Publicado por vez primera en: Hackmeeting Barcelona (2001)
Echelon y la gran familia
Arturo Quirantes Sierra
Antiguamente (es decir, hace cinco o diez años) los internautas nos sentíamos
seguros de que nadie intentaría controlar, patrullar o espiar ese novedoso
sistema de intercomunicación humana que llamamos Internet. Creyendo que tal
hazaña equivaldría a poner puertas al desierto, nos sentimos seguros en los
números. Demasiado grande, demasiado extendida. Eso suponíamos.
Nos equivocamos. Probablemente también se equivocaron los radioaficionados, los
usuarios de teléfonos, los periodistas del siglo XIX. Cada vez que un nuevo modo
de comunicación aparece o se desarrolla, los gobiernos saltan a la arena para a)
espiar, b) controlar, c) legislar. Todo por nuestro propio bien, por supuesto.
En la actualidad, la red de redes es un bocado demasiado grande incluso para las
fuerzas del "lado oscuro." Pero eso no significa que éstas se sienten a un lado.
Durante los últimos años hemos asistido a esfuerzos gigantescos en ese
sentido... y a contraesfuerzos en sentido opuesto. La eterna lucha entre el
"déjame en paz" y el "es por tu bien" continúa. Quién acabará venciendo a la
postre es algo que no me atrevo a vaticinar. Pero entretanto, de sabios es
informarse. ¿Qué fisgones pululan por nuestras redes de comunicaciones? Vamos a
ver quiénes son. O, al menos, intentémoslo. Y, puesto que de diseccionar al Gran
Hermano se trata, nada mejor que comenzar por el más grande de ellos: una
contra-red denominada Echelon.
ORÍGENES DE ECHELON
Considerando que el revuelo generado por Echelon tiene tan sólo unos pocos años
(lo que hace creer a algunos que solamente se dedica al espionaje de las
comunicaciones por Internet), resulta chocante aprender que sus orígenes datan
de finales de la Segunda Guerra Mundial. Hacia 1947, la colaboración
anglo-norteamericana en materia de espionaje electrónico cristalizó en la
denominada alianza UKUSA entre Estados Unidos y el Reino Unido, a la que
posteriormente se unieron Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
No sabemos cuál fue la fecha de nacimiento de Echelon, aunque se cree que ha
estado en funcionamiento desde al menos los años 70, puede que incluso los 60
(como es de suponer, no hay mucha información oficial al respecto, así que los
"se cree" y "se supone" abundarán en lo que sigue). EEUU y el Reino Unido, los
dos socios fundadores, decidieron entonces obtener "inteligencia" a partir de
las redes de comunicaciones civiles. Posteriormente, en los años 80, se admitió
la entrada a los otros tres socios menores (incluso parece ser que Irlanda ha
sido recientemente invitada a participar, noticia no confirmada hasta ahora).
Desde entonces, tanto sus objetivos como sus medios se han extendido sin pausa.
Aparte de escuchas telefónicas, se interceptan faxes, mensajes de correo
electrónico ... todo lo que sirva para enterarse de las cosas.
Echelon fue un hijo de la guerra fría. Entonces, ¿por qué sigue vivo? Quizá en
cumplimiento de un viejo proverbio: si no está roto, no lo arregles. Se buscan
ahora nuevos enemigos: terroristas internacionales, narcotraficantes, redes de
contrabando nuclear. Y por supuesto, los indeseables de mal vivir que, según los
amantes de la ley y el orden, pueblan ahora Internet. Para los espías, Echelon
es un juguete demasiado bueno. Si no existiera, habría que inventarlo. Y ahí
sigue.
EL MUNDO EN SUS MANOS
El que la poderosa Agencia de Seguridad Nacional (NSA) norteamericana colabore
con otros socios no es simple generosidad. Hay poderosos motivos. En primer
lugar, contar con otras agencias amigas permite "repartirse el mundo." Dentro
del club Echelon, el Reino Unido se encarga del espionaje electrónico en África
y la zona europea al este de los Urales; Canadá cubre las latitudes
septentrionales y polares; Australia tiene asignada Oceanía.
