Recensión 01
Candace
Slater:
City
steeple. City streets. Saints tales
from Granada and a changing Spain.
Berkeley/Los
Ángeles/Oxford, University
of California Press, 1990.
Por Rafael
Briones Gómez
Cuando
cayó en mis manos este libro
de Candace Slater, City Steeple, City Streets («Campanarios
y calles de la ciudad») confieso que quedé defraudado porque,
a primera vista, sus aportaciones me parecían pobres e insignificantes.
Por otra parte, me intrigó el ver cómo la figura del frailecico
capuchino podía haberse convertido en tema de estudio e investigación
en la universidad norteamericana. Las únicas publicaciones conocidas
sobre Fray Leopoldo son la biografía escrita en 1970 por su
correligionario
Fray Ángel de León, Mendigo por Dios. Vida de Fray Leopoldo
de Alpandeire, y un artículo que yo mismo publiqué en
1990, en Gazeta de Antropología, «La romería
de los favores: el día nueve en Fray Leopoldo». La primera
publicación está hecha desde la óptica y los intereses
de la institución capuchina, desarrollando la biografía del
fraile tan popular en Granada, para realzar el camino de la
espiritualidad
capuchina. Lectura en clave espiritualista, clerical e institucional de
un fenómeno que en la historia se dio como insignificante y casi
opuesto a dicha institución. Fray Leopoldo estaba ya en el panteón
popular desde sus últimos años de vida, cuando parece ser
que en el convento se le tenía en último lugar, sin apreciar
mucho su labor. La biografía de Fray Ángel de León
intenta recoger al Fray Leopoldo mitificado por el pueblo y recuperarlo
para la institución, haciendo una relectura en la clave del catolicismo
oficial. Este cambio de táctica de los frailes capuchinos y de la
iglesia oficial se verá a los dos años de la muerte de Fray
Leopoldo. Tras su muerte, acaecida el 9 de febrero de 1956, el 31 de
mayo
de 1958 sus restos serán trasladados a la antigua iglesia conventual,
donde aún están, en una cripta especial que se hizo en la
nueva iglesia en 1969. En 1961, el 26 de junio, el Excmo. Sr. Arzobispo
de Granada inició su proceso de beatificación y canonización.
Por último, la biografía se escribe en 1970. Desde 1958 los
frailes capuchinos también editarán un boletín bimestral, Fray
Leopoldo, con la referencia de los favores y milagros del fraile.
En el
artículo a que me he referido
tomé la devoción a Fray Leopoldo como un caso representativo
de la religión popular, en su vertiente utilitaria de búsqueda
de salvación, haciendo una descripción etnográfica
del ritual de los días nueve de cada mes, en la cripta de
Fray Leopoldo, y apuntando algunas hipótesis sobre el funcionamiento
de este tipo de religiosidad no oficial ni culta, que se caracterizaría
por un tipo de relación de contrato interesado con lo sagrado, en
que se da algo para recibir una salud integral, en aquellas zonas
difíciles
o desahuciadas por la técnica. En un artículo posterior,
presentado en el V Congreso de Antropología en Granada y pendiente
de publicación, hice ver cómo existía una especie
de constelación de religión popular utilitaria, formada por
una serie de devociones o mediaciones religiosas, variadas en lo
superficial,
pero que tendrían todas un parecido esquema. A estas mediaciones
corresponderían una serie de devotos o clientes que tendrían
unas características determinadas de sexo, edad, extracción
socioeconómica y nivel de instrucción. Un rasgo que abarcaría
a todas estas características sería el hecho de que los clientes
de esta religiosidad se sitúan, tanto en el ámbito de la
iglesia católica como de la moderna sociedad occidental, en los
márgenes. Recientemente, estamos avanzando en la verificación
de estas hipótesis, relacionando esta constelación de clientes
de Fray Leopoldo con el fenómeno del curanderismo en Andalucía
oriental, del que nos estamos ocupando en estos momentos. Porque, en
las
salas de espera de los consultorios y en las capillitas o lugar de
operación
de los curanderos que llevamos entrevistados, Fray Leopoldo está
ineludiblemente entre la cohorte de santos, vírgenes y cristos,
en forma de estampas, estatuillas o cuadros, que los clientes regalan a
los curanderos y que ellos van acumulando. Son los santos de esta
constelación
de la salud integral y del bienestar humano logrado por el recurso a lo
divino por medio de los intermediarios. Es el ámbito de la profecía,
la curación de naturaleza variada en el cuerpo y en el espíritu,
las intervenciones divinas que superan las leyes físicas y, en general,
la satisfacción de las necesidades humanas.
