Gazeta de Antropología
Gazeta de Antropología, 2001, 17, artículo 02 · http://hdl.handle.net/10481/7430
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Publicado: 2001-01
Evolución de la diversidad cultural en la sociedad global informacional
Evolution of cultural diversity in the information global society

Pedro Gómez García
Departamento de Filosofía, Universidad de Granada.

pgomez@ugr.es


RESUMEN
La revolución tecnológica, fundada en las nuevas tecnologías de la información, ha desencadenado un proceso de globalización en múltiples dimensiones. Está surgiendo una sociedad mundial, un nuevo modelo de civilización ante el que las culturas tradicionales se sienten en peligro de extinción. ¿Es racional ese temor? Un sondeo aproximativo de la presencia de la diversidad cultural en las páginas de Internet sirve de punto de apoyo para desmentir la presunta homogeneización y las posiciones radicales contra la globalización. Ésta ofrece pluralidad de caras, constituye una realidad ambivalente, a la vez destructiva y creativa, llena de contradicciones pero generadora de grandes oportunidades también para las culturas periféricas y minoritarias. En buena medida, la suerte futura dependerá de la habilidad para integrar las particularidades en el naciente sistema planetario, sin confinar lo particular en el etnicismo y el nacionalismo identitario, y sin pervertir lo global, que debe ser pluralista, en una abstracción sin rostro.

ABSTRACT
The technological revolution, founded in new information technologies, has unleashed a globalization process in multiple dimensions. A global society is arising, a new model of civilization before which traditional cultures feel in danger of extinction. Is this fear rational? A quick survey of the presence of cultural diversity on the web serves to deny the presumed homogenization of globalization and the radical positions against it. The global society offers a plurality of faces; it constitutes an ambivalent reality, at the same time destructive and creative, filled with contradictions but generating great opportunity for outlying and minority cultures. Our outlook for the future depends in good measure on our ability to integrate the peculurarities in the growing global system, without confining ourselves to particular ethnicities or national identites, and without making globalization, which should be pluralistic, a faceless abstraction.

PALABRAS CLAVE | KEYWORDS
diversidad cultural | globalización | evolución social | revolución tecnológica | sistema mundial | cultural diversity | globalization | social evolution | technological revolution | global system


La ciencia, la técnica y la industria, como floración de la cultura contemporánea, están produciendo tales avances en las denominadas nuevas tecnologías que se habla de una revolución con repercusiones en la evolución sociocultural en todos los ámbitos y a escala mundial.

Se trata de una revolución tecnológica, fundamentada en las tecnologías de la información, que está alterando las bases del sistema sociocultural muy rápidamente. Su clave reside en el lenguaje digital y la capacidad de procesarlo. Esta revolución no ha hecho más que empezar, dado que la actual tecnología de computación, basada en los microprocesadores de silicio, será sustituida en un futuro no lejano por la computadora molecular y más tarde por la computadora cuántica, millones de veces más eficiente. La transmisión se hará inalámbrica y dará cauce a billones de bytes por segundo. Ya se está fabricando el superordenador más veloz hasta ahora, capaz de efectuar 30 billones de operaciones por segundo.

El sistema informacional no está constituido sólo por lo que ahora llamamos Internet, sino cada vez más por el conjunto de los medios de comunicación y las intranets, o redes internas (de empresas, instituciones, administraciones gubernamentales), los satélites artificiales de comunicaciones y el Sistema de Localización Global (GPS). Está ya a las puertas la integración en el acceso a Internet no sólo del ordenador convencional, sino del televisor digital equipado con descodificador, el teléfono móvil dotado del protocolo WAP y distintos tipos de terminales más simples.

Pero es un hecho ya presente que la lógica del nuevo sistema lo empuja a una expansión mundial, a la globalización. Todos se apresuran a afincarse en el ciberespacio: gobiernos, universidades, bancos, comercios de toda laya, agencias, transportes, partidos y sindicatos, las ONG, toda organización sea legal o mafiosa, y hasta todo individuo que se precie pone su página. Los efectos de Internet alcanzan a todos los rincones, por más que las funciones cumplidas no dejen de ser ambivalentes: desencadena un enorme potencial productivo, pero por sí solo no previene la marginación de los «desconectados» ni la miseria de los países o zonas miserables. Su futuro no está escrito, pero ningún futuro podrá sustraérsele: ni el de la economía, ni el de los estados, ni el de la familia, el género o la personalidad.

Esto suscita inquietud en no pocos. Temen perder el sentido de la vida, obtenido del marco sociocultural preestablecido y su ectoplasma imaginario. Algunos ven en peligro lo que consideran su «identidad» colectiva, como fuente social de sentido, y reaccionan a la defensiva, haciendo un baluarte de su tradición «étnica», cultural, lingüística, religiosa, o nacional. En casos extremos, la afirmación a ultranza de la identidad particular frente a la universalización inducida por la evolución cultural incurre en modos propios del fanatismo y el fundamentalismo.

¿Cuál será la suerte de la diversidad cultural, durante tantos siglos separada geográfica o políticamente, ante las condiciones que implanta la trama unificadora de los nuevos sistemas de información y comunicación que se le vienen encima? 
 

Internet como metáfora de una nueva civilización

En la sociedad red que emerge como fenómeno mundial, la red de redes es Internet, que constituye el medio, la infraestructura imprescindible, y al mismo tiempo la metáfora de los cambios que se producen en la realidad social.

Aunque es bien sabido, recordaré que Internet es materialmente una red física de comunicaciones que interconecta miles de nodos, con mayor o menor potencia, integrados por grandes ordenadores capaces de encaminar mensajes entre oficinas, bibliotecas, centros docentes, casas... entre millones y millones de usuarios. Las modalidades de estos trasiegos de información son varias, como por ejemplo la transferencia de archivos (FTP), la tertulia por escrito en los canales IRC, la videoconferencia, el correo electrónico, la mensajería instantánea. No obstante se suele llamar «Internet» casi por antonomasia a la Web. La World Wide Web (WWW), inventada en 1989, consiste en un tejido mundial de páginas digitales, gobernadas por un protocolo que permite localizarlas y establecer infinidad de hiperenlaces entre ellas. El contenido consiste siempre en información, pero ésta puede adoptar la forma de textos, multimedios, programas, contactos interactivos, operaciones comerciales o de otros muchos tipos. 

Ese ciberespacio de sitios y páginas resulta literalmente inabarcable, tan inabarcable como el mundo empírico, e incluso podrá llegar a serlo aún más, en la medida en que dé cabida a muchos mundos imaginarios. En su inmenso laberinto, uno apenas logra ir sistematizando los datos de sus propios itinerarios, obtenidos mediante búsquedas en el fondo aleatorias e inciertas, y, la mayoría de las veces, más bien como imprevisto resultado de la curiosidad y el azar. Al cabo del tiempo, el investigador va tejiendo su propia red de hilos de Ariadna, anudados de enlace en enlace, que remiten a otros enlaces y a otros; hilos finalmente amarrados a los conceptos principales que cada cual consigna en páginas privadas, archivadas en carpetas del ordenador personal.

El manejo de toda clase de información se encuentra cada vez más, casi para todo, al alcance de nuestros dedos: en teclas, pantallas sensibles, ratones y mandos a distancia. Y pronto, a las órdenes de nuestra voz e incluso de nuestra mirada.

Refresquemos algunos datos: Internet empezó su expansión masiva en 1994. Entonces contaba con unos 13 millones de usuarios. En este año 2000, son 300 millones los internautas en todo el mundo. Según datos publicados este verano, se estima que en Estados Unidos hay más de 120 millones. En España, se calcula que son cuatro millones.

El contenido de la WWW se cifra actualmente en alrededor de 2.000 millones de páginas. Y se alcanzarán los 4.000 millones en la próxima primavera, lo que supone que cada día se agregan siete millones de páginas más.... (Pueden consultarse datos en la página de Cyveillance: www.cyveillance.com.) Tal volumen fácilmente resulta más ruido que información para muchos de los que surcan el ciberespacio, pero cada vez habrá instrumentos más sofisticados para que la red se asemeje a un «cerebro global» y empiece a ser «inteligente», adquiriendo una creciente flexibilidad en función de los intereses del usuario.

¿Que funciones desempeña la red? Si la Ilustración, la Enciclopedia y la ciencia moderna fueron posibles gracias a la invención y difusión de la imprenta, hoy el despliegue de la red mundial está creando las condiciones para una revolución de las ciencias y de la cultura. Internet es la Enciclopedia del siglo XXI y tal vez esté incubando posibilidades de una nueva Ilustración y una nueva sociedad democrática planetaria.

