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Diálogo Iberoamericano

Núm. 10 / julio-agosto 1997. Pág. 12

Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Concepción: un nuevo espacio para la vida

La Universidad de Concepción (Chile) realiza una nueva propuesta como complemento a sus funciones tradicionales de docencia, investigación y extensión. La idea de levantar el Museo de Ciencias Naturales comienza a tomar forma en 1996 como una iniciativa tendiente a cumplir tres objetivos principales, orientados tanto hacia la vida universitaria, como a la población en general. Conservar, investigar y enseñar son los propósitos que se pretende cumplir mediante este proyecto que, sin duda, formar parte del patrimonio de la ciudad como un tesoro científico-cultural.

Vilma V. Meneses Catalán (Universidad de Concepción. Para llevar a cabo esta ambiciosa empresa, la Universidad llamó al equipo que remodeló el Museo Nacional de Historia Natural de París, los arquitectos Borja Huidobro, Premio Nacional de Arquitectura 1991, y Roberto Benavente, para que aportaran su creatividad, talento y experiencia, transformando los 5 mil metros cuadrados de terreno en un museo cuya edificación, vanguardista y de gran valor arquitectónico, se alce como un hito, no sólo del Campus sino también de la ciudad de Concepción, y se integre armoniosamente al paisaje.
Las colecciones
Diferentes facultades albergan numerosas -y valiosas- colecciones, botánicas, zoológicas, antropológicas, mineralógicas, paleontológicas, las que carecen de un espacio destinado especialmente para ellas, que cuente con las características de conservación y almacenamiento, adecuadas para mantenerlas en buenas condiciones.
Los 30 mil ejemplares que conforman la Colección Paleontológica, considerada una de las más importantes de Sudamérica y del hemisferio sur, requieren de un lugar que permita a la comunidad acceder a ella sin provocar daños que, dadas las particularidades, podrían provocar la destrucción, o deterioro, de material que data de períodos como el Cretácico Superior, Jurásico Superior y Cretácico Inferior (136 millones de años).
La Colección de Botánica y el Herbario de la Universidad cuenta con más de 150 mil especies debidamente catalogadas, constituye la recopilación más importante del país de plantas vasculares y se inició en 1924.
Importante patrimonio científico, la Colección de Zoología tiene más de medio millón de ejemplares, los que han sido recolectados a través de aportes efectuados por investigadores, provenientes de diferentes regiones del territorio nacional, incluyendo la Antártica y mar chileno.
Formada por más de 74 mil piezas, recolectadas por alumnos y docentes y gracias a donaciones de particulares e instituciones, la Colección Antropológica, está compuesta por instrumentos musicales, toquicuras y pipas mapuches, cerámica en fragmentos, piedras horadadas, muestras de fauna y líticos, herramientas y piezas de platería de las distintas culturas precolombinas.
La Colección Mineralógica, de gran riqueza estética, es representativa de la cultura minera y geológica característica de Chile. Iniciada en 1919, alcanza actualmente más de 4 mil ejemplares.
Junto a estos espacios, el proyecto Museo contempla una exposición permanente sobre el origen de la vida -que pretende entregar una perspectiva evolutiva desde la formación del universo hasta nuestros días- además de exposiciones temporales, ciclos de conferencias y talleres.
Turismo Cultural
Como es ya tradicional la Universidad de Concepción constituye un paseo que ha encantado a varias generaciones de penquistas y de personas que pasan por la ciudad, y que no pueden continuar su viaje, sin haber visitado uno de los lugares más hermosos y representativos de la región: su Campus abierto, rodeado de parques y que alberga la Casa del Arte, que contiene la colección más grande de pintura chilena y que ostenta el título de museo más visitado este país.


Comunicación y ciudad: un reto para el próximo siglo

Cómo los comunicadores interpretan y se enfrentan a los grandes centros urbanos será uno de los retos principales de los profesionales de la comunicación el próximo siglo, de acuerdo con la antropóloga y comunicadora mexicana Rossana Reguillo. "Las tendencias en el mundo indican que el próximo siglo será el siglo de las ciudades", aseguró Reguillo quien está en la isla como profesora invitada de la Escuela de comunicación Pública de la Universidad de Puerto Rico.

Odalys Rivera (Universidad de Puerto Rico). / La autora de "En la calle otra vez", libro que analiza la vida de las pandillas de los suburbios urbanos en México, declaró que las estadísticas indican que el 75 por ciento de los habitantes del continente americano vivirán en las ciudades para el año 2000. Este hecho, afirma, coloca en los comunicadores la gran responsabilidad de interpretar adecuadamente estos espacios que se verán presionados por la violencia, la pobreza y la delincuencia. Acusó a los medios de comunicación, particularmente los electrónicos, de fomentar una visión estereotipada de la ciudad, obstaculizando el paso de una cultura cívica, basada en la sana convivencia.
Puerto Rico no es la excepción. Reguillo señaló como ejemplo de su tesis que nuestros telenoticiarios destacan entre sus primeras noticias las informaciones policíacas de incidentes violentos que tienden a crear "el imaginario" de que el país está arropado por una ola de crímenes y asaltos que hacen imposible el libre movimiento de los ciudadanos en las calles. Esto, según Reguillo, impide que la gente utilice la ciudad por un temor fundado en lo que ella llama "el imaginario de la violencia".
La profesora urgió a los profesionales de la comunicación a romper con este imaginario. "Estos medios", dijo al referirse a los medios que subrayan la violencia en la ciudad,"están contribuyendo a la erosión del vínculo social". Añadió que estos estilos de comunicación abonan a que se rompa la cultura de la ciudad y se deteriore el tejido social, ya erosionado por otros factores. "Esto es un grave problema porque no tenemos otra opción más que de vivir juntos y desarrollar esta cultura ciudadana de convivencia y democracia", afirmó.
Para enfrentar este gran reto, la investigadora recomendó profesionalizar el trabajo de la comunicación y las escuelas de comunicación tienen mucho que aportar en ello, según entiende. No obstante, para lograrlo será preciso resolver la "falsa dicotomía entre la teoría y la práctica". "Mientras en la escuela de comunicación no se asuma que no debe haber esta separación estúpida entre la teoría y la práctica no vamos a avanzar a ningún lado", advirtió. Reguillo destacó la necesidad de que estudiantes y profesores de comunicación se involucren en procesos reales de la sociedad. "Hay que sacar a la universidad de las aulas y llevar a los estudiantes junto con grupos de profesores a la comunidades, a los barrios, a la ciudad, a los medios, a las fábricas", sugirió la investigadora que ofrece en la UPR los cursos graduados: "Cultura urbana y Comunicación intercultural".
También urgió a los estudiantes a adquirir una profunda capacitación conceptual que los ayude a pensar la sociedad. Al respecto, indicó que varias universidades latinoamericanas ya están tomando nota sobre este asunto y han comenzado a realizar cambios, como en México, Colombia y Argentina, donde se ofrecen desde niveles tempranos en la licenciatura, cursos que ayudan a los estudiantes a desatar procesos de reflexión histórica, política y cultural.
--Fuente: "Diálogo" (Universidad de Puerto Rico).


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