La cantidad de sustancia no ionizada es función de la constante de disociación (pka) del tóxico y del pH del medio. La relación entre pH y pK viene dada por la Ecuación de Henderson-Hasselbach, que es distinta para ácidos o bases.
Esto tiene mucho interés desde el punto de vista toxicológico porque las formas no ionizadas son más liposolubles y, por tanto, son capaces de atravesar la membrana biológica. Lo contrario ocurre con las formas ionizadas, que son hidrosolubles. La proporción forma ionizada/forma no ionizada se puede manejar terapéuticamente, controlando así la absorción de algunos tóxicos.
De aquí podemos sacar algunas conclusiones prácticas: los ácidos débiles está poco disociados en medio ácido (estómago) y se absorben con facilidad, al predominar las formas no ionizadas (liposolubles). Desde el punto de vista terapéutico estas intoxicaciones se benefician de una alcalinización gástrica. Todo lo contrario sucede con las bases débiles.