ANÁLISIS DEL URBANISMO DE LA CIUDAD IBERO-ROMANA DE BASTI

ANALYSIS OF THE URBANISM OF THE IBERO-ROMAN CITY OF BASTI

Manuel BAS MEDINA*

Resumen
El presente artículo tiene como objetivo interpretar la orientación de las estructuras arquitectónicas de la ciudad íbero-romana de Basti mediante la aplicación de la uaratio, técnica mencionada en la tratadística clásica, tratando de esclarecer el procedimiento de su urbanización y comprobar si se siguió un plan ortonormado en el levantamiento la ciudad. Los resultados no son concluyentes, pero se puede afirmar que existe un modus operandi en Basti, que se llevó a cabo a la hora de su reordenación urbana en torno al cambio de era.

Palabras clave
Basti, uaratio, gnomon, terna pitagórica, prefectura.

Abstract
The present article pretends to interpret the orientation of the architectonic structures of the ibero-roman city of Basti by applying the uaratio, a technique cited in the classic treatises, trying to clarify the process of its urbanization and to prove if an orthonormed plan was followed to raise the city. The results are not conclusive, but it can be said that in Basti it exists a modus operandi, that was followed in its urban reorganization around the change of era. 

Key words
Basti, uaratio, gnomon, pythagorean triple, prefecture.


INTRODUCCIÓN

En la cultura romana las ciudades son la unidad ideal de administración y control de extensos territorios, en ellas residían instituciones con autonomía local que facilitaban las tareas de gobierno. El modelo en el que Roma fijó su atención, fue en el tipo de ciudad griega, la polis (ROLDÁN HERVÁS 1995: 162, 256, 278). La urbs romana, constituye un entorno donde se promueve la relación humana entre seres que comparten vínculos jurídicos, religiosos, históricos, y donde se establecen jerarquías admitidas por todos los ciudadanos. Las propuestas de urbanismo helenístico-romanas buscan, en definitiva, un modelo de ciudad en el que el ciudadano participe en la vida pública y se relacione con otros conciudadanos, determinando un tipo de vida centrada en el foro, aspecto vital de la convivencia cívica propio de la cultura romana (RODRÍGUEZ NEILA 2010). A estos conceptos hay necesariamente que unir la influencia simbólica y ritual del mundo etrusco, resultando que para interpretar cualquier ciudad romana hay que considerar este carácter múltiple. A la ciudad hay que dotarla de una dimensión divina en la que se palpe un orden, a imagen especular de la morada perfecta donde habitan los dioses, el templum caelestis (GOTTARELLI 2003:152,158). La tradición es importante, pero la ciudad debe de resolver problemas a la escala de los hombres y la orientación de los edificios es uno de los parámetros que debe de responder a sus necesidades (ORFILA et al. 2017b: 273).

La importancia del tema radica en poder determinar si alguno de estos planteamientos, tradición y/o pragmatismo, puedan ser identificados a través del trazado urbano de Basti. Detectar alguna o todas estas cuestiones, ayudaría a conocer qué grado de romanización había alcanzado esta ciudad en torno al cambio de era. Una ciudad stipendiaria según Plinio (stipendiariorum autem celeberrimi Alabanenses, Bastitani…. (N.H. III, 25) de la que aún queda mucho por investigar.


ESTADO DE LA CUESTIÓN

La ubicación de la ciudad de Basti aparece de forma clara en el itinerarito de Antonino en el trazado de la Vía Augusta a 25 millas de Acci (MARÍN DÍAZ 1993), en la zona más fértil y llana de la depresión conformada por la Hoya de Baza. Pudiéndose relacionar estos datos aportados por las fuentes, con la arqueología. Siendo el actual Cerro Cepero el correlato de la antigua Basti (MARÍN DÍAZ 1993, CORRALES 1997, ADROHER et al. 2013).