En Internet se codifica, se almacena, se procesa, se intercambia información. Pero la información circulante por las infopistas no tiene que ver sólo con el aspecto ideológico de las culturas, sino con todas las dimensiones constitutivas del sistema sociocultural y con su articulación interna. Se ha vuelto inseparable de los mecanismos de desarrollo tecnológico y económico. Repercute en el cambio de las relaciones sociopolíticas y del modo de vida e interacción entre individuos, grupos y sociedades. Derriba las antiguas barreras para el intercambio en los campos de la ciencia, el arte, la religión, la literatura, la música, la moda, etc. La red, como un tejido nervioso, atraviesa todo el sistema, tanto las infraestructuras como las superestructuras; tanto la vida personal como el orden mundial.
 

Modelo de sociedad y de hombre implícito en la Red

Siempre hubo contactos interculturales a lo largo de las épocas. Lo nuevo hoy es que los contactos se han sistematizado, se hacen permanentes y se aceleran hasta posibilitar una interacción instantánea, en tiempo real. Se refuerza un nuevo paradigma, el del pensamiento sistémico. Cambia la misma concepción del poder, entendido ahora como polivalente influencia sobre otros. En la organización social, «la estructura ideal para el ejercicio de esta clase de poder no es la jerarquía, sino la red» (Capra 1996: 32). Los instrumentos intelectuales para el nuevo paradigma proceden de aportaciones como la teoría de los sistemas abiertos de Ludwig von Bertalanffy; el bucle de retroalimentación cibernética de Norbert Wiener, Gregory Bateson y William Ross Ashby; la teoría de la información de Claude Elwood Shannon, Warren Weaver y Léon Brillouin; la teoría de los autómatas autorreproductores de John von Neumann; el principio de «orden a partir del ruido» y el azar organizador de Heinz von Foerster; y las teorías de la autoorganización de Henri Atlan; las «estructuras disipativas» autorreguladas de Ilya Prigogine; las teorías cognitivas de Humberto Maturana; la hipótesis Gaia de James Lovelock; etcétera.

El patrón de organización en forma de red se caracteriza ante todo por sus relaciones no lineales: van en todas direcciones. Los bucles retroactivos y recursivos que genera pueden hacer que el sistema se autorregule lejos del equilibrio y que aparezca un orden espontáneo: la autoorganización, la autopoiesis.

En nuestra época, ha fraguado una alianza muy estrecha entre cultura, información y tecnología, que se ha convertido en motor de un cambio histórico en todos los niveles. La arquitectura sociocultural mundial se encuentra en trance de construcción. Su inspiración estriba en el modelo de red, o al menos ésta tiende a imponer algunas de sus propiedades. La red alude a una estructura abierta, dinámica, evolutiva, compleja, flexible, fluida, adaptable. Presenta el mejor paradigma de articulación de lo diverso en la unidad. Las culturas en red generan una dinámica de interconexión, complejidad, interretroacción e integración cultural. La lógica de interconexión de todos los sistemas tiene una configuración topológica de red (Castells 1996, 1: 88). La red es el modo de organización menos estructurado, en el que mayor disparidad de componentes pueden guardar una coherencia y funcionar como un todo.

Tanto la red como el flujo de datos por ella son sumamente flexibles. Poseen un carácter no jerarquizado ni centralizado: sin mando superior, es policéntrica, una trama de redes; un carácter no planificado: su crecimiento y funcionamiento es autónomo, espontáneo; un carácter no impositivo, sino basado en la interactividad, el intercambio y el diálogo; un carácter no homogéneo sino pluralista en su contenido y su control; un carácter no lineal sino complejo, hipervincular e hipertextual. El modelo de hipertexto (sistema de enlaces múltiples, no lineales e instantáneos) que caracteriza a la red constituye una innovación cualitativa (más allá del relativamente modesto sistema de referencias que incorpora una enciclopedia convencional).

El modelo reticular favorece la transformación social conforme a un patrón de organización más democrático. Promueve una sociedad abierta en cada país. Al saltar por encima de los prejuicios «raciales», por encima de los corsés étnicos, por encima de las fronteras geográficas, históricas y nacionales, impulsa la evolución hacia una sociedad mundial abierta. Y no se trata sólo de todas las poblaciones humanas y sus culturas conectadas en red. Se trata también -quizá ante todo- los individuos en red. Pues aquí como en otros asuntos las diferencias verdaderamente concretas y reales son las que se dan entre individuos (síntesis particulares de rasgos heteróclitos, procedentes de todas partes), tanto en el dominio sociocultural como en el plano genético de la especie humana.

Las nuevas tecnologías que llegan a las masas tienen como principales destinatarios precisamente a los individuos.

Pero la realidad es incomparablemente más compleja. Quedan pendientes difíciles problemas, interrogantes e incertidumbres, muchos de ellos sin precedentes. Se tendrá que ajustar el problema del poder, la intervención de los estados y de los organismos internacionales, el peso de las grandes corporaciones transnacionales. Habrá que redefinir la intimidad y la confidencialidad, y garantizar el derecho a ellas en la red mundial. Montajes como el de «Echelon», para el espionaje político e industrial, y el sistema apodado «Carnivorous», diseñado por el FBI para intervenir las comunicaciones por Internet, inquietan con razón a los defensores de los derechos civiles. Deberá ser resuelto legalmente el grave problema de la vigilancia en el ciberespacio y en las telecomunicaciones en general.
 

Presencia de la diversidad cultural en Internet

¿Desaparecerá la diversidad cultural, o más bien dejará de estar acantonada en espacios escasamente permeables y, a través de la red, se volverá omnipresente, accesible a cualquiera desde cualquier parte? No es infrecuente cierto recelo hacia Internet, considerada como instrumento del imperialismo cultural occidental, como medio para la uniformación mental y para la difusión de lo que denominan «pensamiento único». Supondría acaso un peligro de exterminio para las culturas tradicionales, una amenaza de desaparición de la diversidad cultural.

Pero el ciberespacio no se asemeja a un continente cuyos confines haya que conquistar. Carece de límites. Se agranda al instalarse uno en él. Y nadie tiene vetada la conexión (si no es el países con gobierno dictatorial). Con independencia de la dificultad para encontrarlas, en Internet todas las informaciones se hallan a la misma distancia, como si el espacio y el tiempo se anularan en la red. Cada página nueva que se incorpora se vuelve sincrónica con los dos millardos que la precedieron. Todas ofrecen, en principio, una accesibilidad inmediata para cualquier internauta. Además, todo el mundo puede ofrecer ahí información, o contacto y relación de tipo personal, comercial, intelectual, cultural.

Si nos interrogamos por la presencia de las culturas en Internet, ésta podría constatarse y cuantificarse al menos de dos maneras, aunque sean imprecisas y aunque los datos cambien velozmente. Primero, por el número de internautas de cada país o de cada comunidad cultural. Y segundo, se me ocurre que puede ser un indicador la cantidad de páginas que aluden a conceptos relativos a las diferencias y las identidades culturales, y también el número de páginas que refieren a cada país. En esta ocasión, voy a escoger esta segunda vía, utilizando los servicios de buscadores de tipo universal, que son los que exploran toda la Web, analizando el contenido de todas las páginas e indexando todas las palabras en las principales lenguas. Los tres principales buscadores globales son Alltheweb, Raging (de Altavista) y Google. Por estas fechas, cada uno tiene indexadas cerca de quinientos millones de páginas, y anuncian ya los mil millones. En las búsquedas que he realizado, de hecho los tres arrojan resultados convergentes en la inmensa mayoría de los casos, por lo que las diferencias entre un buscador y otro no me parecen significativas. Así he llevado a cabo una indagación mediante la cual sólo pretendo una aproximación grosso modo, que verifique si las diversas culturas y los distintos países están, o no, y en qué proporción, presentes en Internet.

En primer término las búsquedas se han centrado en rastrear el tema de la cultura y la diversidad cultural en Internet. Para ello, he formulado noventa y seis expresiones de búsqueda seleccionadas del vocabulario que suele utilizar la antropología social y cultural, en especial las que denotan dimensiones o caracterizaciones de la diversidad. (Por ejemplo: otras culturas, pueblos indígenas, cultura africana, sociedades tribales, diversidad étnica, conflicto étnico, tercer mundo, folclore, etnicidad, multicultural, etnología, museo de antropología, etc.) La averiguación se ha realizado por partida doble, en inglés y en español, utilizando una opción de los buscadores que permite restringir la busca a páginas escritas en una determinada lengua (a fin de evitar coincidencias formales con palabras de otros idiomas). La suma de los resultados de las páginas en español representan entre un 8 y un 10% respecto al conjunto de las páginas en inglés. Sin embargo, la presencia de la diversidad ofrece un perfil estadístico aproximadamente proporcional entre una lengua y otra. Por otro lado, hay que tener en cuenta que el inglés es, hoy por hoy, el idioma por antonomasia de la red, no sólo por la delantera que llevan los países de habla inglesa, sino porque en todos los demás países se escriben también páginas en inglés, o duplicadas en inglés, para darse a conocer más universalmente. De manera que las búsquedas en esta lengua, sin negar que haya inevitables distorsiones, arrojarán los resultados más representativos. Los resultados de las prospecciones acumulan más de 35 millones de referencias, de las cuales un número indeterminable reincidirá en las mismas páginas.