En segundo lugar, no se puede espiar si no se tiene una base de interceptación.
Y malamente podría Estados Unidos interceptar los mensajes transmitidos por
satélites en órbita sobre el Atlántico o el Pacífico si no tuviese cuando menos
acceso a estaciones de escucha cercanas. Ya en 1971 los ingleses construyeron
una de tales estaciones en Norwenstow. En la actualidad, las bases de escucha de
Echelon (las conocidas, cuando menos), constituyen una lista de destinos digna
del mismo Phileas Fogg: Yakima, Sugar Grove (EEUU), Geraldton, Shoal Bay y Perth
(Australia), Waihopai (Nueva Zelanda), Menwith Hill (Reino Unido), Leitrim
(Canadá), Bad Aibling (Alemania), Misawa (Japón), Chipre.
En tercer lugar, permite evitar ciertos inconvenientes legales. Normalmente,
ninguna de las agencias de inteligencia que participan en el sistema Echelon
puede, por ley, espiar dentro de su propio país. Pero nada impide pedir que otro
de los socios espíe en su lugar. Es decir, si el Reino Unido quiere espiar en su
país, no tiene más que pedirle el favor a sus colegas canadienses.
Según denuncia un espía canadiense, Margaret Thatcher usó esta triquiñuela en
1983 para espiar a algunos miembros de su propio gabinete ministerial. A
petición de Canadá, el Reino Unido espió en 1975 a la esposa del entonces primer
ministro canadiense, Pierre Trudeau. Henry Kissinger usó a la NSA para espiar al
entonces secretario de estado, William Rogers. Diversos senadores
norteamericanos fueron espiados de la misma forma durante el gobierno Reagan.
Organizaciones como Amnistía Internacional o Greenpeace han sido asimismo
espiadas. Y esos son solamente algunos de los ejemplos que se conocen.
FUNCIONAMIENTO DE ECHELON
El mecanismo de Echelon puede dividirse en tres etapas: recoger información,
analizarla y distribuirla. Así de sencillo. Por supuesto, la cantidad de datos
que se han de recoger, analizar y distribuir hace que nuestro Gran Hermano
favorito tenga algunos rasgos peculiares.
Primera etapa: captar información. Para ello se ha desarrollado una red de
estaciones de interceptación, que constituyen la espina dorsal de Echelon. Las
más llamativas son las que espían a, o se basan en, satélites. Interceptar
mensajes de radio es relativamente sencillo. Pero con el advenimiento de los
satélites de comunicaciones en los años 60, la cosa se complicó. Fue preciso, ya
en 1971, instalar estaciones de interceptación en Morwenstow (Reino Unido) y
Yakima (Estados Unidos) para pinchar las señales de los satélites Intelsat que
orbitaban sobre los océanos atlántico y pacífico. A más satélites, más
estaciones: Sugar Grove (Estados Unidos) fue la tercera, seguida de otras en
Puerto Rico, Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
En adición a estas estaciones (y a las que interceptaban emisiones de radio de
alta frecuencia), fue preciso instalar otras para adecuarse a los tiempos, o
bien desarrollar nuevos sistemas. No es fácil acceder a los cables submarinos de
comunicaciones, pero hay submarinos especializados en acceder a dichos cables y
pincharlos. Incluso los nuevos cables de fibra óptica tienen sus puntos
vulnerables: el cable en sí no se puede pinchar, pero los repetidores
opto-electrónicos usados para aumentar la potencia de las señales permite una
vía de entrada al espía. Se espera que hacia el año 2004 sea botado un nuevo
submarino para dichos menesteres: el USS "Jimmy Carter" (que se use el nombre de
un defensor de los derechos humanos como Carter en tareas de violación de esos
mismos derechos resulta algo de muy mal gusto, por otro lado).