Un problema que se plantea en la actualidad es conocer la forma en que Basti se relacionó con Roma, concretamente en fechas inmediatamente anteriores al Edicto de Latinidad del 74 d.C., momento en el que se producen las transformaciones urbanísticas presentes en Cerro Cepero. En la Bastetania, lejos de concentrarse el poder político en torno a una de sus ciudades, parece que cada oppidum gestionó particularmente sus vínculos políticos con Roma (ADROHER 2008). Aunque en la relación de Plinio Basti figura claramente con estatuto de civitas stipendiaria, por su cercanía geográfica y temporal a la fundación colonial de Acci, se ha considerado como una prefectura de la misma, con estatutos de municipalidad pero sin derecho al sufragio (GONZÁLEZ ROMÁN 2001). Un dato a considerar para este trabajo son las emisiones monetales de Acci, cuya ceca se ajustaba a la normativa oficial en tipos, formas y directrices romanas mucho más que otras cecas con acento indígena (CHAVES TRISTÁN 1976). En sus primeras emisiones, aparecen elementos iconográficos que caracterizan precisamente la tradición ceremonial de inauguratio de una ciudad romana (apex, litus, simpulum).

Para la investigadora Alicia Canto (1996), el viaje de Plinio a Hispania estuvo vinculado a la necesidad de preparar un censo adaptándolo a la inminencia del nuevo estatuto jurídico que Vespasiano pensaba implantar en las provincias hispanas de manera específica. Canto propone que la situación de civitas habría que entenderla en realidad como municipium, arguyendo una estructurada serie de razones. La tesis de esta investigadora genera posturas encontradas (CABALLOS RUFINO 2001) que forman parte de un gran debate historiográfico, el cual no podrá ser zanjado hasta la aparición de nuevos documentos.

Mientras tanto, permanecen abiertas cuestiones que la evidencia arqueológica no hace sino incrementar la incógnita, ya que las estructuras romanas conocidas de Cerro Cepero son anteriores o muy próximas a esta fecha crítica. Unas estructuras previas al Edicto de Latinidad funcional y específicamente relacionadas con la vida cívica romana presentes en una ciudad nominalmente híbrida, que hacen razonable la anterior propuesta (CANTO 1996), o al menos la posibilidad, de que sus habitantes trataran de acercarse sin titubeos a los nuevos modos de vida. Lo que lleva a pensar en una gran presencia de latinos y/o que la aristocracia local tratara de adaptarse a los nuevos e inexorables tiempos. En el caso de Basti, el Edicto de Latinidad no vendría más que a sancionar una realidad, que con o sin el estatuto jurídico los ciudadanos de Cerro Cepero conducían sus vidas al estilo romano. Un claro reflejo lo vemos en la traza urbanística de Basti. Aunque en el ager los cambios no fuesen evidentes hasta el siglo II d.C. (ADROHER 2008).


OBJETIVOS

El ciudadano de la Basti Ibero-romana vivía en un entorno urbano de clara influencia romana, lo evidencian las estructuras arquitectónicas conocidas. Pero, ¿el proceso de aculturación indígena, alcanzó con la suficiente fuerza un antiguo oppidum transformado en civitas, he hizo que esta ciudad se trazase siguiendo un modelo comparable al de otras ciudades del mundo romano?, o por el contrario ¿se impusieron criterios edificatorios locales adaptados aparentemente al gusto romano?. Para responder a ello hay que intentar entender el procedimiento de ejecución del urbanismo de Basti a través de los restos conocidos. Aplicando la metodología explicada en diversidad de fuentes escritas, ya sea en los textos de Vitruvio (Los Diez Libros de Arquitectura), así como en la compilación Gromati Vetere, dedicados especialmente a técnicas de topografía y gnomonia. Es decir, investigando lo que probablemente llevaron a cabo los antiguos topógrafos a la hora ejecutar la traza de Basti, incluyendo procedimientos como la fabricación de un gnomon, un locus gromae desde el que se generaran los cálculos de la operatoria de orientación de la ciudad, el uso de un módulo de medida de superficie y lo más importante qué fracción o fracciones se aplicaron en Basti con el uso de la técnica de la uaratio.

