Nació el 15
de Julio de 1909 en Oloron-Sainte-Marie, en el suroeste de Francia. Su padre
era profesor de matemáticas y ella creció
en un hogar donde se estimuló su interés por la lectura y los viajes.
Suzanne Honoré se licenció en Historia por la
Universidad de Bordeaux e ingresó en la École des Chartes de París, donde
adquirió experiencia en Archivística y Paleografía.
Se graduó en
1932 como primera de su promoción, una distinción que la llevó a una plaza
en la École Française de Rome, un instituto francés de estudios avanzados en
historia medieval. Permaneció en Roma desde 1932 hasta 1934, cuando fue
destinada a la École des Hautes Études Hispaniques en Madrid. Allí continuó
su trabajo académico en Historia Medieval Española. Después de dos años en
Madrid, se casó con Pierre Honoré, un escultor francés y tuvo tres hijos: Michel, Georges y Olivier.
En 1936
empezó su carrera en la Bibliothèque Nacionale como auxiliar, siendo
nombrada bibliotecaria seis años después.
Posteriormente sirvió en los departamentos de libro impreso y de
publicaciones oficiales.
En 1962
preparó un estudio comparativo de publicaciones oficiales desde la
perspectiva de su uso en relaciones públicas. Su informe fue presentado al
Congrès Internacional des Sciences Administratives en 1952 y publicado
al año siguiente.
En 1953
Honoré fue nombrada Directora del Departamento de Intercambios Internacionales,
departamento reorganizado bajo su dirección. Dejó el puesto
en 1967 para encargarse del Départament des Entreés, la unidad responsable
del deposito del copyright, de la adquisición de libros y de la
catalogación.
En 1964 fue
elegida Presidenta de la
Association des Bibliothécaires Français (ABF) proporcionando liderazgo en un momento en el
que se procedió a la revisión de los estatutos de la Asociación. Fue
reelegida hasta 1969.
Durante más
de cuatro décadas de servicio en la Biblioteca Nacional, Suzanne Duvergé
Honoré llegó a ser conocida tanto en Francia como en el extranjero, como una
especialista en catalogación y publicaciones oficiales.
Aparte de
sus responsabilidades administrativas en la biblioteca nacional, despertó un
temprano interés por la investigación histórica, contribuyendo a la
estandarización de las prácticas catalográficas francesas y promoviendo el
intercambio internacional de datos bibliográficos a través de su trabajo en
la Internacional Federation of Library Associations (IFLA).
También jugó
un papel importante en la Association des Bibliothécaires Français (ABF) y
sirvió durante 15 años como Secretaria General del Syndicat des
Bibliothécaires, la Unión de bibliotecas francesas.