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El Reto de la Universidad ante el siglo XXI

Rául Villar (Rector de la Universidad Autónoma de Madrid) pronunció una conferencia en el Club Siglo XXI de Madrid, en la que habló de los retos para la Universidad del próximo milenio. Destacó la necesidad de llegar a un pacto de Estado para una financiación de la institución universitaria fuera del alcance de vaivenes económico-políticos. Señaló la responsabilidad de la Universidad en una sociedad moderna, en la que debe responder con sus investigaciones ante los ciudadanos y conservar, sin perder de vista los nuevos tiempos, su misión fundamental: la creación, transmisión y difusión de saberes y culturas.
Pilar Cuena. Universidad Autónoma de Madrid/ "La solución a los problemas del conocimiento no pasa por la implantación de planes de estudio de amplísimo detalle y larga duración. Al estudiante hay que enseñarle lo que pueda aprender". Así se manifestó Raúl Villar, rector de la Universidad Autónoma de Madrid, en la conferencia que ofreció el pasado semestre, en el Club Siglo XXI de Madrid.
Otro de los aspectos que el rector de la Autónoma planteó en su conferencia, titulada "El Reto de la Universidad ante el siglo XXI", fue la necesidad de llegar a un pacto de Estado para financiar la Universidad de forma que "no esté sujeta al albur de las coyunturas económicas de ciclo corto que puedan aquejar nuestra economía".
Raúl Villar no dudó en apostar por los jóvenes ya que, en su opinión "son el valor más rentable en el que invertir, y la creciente movilidad de los estudiantes es un importante factor europeo de cohesión" y subrayó que "en las Universidades los estudiantes no solo deben formarse académicamente, sino también humana y moralmente, y adquirir un espíritu universitario con el que posteriormente deben impregnar la sociedad." "Este es uno de los retos -remarcó Villar- más delicados aun con la masificación estudiantil- en España hay actualmente 1 millón y medio de universitarios- que requiere de objetivos y medios adecuados. Otro tanto puede decirse del reto de la calidad".
El rector de la Universidad Autónoma de Madrid aludió a los temas más candentes de la actualidad universitaria y social, manifestando que "no es fácil hacer un diseño imaginario de como pueda ser la Universidad dentro de 30, 40 ó 50 años, entre otras razones porque no es fácil hacerse una idea de cómo será la sociedad de ese próximo futuro. La Universidad no es una institución dotada de un espíritu único y unívoco, muy al contrario, es el cabal reflejo de la sociedad de la que se nutre, y a la que sirve, y de las circunstancias materiales que en el seno de esta se producen". "30, 40 o 50 años atrás - matizó- eran impensables algunos de los rasgos más característicos de nuestra compleja sociedad actual, como el impresionante desarrollo de las comunicaciones, la informática, la medicina; y, en un plano distinto, el ejemplar tránsito de un régimen dictatorial en nuestro país a un sistema democrático o la decidida integración de España en la Comunidad Europea".
Según Raúl Villar, "la aparición de nuevas enfermedades agrietan nuestra confianza en el progreso científico y, naturalmente, la sociedad vuelve la vista hacia la institución que, desde hace ya siglos, aglutina a los investigadores. Problemas que ya estaban latentes hace unas décadas, como la conservación de un mundo habitable para las generaciones venideras o las alternativas energéticas a los combustibles fósiles, demandan hoy soluciones más urgentes cuanto más transcurren los años. Sin duda, han de producirse cambios imprevisibles en el terreno político y social que, con toda seguridad, influirán decisivamente en nuestros modos de pensar. Ni la Institución universitaria se resignó, ni se resignará a ser un mero sujeto pasivo de estos cambios, sino que ha de seguir contribuyendo de forma destacada a la reflexión, a la investigación y al estudio sobre estas y otras cuestiones, procurando que de su seno manen soluciones y alternativas reales a aquellos problemas. Después los ciudadanos, libre y democráticamente, a través de sus representantes políticos, ensayarán unas u otras vías de desarrollo y convivencia".
El aceleradísimo ritmo de transformaciones en lo que se refiere a nuevas tecnologías y a la complejidad del sistema productivo y económico llevan a Villar a la siguiente reflexión: "la Universidad no prepara, ni probablemente pueda hacerlo, para ejecutar actividades completamente nuevas, la solución a este problema no estriba en una especialización cada vez más intrincada, que creo perjudicial a medio y largo plazo, basada en unos planes de estudio de amplísimo detalle y longitud. El joven licenciado de nuestra época y, con mayor motivo el del siglo XXI, lo que necesita es una fuerte formación básica, un hábito de estudio y unas técnicas de investigación que le permitan estar en condiciones de seguir aprendiendo de forma permanente tras su incorporación al mundo del trabajo. En esa necesaria y permanente actualización del conocimiento profesional la Universidad puede y debe prestar su colaboración. De hecho, ya ha comenzado a hacerlo, organizando cursos de actualización y reciclaje en combinación con instituciones y empresas que se muestran de forma creciente interesadas en tales fórmulas de colaboración. Existe, pues, una fructífera coincidencia entre el mundo de la Universidad y el mundo "real".
La misión de la Universidad en una sociedad moderna es la creación, transmisión y difusión de saberes y culturas, o dicho en otras palabras, la enseñanza superior, la investigación y la influencia cultural sobre la sociedad."." Estoy convencido,-continuó Villar- de que estos papeles básicos de la Universidad no van a cuestionarse en los próximos decenios, lo que no obsta para que el modo de desarrollarlos y los previsibles cambios que se producirán en la estructuración de la sociedad y en sus hábitos habrán de tener su reflejo en la Universidad y en el papel que esta desempeña".
Cambiando de tercio, Raúl Villar considera muy positiva la tendencia creciente al intercambio de estudiantes con Universidades de otros países, especialmente de la Comunidad Europea. "A la importancia de este fenómeno para nuestras Universidades se añadirá la de convertirse en un factor más, y probablemente más próximo, más humano, de auténtica cohesión social dentro de ese viejo proyecto de una Europa más unida".
La investigación
La segunda gran tarea de la Universidad para Raúl Villar es la investigación. "Una Universidad en la que la investigación no sea una de sus actividades prioritarias no merece el nombre ni la consideración de tal". " No negaré que en una sociedad con cierto nivel de desarrollo, como es la española, sea deseable que una parcela de la investigación sobre todo aplicada y de desarrollo, se realice en las empresas; pero lo que afirmo con contundencia es que los ciudadanos confían en que el grueso de la investigación se realice en la Universidad".
La Universidad -dijo- tiene encomendada la investigación, entendiendo esta en el sentido amplio que va desde las humanidades y ciencias sociales hasta las ciencias naturales y las técnicas y la medicina; "sin embargo, algunas Universidades, como la mía, no reciben ninguna subvención ordinaria para investigación. Esta política es incorrecta y debe cambiar en el futuro. La Universidad es el lugar institucional donde se investigan saberes básicos, fundamentales". El rector definió a la Universidad como "una institución que solo ha sido grande cuando en ella se ha pensado con, desde y sobre la libertad".


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