Llegados a este punto es necesario aclarar que cuando no se utilizaban los puntos cardinales para alinear edificios o terrenos, se empleaba el método de la uaratio. El cual puede plantearse como tal con triángulos pitagóricos o mediante el uso de ternas pitagóricas (ORFILA et al., 2014 c, d; ORFILA et al. 2017a). La uaratio emplea ángulos que proceden de triángulos pitagóricos cuyos catetos, apoyados en las líneas generadoras, a su vez trazadas estas sobre los puntos cardinales, están definidos por valores numéricos enteros. En cambio su hipotenusa tendrá, en muchas ocasiones, un valor fraccionario (Fig. 1, 3a y 3b). Según la tratadística los catetos de este tipo de triángulo se apoyan sobre los ejes cardinales y con la perpendicular de la hipotenusa será con la que se orienten las estructuras (ORFILA et al., 2014 c, d; ORFILA et al. 2017a).

La otra modalidad de la uaratio se realizaba alineando con ternas pitagóricas. En este caso tanto catetos como hipotenusa están definidos por valores numéricos enteros. Estos triángulos constituyen una particularidad de la aritmética, sus valores son coprimos, es decir su mínimo común divisor es la unidad. El modo de orientar con esta variante tan especial de triángulo es ligeramente diferente de los anteriores. Será la hipotenusa la que apoye con el eje de ordenadas (norte/sur) y los catetos serán los que determinen las orientaciones (Fig. 1, 2a y 2b) (ORFILA et al., 2014 c, d; ORFILA et al. 2017a).

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Fig. 1a. Tomada de Orfila et al. 2017a.

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Fig. 1b. Exacta alineación del foro con los puntos cardinales, tomada con modificaciones de Adroher 2013.


URBANISMO DE BASTI

La ciudad de Basti presenta niveles de ocupación sin solución de continuidad desde el Bronce Final hasta periodo visigodo. Está delimitada por una muralla ibera, que sigue la topografía de la meseta de Cerro Cepero, de la cual no quedan grandes paños y no evidencia haber sido corregida en época romana. Cuatro son las estructuras de Basti que claramente se pueden identificar como romanas (templo, foro, termas, domus), a las que añadir el área del foro y el edificio romano del Cerro del Santuario, distante unos 600 m en el lugar donde apareció la Dama de Baza. Todas ellas son coetáneas, se levantan en fechas próximas o inmediatas a la instauración del principado. Según sus excavadores (ADROHER et al. 2013) Cerro Cepero en periodo ibero tendría terminación en forma apuntada y en torno al cambio de era fue aplanada para ejecutar el programa arquitectónico vinculado al foro de la ciudad romana, arrasando una superficie aproximada de 4.000 m2. Partiendo de esta superficie se trazó la trama de la ciudad siguiendo un planteamiento específico en cuanto a su orientación. Las estructuras arquitectónicas conocidas en la cima no se desarrollan con el eje mayor del cerro, o al menos no lo hacen distribuyéndose en torno a él. Se aprecia una clara intención respecto a su orientación, la cual evidencia una desviación de 250 con respecto a dicho eje de la zona foral (Fig. 1a). Puesto que el espacio de la cima es limitado, esta orientación debe de obedecer a una planificación previa. Se comenzó por descartar el eje mayor resultante del desmonte como elemento distribuidor de la trama urbana. Esta cuestión se manifiesta por la perfecta orientación respecto al eje norte-sur con el que se alinean templo y foro.

La exacta alineación cardinal de los edificios del foro no pudo ser fruto de la casualidad. El único medio de que disponían en esa época para calcular con precisión el norte, era mediante la determinación astronómica. Para ello se precisaba la colocación de un gnomon, trazando a continuación la línea del recorrido solar en los días equinocciales y para concluir con cálculos geométricos simples, obtener a partir de ella la línea del meridiano (eje norte/sur) (ORFILA 2009, 2011; ORFILA et al. 2014a, 2017a).

