Pese al importante papel que juega el patrimonio histórico en la sociedad española, el desconocimiento por parte de la misma de la realidad que atañe a los bienes integrantes del mismo, es un hecho indiscutible que sufre este campo de forma preocupante. Esto se debe a la falta de una política de difusión adecuada, dirigida a todos los sectores de la sociedad, ya sean investigadores, profesionales en materia de patrimonio histórico, o simplemente ciudadanos de a pie que no dedican su actividad profesional al patrimonio, pero cuyo interés por el mismo es apreciable. Así, en general para conocer los datos de las declaraciones realizadas por las administraciones competentes, se ha de recurrir a la consulta de boletines oficiales publicados por las Comunidades Autónomas y el Estado en los que se mezcla información de todo tipo y cuyo manejo es en muchos casos complicado, pues no existe ningún tipo de publicación que se dedique en exclusiva a los bienes declarados. Es por ello, que no tenemos una visión real de lo que acontece en nuestro país con los bienes que forman parte de nuestra cultura, pues la difusión que se hace de este campo es esporádica en noticias recogidas en periódicos, televisión, etc, siendo una información que en la mayoría de los casos esta elaborada por profesionales ajenos a los procedimientos necesarios para la declaración de un bien y que transmiten una información errónea que lleva en muchos casos no a la información de la sociedad, sino a la confusión de la misma.

Por ello, desde el Observatorio del Patrimonio Histórico Español, con la intención de difundir y transmitir esta realidad al conjunto de la sociedad, hemos visto la necesidad de realizar un registro de los bienes que se van incorporando anualmente, mediante su reconocimiento por medio de su declaración como Bienes de Interés Cultural o figuras similares, al conjunto de bienes ya declarados, para elaborar a continuación un serie de informes también con carácter anual que muestren la realidad patrimonial en cuanto a la protección que se hace de los mismos mediante su declaración y poder transmitirlo a la sociedad en su conjunto de forma adecuada y accesible. Igualmente, destacamos una serie de declaraciones que nos parecen relevantes por su singularidad, ya sea por la notabilidad del bien declarado o bien por la peculiaridad del proceso que ha llevado a su declaración para mostrar así, la diversidad de bienes que integran el conjunto del patrimonio histórico español.