¿Qué hay de la telefonía móvil? Las señales de microondas emitidas por éstos, y
por las estaciones transmisoras, no son omnidireccionales, esto es, no se
dispersan en todas direcciones, sino que son más intensas en direcciones
paralelas al suelo. Pero para eso están los satélites. Ya en los años 60 se
usaron satélites para interceptar mensajes de microondas. El truco consistía en
situar el satélite casi sobre el horizonte respecto al objetivo. En la
actualidad, los satélites de espionaje electrónico pueden captarlo prácticamente
todo: bandas de VHF, UHF, telefonía móvil, buscas. Por supuesto, esto tiene su
precio. Se cree que el coste de uno de tales satélites ronda los 200.000
millones de pesetas. Pero eso da al club Echelon la posibilidad de captar
mensajes de microondas en cualquier lugar del planeta.
Segunda etapa: analizar la información. La posibilidad de captar mensajes no
sirve de nada si éstos no pueden procesarse y estudiarse. De lo contrario,
acabaremos con una montaña de datos sin utilidad práctica alguna. Aquí es donde
entra un sistema que rivaliza en importancia y efectividad con la propia red de
estaciones y satélites. Me refiero a los ordenadores de diccionario.
Nadie tiene los recursos suficientes para procesar y almacenar tanta información
como la que circula hoy por las redes de comunicación. Lo que se hace, en su
lugar, es "filtrar" la información. El torrente de datos que entran en una
estación de seguimiento es dirigido hacia sistemas informáticos masivos a los
que se aplica diversos procesos: reconocimiento óptico de caracteres (OCR) para
mensajes escritos, reconocimiento de voz para conversaciones, y búsqueda de
palabras para mensajes en general. Algo así como la opción "buscar" de un
procesador de texto, pero increíblemente más veloz y sofisticado. Incluso se
está trabajando en sistemas para localizar una voz en concreto mediante
reconocimientos de patrones vocales, aunque se cree que no ha sido conseguido
aún.
Procesando 24 horas al día, 7 días a la semana, los diccionarios de Echelon
criban toda la información, en busca de palabras clave, números de teléfono o
voces concretas. La gran mayoría de los mensajes no tiene interés, y son
descartados. Pero los que concuerden con algún patrón de búsqueda van al saco:
son transcritos o grabados, y etiquetados para futuro análisis. De esa manera,
Echelon alcanza todo su potencial, combinando músculos y cerebro a una escala
sin precedentes.
Cada estación mantiene un diccionario con los objetivos a buscar. Estos
objetivos pueden ser introducidos por cualquiera de las agencias de espionaje
participantes. ¿Que los ingleses desean saber qué hacen los activistas de
Greenpeace en el Pacífico? Pues se incluyen en los diccionarios de Australia y
Nueva Zelanda. Con la combinación estaciones+diccionarios, se permite una criba
eficiente y amplia. Puede que nuestras conversaciones no resulten de interés
para nadie, pero el hecho es que se están espiando y filtrando. Y si sucede que
decimos algo de interés, el diccionario da el chivatazo.
Se cuenta el caso de un ama de casa que hablaba con una amiga por teléfono. Al
comentar lo bien que había actuado su hija en la función del colegio, exclamó
"fue fantástico, todo un bombazo." Esta última palabra hizo que su nombre
acabase en un archivo sobre posibles sospechosos de terrorismo. Probablemente la
anécdota sea apócrifa, incluso falsa. Pero ilustra perfectamente los problemas
en que podemos vernos involucrados los ciudadanos de a pie. Aparte,
naturalmente, del incordio inherente a que nos estén vigilando.
Finalmente, la información ya tratada y cribada es diseminada entre las diversas
agencias de inteligencia interesadas. Dependiendo de la importancia de dicha
información, ésta va cifrada y clasificada con diversos grados de secreto. Ya en
1981 la NSA y el GCHQ (su equivalente británico) construyeron la primera red de
área amplia (WAN) digital para conectar las estaciones de
seguimiento/interceptación. De la extensión de dicha red nos dará una idea el
dato siguiente: hasta mediados de los años 90, era más grande !que la propia
Internet!