Templo de Basti

Este edificio de pequeñas dimensiones fue sometido a varias transformaciones desde su origen hasta el final de la Edad Media. Esta situado en el extremo Oeste del foro, su eje longitudinal trazado en sentido Este-Oeste mide 8,1 m (27,4 pies romanos o 29,5 pies latinos tomando como medida el pie romano 0,2957m y el pie latino 0,275m), su eje transversal Norte-Sur es de 7,2m (24,4 pies romanos/ 26,2 pies latinos). En cuanto a sus proporciones y su tendencia a la cuadratura según Vitruvio, por su proporción (1:1,25) sería de clara influencia toscana. Comparado con otros similares confirma su edificación entorno al cambio de era, momento en el que la tendencia hacia lo cuadrado de las plantas toscanas es evidente (VALLORI 2010).

Foro de Basti

El foro de la ciudad (Fig. 2a), aunque presenta una clara orientación cardinal con el Norte geográfico, se dispone en el extremo sureste de la meseta de Cerro Cepero. Sin duda alejándose de las zonas umbrías del cerro que están en el noroeste. Esta ubicación excéntrica permite dos cuestiones capitales: una mayor insolación en invierno junto a un mejor y fácil acceso a la cima aprovechando la suavidad del terreno por el sureste. En su distribución, se compone de dos terrazas yuxtapuestas a lo largo y situadas en el centro meseta de Cerro Cepero, desde él se articula lo que hasta ahora conocemos de la ciudad romana de Basti (ADROHER et al. 2013).

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Fig. 2a. La ubicación excéntrica del foro respecto a la meseta de Cerro Cepero, facilita la mayor insolación en invierno y un mejor acceso.

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Fig. 2b. Disposición de las termas en la ladera de Cerro Cepero. Tomadas de la aplicación: http://www.vitaleloft.com/conoce-la-trayectoria-del-sol-en-tu-terreno/

Unidades de medida presentes en el foro de Basti

La cuestión a indagar es si sobre la planta del foro se puede rastrear el uso de alguna unidad de superficie. Los cálculos de su extensión se han hecho siguiendo las indicaciones personales de su investigador principal, Andrés M. Adroher, quién personalmente nos ha asesorado (Fig. 3a, marcada en rojo el área del foro). De inicio las unidades de medida hay que buscarlas en la tratadística, para luego después confirmar su presencia sobre el terreno (ORFILA et al., 2017a, 2017b). Sabemos por los investigadores que se han dedicado a desentrañar la extensa información contenida en el Corpus Agrimensorum Romanorum, que en la Bética se utilizó una unidad de superficie propia llamada Porca: “…the Baetici define as a Porca land 30 feet brod and 80 feet long.” (CAMPBELL 2000: 271 siguiendo a Balbus). Se mencionan dos tipos de porcas según si el referente es Columela (Res Rustica V.1.5) con una longitud de 180 pies o Isidoro de Sevilla con una longitud de 80 pies (Etimologías VX, 15,5). De igual modo autores actuales se hacen eco de ambas opciones, Ariño (2004) para la de 180 pies y para la de 80 pies Campbell (2000), y más alejado en el tiempo Conde de Moretti (1828). Choquer y Favory (1993: 254) mencionan a las dos, dando ambas como válidas. La anchura es común, 30 pies.

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Fig. 3a. Planimetría del área foral de Basti.


Indagando en las estructuras conocidas de Basti, si la porca está representada en ellas, lo más lógico es iniciar a buscarla en el templo. Sus dimensiones son 8,1 x 7,2 metros. Hay dos posibilidades, calcular si se utilizó el pie romano (0,2957) o el itálico (0,275 m). Una vez realizados los cálculos, se demuestra una casi total correlación entre las medidas del templo y la porca utilizando el pie latino como medida. Concretamente la longitud del templo es casi idéntica a la anchura de la porca (15 cm menos), la longitud de la porca de 80 pies, es casi exacta al producto de multiplicar tres veces al anchura del templo (40 cm menos). Por tanto los cálculos de este trabajo se realizan en pies latinos y como se verá más adelante, de las dos unidades de superficie referenciadas en los textos como porca, será elegida la unidad de 30 x 80 pies latinos equivalente a 8,25 m x 22 m.