Pues bien, sin explicitar aquí un examen comparativo de los resultados reseñados en la TABLA 1 (cosa que dejo para entretenimiento del lector), lo que sí cabe resaltar es la evidente presencia de la diversidad cultural en Internet, la preocupación por las otras culturas, por lo étnico, lo tradicional, lo nativo, las minorías raciales y nacionales, el tercer mundo, la multiculturalidad, etc. Como breve muestra, entresaco algunas cifras:
 

EXPRESIÓN
PÁGINAS
otras culturas 101.712
pueblos indígenas 73.949
minorías étnicas 63.456
diversidad cultural 131.385
tercer mundo 275.756
etnicidad 330.953
multicultural 424.625
museo de antropología 10.449

Si nos fijamos en las referencias a los distintos continentes, resulta lo siguiente:

África 3.635.260 páginas.
América 10.258.712 páginas.
Asia 3.387.166 páginas.
Europa 5.933.521 páginas.
Oceanía 212.337 páginas.

Así que efectivamente la diversidad, una enorme diversidad de culturas, están «en línea», en la red, sea por obra propia, por obra del mercado o por obra de antropólogos y de instituciones dedicadas a la docencia, la investigación o la difusión.

La segunda tanda de rastreo la he llevado a cabo por países y territorios, ateniéndome en las búsquedas a las mismas restricciones que en la averiguación anterior. Aquí el resultado expresa la cantidad de páginas (en inglés) que hacen referencia a cada país. Luego, tal como se presenta en la TABLA 2, se ha calculado el porcentaje sobre el total de páginas que corresponde a cada país, así como el número de páginas por mil habitantes. Repito que no se trata de un estudio estadístico exacto ni con una ficha técnica impecable, pero no por ello deja de poseer un valor heurístico. En primer lugar, es constatable cómo no hay ni un solo país o territorio que esté ausente. Hasta los más pobres: Burundi tiene referencias en 169.696 páginas; Etiopía, en 325.059; República Democrática del Congo, en 114.061; Somalia, en 210.240.

En segundo lugar, es destacable cómo existe una relación directa, muy a grandes trazos, entre la importancia económica y política de un país y la cantidad de páginas que aluden a él en la red. La clasificación de los más presentes es ésta:
 

PAÍS
PÁGINAS
Estados Unidos 9.284.643
Canadá 7.782.840
Australia 5.473.724
Reino Unido 4.542.500
Alemania 4.188.611
Japón 3.978.089
Francia 3.971.770
México 3.613.521
China 3.378.798
India 2.759.638
Italia 2.695.327
Irlanda 2.162.941
ESPAÑA 2.135.918

Llaman la atención algunos casos en los que la cantidad de referencias en páginas digitales sobrepasa mucho en proporción a la población correspondiente del país. Aunque esta relación entre páginas y población no parece tan linealmente significativa, y será necesario dilucidar en cada caso, puesto que, por ejemplo, carece de sentido que España arroje una relación mayor que Estados Unidos, o que este país tenga la misma que Haití. En ciertos casos sí es fácil descubrir una razón de tipo económico, como en el grupo formado por los llamados «tigres asiáticos», núcleos de desarrollo capitalista, como Nueva Zelanda (con 1.889.920 páginas), Hong Kong (con 1.621.610) y Singapur (con 1.567.706). Algo parecido ocurre con otros territorios caracterizados por ser paraísos turísticos -o fiscales- y que ostentan un número totalmente desproporcionado de alusiones en páginas: Antillas Holandesas (4.914 páginas por mil habitantes), Aruba (2.399 páginas por mil habitantes), Bahamas (1.438 páginas por mil habitantes), Bermuda (2.861 páginas por mil habitantes), Dominica (1.470 páginas por mil habitantes), Islas Marshall (1.897 páginas por mil habitantes), Islas Vírgenes (3.297 páginas por mil habitantes), Liechtenstein (4.946 páginas por mil habitantes), Micronesia (1.492 páginas por mil habitantes), Isla de Palau (5.222 páginas por mil habitantes), Samoa Americana (1.966 páginas por mil habitantes), Seychelles (1.976 páginas por mil habitantes), Tonga (1.983 páginas por mil habitantes). 

La conclusión que parece deducirse, globalmente, es que sí se da alguna clase de correlación entre el desarrollo de la presencia en Internet y el desarrollo económico y social de un país, formándose un bucle de retroalimentación positiva entre ambos aspectos. En las coordenadas del recuento efectuado, prácticamente no hay ningún país industrializado que no sobrepase el millón de páginas con referencias a él. Esto vendría a corroborar la teoría transcultural de Castells, según la cual el nuevo paradigma tecnológico basado en la tecnología de la información constituye la clave del modo de desarrollo, el «capitalismo informacional», que actualmente está triunfando y transformando «todo el ámbito de la conducta social» (Castells 1996, 1: 44), produciendo «el surgimiento de una nueva estructura social» (pág. 52).
 


Contradicciones y oportunidades de la globalización

Resulta innegable a todas luces, y ha quedado señalado en términos cuantitativos de mayor o menor presencia digital, que el triunfo planetario de las redes de riqueza y poder no es igualitario. Hay capas sociales, regiones y países desconectados, infracomunicados, excluidos de los beneficios de ese proceso de globalización. Lo cual lleva a algunos a descalificar frontalmente la globalización, buscando la autoafirmación en una identidad étnica, religiosa o cultural asimismo excluyente. Un planteamiento extremo como éste supone una idea simplista tanto de la globalidad como de la identidad, pues, aunque sus relaciones no dejen de ser conflictivas, nuestro mundo se va a construir inevitablemente en torno a la relación entre ambos polos. Y si no deseamos que la mundialización se opere por vía de homogeneización, sino por la vía multicultural, sería absurdo sustraerse en lugar de participar. Más aún, si en realidad «hemos entrado en un mundo verdaderamente multicultural e interdependiente que sólo puede comprenderse y cambiarse desde una perspectiva plural que articule identidad cultural, interconexión global y política multidimensional» (Castells 1996, 1: 53).

No hace ninguna falta mitificar Internet y la globalización, elevándolas al rango de nueva religión cibernética o de «evangelio digital». Hace tan poca falta como sacralizar su denostación con una actitud fundamentalista. No se trata sólo del tópico de que toda innovación técnica resuelve unos problemas a costa de crear otros peores, o que posibilita tanto el uso bueno como el malo. Es ineluctable reconocer el hecho de que la mediación de las nuevas tecnologías y la red mundial se está volviendo cada vez más imprescindible en las relaciones tecnoeconómicas y socioculturales en general. De tal modo que lo global aparece como condición para el desarrollo de lo particular, siendo lo viceversa también verdadero. El futuro no está escrito en ninguna parte. Y dado que es imposible evacuar la ambigüedad y la incertidumbre, la cuestión es prevenir y combatir los riesgos de una globalización discriminatoria, desigual y no democrática, a fin de optimizar las virtualidades constructivas y humanizadoras que entraña.

Ante la brecha de opulencia y miseria entre países del Norte y del Sur, nadie sensato duda de la necesidad de compensar las desigualdades provocadas por una globalización desregulada y salvaje. Los estados deben defender, claro está, sus políticas de desarrollo nacional. Pero incluso para esto necesitan inversión externa, cooperación técnica y un intercambio comercial estable: todo eso es participar en la globalización. En palabras sencillas se diría que los males de la globalización sólo puede curarlos una mejor globalización.

La sociedad global informacional ofrece la posibilidad y oportunidad de que los pequeños países, pequeñas empresas, pequeñas comunidades humanas y hasta individuos particulares se hagan presentes en la globalidad y puedan beneficiarse del intercambio generalizado. Además, facilita la posibilidad de globalizar y coordinar mundialmente iniciativas dispersas de todo orden: solidarias, ecológicas, políticas, formativas, etc.

Como ilustración de lo que digo, hay en Internet, entre otros muchos, un portal que se ofrece a coordinar globalmente las protestas de todos los países, el Instituto para la Comunicación Global (www.igc.org). Está a disposición de los movimientos sociales de todo el mundo que buscan la paz, el antirracismo, el ecologismo, la igualdad de la mujer y la defensa de los derechos humanos. En la actualidad acoge información de cerca de mil organizaciones (Ciberpaís, 10 agosto 2000: 9).