SALTA LA LIEBRE
Considerando su extensión, diseminación y coste, resulta increíble que la
existencia de Echelon resultase un secreto hasta finales de los años 80. Claro
que, en aquel entonces, la NSA no reconocía su propia existencia. Algunos
guasones afirmaban que las siglas significaban No Such Agency (no hay tal
agencia).
Las primeras filtraciones se conocieron en 1988. En ese año, el periodista
británico Duncan Campbell publicó un artículo en el New Statesman (12 agosto).
La información que obtuvo provenía sobre todo de una antigua empleada de la NSA
llamada Margaret Newsham. Ella misma fue testigo de cómo se interceptó una
llamada hecha por el senador norteamericano Strom Thurmond. Sin embargo, la
prensa de Estados Unidos no pareció interesarse en lo que tenía que decir. Una
entrevista hecha por la ABC News en 1992 no fue finalmente difundida.
Sin embargo, Campbell y otros siguieron en la brecha. En 1989 el escritor
neozelandés Nick Hager comenzó a husmear. Fruto de ello fue la publicación en
1996 del libro "Secret Power", posiblemente el que hizo que la palabra Echelon
comenzase a ser oida en amplios círculos.
Pero si hemos de buscar un reconocimiento en un texto oficial, hemos de buscar
el documento del Parlamento Europeo PE 166.499. Con el título "Evaluación de las
tecnologías de control político", fue preparado como documento de trabajo STOA
(Evaluación de Opciones Científicas y Tecnológicas) y presentado a la Comisión
de Libertades Públicas y Asuntos de Interior del Parlamento Europeo el 27 de
enero de 1998 (puede consultarse en la dirección de Internet
http://www.europral.eu.int/dg4/stoa/es/publi/166499/execsum.htm).
Este documento fue posteriormente ampliado. La parte que nos ocupa se denomina "Interception
Capabilities 2000", escrita por Duncan Campbell.
Tras la publicación del documento STOA, se hizo inviable poner cara de
"¿Eche-qué? Nunca he oido tal palabra." Ya no se puede dejar el tema, sea para
apoyarlo, para atacarlo ... o para pretender que no existe. Diversos
europarlamentarios requirieron en junio de 1998 aclaraciones a la Comisión
Europea. Respuesta: "la Comisión no tiene pruebas sobre cualquiera de tales
alegaciones" (¿acaso esperaban a que les llevaran el ordenador diccionario de
Menwith Hill y lo pusiesen sobre la mesa?).
En Septiembre de 1998 el Parlamento Europeo aprobó una "resolución sobre las
relaciones transatlánticas y el sistema Echelon", donde mostraba su preocupación
por el asunto (con palabras muy descafeinadas, eso sí).
Pero el asunto sigue rodando. En 1997, British Telecom reveló información sobre
cables de gran ancho de banda que fueron instalados en Menwith Hill (una de las
mayores estaciones de Echelon), capaces de transmitir 100.000 llamadas
telefónicas simultáneamente. En Noviembre de 1999 la BBC publica un artículo en
el cual el gobierno australiano confirma la existencia de Echelon. La agencia de
inteligencia alemana advierte abiertamente a los industriales acerca de Echelon.
El gobierno de su vecino danés, por contra, afirma no conocer nada sobre Echelon
fuera de las noticias de prensa (o son muy discretos, o muy ingenuos). Los
franceses montan en cólera ... aunque se olvidan de comentar que ellos también
tienen una red de espionaje electrónico, a la que algunos llaman "Frenchelon"
LA PASTA ES LA PASTA
Mucha atención reciben las acusaciones de que Echelon incluye actividades de
espionaje industrial en detrimento de empresas europeas. De hecho, parece ser el
motivo por el que Europa toma cartas en el asunto (otros asuntos mundanos, como
la protección de la privacidad de los ciudadanos europeos, no parecen tan
relevantes).
