Publicado por vez primera en: ------, 12 Abril 2003


Cateto power
Arturo Quirantes Sierra





Mis escarceos con Linux son relativamente recientes. Una de las cosas que aprendí es que hay numerosas páginas en español con documentos traducidos, usuarios y grupos muy activos, y una sensación de que esto va a cuajar. Pensé que, puesto que este invento es foráneo -Torvald es finlandés- y tendemos a copiar todo lo de fuera, en los EEUU deben estar a años luz por delante. Nuestros humildes documentos "cómo" son pálido reflejo del mar de información que se guardan en los howto. O al menos, eso pensaba yo en mi ignorancia.

Cuán no sería mi sorpresa, hace unos días, cuando me reuní en Nueva York con forofos del software libre de diversos países. Sentados informalmente en torno a cervezas frías y las pizzas más grandes que he visto en mi vida, intercambio puntos de vista con americanos, holandeses, suecos ... y llevo a la curiosa conclusión de que, en esto del pingüino, España es una potencia mundial.

Como lo oyes, lector, y no es broma. En el país que inventó Internet, a los españoles se nos tiene en muy alta consideración. Parece que nuestros grupos de fans linuxeros hacen tanto jaleo que se les oye desde el otro lado del Atlántico. Y si hay algo que allí les causa admiración es el decidido apoyo que en España se da al software libre desde el marco institucional.

Es conocido que el presi extremeño ha declarado la guerra a las licencias y apostado por soluciones tipo Linux para todos los ámbitos de aplicación, públicos y privados. Su distribución, Linex, está colonizando ya otras comunidades. Chaves se ha cansado de gastar "minolles" en licencias sin cuento, ha consultado a su vecino del norte y zas, Linex va a invadir tierras andaluzas. Ignoro si pasará a llamarse Linexand, pero espero que no, porque ¿se imaginan el nombre cuando lo hayan adoptado todas las comunidades?

Piqué puede sentirse contento. Cierto es que ambas comunidades no están gobernadas por los de su partido, y que la iniciativa de software libre tiene tanta relación con el Ministerio de Ciencia y Tecnología como un huevo y una castaña, pero oye, al menos España es líder en algo. Ya está bien de aburrirnos con las tasas de penetración en ADSL, o que somos la primera potencia en conectarnos a Internet en los quince minutos del descanso del Madrid-Barcelona.

Por fin hay algo de lo que podemos enorgullecernos: somos campeones del software libre. Y el orgullo viene acrecentado porque a) el ministerio Piqué no tiene ni ha tenido nada que ver con ello, b) nos lo hemos currado nosotros solitos, y c) los propios usamericanos reconocen nuestra supremacía, lo que en los tiempos que corren es mucho reconocer.

Sólo me queda desear que las demás comunidades tomen ejemplo del dúo dinámico Ibarra-Chaves. En realidad, me llama la atención que Linux adquiera carta oficial en las comunidades más pobres de España. Que en Cataluña o Euskadi lo implanten para avanzar y ahorrar en licencias, me parecería más lógico. Pero, por alguna razón, parece que el ejemplo lo dan las comunidades extremeña y andaluza. Y, como andaluz, me siento orgulloso de ello. Vamos, gentes de Despeñaperros Norte, más orgullo cateto.



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