En la prensa aparecen informes acerca de casos ejemplares en los que las nuevas tecnologías sirven al desarrollo económico de los más pobres: Muhamad Yusuf, llamado el «banquero de los pobres», expone su experiencia en Bangladesh, en dos mil aldeas pobrísimas. Lleva años desarrollando un programa de microcréditos para pequeños proyectos. Los teléfonos móviles, recargados gracias a la instalación de paneles solares, conectan a los vecinos con el exterior. Están consiguiendo muchos trabajos para la gente pobre, sin intermediarios ni caciques. Y pronto accederán a Internet, utilizando programas informáticos específicos. Su visión no puede ser más optimista: «Yo creo -declara- que la globalización es algo grandioso para la gente pobre, porque, por primera vez, el aislamiento de los menesterosos ha sido borrado, ha desaparecido. Ahora son ciudadanos del mundo y tienen más opciones» (El País Semanal, nº 1.242, 16 de julio 2000: 16). Ha fundado un Centro Internacional para la Eliminación de la Pobreza mediante las Nuevas Tecnologías. Piensa que constituyen una excelente oportunidad para cambiar radicalmente la sociedad mundial, si se trabaja por objetivos sociales.

Posiciones parecidas encontramos en personas comprometidas con las luchas populares en otras latitudes. El peruano Juan J. Biondi sostiene que, a pesar de la proyección homogeneizadora que dimana de los centros de poder, la tecnología digital produce fracturas que dejan espacio a la diversidad: «Asistimos a un proceso en el cual la globalización se convierte en alimento de la diversidad. La circulación extensiva de información por todo el mundo es consumida ahora por identidades dispares que incorporan al discurso global su propia disparidad (...) El nuevo estadio de globalización supone una oportunidad extraordinaria» (Biondi 2000: 28). Y es que hoy no sólo se mundializa la ciencia, el mercado, el capital financiero, el «pensamiento único», o la pobreza, también se mundializan instrumentos que liberan al individuo y potencian las demandas sociales de justicia, de paz, de democracia, en un escenario a la vez local y global.

En otro registro, no falta quien aprovecha la ocasión para augurar una victoria feminista: La antropóloga norteamericana Helen Fisher (1999) vaticina que la globalización significará una magnífica oportunidad para los talentos naturales de las mujeres, inclinadas a las relaciones personales y comunicativas, cualidades que están cambiando el mundo y tendrán un gran futuro en los servicios de la sociedad informacional. Pero quizá no haya que ser adivino, ya que hoy por hoy el número de internautas femeninas ha superado al de los masculinos en Estados Unidos. (Mientras que en España sólo alcanzan el 33%.)

Otro fenómeno muy curioso es que, al conectarse con la red mundial, al dar y recibir información, las gentes de diferentes sociedades y culturas rompen el aislamiento y comienzan a derribar las barreras seculares que se erguían entre ellas. La interconexión pasa por encima no sólo las barreras geográficas, sino de las «raciales» y «étnicas», de las religiosas, de las lingüísticas... Las culturas entrecruzan informaciones cada vez más. Se va disipando el espejismo de los presuntos derechos de las identidades culturales sobre los individuos. Avanza la idea de que son los individuos los únicos que tienen derecho a conformar culturalmente su vida y a ejercer sus libertades políticas como ciudadanos.

Conglobadas en el ciberespacio común, sometidas a los mismos protocolos de comunicación y disponibles para el acceso universal, las diferencias culturales modifican -aun cuando se proponen lo contrario- su lugar y su significado interpretado en términos particularistas. Las pretendidas singularidades se ven desnudas de la incomunicabilidad que requerirían. Y por obra y gracia de la interactividad, un nuevo concepto de la cultura como universal se hace patente, rehabilitando una teoría de la cultura verdaderamente antropológica, es decir, transcultural y general. En otras palabras, el modelo humanista empieza a vencer en toda la línea al modelo etnicista en la concepción de la cultura y su diversidad. El mero hecho de conectarse a la red constituye de facto la mejor impugnación de los presupuestos particularistas del etnicismo, que reclaman para la propia identidad el origen privilegiado, la pureza, la autosuficiencia, la propia superioridad y la exclusión del otro. La realidad es que todos los logros culturales son intercomunicables porque pertenecen a la misma humanidad.

Si la historia, siempre mitificada, de «lo propio» llevaba a cabo sistemáticamente la maniobra de escamotear el paso por lo ajeno, ahora la simulación de la singularidad cultural se muestra al descubierto. En la ecumene digital, desaparece lo exótico, lo exclusivamente propio, lo heideggerianamente auténtico: Su prístina e intransferible diferencia no tiene más sentido que el posibilitado por la condición humana compartida, es decir, por la universalidad semántica. Tal es lo que en Internet se trasluce y corrobora.

Por eso, las nuevas tecnologías de la información propician la derrota histórica y programática de los ideales étnicos de los nacionalismos, por más que aún sigan fascinando a algunos durante mucho tiempo. El modelo teórico identitario, que aspira al cierre cultural, no tiene ya muchas posibilidades, salvo las que le ofrezca el repliegue transitorio sobre las propias ilusiones. Pues toda diferencia cultural está fatalmente destinada no a disolverse, pero sí a integrarse en la corriente general o a corromperse en su narcisista estancamiento.

En el plano de las polarizaciones políticas, la crisis de la izquierda teórica, tras abandonar la utopía marxista y extraviarse por los meandros del etnicismo, las identidades culturales y el nacionalismo, que la lleva a veces a desconfiar de Internet y rechazar la globalización, conlleva el riesgo de contribuir de hecho al avance del neoliberalismo y a la derechización mundial (Rorty 1998). Esos presuntos progres, entusiasmados en la apología del folclore bajo el rótulo de la etnicidad, defienden equivocadamente, en nombre de una privativa singularidad y diferencia, lo que sólo debería reivindicarse en nombre de la igualdad, esto es, postulando que todo ser humano, máxime el desposeído, es acreedor del mismo derecho que todos. La mundialización crea nuevos espacios y medios para la denuncia de la injusticia, para la generalización del bienestar social, la democracia y la solidaridad. Sería paradójico que, en aspectos decisivos de la transformación social, nos encontremos con una izquierda reaccionaria y una derecha progresista.

La creación de este instrumento para el intercambio cultural entre todas las poblaciones de la Tierra no será la panacea que proclaman los tecnoprofetas optimistas. Puede utilizarse para difundir tanto el conocimiento como los seudosaberes y las mentiras. Puede servir a la causa de la paz, pero también para propagar el odio y el conflicto. Internet es una oportunidad, no la solución. Todo dependerá del giro que entre todos le demos a la sobreabundancia de información y de herramientas para procesarla, de tal modo que contribuya a una comunicación verdaderamente humana en un mundo más humanizado.

Basados en que sólo hay 300 millones de internautas en el mundo, frente a una población de 6.000 millones, en que el 20% más pudiente controla el 90% de los accesos a Internet, los agoreros insisten en argumentar que se va a crear una nueva desigualdad entre los humanos, no ya entre los ricos y los pobres, sino entre los desenchufados y los enchufados a la red. Sin embargo, probablemente están mirando las cosas con vista miope. Pues la conexión no ha hecho más que empezar, y el acceso se vuelve cada día más fácil, barato y ubicuo.

De antemano, existe la posibilidad de que se agrande el foso, la brecha digital entre agraciados y desgraciados; pero también es posible que se tiendan puentes, se permita y potencie la conexión con el sistema global, a fin de establecer el flujo necesario para una vida humana digna, de modo que cada vez más todas las poblaciones se beneficien de los logros de la especie.

El cotizado especialista Nicholas Negroponte, director del Media Laborartory del Instituto de Tecnología de Massachusetts, pronostica que, para el verano de 2001, Internet tendrá 1.000 millones de usuarios, y alojará comercio electrónico por valor de un billón de dólares. Según sus previsiones, «en el plazo de tres años, el mundo en vías de desarrollo representará más del 50% de Internet. Tres años después, el idioma más utilizado en la red será el chino» (Negroponte 2000: 39). Los países más modestos van a competir en el mercado mundial. Y no olvidemos que en este terreno cualquier predicción suele quedar obsoleta en breve plazo. 

Lo cierto es que la extensión de las nuevas tecnologías parece interesar a todos. Porque con tan grandes desigualdades no es viable un mundo en equilibrio. Recientemente, el denominado Grupo de los Ocho (G-8), formado por los siete países más industrializados y Rusia, ha suscrito en Okinawa la Carta sobre la Sociedad Global de la Información, donde se establecen principios y compromisos para universalizar la revolución digital, compartiendo los avances tecnológicos, a fin de salvar la brecha que separa a los países en vías de desarrollo y a aquellos sumidos en la pobreza. También es verdad que las buenas intenciones sobrepasan a los fondos para formar expertos en las nuevas tecnologías en el Tercer Mundo, donde aún hay 900 millones de analfabetos totales, donde faltan infraestructuras y son precarias la educación y la sanidad.