Algunas de las alegaciones de Campbell en su informe Interception Capabilites
2000:
- En 1993, un funcionario de la NSA describió cómo se buscaba información sobre
"Tornado" y "Panavia". En aquel entonces, el consorcio europeo Panavia intentaba
vender aviones Tornado a Arabia Saudí.
- En 1994, la NSA interceptó llamadas entre la empresa Thomson y Brasil,
relativas a un sistema de vigilancia. El contrato fue finalmente otorgado a la
empresa norteamericana Raytheon ... que curiosamente proporciona servicios de
mantenimiento e ingeniería en la estación de Echelon en Sugar Grove.
- En 1996, se interceptaron mensajes entre Arabia Saudí y el consorcio europeo
Airbus. Resultado: McDonell Douglas y Boeing consiguieron el contrato, valorado
en al menos 6.000 millones de dólares.
En estos dos últimos casos, se afirma que las empresas europeas intentaron el
soborno para conseguir los contratos. El propio Jamew Woolsey, ex-director de la
CIA, lo usa como justificación para el espionaje comercial. En una entrevista
titulada (http://cryptome.org/echelon-cia2.htm) "Por qué espiamos a nuestros
aliados" y publicada en el Wall Street Journal el 17 de Marzo de 2000 clamaba:
Sí, mis amigos continentales europeos, os hemos espiado. Y es cierto que usamos
ordenadores para filtrar los datos mediante palabras clave? ... En algunas
áreas, la tecnología europea sobrepasa a la de EEUU, pero, por decirlo
suavemente, el número de tales áreas es muy, muy, muy pequeño. La mayoría de la
tecnología europea es tal que no vale la pena robar. ¿Por qué, entonces, os
hemos espiado? ... os hemos espiado porque vosotros sobornáis.
Que cada cual saque sus propias conclusiones.
EUROPA RESPONDE
No sé si las declaraciones de Woolsey fueron la gota que colmó el vaso, o
simplemente es una coincidencia temporal, pero el hecho es que en Marzo de 2000
Europa comienza a ponerse las pilas.
Aunque algunas de esas pilas no son precisamente alcalinas. La Comisión Europea,
por boca de Erkki Liikanen (Comisario responsable de la Sociedad de la
Información), hizo una declaración el 30 de Marzo. Sin mencionar Echelon ni
confirmar o negar su existencia, logró salir del paso con algunas declaraciones
genéricas sobre la protección de datos y la seguridad de las comunicaciones. Sí
afirma poseer una carta del gobierno norteamericano, según la cual la comunidad
de inteligencia de EEUU no se dedica al espionaje comercial.
Parece ser, por contra, que el Parlamento Europeo sí está por la labor. Una
resolución de su Comisión de Libertades y Derechos de los Ciudadanos, Justicia y
Asuntos de Interior (Comisión LIBE) insta a que se tomen cartas en el asunto.
Cuatro meses después, y con algunas dificultades, el PE crea una comisión
temporal de investigación. Esta "Comisión Echelon" tiene poderes reducidos.
Evidentemente no puede prohibir a Estados Unidos que deje de espiar, pero tiene
atribuciones para buscar más pruebas acerca de la existencia y el funcionamiento
de Echelon, y lo más importante, para aconsejar al PE sobre las medidas a tomar
para protegerse contra dichos sistemas de espionaje. Si la Comisión Echelon
consigue que Europa se tome en serio el asunto y aprenda a defenderse, ya habrá
cumplido con creces
EL FUTURO PARA JAMES BOND (DIGITAL)
Estamos en un punto de inflexión. En los próximos meses veremos hasta qué punto
las fuerzas del lado oscuro logran sus objetivos frente a la oposición tanto de
gobernantes como de gobernados. Podría pensarse que el poder y los medios a
disposición de los espías, junto a las consideraciones habituales de "seguridad
nacional, no molestes" podrían ser suficientes para que se saliesen con la suya.