Visto,
pues, desde la óptica del análisis
antropológico de la religión popular, el libro de Slater
es pobre. Falta una interpretación del fenómeno religioso
popular que encarna Fray Leopoldo. Pero, tras la lectura detenida, hay
que reconocer que a la autora no le interesa en primera instancia la
religión
como fenómeno cultural. El libro utiliza el caso de Fray Leopoldo
para plantear una problemática teórica de gran importancia
para la cultura popular y para la teoría antropológica. Se
trata de la tradición oral respecto a Fray Leopoldo. La autora conoce
muy bien la bibliografía de las leyendas y relatos de los santos,
habiendo investigado y escrito previamente obras sobre literatura de
cordel
piadosa en Brasil. Concretamente, ha estudiado las narraciones en torno
al padre Cícero Româo Batista (1844-1934), una figura de gran
importancia en el noroeste de Brasil. No le interesan las funciones
sociales
que la devoción a Fray Leopoldo tiene en la actualidad. Por eso
no busca los milagros o favores que la gente dice realiza Fray Leopoldo
tras su muerte. Lo que le interesa son los datos sobre la
reconstrucción
de la historia de Fray Leopoldo por la tradición oral. Y los relatos
de santos no sólo los estudia desde un punto de vista
lingüístico-literario,
que es el de su especialidad, sino también etnológicamente,
analizando sus incidencias culturales. Por eso el estudio de la
tradición
oral será un modo de estudiar la cultura. En el caso de Fray Leopoldo
la autora verá en el material oral recolectado un reflejo de la
España franquista, de la postura de la Iglesia, de la modernización
y del cambio, así como de la estructura social.
Pero
vayamos al detalle en la presentación
del libro que pretende esta amplia recensión. Y empiezo por resaltar
positivamente la metodología cuidada. El trabajo de campo que se
realizó desde enero a agosto de 1984, con una más breve estancia
en el verano del 86, para confirmar y completar datos, ha sido intenso
y fructífero en la recogida de materiales. Parece suficiente a pesar
de tratarse de una extranjera, dado que la autora es profesora de
español
y portugués en la Universidad de California (Berkeley) y que, por
lo tanto, domina muy bien el idioma hasta en matices que se traslucen
en
el texto. Slater dice disponer de cincuenta horas de grabación y
casi seiscientas páginas de notas de campo. Se trata de testimonios
sobre Fray Leopoldo de personas diferentes y de duración variada.
A veces se trata de frases cortas sobre la vida de Fray Leopoldo, otras
de narraciones más largas y elaboradas. La forma de realizar esas
entrevistas --según nos cuenta la autora en la introducción,
muy rica en notas metodológicas y técnicas, cosa rara en
muchas de las etnografías de los antropólogos a pesar de
que en muchas ocasiones tras la lectura de las mismas nos gustaría
saber más sobre el proceso metodológico-- fue muy variada,
y consistió en un vagabundeo de campo que daba pie a encuentros
y confidencias sobre Fray Leopoldo de intensidad variada. Es de alabar
la habilidad de la investigadora para meterse en todos los intersticios
de la sociedad granadina, para buscar las situaciones adecuadas y los
informantes
bien situados en una red social fecunda. De todo ello nos da cuenta la
autora en su introducción y queda como estímulo y modelo
para otros investigadores. La utilización y explotación de
los materiales en el análisis y en el texto final son dignos de
elogio. Los textos que se citan están acompañados de las
coordenadas de la persona. Hay abundancia de citas que ilustran muy
bien
la teoría que se va desarrollando. Prueba de lo concienzudo de la
autora en su metodología es cómo se excusa de poder ofrecer
una transcripción fonológica de las entrevistas elegidas
para el apéndice B como más representativas. Es de
elogiar, igualmente, el apéndice A, en que se hace una
comparación
de las fuentes que utiliza la autora sobre acontecimientos
extraordinarios,
viendo cómo estos acontecimientos son citados por la biografía,
por los artículos del proceso de canonización o por los testimonios
de la tradición oral grabados, clasificándolos y diciendo
el número de veces que en la tradición oral se alude a ellos.
Respecto
al contenido y conclusiones del libro,
se afirma que las narraciones, cuentos y leyendas sobre la vida de los
santos constituyen un género literario y etnológico particular,
cuyas características en el caso de Fray Leopoldo se ponen de
manifiesto
y se analizan, pero que serían extensibles a otros casos. Por eso
el libro pretende aportar a la teoría general de las leyendas de
santos el hecho de su pluralismo, su posición de enfrentamiento
con la autoridad institucional y su dimensión temporal totalizante,
que engancha el pasado y el futuro desde el presente. Las leyendas
muestran
cómo la tradición enfrenta y hace dialogar a los individuos
y a las instituciones. Al mismo tiempo, las historias sobre Fray
Leopoldo
ilustran la tensión entre los conceptos de «oficial»
y «popular», «secular» y «sagrado»,
«oral» y «escrito» y la naturaleza compleja pero
esencial de lo que llamamos «pasado».
En el
plano metodológico hay que resaltar
la riqueza, la actualidad y la amplitud de información teórica
de la autora. En su trabajo de campo tomó contacto con casi todos
los investigadores de esta temática general en la antropología
española. Las referencias bibliográficas demuestran que conoce
bien las fuentes. Igualmente hay que alabar su conocimiento
bibliográfico
de los restantes temas teóricos tocados en el libro (hagiografía,
leyendas, tradición oral, folclore, religiosidad popular, Andalucía,
etc.).
El libro
está dividido en seis capítulos.