Con todo, las culturas particulares o locales, por su conexión e interactividad con la red, han empezado a hacerse presentes en la globalidad. Más aún, participan en su constitución al integrarse en ella, no sólo por la adopción de la tecnología informacional común, sino por la puesta al alcance mundial de sus propios rasgos e informaciones y por la toma en préstamo de aportaciones de todos los otros.

Si en Internet se genera, codifica y comunica información que se expone universalmente, casi la única barrera persistente estriba en la diversidad de códigos lingüísticos. Hay que tener en cuenta, no obstante, que el código lingüístico ya no es el unificante de la cultura. En realidad, la cultura siempre ha saltado por encima de él. Y hoy se salva más fácilmente la barrera, tanto por el aprendizaje multilingüe como en virtud de la traducción simultánea. La barrera lingüística se ha superado en parte, hasta ahora, haciendo del inglés la lengua común. Otra solución a más largo plazo sería aprendiendo las tres o cuatro lenguas más importantes (inglés, chino, español, ruso, árabe). Pero, antes de que estas dos salidas se generalicen, las barreras entre las lenguas desaparecerán mediante aplicaciones de traducción automatizada, o bien el desarrollo de una lingua franca electrónica (como el Universal Network Language), cuyos trabajos se hallan muy avanzados (cfr. Ciberpaís, 20 julio 2000: 7). Éste último es un sistema universal de lenguaje en red, que entenderán los ordenadores, con programas de conversión y edición, que pronto va a permitir la comunicación directa entre individuos que estén utilizando idiomas distintos.

En consecuencia, a pesar de los pros y los contras, y sea cual sea el curso futuro de Internet, hay una cosa cuya demostración ya no admite réplica, y es que la diversidad cultural ha dejado, o dejará, de ser patrimonio identitario de etnias particulares, para mostrarse como parte del patrimonio cultural de la especie humana; aunque aún se demore mucho tiempo la extinción por propio desengaño de los mitos tribales y las utopías reaccionarias del etnicismo y el nacionalismo, que menguan la conciencia de los hombres, y los ciegan para verse ante todo como humanos en su pluralidad. La diversidad cultural irá integrándose y adoptará la forma de cultura pluralista. Ésta no sólo pone en comunicación las diferencias, y las tolera y reconoce, sino que las hace convivir, las articula a la vez que refuerza la estructura común que en el fondo ampara su derecho a la existencia. Esta evolución en ciernes sin duda tardará en ser asimilada, pero sólo en la medida en que seamos capaces de caminar hacia ella habrá una nueva sociedad abierta planetaria: de individuos para quienes nada humano será ajeno. Fuera de esta vía no renacerá nuestra sensibilidad ante el sufrimiento ajeno, primera condición para regenerar el necesario universalismo moral, abandonado por tantos diferencialistas y posmodernos, o empantanado en elucubraciones abstractas y sin fundamento.
 

Nueva concepción de la cultura como noosfera terrestre

La era de la información trae consigo la unificación del espacio cultural y civilizatorio. Resulta de un cambio en el «paradigma tecnológico» (cfr. Castells 1996, 1: 87), que moldea el proceso de reestructuración económica y organizativa, desplegando un nuevo modo de desarrollo. Éste está transformando todo el sistema social y el modo de vida, los modelos de identidad y la comunicación simbólica. Indudablemente afecta también al paradigma del pensamiento, al menos planteando la exigencia de su reforma, dado que, en el incierto juego del caos y el orden emergente, casi nada se deduce deterministamente. Así replantea también la concepción teórica de la cultura.

La cultura es información, claro está, pero no sólo información. Es conocimiento práctico y teórico, pero ni siquiera solo conocimiento. Es la vida humana socializada y creadora de las condiciones que posibilitan la existencia social, el desarrollo de las capacidades individuales, a la vez que la bioevolución de la especie. Es decir, el concepto de cultura implica tanto la realidad estructurada del ser social como el patrón de organización, o red de información inherente y decisiva para su existencia. La cultura es información y acontecimiento: sistema complejo que articula las relaciones de una población o sociedad humana, primero, con las condiciones del ecosistema físico, natural, y rural-urbano; segundo, las relaciones internas a la población y las exteriores con otras sociedades; y tercero, las relaciones con los códigos y mensajes plasmados en palabras, ideas y valores, imágenes, sonidos y creaciones simbólicas de todo tipo, referidas tanto al mundo empírico como a lo imaginario.

El entorno práctico impone condiciones para la adaptación, a veces muy estrictas, pero, en la medida en que es la tecnología la que desarrolla los modos de adaptación, tales condiciones impuestas se relativizan. Desde el alba del género humano, las técnicas y toda clase de rasgos culturales han circulado, pese a los obstáculos y barreras, entre todas las poblaciones de la especie. La difusión mediante contactos cara a cara y mediante una variada panoplia de codificaciones, soportes y traslaciones nunca cesó, por más que su ritmo fuera intermitente, lento, frenado hasta rozar la incomunicación del ensimismamiento durante dilatados períodos de tiempo. Desde el inicio de los tiempos modernos, todos los aislamientos se han roto y la diáspora de los tiempos históricos tiende a sincronizarse. El hombre descubre su unidad al mismo tiempo que descubre su abigarrada diversidad.

Es emblemático el vaivén entre Ilustración y Romanticismo, al resaltar respectivamente la identidad humana racional de todo ser humano, o bien la identidad más cercana de la propia tradición particular. Ambas poseen una parte de verdad y deberían complementarse. Pero todavía somos víctimas de dos deformaciones contrapuestas: Por un lado, el pensamiento instrumental y abstracto que desemboca en la tecnociencia burocratizada, que no respeta la complejidad de lo real. Por otro lado, el pensamiento replegado sobre la parcela concreta de la etnia o la nación, que despieza la unidad del hombre y de la Tierra.

La evolución de la diversidad cultural en el seno de la sociedad global de la información nos da nuevos apoyos para explicar y comprender las diferencias en el marco de una teoría antropológica de la cultura nuevamente nomotética. Como ya he sugerido, se ha puesto de manifiesto lo que antes permanecía latente (aunque desvelado por algunas teorías): que las propiedades de las partes, o sea, de las culturas particulares, no son propiedades explicables como intrínsecamente suyas, sino que sólo pueden entenderse en el contexto del conjunto más amplio y englobante de la cultura, al que pertenecen. La diversidad cultural, que irreductiblemente existe y existirá, se explicará mejor no como multiplicidad de culturas cerradas cada una sobre su estructura singular (enfoque idiográfico), sino como rasgos y estructuras integrantes de la cultura humana. Las nuevas tecnologías sitúan a la especie entera en un mismo contexto, en el que la integración de la diversidad cultural redundará en un enriquecimiento mutuo.

Ante la panorámica del mundo que hoy afrontamos, los logros culturales que no sean comunicables universalmente, en el sentido de una codificación y difusión dispuesta para todos, corren el riesgo de quedar arrinconados en el olvido, como una anomalía de la que ni siquiera se tendrá noticia. Por el contrario, por el simple hecho de ponerse a disposición universal, el rasgo particular manifiesta la índole genérica, es decir, humana universal, que antes estaba velada para la mirada del particularismo.

En el fondo, la explicación radica en que todas las culturas por igual remiten últimamente al mismo genoma humano, están codificadas por un mismo tipo de cerebro, el humano, y responden a condiciones ecosistémicas propias de este planeta. Para este cerebro, capaz de descodificarlas, todas las culturas son potencialmente suyas. Más aún, todas son desarrollos contingentes de la cultura en cuanto universal antropológico, a lo largo del tiempo. La evolución cultural produce novedades estructurales cuya posibilidad de difusión es teóricamente indiscutible, y cuya tendencia a generalizarse a toda la humanidad es un hecho frecuente.

Lo mismo que hay una sola teoría marco de la evolución biológica, deberá avanzarse en una teoría marco de la evolución cultural, que dé cuenta a la vez de las semejanzas y las diferencias socioculturales, que oriente el análisis global y que articule la multidimensionalidad del fenómeno humano: la especie, la sociedad, el individuo, la humanidad.

Es previsible que esa teoría aporte una modesta pero valiosa contribución al lento proceso de reconciliación de la humanidad consigo misma, por encima de los fosos subculturales (poblacionales, lingüísticos, religiosos, ideológicos, económicos). Urge no desaprovechar las oportunidades de progreso hacia una nueva síntesis civilizatoria.

