San Antonio en Texas (Estados Unidos), con motivo de la celebración del aniversario de los 275 años de su fundación.

[Cristina Moreno Fernández. OPHE]

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Documentación

[25.05.2007] Decreto 100/2007, de 15 de mayo, por el que se declara Bien de Interés Cultural, con categoría de ámbito insular, "Las Alfombras del Corpus de La Orotava", en la Isla de Tenerife [Boletín Oficial de Canarias]