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Diálogo Iberoamericano

Núm. 16 / julio-agosto 1998. Pág. 20

Degradación de suelos en ambientes forestales

La Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de Valencia, España, efectúan trabajos para conocer la degradación de suelos en dos regiones de la República Mexicana.

Roberto Velasco Corona (Universidad Nacional Autónoma de México). La diversidad biológica sobre la faz de la Tierra, incluido el ser humano, tiene un soporte fundamental que permite su existencia: el suelo. Esta parte superficial de la corteza terrestre, cuyo espesor abarca desde unos cuantos centímetros hasta tres metros, corre actualmente serios riesgos en grandes zonas del planeta. La acelerada erosión y la desertificación son un par de ejemplos.
En México, hay áreas que pierden anualmente entre 600 kilogramos y 100 toneladas de suelo por hectárea. Asimismo, el 75 por ciento del territorio nacional presenta tendencia a la desertificación o niveles de erosión que van desde un daño mínimo hasta la total desaparición del recurso edáfico. Su destrucción representa la pérdida de un elemento natural que puede tardar en formarse, bajo las mejores condiciones, de 2 mil a 3 mil años. Estudiar los problemas que afectan a este recurso y ofrecer soluciones para su conservación, es una tarea de las ciencias del suelo o edáficas. En particular, el Laboratorio de Edafología de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México lleva a cabo estudios sobre degradación de suelos en dos zonas de México: la Sierra Norte de Puebla y en las sierras Nevada y de Citlaltépetl, en el Eje Neovolcánico. Los trabajos de investigación pueden servir para entender problemas similares en otras regiones del país.
El mayor problema en estos sitios es el cambio en el uso del suelo, ya que la tala del bosque para cultivar maíz, calabaza o frijol, favorece la acción erosiva de la lluvia sobre un suelo desprovisto de su cobertura vegetal original. En particular, la Sierra Norte de Puebla no sólo padece una alta precipitación pluvial al año, sino que hay chubascos particularmente intensos, en los que las grandes pérdidas de suelo conducen a la denudación y degradación paulatina e intensa.
Para la Dra. Norma García Calderón, responsable del Laboratorio de Edafología, la pérdida del suelo ocasiona que las cosechas sean cada vez menores. La producción de una hectárea de maíz en sitios con cierto deterioro es similar a la ganancia que proporciona la madera de un sólo árbol. Además, la explotación racional del bosque no sólo incluye madera, sino resinas y semillas, entre otros productos.
El objetivo del proyecto del Laboratorio de Edafología, coordinado la Dra. García Calderón, es estudiar los coloides orgánicos e inorgánicos, cuya función es absorber agua y nutrimientos. Además tiene el propósito de obtener conocimientos que permitan atender problemas de erosión en otras entidades del país, sobre todo con una visión preventiva.
En fecha reciente, se integraron al proyecto especialistas de la Universidad de Valencia, España, quienes han estudiado problemas similares en esa entidad española. El trabajo de los grupos de investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México y la institución ibérica, en el marco de los convenios de colaboración que mantienen ambas casas de estudio, contempla la formación de recursos humanos, aspecto fundamental para atender en el futuro los problemas edáficos que enfrentan México y España.
Fuente: Boletín Intercambio Académico, núm. 85. UNAM


UCV coordinará investigación y desarrollo en campos petrolíferos venezolanos

Rosanna Marotta (Universidad Central de Venezuela). El acuerdo suscrito entre PDVSA, primer consorcio petrolero venezolano y la empresa Corpomene, de la Universidad Central de Venezuela (UCV), para el estudio de reactivación de campos marginales de crudo en el estado oriental de Anzoátegui, constituye el primer contrato firmado a nivel internacional entre una industria petrolera y una Universidad, donde ésta última aportará la mayor parte del recurso humano y la coordinación necesaria para las investigaciones.
El convenio se inicia con un estudio de factibilidad para la exploración y explotación de crudo liviano en los campos petrolíferos de Socororo, Caricari y Cachicamo. El mismo deberá ser concluido en un lapso de 20 semanas (14 mil horas hombre), a partir del cual será constituida una empresa de capital mixto entre la Universidad Central de Venezuela y PDVSA para operar directamente en los campos.
El Vicerrector Académico de la UCV, Giusseppe Giannetto, destacó que los principales beneficios de este nuevo contrato entre la Universidad y la filial de PDVSA, se traducen en la posibilidad de generar investigación, conocimientos y formación de docentes y estudiantes en laboratorios a escala real. Cabe destacar que aun cuando las principales facultades que participarán del convenio son las de Ciencias e Ingeniería, el mismo implicará a su vez un estudio transdisciplinario entre diversas escuelas para determinar el impacto socioeconómico del desarrollo industrial en la zona.
César Pieve, profesor universitario y presidente de la empresa Corpomene, afirmó que según las estimaciones de PDVSA, en los campos marginales existen cerca de 500 millones de barriles fiscales (de 159 litros a presión y temperatura ambiental) y hasta la fecha sólo se han extraído 9,9 millones, menos del 2% del petróleo in situ. "Cuando la empresa mixta inicie las explotaciones -afirma Pieve- podrían ser extraídos cerca de 200 barriles de petróleo cuyos dividendos quedarán en manos del accionista mayoritario, la UCV".
En los campos de Socororo, Caricari y Cachicamo, ubicados en el centro-oeste del estado Anzoátegui, (a unos 90 Km de la ciudad de El Tigre) existe una gran variedad de pozos, con crudos que van de los 14¡ API (petróleo pesado) hasta 44¡ (liviano). En promedio, se-ala el Giusseppe Giannetto, doctor en Ciencias Físicas, la mezcla del petróleo localizable resulta liviana.
La empresa consultora Corpomene tiene a su cargo el objetivo de comprobar la factibilidad de exploración y explotación del crudo. Y podría incluso, extender sus servicios a las transnacionales petroleras que, dentro de la apertura petrolera venezolana, inician operaciones en el país.


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