Ante nuestros ojos y alterando para siempre nuestro modo de vida y nuestra identidad, se instaura un nuevo modo de desarrollo: la sociedad global informacional. Su clave de bóveda es ese sistema digital de millones de redes, palpable materialización de la noosfera terrestre, que está tejiéndose a ritmo acelerado sobre todo el planeta, acumulando y gestionando la información, la ciencia y al cultura de todas las poblaciones de la humanidad. Cada día más se pondrá ubicuamente a disposición de cada comunidad y cada individuo. Su incoercible potencial está ahí y crece sin cesar. La incógnita es si los humanos, cuyas conocidas propensiones canallescas encuentran también nuevas armas, acertaremos a utilizar las nuevas virtualidades sabiamente.


 
Bibliografía citada

Biondi Shaw, Juan J.
 2000 «Globalidad y diversidad cultural», Parlante (Cuzco), nº 70: 27-28.

Capra, Fritjof
 1996 La trama de la vida. Barcelona, Anagrama, 1998.

Castells, Manuel
 1996 La era de la información. Economía, sociedad y cultura. 1-3. Madrid, Alianza, 1997.

Cebrián, Juan Luis
 1998 La red. Barcelona, Suma de Letras, 2000.

Fisher, Helen
 1999 El primer sexo. Madrid, Taurus, 2000.

Negroponte, Nicholas
 2000 «El nuevo escenario digital», El País, 4 agosto: 38-39.

Rorty, Richard
 1998 Forjar nuestro país. El pensamiento de izquierdas en los Estados Unidos del siglo XX. Barcelona, Paidós, 1999.




ANEXOS


TABLA 1
RASTREO DEL TEMA DE LA CULTURA Y LA DIVERSIDAD CULTURAL EN INTERNET

PAGES IN ENGLISH

PÁGINAS EN ESPAÑOL

search expression

Alltheweb

Raging

expresión de busca

Alltheweb

Raging
culture 4.874.945 5.297.300 cultura 791.190 1.019.295
cultures 1.157.550 654.005 culturas 70.830 57.444
african culture 13.953 14.210 cultura africana 343 336
american culture 153.280 195.590 cultura americana 768 583
asian culture 15.866 12.272 cultura asiática 113 64
different cultures 100.715 97.420 culturas diferentes 1.288 3.277
ethnic cultures 3.686 3.517 culturas étnicas 129 82
european culture 21.448 20.923 cultura europea 1.824 1.648
folk culture 10.159 9.952 cultura tradicional 1.760 1.577
global culture 9.297 9.171 cultura global 617 517
indigenous cultures 12.561 12.563 culturas indígenas 2.568 2.097
latin american culture 4.708 4.474 cultura latinoamericana 1.165 1.012
native cultures 10.366 9.625 culturas nativas 292 179
oceanic cultures 114 82 culturas oceánicas 5 3
other cultures 101.712 93.886 otras culturas 6.304 5.001
particular cultures 8.140 7.720 culturas particulares 235 150
planetary culture 455 507 cultura planetaria 85 67
world cultures 31.126 31.501 culturas del mundo 1.633 1.049
band societies 216 144 sociedades de banda 2 1
chiefdom societies 47 34 sociedades de jefatura 4 3
egalitarian societies 613 634 sociedades igualitarias 42 25
ethnic society 2.900 2.722 sociedad étnica 13 7
folk society 1.167 1.222 sociedad tradicional 620 511
indigenous societies 1.774 1.824 sociedades indígenas 500 427
planetary society 10.597 12.053 sociedad planetaria 356 176
primitive societies 4.709 4.526 sociedades primitivas 499 414
state societies 3.497 3.527 sociedades estatales 926 799
tribal societies 3.153 2.980 sociedades tribales 106 68
world society 11.763 15.637 sociedad mundial 1.340 1.042
ethnic populations 4.742 4.517 poblaciones étnicas 50 49
indigenous population 12.888 12.095 población indígena 5.394 4.401
native population 11.707 13.281 población nativa 698 519
ethnic people 2.398 2.041 pueblos étnicos 77 39
indigenous peoples 73.949 81.369 pueblos indígenas 15.062 13.441
native peoples 37.900 36.556 pueblos nativos 469 362
cultural minorities 3.012 3.049 minorías culturales 215 119
ethnic minorities 63.456 58.171 minorías étnicas 4.270 3.322
national minorities 13.739 13.267 minorías nacionales 812 673
racial minorities 12.197 12.017 minorías raciales 410 280
cultural community 11.727 10.786 comunidad cultural 630 744
ethnic communities 11.574 20.074 comunidades étnicas 636 539
national community 23.016 21.728 comunidad nacional 3.527 2.631
racial community 794 690 comunidad racial 16 10
civilization history 3.156 2.936 historia de la civilización 616 456
culture history 41.593 51.067 historia de la cultura 2.060 1.713
national history 20.032 22.178 historia nacional 2.556 2.064
race history 5.476 5.212 historia de la raza 237 110
world history 140.575 136.679 historia del mundo 1.348 1.000
cultural diversity 131.385 126.304 diversidad cultural 6.882 5.481
ethnic diversity 30.904 28.654 diversidad étnica 1.310 1.055
racial diversity 8.803 8.596 diversidad racial 168 98
cultural identity 43.428 43.190 identidad cultural 8.009 6.368
ethnic identity 22.299 19.822 identidad étnica 1.039 854
racial identity 7.889 7.831 identidad racial 88 55
cultural pluralism 9.909 10.118 pluralismo cultural 801 694
ethnic pluralism 839 856 pluralismo étnico 65 48
cultural conflict 5.484 5.483 conflictos culturales 166 109
ethnic conflict 22.699 20.845 conflictos étnicos 825 693
racial conflict 4.339 4.526 conflictos raciales 184 114
cultural integration 3.590 3.311 integración cultural 1.099 878
ethnic integration 515 500 integración étnica 58 32
racial integration 5.109 4.993 integración racial 179 104
cultural evolution 9.713 10.182 evolución cultural 744 585
cultural change 39.749 39.055 cambio cultural 3.517 2.531
first world 144.885 138.612 primer mundo 7.204 5.394
second world 177.199 176.501 segundo mundo 298 193
third world 275.756 285.697 tercer mundo 27.187 20.277
fourth world 27.436 27.573 cuarto mundo 935 748
Africa 3.635.260 3.433.856 África 103.148 102.794
America 10.258.712 8.221.505 América 532.915 893.200
Asia 3.387.166 3.248.905 Asia 89.351 59.330
Europe 5.933.521 5.022.530 Europa 480.003 499.945
Oceania 212.337 127.955 Oceanía 15.883 41.441
civilization 629.319 349.090 civilización 36.224 28.323
world civilization 11.577 11.093 civilización mundial 145 97
planetary civilization 626 615 civilización planetaria 108 52
human race 164.945 152.518 raza humana 4.418 3.401
racism 365.004 206.155 racismo 16.726 13.352
nationality 356.032 388.250 nacionalidad 76.488 57.266
nationalism 176.735 165.530 nacionalismo 18.067 13.606
folklore 263.345 278.280 folclore 26.492 51.510
ethnicity 330.953 195.820 etnicidad / etnia 10.769 8.840
ethnocide 1.287 1.744 etnocidio 624 586
multi-ethnic 56.758 55.005 multiétnico 1.349 1.875
multicultural 424.625 420.849 multicultural 5.490 2.635
multiculturalism 74.348 76.439 multiculturalismo 1.462 1.192
interculturalism 986 952 interculturalismo 209 99
globalization 236.644 151.105 globalización 66.032 48.811
anthropology 521.478 599.060 antropología 44.477 29.864
cultural anthropology 41.226 44.054 antropología cultural 1.385 1.035
social anthropology 19.614 19.075 antropología social 4.376 3.477
ethnology 38.117 38.293 etnología 3.758 3.551
ethnography 54.241 58.603 etnografía 4.501 3.600
anthropological journal 301 278 revista de antropología 206 83
museum of anthropology 10.449 10.233 museo de antropología 1.216 1.091
museum of ethnology 1.812 2.042 museo de etnología 163 97
TOTAL PÁGINAS 35.243.796 31.270.217
2.531.383 3.047.790




