Publicado por vez primera en: CPSR-Spain, 8 Abril 2003
ORWELL 2003: Gran Hermano a la americana
Arturo Quirantes Sierra
El pasado 3 de abril de 2003, y dentro de la
conferencia internacional "Computers, Freedom and Privacy 2003" (CFP2003) se
celebró la ceremonia de entrega de los "Premios Gran Hermano" (BBA) de Estados
Unidos, que allí reciben el nombre de premios Orwell. Para quien no los conozca,
los premios BBA se otorgan cada año en diversos países del mundo a las entidades
o personas más comprometidas en la destrucción de las libertades civiles.
Como co-organizador del primer BBA Spain, yo tenía especial interés en asistir a
los Orwell de este año. No solamente los premios tenían muchos y muy loables
candidatos, sino que se celebraban en la ciudad de Nueva York, que actualmente
compite con Londres por el título de "ciudad con más cámaras de vigilancia por
metro cuadrado", lo que entre las noticias sobre la guerra -perdón, la
intervención militar- en Irak daba a estos premios una importancia doble.
Tengo que reconocer que no era lo que yo me esperaba. El Crystal Room del hotel
New Yorker parecía el lugar menos indicado para perpetrar una parodia como las
que hacemos por el otro lado del charco. Creí que iba a recibir una lección de
seriedad y elegancia. Pero poco podía esperar lo que se avecinaba...
Ante una audiencia expectante, llegó el momento de presentar los Orwell de este
año. Y el maestro de ceremonias resultó ser, nada más y nada menos, que !la
Reina de Inglaterra en persona! La verdad es que no podía imaginarme el parecido
que tiene con nuestro histriónico amigo Simon Davies, de Privacy Internacional
(Reino Unido). Su Majestad Simon "the queen" se felicitó de estar de nuevo en la
antigua colonia rebelde, ahora unida a la metrópoli por dos lazos muy estrechos:
el odio común a los franceses ... y su empeño en desmenuzar las libertades
civiles.
El primer premio Orwell (consistente en una figura de cartulina dorada que
mostraba una cabeza aplastada por una bota) correspondió al apartado "Propuesta
Más Invasiva". Tras una feroz competencia, el sistema Palladium de Microsoft fue
derrotado por ... el sistema TIA (Total Information Awareness), una propuesta
para centralizar todas las bases de datos gubernamentales, combinarlas con las
del sector privado y crear una megabase a disposición del gobierno. El jefe del
proyecto, Almirante Poindexter (sí, el de la fiesta Irán-Contra de los años 80)
no pudo asistir, pero "envió" una soldado directamente del 3º de Infantería,
camuflaje incluido, con licencia para espiar.
A continuación, el premio "Peor Funcionario del Gobierno". El vencedor fue el
señor Viet Dihn, asistente del Fiscal General, creador
de la infame ley Patriot y de las líneas maestras que permiten al FBI, por
decirlo sucintamente, hacer lo que le de la gana. Nadie recogió el galardón, por
supuesto, así que imagino que se lo habrán enviado a portes pagados.
En tercer lugar, el premio "Peor invasor del sector privado." Podréis imaginaros
los méritos del ganador si os digo que consiguió
vencer nada menos que a la RIAA, la agrupación de discográficas de EEUU. ¿Quién
consiguió desbancarles? Pues nada menos que Delta Airlines. Esta aerolínea ha
sido pionera en la aplicación del sistema CAPPS II, un esquema que rapiña
información de todo tipo de fuentes para calibrar el nivel de peligro que puedan
presentar los viajeros.
Para recoger el premio acudió el propio presidente de Delta, con gorra de
seguridad y porra en la mano. Por cierto, cómo se parece a David Banisar, de
Privacy Internacional. David-Delta hizo una aparición a lo Rambo, exigiendo a
los presentes su documentación. No tenía suficiente con nuestras credenciales, y
no se aplacó hasta que le mostré mi DNI con foto. Qué susto. Y menos mal que yo
volaba con Iberia.
Al recoger su galardón, nos anunció la creación del nuevo CAPPS III, que
mediante un sofisticado sistema de escáner cerebral será capaz de impedir la
entrada al avión a quienes tengan el más pequeño mal pensamiento, tras lo cual
se despidió con un críptico "ya nos veremos..." Estábamos seguros de que así
será.
El último de los premios "negativos" es el llamado "premio John Poindexter de
por vida", otorgado a la persona que se haya destacado sustancialmente con una
larga carrera en la lucha contra la privacidad. El premio de este año fue a la
persona que más ha logrado en ese campo, alguien sin cuyo concurso ni el sistema
TIA, ni el CAPPS, ni la Ley Patriot, ni las cárceles de Guantánamo, ni el
departamento de "Homeland Security" serían hoy posible. No, no me refiero al
presidente Bush. El ganador del premio estrella fue ... Osama bin Laden.
Por desgracia, el señor bin Laden no pudo estar presente para recoger su premio
(problemas de visado, dijeron). En su lugar, se
dirigió a la audiencia por videoconferencia, agradeciendo a Bush que convirtiese
América en una cárcel y asegurando que sin él no hubiera sido lo mismo. Todo un
detalle de multiculturalismo.
Y, como broche final, se entregaron los premios "buenos". Denominados premios
Brandeis (por un juez que en los años 20 definió la privacidad como "el derecho
a que lo dejen a uno en paz"), fueron otorgados a:
- Joyce Meskis, un dueño de una
librería pequeña en Denver que resistió, luchó y venció una orden de la policía
para que entregase sus registros de venta, permitiendo así que sus clientes
pudieran comprar y leer libros sin tener que dar cuentas a las autoridades
competentes.
- Charlene Nelson, un granjero de
Dakota del Norte que llevó a cabo un referéndum para reestablecer políticas de
privacidad del tipo opt-in.
Tras la despedida final, su Majestad la Reina agradeció la presencia del
respetable. Y allí la dejé, botellín de ginebra incluida, hablando con sus
antiguos súbditos. Creí más conveniente poner cierta distancia de por medio, no
fuese que el "presi" de Delta vienese a pedirme cuentas sobre por qué no escogí
su estupenda aerolínea para viajar, y abandoné el Crystal Room con la mente
llena de ideas para los próximos BBA Spain. Quizá podríamos intentar colarnos en
el secráfono del presidente, o proponer al presidente Aznar -el de los guiñoles-
como maestro de ceremonias, o puede que Maky acceda a ...
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