Nuestro interés por los productos naturales se inicia frecuentemente por los intentos para aislar y clarificar el factor
fisiológicamente activo de origen animal o vegetal, como ocurrió con los descubrimientos y las investigaciones sobre la morfina (1806),
las penicilinas (1939) y las prostaglandinas (1963). Aproximadamente la mitad de las medicinas que actualmente se usan son productos naturales, p.ej.
los alcaloides, y los antibióticos, o análogos sintéticos. Por todo ello, se emplea frecuentemente una clasificación que
representa la actividad fisiológica, como p.ej. las hormonas, vitaminas, antibióticos y micoxinas. Aunque los compuestos
que pertenecen a cada grupo tienen diversas estructuras y orígenes biosintéticos, ocasionalmente se encuentra una estrecha
correlación entre tales aspectos y la actividad.
Por ejemplo, entre las variaciones estructurales encontradas en esteroides, los que exhiben actividad cardiotónica
(cardenolidas y bufadienolidas) se caracterizan en primer lugar por una unión cis entre los ciclos, en segundo lugar
por la presencia de un resto de azúcar en C-3 y, en tercer lugar, por la existencia de una lactona conjugada de 5 ó 6 miembros en C-17.