TABLA 2
PAÍSES DEL MUNDO: POBLACIÓN, PNB Y PRESENCIA EN INTERNET
-
Población1998
PNB 1998
En Internet (7-08-2000)
Países y territorios
Countries
Millones
habitantes
%
sobre total
per cápita
Dólares
Páginas
en inglés
%
sobre
total
Páginas
x 1000
habitantes
Afganistán Afghanistan 25,000 0,42 380 279.141 0,21 11
Albania Albania 3,000 0,06 810 298.231 0,22 99
Alemania Germany 82,000 1,40 25.850 4.188.611 3,15 51
Andorra Andorra 0,071 0,00 16.930 101.053 0,08 1.423
Angola Angola 12,000 0,20 340 244.374 0,18 20
Antigua y Barbuda Antigua and Barbuda 0,066 0,00 8.300 85.305 0,06 1.293
Antillas Holandesas Netherlands Antilles 0,021 0,00 10.070 103.198 0,08 4.914
Arabia Saudí Saudi Arabia 21,000 0,36 7.110 447.349 0,34 21
Argelia Algeria 30,000 0,51 1.550 259.324 0,19 9
Argentina Argentina 36,000 0,61 8.970 896.800 0,67 25
Armenia Armenia 4,000 0,06 480 250.980 0,19 63
Aruba Aruba 0,080 0,00 13.570 191.924 0,14 2.399
Australia Australia 19,000 0,32 20.300 5.473.724 4,11 288
Austria Austria 8,000 0,14 26.850 1.303.072 0,98 163
Azerbaiyán Azerbaijan 8,000 0,13 490 158.511 0,12 20
Bahamas Bahamas 0,289 0,00 11.890 415.477 0,31 1.438
Bahrein Bahrain 0,619 0,01 7.660 239.097 0,18 386
Bangladesh Bangladesh 126,000 2,14 350 368.225 0,28 3
Barbados Barbados 0,265 0,00 7.890 285.889 0,21 1.079
Bélgica Belgium 10,000 0,17 25.380 1.342.156 1,01 134
Belice Belize 0,228 0,00 2.610 56.779 0,04 249
Benin Benin 6,000 0,10 380 172.866 0,13 29
Bermuda Bermuda Islands 0,062 0,00 30.190 177.393 0,13 2.861
Bielorrusia Belarus 10,000 0,17 2.200 281.858 0,21 28
Bolivia Bolivia 8,000 0,13 1.000 338.954 0,25 42
Bosnia-Herzegovina Bosnia and Herzegovina 2,000 0,03 1.490 434.934 0,33 217
Botsuana Botswana 2,000 0,03 3.600 247.738 0,19 124
Brasil Brazil 166,000 2,83 4.570 1.448.082 1,09 9
Brunei Brunei Darussalam 0,314 0,01 25.310 94.272 0,07 300
Bulgaria Bulgaria 8,000 0,14 1.230 494.237 0,37 62
Burkina Faso Burkina Faso 11,000 0,18 240 160.170 0,12 15
Burundi Burundi 7,000 0,11 140 169.696 0,13 24
Bután Bhutan 0,759 0,01 410 148.431 0,11 196
Cabo Verde Cape Verde 0,412 0,01 1.060 129.935 0,10 315
Camboya Cambodia 11,000 0,18 280 295.832 0,22 27
Camerún Cameroon 14,000 0,24 610 207.445 0,16 15
Canadá Canada 31,000 0,52 20.020 7.782.840 5,84 251
Centroafricana (Rep.) Central African Republic 4,000 0,06 300 56.375 0,04 14
Chad Chad 7,000 0,13 230 150.893 0,11 22
Chile Chile 15,000 0,25 4.810 780.135 0,59 52
China China 1.239,000 21,10 750 3.378.798 2,54 3
Chipre Cyprus 0,753 0,01 11.440 158.730 0,12 211
Colombia Colombia 41,000 0,70 2.600 542.697 0,41 13
Comoras Comoros 0,531 0,01 370 113.983 0,09 215
Congo Congo 3,000 0,05 690 14.852 0,01 5
Corea del Norte North Korea 23,000 0,39 580 183.972 0,14 8
Corea del Sur South Korea 46,000 0,79 7.970 371.833 0,28 8
Costa de Marfil Côte d'Ivoire 14,000 0,24 700 120.457 0,09 9
Costa Rica Costa Rica 4,000 0,06 2.780 462.950 0,35 116
Croacia Croatia 5,000 0,08 4.520 494.330 0,37 99
Cuba Cuba 11,000 0,19 790 596.234 0,45 54
Dinamarca Denmark 5,000 0,09 33.260 1.241.418 0,93 248
Dominica Dominica 0,074 0,00 3.010 116.179 0,09 1.570
Dominicana (Rep.) Dominican Republic 8,000 0,14 1.770 298.625 0,22 37
Ecuador Ecuador 12,000 0,21 1.530 423.776 0,32 35
Egipto Egypt 61,000 1,05 1.290 1.067.291 0,80 17
El Salvador El Salvador 6,000 0,10 1.850 265.039 0,20 44
Emiratos Árabes Unidos United Arab Emirates 3,000 0,04 18.220 298.804 0,22 100
Eritrea Eritrea 4,000 0,07 200 168.088 0,13 42
Eslovaquia Slovakia 5,000 0,09 3.700 341.145 0,26 68
Eslovenia Slovenia 2,000 0,03 9.760 429.691 0,32 215
ESPAÑA Spain 39,000 0,67 14.080 2.135.918 1,60 55
Estados Unidos United States of America 270,000 4,60 29.340 9.284.643 6,97 34
Estonia Estonia 1,000 0,02 3.390 382.415 0,29 382
Etiopía Ethiopia 61,000 1,04 100 325.509 0,24 5
Filipinas Philippines 75,000 1,28 1.050 874.874 0,66 12
Finlandia Finland 5,000 0,09 24.110 1.082.120 0,81 216
Fiyi Fiji 0,827 0,01 2.110 148.193 0,11 179
Francia France 59,000 1,00 24.940 3.971.770 2,98 67
Gabón Gabon 1,000 0,02 3.950 162.239 0,12 162
Gambia Gambia 1,000 0,02 340 165.648 0,12 166
Gaza y Cisjordania Gaza 2,000 0,03 1.540 85.886 0,06 43
Arial Arial 5,000 0,09 930 268.002 0,20 54
Ghana Ghana 18,000 0,31 390 305.586 0,23 17
Granada Grenada 0,096 0,00 3.170 117.396 0,09 1.223
Grecia Greece 11,000 0,18 11.650 1.168.951 0,88 106
Groenlandia Groenland 0,056 0,00 16.610 986 0,00 18
Guadalupe Guadalupe 0,431 0,01 8.780 13.708 0,01 32
Guam Guam 0,149 0,00 10.300 185.570 0,14 1.245
Guatemala Guatemala 11,000 0,18 1.640 395.657 0,30 36
Guayana Francesa French Guayana 0,163 0,00 9.190 860 0,00 5
Guinea Guinea Conakry 7,000 0,12 540 7.721 0,01 1
Guinea-Bissau Guinea-Bissau 1,000 0,02 160 128.902 0,10 129
Guinea Ecuatorial Equatorial Guinea 0,432 0,01 1.500 107.955 0,08 250
Guyana Guyana 0,857 0,01 770 216.057 0,16 252
Haití Haiti 8,000 0,13 410 268.479 0,20 34
Holanda Netherlands 16,000 0,27 24.760 1.785.654 1,34 112
Honduras Honduras 6,000 0,11 730 304.982 0,23 51
Hong Kong (China) Hong Kong (China) 7,000 0,11 23.670 1.621.610 1,22 232
Hungría Hungary 10,000 0,17 4.510 802.247 0,60 80
India India 980,000 16,69 430 2.759.638 2,07 3
Indonesia Indonesia 204,000 3,47 680 1.002.941 0,75 5
Irak Iraq 22,000 0,37 2.560 468.034 0,35 21
Irán Iran 62,000 1,05 1.770 568.617 0,43 9
Irlanda Ireland 4,000 0,06 18.340 2.162.941 1,62 541
Isla de Man Man Island 0,073 0,00 14.120 857 0,00 12
Isla Mayotte Mayotte Island 0,126 0,00 3.730 67.668 0,05 537
Islandia Iceland 0,274 0,00 28.010 153.102 0,12 559
Islas Caimán Caiman Islands 0,036 0,00 21.290 191 0,00 5
Islas del Canal Channel Islands 0,149 0,00 15.600 77.785 0,06 522
Islas Feroe Feroe Islands 0,042 0,00 11.440 96 0,00 2
Islas Marianas Marianas Islands 0,070 0,00 2.270 21.527 0,02 308
Islas Marshall Marshall Islands 0,062 0,00 1.540 117.583 0,09 1.897
Islas Salomón Salomon Islands 0,415 0,01 750 288 0,00 1
Islas Vírgenes (EE UU) Virgin Islands (USA) 0,118 0,00 16.560 389.060 0,29 3.297
Israel Israel 6,000 0,10 15.940 1.922.291 1,44 320
Italia Italy 58,000 0,98 20.250 2.695.327 2,02 46
Jamaica Jamaica 3,000 0,04 1.680 531.060 0,40 177
Japón Japan 126,000 2,15 32.380 3.978.089 2,99 32
Jordania Jordan 5,000 0,08 1.520 243.313 0,18 49
Kazajistán Kazakhstan 16,000 0,27 1.310 216.373 0,16 14
Kenia Kenya 29,000 0,50 330 537.517 0,40 19
Kirguizistán Kyrgyzstan 5,000 0,08 350 139.923 0,11 28
Kiribati Kiribati 0,085 0,00 1.180 111.966 0,08 1.317
Kuwait Kuwait 2,000 0,03 20.910 372.198 0,28 186
Laos Lao 5,000 0,09 330 132.536 0,10 27
Lesoto Lesotho 2,000 0,04 570 173.355 0,13 87
Letonia Latvia 2,000 0,04 2.430 340.586 0,26 170
Líbano Lebanon 4,000 0,07 3.560 615.858 0,46 154
Liberia Liberia 3,000 0,05 240 188.294 0,14 63
Libia Libya 5,000 0,09 6.310 201.113 0,15 40
Liechtenstein Liechtenstein 0,032 0,00 36.760 158.281 0,12 4.946
Lituania Lithuania 4,000 0,06 2.440 347.775 0,26 87
Luxemburgo Luxembourg 0,427 0,01 43.570 466.597 0,35 1.093
Macao Macao 0,455 0,01 17.800 37.106 0,03 82
Macedonia Macedonia 2,000 0,03 1.290 187.163 0,14 94
Madagascar Madagascar 15,000 0,25 260 216.390 0,16 14
Malaisia Malaysia 22,000 0,38 3.600 1.107.933 0,83 50
Malaui Malawi 11,000 0,18 200 218.103 0,16 20
Maldivas Maldives 0,262 0,00 1.230 151.506 0,11 578
Malí Mali 11,000 0,18 250 213.714 0,16 19
Malta Malta 0,378 0,01 9.440 136.304 0,10 361
Marruecos Morocco 28,000 0,47 1.250 376.994 0,28 13
Martinica Martinica 0,397 0,01 12.875 751 0,00 2
Mauricio Mauritius 1,000 0,02 3.700 122.119 0,09 122
Mauritania Mauritania 3,000 0,04 410 150.132 0,11 50
México Mexico 96,000 1,63 3.970 3.613.521 2,71 38
Micronesia (F. E. de) Micronesia (Federated States of) 0,113 0,00 1.800 168.625 0,13 1.492
Moldavia Moldova 4,000 0,07 410 187.561 0,14 47
Mónaco Monaco 0,032 0,00 26.100 24.884 0,02 778
Mongolia Mongolia 3,000 0,04 400 212.636 0,16 71
Mozambique Mozambique 17,000 0,29 210 253.735 0,19 15
Myanmar Myanmar 44,000 0,76 1.800 214.335 0,16 5
Namibia Namibia 2,000 0,03 1.940 272.278 0,20 136
Nauru Nauru (Island)