Pero las agencias de inteligencia que mantienen Echelon se están enfrentando a
graves problemas de saturación. Cada vez resulta más difícil y costoso
introducirse en los nuevos sistemas de comunicación. Los cables de fibra óptica
son difíciles de pinchar (casi imposible, si no se logra resolver el problema de
los repetidores opto-electrónicos), y requieren acceso físico. Las comunicaciones
por telefonía móvil están cada vez mejor cifradas y requieren menos potencia de
transmisión, lo que dificulta tanto la captación de los datos como su ulterior
tratamiento. Cada vez más tráfico de comunicaciones por Internet va cifrado (es
necesario si se quiere hacer despegar el comercio electrónico), y dicho tráfico
-cifrado o no- aumenta en volumen en forma casi exponencial. Y ni siquiera un
gobierno tan rico y decidido como el norteamericano puede gastarse alegremente
un cuarto de billón de pesetas cada vez que necesita un nuevo satélite de
interceptación.
Parece como si los días de las vacas gordas tocasen a su fin. En el futuro, las
comunicaciones serán cada vez más seguras, mejor protegidas y de mayor
envergadura. Puede que incluso el Gran Hermano encuentre el bocado demasiado
duro de tragar. Algunos expertos imaginan un mundo donde se tenderá hacia
técnicas de espionaje tradicionales (espías, agentes infiltrados, micrófonos)
que seguirán permitiendo a los 007 del mundo hacer su trabajo, pero sin poder
acceder al gran flujo de información. Será como volver de la explotación con
redes de deriva a la pesca con artes tradicionales.
HERMANITOS, HERMANITOS
De todos modos, no cantemos victoria. Las fuerzas policiales están más que
dispuestas a recoger el testigo del espionaje electrónico. Con términos como el
de "interceptación legal", los principales países del mundo están adaptando su
legislación para ampliar las capacidades fisgoneadoras de las fuerzas del orden.
En Europa, la conocida resolución Enfopol ha sido consagrada legalmente dentro
del llamado Convenio de Asistencia Mutua en Asuntos Penales dentro de la Unión
Europea. Dicho convenio permitirá una ampliación extraordinaria para interceptar
todo tipo de comunicaciones. Su extensión es tal que un país de la UE podrá
utilizarlo para captar comunicaciones de un ciudadano que se encuentre en otro
país, sin que dicho país tenga siquiera que ser informado (en mi pueblo a eso se
le llama espionaje puro y duro).
Paralelamente, se están ultimando las especificaciones técnicas para que todo
este esfuerzo de vigilancia policial sea efectivo y rutinario. La ETSI (European
Telecommunication Standards Institute) se encarga de ello. Dentro de poco,
cualquier tipo de teléfono tendrá un canal adicional para cuando la policía
decida que debe intervenir las comunicaciones. Equipamiento estándar de fábrica.
Con una coincidencia en el tiempo que podríamos calificar de sorprendente,
Enfopol/Convenio está siendo acompañado por medidas similares en otros ámbitos.
Por poner algunos ejemplos:
- El Consejo de Europa reveló en Abril de 2000 un borrador de "Convenio
Internacional sobre Crimen en el Ciberespacio". Dicho borrador, retocado en
Octubre, indica lo que los ciudadanos no pueden hacer ...y sí les está permitido
a los gobiernos.
- En Mayo, los países del grupo G-8 se reunieron con representantes de la
industria informática para incrementar la cooperación sobre cibercriminalidad.
Estados Unidos vio derrotada su propuesta de crear un especie de policía
cibernética mundial.
- En el Reino Unido, la ley RIP recientemente introducida dota a la policía de
poderes de vigilancia sin precedentes, y en muchos casos sin supervisión
judicial alguna. Un botón de muestra: si usted se niega a proporcionar sus
claves de cifrado a la policía (aunque las haya perdido), le costará
automáticamente dos años de prisión. Y si cuenta a alguien que ha entregado
dichas claves en el curso de una investigación policial ... cinco años más.