Después de decidir ubicación y disposición de foro y edificios aledaños, había que dimensionarlos en el terreno. Las medidas del foro tampoco dejan lugar a dudas del influjo romano en Basti, se puede afirmar que está modulado, por la porca bética de 80 x 30 pies, medida en pies latinos (CAMPBELL 2000: 271 siguiendo a Balbus). Incluso las dimensiones del templo, siendo de proporciones claramente itálicas (VALLORI 2010), guardan también estrecha relación con esta unidad de superficie romana. Su longitud 8,1 metros se corresponde casi con exactitud con la anchura de la porca bética medida en metros (8,25 m). Su anchura 7,2 metros multiplicada por tres (21,6 m) es muy aproximada a la longitud de la porca bética medida en metros (22 m).

Se concluye que existe una íntima relación tanto en las proporciones geométricas entre templo y foro, así como una fuerte correlación entre la medida de superficie utilizada en la Bética (en pies latinos, 0,275 m), y las dimensiones de estas estructuras. La longitud total del foro es casi exactamente igual a la de dos porcas béticas de 80 x 30 pies, considerando la fachada del templo como punto de partida para la medición. Todo parece indicar que las dimensiones del templo modulan una porca, en el área del foro el módulo del templo se repite 24 veces con precisión mediante ocho porcas (Fig. 3b).

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Fig. 3b. Planta del templo de Basti. Tomadas con modificaciones de Adroher 2013.

Termas

Las transformaciones urbanas que Basti sufrió en torno al cambio de Era, incluyeron al menos dos estructuras vinculadas al agua, unas termas y unos depósitos hidráulicos asociados a una domus, un posible ninfeo (MARÍN DÍAZ 1993). La mera presencia de unas termas, tipología arquitectónica específica de la cultura romana, responde a una demanda social y son indicativas del alto grado de romanización de esta ciudad, la cual, como todas las del mundo romano, repiten adaptado a su escala el modelo organizativo de la metrópoli. Como puede apreciarse en la Fig. 4, las termas se ubican en la parte septentrional de Cerro Cepero, protegidas por tanto de los vientos del norte. En cuanto a la luz solar, la terma se orienta perpendiculares al recorrido del solsticio de invierno, aprovechando toda la insolación posible del menor recorrido solar en su ciclo anual (Fig. 2b).


CÁLCULO DE UNA POSIBLE VARATIO PRESENTE EN BASTI

Ya ha quedado clara una relación entre el foro y la planta del templo, pero al tratar de establecer la siguiente, templo/terma/domus, a simple vista se puede apreciar que no están alineadas con ninguno de los ejes N-S W-O (Fig. 4b). Por tanto, su levantamiento debió de planificarse atendiendo a otros principios. Para tratar de conocerlos, hay que calcular previamente la declinación o la desviación con respecto al meridiano.

Al faltar grandes superficies de Cerro Cepero por excavar, sólo se puede proponer que el templo pudo ser el locus gromae de la parcelación, lugar en el que radica todo el procedimiento hasta ahora descrito y siguiendo con esta propuesta, se ha tratado de encontrar alguna vinculación entre su planta y la desviación del resto de estructuras. Desviación por otro lado necesaria, pues están en una ladera y las curvas de nivel son por sí mismas condicionante suficiente para adaptar los edificios a un entramado urbano, distinto de cualquier propuesta hipodámica. Pero eso sí, de una manera homologada, por ello indagar en la existencia de una posible uaratio aplicada en Cerro Cepero es obligado. El foro tiene una clara estructura urbana en retícula ortogonal, si prolongamos alguna de las líneas de esta retícula fuera de este espacio (Fig. 4a) se aprecia que no hay armonía con las fachadas de las estructuras conocidas. Las cuales como se verá a continuación, responden a planteamientos de calibración mediante ternas pitagóricas. A falta de que futuras intervenciones muestren como se ejecutó el viario en Cerro Cepero, nuestra propuesta es que se trazaron de manera homologada en torno a un camino de ascenso que se acomodó a las curvas de nivel. De esta manera se evitan pendientes superiores al 12% que son las que se obtienen al orientar las calles mediante cardos y decumanos con los puntos cardinales. Ya que desde la cota superior del cerro a la inferior con mayor accesibilidad hay 12,5 metros de diferencia en un recorrido lineal de 100 metros.

