Publicado por vez primera en: lista
lssi@elistas.net, 13 Enero 2002
La levedad de lo inevitable
Arturo Quirantes Sierra
"La directiva debe ser incorporada a la
legislación española antes de enero del próximo año, por lo que la LSSI iniciará
el trámite parlamentario en septiembre" (Baudilio Tomé, entrevista en ABC, 11
Junio)
"El secretario de Estado de Comercio y Turismo, Juan Costa, ha anunciado que el
proyecto de la nueva Ley de Comercio Electrónico será aprobado por el Consejo de
Ministros a lo largo del mes de julio" (Libertaddigital.com, 26 Junio)
"La última fecha prevista, después de numerosos retrasos, es 'finales de
septiembre o principios de octubre', según anuncia Borja Adsuara" (iblnews, 10
Septiembre)
"El anteproyecto de la LSSI será enviado en un breve plazo de tiempo al Consejo
de Ministros" (Baudilio Tomé, en IBLNEWS TV, 19 Septiembre)
"Birulés anunció que la LSSI entrará en trámite parlamentario a principios de
diciembre 'como muy tarde' " (El Mundo, 26 Septiembre)
"Rodrigo Rato presentó las líneas generales del anteproyecto de ley de comercio
electrónico y aseguró que el texto será aprobado por el Gobierno en el plazo de
dos semanas como máximo" (Cinco Días, 27 Septiembre)
"La LSSI llegará al Congreso de los Diputados antes de fin de año" (La
Vanguardia, 23 Octubre)
"El anteproyecto de Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y del
Comercio Electrónico está ya listo para que esta semana, o a lo más tardar la
próxima, sea aprobado por el Consejo de Ministros" (Cinco Días, 30 Octubre)
"La controvertida LSSI no llegará al Parlamento hasta febrero de 2.002" (iblnews,
23 Noviembre)
Parece que fue ayer cuando solamente podíamos pagar en pesetas. Tan sólo unos
meses antes, una oscura ley denominada Ley de Servicios de la Sociedad de
Nosecuantos yacía aburrida en una página del MCYT. De repente, Kriptópolis nos
sacude de nuestro sopor. Hay que dejarlo todo y apresurar barricadas, pasar la
voz y poner las carretas en círculo. Los internautas españoles teníamos un nuevo
objetivo: tomar posiciones con o contra la LSSI. Corría el mes de Mayo de 2.001,
el día nueve, miércoles.
Quienes conocemos a Manolo Gómez sabemos bien que no es dado a gritar lobo a la
ligera. Yo deseé subconscientemente que se encontrase borracho perdido, porque
de otro modo nos hallábamos ante una amenaza sin precedentes. A lo que parece,
la botella de sidra se quedó descansando en la nevera, tal vez guardándola en
espera de un futuro triunfo en el que jamás ha dejado de creer.
Que conste en acta que la envergadura de los nuevos enemigos era formidable. Con
una mayoría absoluta y una resolución también en apariencia absoluta, las
fuerzas del Imperio menospreciaron a esa escoria rebelde. El equipo Birulés
había llegado ya a entendimientos con "los internautas," y todo el retraso que
sufriría la LSSI sería el tiempo necesario en lleverla al Consejo de Estado y el
CGPJ para su bendición.
Pero los que llevamos tiempo caminando por las calles digitales de Kriptópolis
no lo veíamos tan oscuro. Bastaron cuarenta y ocho horas para que el MCYT, a la
chita callando, cambiase la versión del Anteproyecto en su página web. Se borran
las alusiones a un mundo digital feliz donde se crearía empleo a raudales y
podríamos sacar al pasear al perro con longaniza. La propia expresión "comercio
electrónico" desaparece, víctima de una extraña caída en desgracia. Ah, sí, y
como muestra de benevolencia prohíben el correo no solicitado (spam). No deja de
ser el mismo perro con distinto collar, un intento de callarnos con cacahuetes.
Y, por supuesto, el nuevo borrador no lleva fecha de cuando lo colgaron en la
Red (11 de Mayo), sino que en un extraño regreso al pasado luce fecha de 30 de
Abril. No vaya a pensar nadie que esos piojosos de Kriptópolis están logrando su
propósito.