El primero presenta el fenómeno de Fray Leopoldo, tanto en su vida
como en el hecho de su devoción, centrándolo en el contexto
de Granada y de la moderna España. Subraya como importante para
España, en el siglo veinte, la relación entre la Iglesia
y el Estado. Este capítulo tiene su valor como divulgación
para lectores extranjeros que no conocen nada de España, pero adolece
de profundidad en sus análisis y se basa en datos o postulados previos
que serían discutibles o que saben a tópicos. El capítulo
segundo está dedicado al estudio de la biografía oficial
de Fray Leopoldo, de la que hemos hablado. Presenta las actitudes de
los
distintos sectores de la Iglesia católica oficial respecto al proceso
de beatificación de Fray Leopoldo. Por otra parte, sugiere que esta
biografía de Fray Ángel se parece a otros modelos hagiográficos
en una serie de puntos de baremo de santidad que Fray Leopoldo superó
ampliamente. En el capítulo tercero se inicia el núcleo central
del libro, que son los relatos de los hechos transmitidos oralmente y
que
reflejan una interpretación de los individuos sobre la historia
de Fray Leopoldo. Tras una introducción en que se presenta a los
contadores de historias, se presenta una primera serie de relatos que
la
autora categoriza como «leyendas», que se parecen a la biografía
en que Fray Leopoldo va superando con éxito una serie de pruebas.
En ellos se toma una actitud positiva y de apoyo a Fray Leopoldo. Sus
diferencias
con la biografía son muy notables en el papel más central
que tienen los laicos, en las actitudes variadas (crédulas o
incrédulas)
respecto a los milagros y en los detalles sobre los sucesos que revelan
una cultura menos clerical y más popular. Igualmente, muchos de
estos relatos están cargados de una corriente subterránea
pero fuerte de anticlericalismo. En el capítulo cuarto se analizan
otra serie de relatos catalogados como «contraleyendas», porque,
a diferencia de la biografía y de las leyendas, se trata de relatos
que presentan a Fray Leopoldo puesto a prueba en situaciones difíciles
en que se reclama su ayuda y en que fracasa. La actitud ante Fray
Leopoldo
es de ataque. También reflejan una amplia variedad de posturas ante
los milagros. Coinciden con las leyendas en sus ataques a la autoridad
y a las instituciones, aunque en ellas esto se hace de una manera mucho
más explícita. En el capítulo quinto se pone de manifiesto
cómo muchos de los informantes relatores de leyendas y contraleyendas
utilizan a Fray Leopoldo como excusa y trampolín para tratar y evaluar
el tema de los cambios en España y en Granada, centrándose
en las primeras décadas del régimen de Franco. El capítulo
final trata de cómo en los relatos de Fray Leopoldo se plantean,
más allá de sus funciones manifiestas que serían la
religión como solución a las situaciones de impotencia humana,
de una manera latente, una serie de temas teóricos a los que ya
nos hemos referido, esto es, las dicotomías «popular/oficial»,
«secular/sagrado», «oral/escrito», «pasado/ presente».
Crítica
general: Muy bien la metodología
y el trabajo etnográfico, así como el hacer ver la riqueza
inmensa de la tradición oral. Pero a veces la autora afirma cosas
que pueden ser exageradas en su interpretación, o lo hace de forma
rápida o partiendo de postulados previos. Valgan como ejemplo dos
datos que serían muy discutibles. En la introducción (pág.
1) nos afirma como una de los primeros datos el que Fray Leopoldo es
particularmente
bien conocido en Andalucía y «probablemente el más
conocido de los santos no canonizados de toda España». Es
verdad, según he podido constatar en mi trabajo de campo, que, a
través del boletín de Fray Leopoldo, se reciben ecos de sus
favores de toda España y del extranjero. Pero la afirmación
es un poco exagerada y constituye uno de los fallos grandes del libro
--típico,
por otro lado de algunos investigadores extranjeros, particularmente
norteamericanos,
cuando escriben sobre España--. Se toma la parte por el todo. Se
afirma un tanto gratuitamente que Fray Leopoldo es el caso más
representativo
de un santo popular y también de la España cambiante bajo
el registro de lo religioso y de lo profano. Sus conclusiones son, por
tanto, pretenciosas. Igualmente, en la página 2, nos dice que «la
contemporaneidad de Fray Leopoldo, su incuestionable identidad
urbana...».
No estoy de acuerdo, y yo lo cuestionaría por los datos que tengo.
Aunque ocurra en la ciudad (y Fray Leopoldo se movía mucho también
por los pueblos), creo que su público fue rural y sigue siéndolo,
aunque estén situados en la ciudad. Son los reductos de la cultura
rural presente en las ciudades (si es que se puede trabajar con esta
dicotomía
rural-urbano).
En
resumen, un buen trabajo etnográfico
y una buena sistematización teórica sobre el material empírico,
a propósito de las leyendas en la tradición oral. Bastante
más flojas veo sus aportaciones al fenómeno de la religión
popular o de la evolución política y religiosa de los últimos
cincuenta años en España. Ha querido sacar demasiadas conclusiones
de su estudio y de su material. |