105.482 0,08 ??
Nepal Nepal 23,000 0,39 210 410.456 0,31 18
Nicaragua Nicaragaua 5,000 0,08 410 294.624 0,22 59
Níger Niger 10,000 0,17 190 192.614 0,14 19
Nigeria Nigeria 121,000 2,07 300 396.182 0,30 3
Noruega Norway 4,000 0,07 34.330 1.214.397 0,91 304
Nueva Caledonia New Caledon 0,206 0,00 10.330 7.259 0,01 35
Nueva Zelanda New Zealand 4,000 0,06 14.700 1.889.920 1,42 472
Omán Oman 2,000 0,03 5.170 254.265 0,19 127
Pakistán Pakistan 132,000 2,24 480 817.342 0,61 6
Palau Palau Island 0,019 0,00 4.470 99.212 0,07 5.222
Panamá Panama 3,000 0,05 3.080 503.128 0,38 168
Papúa Nueva Guinea Papua New Guinea 5,000 0,08 890 283.387 0,21 57
Paraguay Paraguay 5,000 0,09 1.760 271.783 0,20 54
Perú Peru 25,000 0,42 2.460 632.507 0,48 25
Polinesia Francesa French Polynesia 0,228 0,00 9.110 127.670 0,10 560
Polonia Poland 39,000 0,66 3.900 1.041.609 0,78 27
Portugal Portugal 10,000 0,17 10.690 906.163 0,68 91
Puerto Rico Puerto Rico 4,000 0,06 8.320 814.782 0,61 204
Qatar Qatar 0,742 0,01 14.090 219.336 0,16 296
Reino Unido United Ringdom 59,000 1,01 21.400 4.542.500 3,41 77
Congo (República Democrática) Democratic Republic of the Congo 48,000 0,82 110 114.061 0,09 2
Checa (República) Czech Republic 10,000 0,18 5.040 647.257 0,49 65
Reunión Reunion Island 0,687 0,01 7.270 167.636 0,13 244
Ruanda Rwanda 8,000 0,14 230 232.577 0,17 29
Rumania Romania 23,000 0,38 1.390 565.031 0,42 25
Rusia Russia 147,000 2,50 2.300 1.902.360 1,43 13
Saint Kitts-Nevis Saint Kitts and Nevis 0,041 0,00 6.130 42.248 0,03 1.030
Samoa Americana American Samoa 0,063 0,00 3.520 123.842 0,09 1.966
Samoa Occidental Samoa 0,176 0,00 1.020 114.081 0,09 648
San Marino San Marino


116.397 0,09 ??
San Vicente y Granadinas Saint Vincent and the Grenadines 0,113 0,00 2.420 51.931 0,04 460
Santa Lucía Saint Lucia 0,160 0,00 3.410 78.233 0,06 489
Santo Tomé y Príncipe Sao Tome and Principe 0,142 0,00 280 82.200 0,06 579
Senegal Senegal 9,000 0,15 530 233.607 0,18 26
Seychelles Seychelles 0,079 0,00 6.450 156.072 0,12 1.976
Sierra Leona Sierra Leone 5,000 0,08 140 255.490 0,19 51
Singapur Singapore 3,000 0,05 3.060 1.567.706 1,18 523
Siria Syria 15,000 0,26 1.020 326.784 0,25 22
Somalia Somalia 10,000 0,17 150 210.240 0,16 21
Sri Lanka Sri Lanka 19,000 0,32 810 494.024 0,37 26
Suazilandia Swaziland 0,988 0,02 1.400 179.157 0,13 181
Sudán Sudan 28,000 0,47 290 291.573 0,22 10
Suecia Sweden 9,000 0,15 25.620 1.772.596 1,33 197
Suiza Switzerland 7,000 0,12 40.080 1.594.877 1,20 228
Suráfrica South Africa 41,000 0,70 2.880 1.606.311 1,21 39
Surinam Suriname 0,413 0,01 1.660 108.745 0,08 263
Tailandia Thailand 61,000 1,04 2.200 1.062.278 0,80 17
Tanzania Tanzania 32,000 0,55 210 317.990 0,24 10
Tayikistán Tajikistan 6,000 0,10 350 133.973 0,10 22
Togo Togo 4,000 0,07 330 178.559 0,13 45
Tonga Tonga 0,099 0,00 1.690 196.305 0,15 1.983
Trinidad y Tobago Trinidad and Tobago 1,000 0,02 4.430 225.392 0,17 225
Túnez Tunisia 9,000 0,16 2.050 258.077 0,19 29
Turkmenistán Turkmenistan 5,000 0,08 700 154.929 0,12 31
Turquía Turkey 63,000 1,07 3.160 1.399.328 1,05 22
Ucrania Ukraine 50,000 0,86 850 564.916 0,42 11
Uganda Uganda 21,000 0,36 320 295.374 0,22 14
Uruguay Uruguay 3,000 0,06 6.180 369.057 0,28 123
Uzbekistán Uzbekistan 24,000 0,41 870 195.535 0,15 8
Vanuatu Vanuatu 0,182 0,00 1.270 144.568 0,11 794
Vaticano (Ciudad) Vatican City


195.715 0,15 ??
Venezuela Venezuela 23,000 0,40 3.500 502.648 0,38 22
Vietnam Viet Nam 78,000 1,32 330 120.115 0,09 2
Yemen (Rep.) Yemen 16,000 0,27 300 209.945 0,16 13
Yibuti Djibouti 0,653 0,01 780 145.093 0,11 222
Yugoslavia Yugoslavia 11,000 0,18 1.380 618.993 0,46 56
Zambia Zambia 10,000 0,17 330 284.342 0,21 28
Zimbabue Zimbabwe 12,000 0,20 610 528.554 0,40 44
TOTAL
5.870,00 100
133.159.646 100


 Gazeta de Antropología