Ese mismo día comienzan las adhesiones ... y las divisiones. La Asociación de
Internautas, en un ademán de sorpresa, se distancia de la campaña, aunque
promete tomar cartas en el asunto si existiese la más mínima posibilidad de que
esos agoreros estuviesen en lo cierto. Otros miembros se posicionan con los
kriptonitas, y las tensiones resultantes amenazan con resquebrajar la propia
comunidad internauta. En la misma Kriptópolis se introduce la duda. ¿Será para
tanto? ¿Estaremos actuando de la manera correcta? La ciudad digital está al
borde de caer extenuada, víctima de su propio éxito. Y la decisión de mudarse
como protesta a Estados Unidos, a comienzos de septiembre, no ayuda a resolver
problemas precisamente.
Pero sucede algo raro. A despecho de críticas y amenazas, la campaña sigue. Cada
vez más voces se elevan en contra de la LSSI: internautas, portales,
publicaciones digitales, juristas, webmasters. Todos colaboran en el análisis
crítico, y la conclusión es prácticamente unánime: esta ley no es buena ley. La
Alianza Rebelde se consolida y se nutre con grupos, asociaciones e individuos
que quieren quitarle la etiqueta del precio a la información.
Mientras tanto, los defensores de la ley (es decir, el MCYT y cuatro gatos en
Domingo) repiten una y otra vez la letanía. Esta ley otorgará garantía,
seguridad y confianza. Sobre todo confianza. Como si la confianza pudiera
legislarse mediante ley. Alguien debiera advertirles que la confianza no se
decreta ni se compra. Se obtiene mediante el trabajo duro, la honradez y la
credibilidad. Tal vez sea mucho pedirles.
Sea como sea, no parece que esa confianza sea de confianza. La ley retrasa su
entrada en el Consejo de Ministros una y otra vez. Al principio parecía que
estaría todo liquidado para antes del verano. Como no fue así, contuvimos el
aliento a la vuelta de las vacaciones, por si acaso nos colaban la ley mientras
estábamos ocupados deshaciendo las maletas. Pero la guardia seguía en alerta.
Llega otoño, y la ley no aparece. Entramos en navidad, y la ley no aparece. Nos
comemos el turrón, brindamos con cava, los niños abren los juguetes ... y la ley
no aparece.
Y aquí estamos. Ya hemos cambiado el chip del euro. El gran líder europeo
(quien, según Idígoras y Pachi, nunca debió salir de Valladolid) es ahora
presidente de la Europa europea, librado a una cruzada contra el terrorismo, la
inflación y el redondeo. Pero, sorpresa, la Ley de Servicios de la Sociedad de
la Información, Comercio Electrónico y Todos los Santos sigue sin atreverse a
asomar la jeta. Hasta cierto punto, es agradable ver que algunas cosas no
cambian.
Llevamos meses oyendo excusas del tipo "señorita, es que mi perro se ha comido
los deberes." Pero tanto el pequeño Borja como la seño Birulés deberían rendirse
a la evidencia: los deberes no están hechos. Dentro de cuatro días termina el
plazo dado por la Directiva 2000/31/CE. Y, a no ser que el nuevo amigo de
Berlusconi convoque Consejo de Ministros el lunes, envíe la LSSI al Congreso el
Martes, la remita el miércoles al Senado y vaya al BOE el jueves, su flamante
MCYT va a suspender. Un cero patatero. Uno a cero para nosotros.
En estos momentos, la campaña contra la LSSI despierta. Lamento no poder
enumerar todos los aliados a la causa, pero seguro que me dejaría muchos en el
tintero. Gritarán fuerte, y seguirán gritando, hasta que la LSSI sea retirada y
sustituida por una genuina ley sobre comercio electrónico, y nada más que sobre
comercio electrónico. ¿Que ellos tienen mayoría absoluta? Bueno, pues nosotros
tenemos razón. Continuaremos en la brecha, día tras días, como desde hace ocho
meses, y durante todo el tiempo que sea necesario, que a empecinados, nadie nos
gana.
Pueden seguir mareando la perdiz e inventándose excusas. A lo mejor nos dicen
que lo dejarán correr de momento porque la presidencia española de la UE exige
toda la atención del gobierno. O puede que la semana que viene nos tachen de
irresponsables, acusándonos de ser nosotros los culpables de que el comercio
electrónico no despegue (quién sabe, tal vez la crisis económica de Argentina
sea culpa nuestra). Pero algún día tendrán que rendirse a la evidencia.
Prepárense, que la cacerolada no ha hecho más que empezar.
© Arturo Quirantes Sierra. Algunos derechos
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