La investigación con embriones es algo que ha perdido interés para aplicaciones biomédicas, aunque haya quien se resista a abandonar este camino, más por intereses económicos, posibles patentes o incluso políticos e ideológicos, que por razones de utilidad científica o médica.
El ser humano cuenta con células madre en todas las etapas de la vida y no solo en los embriones. Existen células madre de adulto, o para ser más precisos, post-embrionarias, en el líquido amniótico, el feto, el cordón umbilical y, tras el nacimiento, en la mayoría de los tejidos durante la vida adulta. Las ventajas de la utilización de las células madre adultas son las siguientes: No producen rechazo inmunológico en el receptor (el donante es, a la vez, el paciente a tratar con estas células); su obtención es relativamente sencilla, una punción esternal para obtener médula ósea, una biopsia de piel o la extracción de tejido adiposo subcutáneo; no dan lugar a tumores. Se trata de células más moderadas en su actividad proliferativa; y sobre todo no plantean problemas éticos, pues no se manipula ni se destruye ninguna vida. Éste es el punto más decisivo para decantarse por el uso de células madre procedentes de adulto.
La búsqueda de mejores resultados para la obtención de líneas celulares destinadas a la medicina reparadora cambió cuando los investigadores empezaron a darle importancia a los genes responsables de la totipotencialidad. Hoy la investigación en este campo ha derivado hacia la prometedora reprogramación celular, mediante la utilización de métodos de inducción de expresión de genes en células diferenciadas.
Esto ha dado lugar a las llamadas células iPS (células pluripotentes inducidas), que se obtienen de tejidos somáticos y no plantean problemas éticos, siendo más fáciles de inducir que las embrionarias. Tras este nuevo camino,la gran mayoría de los investigadores que trabajan con células madre han abandonado la utilización de embriones, entre ellos Ian Wilmut el creador de la oveja Dolly. Muchos creen que las células iPS y la nueva tecnología de la reprogramación genética, sustituirán con ventaja a las células madre embrionarias, tanto con fines experimentales como terapéuticos.
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