- En Estados Unidos, el FBI está siendo criticado por su proyecto Carnivore, que
inserta "cajas negras" en los proveedores de servicios de Internet para
interceptar comunicaciones. Bajo mandato de un juez federal, se han
desclasificado documentos que indican que las interceptaciones del FBI van más
allá de lo que se indicaba en un principio. Esto está englobado dentro de la
polémica ley de vigilancia electrónica CALEA.
Y de la industria mejor ni hablar. En los últimos meses se ha conocido que
algunos programas informáticos sacan fuera del ordenador donde esté instalado
información sobre dicho sistema. El fin es el de ayudar a la empresa propietaria
del software a establecer perfiles de clientes. Esta faceta se conoce como "spyware".
En el Reino Unido, una nueva ley autoriza a la empresa a vigilar las
comunicaciones de los empleados. Parece que la industria privada está
aprendiendo las ventajas del espionaje.
CONCLUSIÓN
Echelon es el hermano mayor en la gran familia de los fisgones electrónicos. Es
el más preparado, mejor financiado y equipado. En la actualidad se enfrenta a
problemas de todo tipo, legal, político, técnico y financiero. Resulta difícil
que Echelon consiga mantener el ritmo de espionaje que ha mantenido hasta ahora.
Pero, paralelamente a ello, las instancias policiales de diversos países parecen
estar dispuestos a tomar el relevo. Europol y el FBI están adoptando algunas de
las técnicas aprendidas de Echelon, e innovando con otras nuevas. Aunque el
espionaje electrónico internacional no va a desaparecer, se percibe un cambio
hacia una mayor vigilancia del enemigo interno, es decir, los ciudadanos. La
búsqueda de los grandes secretos entre las naciones está dando paso a la
"vigilancia de barrio", donde cada nación extiende sus esfuerzos hacia un mayor
grado de control sobre las comunicaciones de sus ciudadanos.
Paradójicamente, la pugna entre los países en el campo del espionaje
internacional no es obstáculo para que éstos cooperen entre sí cuando se trata
de "ley y orden". Adversarios en asuntos mundiales, se convierten en aliados
cuando se trata del objetivo último común: la lucha contra el individuo. Que
Francia y el Reino Unido estén a la greña en el asunto Echelon no impide que
cooperen en los temas del "espacio de libertad, seguridad y justicia" que nos
están preparando.
¿Exagerado? Puede ser. Pero todos los tiros apuntan en esa dirección. No será
mala idea recordar continuamente que, cuando nos ofrecen teléfonos móviles para
ser libres, no es sino una libertad vigilada. Bienvenidos al siglo veintiuno.
REFERENCIAS:
Echelon research resources. Muchos enlaces, información de prensa.
http://fly.hiwaay.net/~pspoole/echres.html
Echelon (Telépolis). Artículos interesantes, pero en alemán.
http://www.heise.de/tp/deutsch/special/ech/
Echelon (ZDNet). Serie de artículos, interesante.
http://www.zdnet.co.uk/news/specials/2000/06/echelon/
Surveillance (ZDNet). Para hartarse de fisgar.
http://www.zdnet.co.uk/news/specials/1999/09/surveillance/
Campaña contra bases USA en el Reino Unido. (Especial Menwith Hill).
http://www.gn.apc.org/cndyorks/caab/index.htm
Menwith Hill Tours. La emoción de ser encañonado ;-)
http://www.menwithhill.com/
Documento "Interception Capabilities 2000" de Duncan Campbell.
http://www.gn.apc.org/duncan/stoa.htm
Comisión Echelon del Parlamento Europeo:
http://www.europarl.eu.int/tempcom/es/default.htm
Echelon Watch, organizado por la American Civil Liberties Union (ACLU)
http://www.echelonwatch.org
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