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Fig. 4 a y b. Tomadas con modificaciones de Adroher 2013.


Respecto a la trama urbana sólo se puede afirmar que tanto termas como domus al ser estructuras ortogonales, en alguna de sus cuatro caras se alineaban con un trazado viario. Como estamos planteado en este trabajo, un argumento para la calibración mediante ternas pitagóricas puede ser el de suavizar la pendiente, perfectamente viable pero muy incómoda. En cambio iniciando el ascenso por el punto más suave de Cerro Cepero y pasando entre termas y domus el camino se realiza sin apenas esfuerzo.

La primera y más elemental posibilidad de desvío respecto al norte (línea generadora, coincidente con el meridiano en numerosas ocasiones), es la propia diagonal de la planta del templo, esa diagonal incide con un ángulo respecto a la línea generadora, concretamente un ángulo de 45º (Fig. 3b. Por tanto, partiendo con este ángulo desde la línea generadora, se traslada en el plano hasta las fachadas de las termas para contrastar su correspondencia con la diagonal del templo (Fig. 5 a, b).

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Fig. 5. Tomadas con modificaciones de Adroher 2013.


Como se puede apreciar en la figura 3b, el ángulo de la diagonal del templo es de 45º, si lo dividimos entre dos resulta 22,5º. Al trabajar con triángulo y ternas pitagóricas es capital conocer las angulaciones que existen entre sus lados. La terna pitagórica 5:12:13, en su ángulo ὰ (el conformado por el cateto mayor y la hipotenusa) presenta 22,3º, dos ternas sumarían 44,6º, prácticamente los 45º de la diagonal. Con lo que, como la experimentación está demostrando, en ocasiones se combinaron dos ternas o dos triángulos pitagóricos para conseguir la desviación deseada (ORFILA et al., 2014 b, 2017a). En esta ocasión el cálculo es muy fácil, se utilizaron dos ternas 5:12:13, en Basti se utilizó una variante del método de la uaratio, se calibró mediante el uso de ternas pitagóricas (ORFILA et al. 2014d). 22,30 son casi con exactitud 1/16 de la circunferencia, podemos también correlacionarlos con los 16 vientos principales que según Vitruvio hay que considerar al orientar un edificio, o con las 16 regiones celestiales de Marciano Capella (ORFILA et al. 2017a). Son unos grados muy presentes en la traza de edificios, tal como la experimentación está poniendo de relieve (ORFILA et al., 2014 b, 2017a).

El siguiente edificio a testar es el ninfeo, está situado en el extremo sur de Cerro Cepero junto a una posible puerta de la ciudad. Como en el caso de las termas su orientación en apariencia no guarda relación con ninguna otra estructura (Fig. 4b). Trasladando la línea generadora hasta cualquier punto del área del ninfeo y desplazando sobre ella la hipotenusa de la terna 5:12:13 se obtiene una línea de fachada del ninfeo (Fig. 5c), partiendo de ésta fachada obtener la ortogonalidad del edificio es muy fácil. Si ambos edificios se han trazado con criterios y técnicas homogéneas, deberían de compartir relaciones geométricas entre sí también, tal y como se pone de manifiesto en la figura 5d, su diferencia de orientación es igualmente calibrada con la terna 5:12:13.

Edificio romano del Cerro del Santuario

La siguiente estructura romana es el edificio romano del Cerro del Santuario. En él se enclava una necrópolis ibera con uso desde el siglo V al III a.C. en la que apareció la Dama de Baza durante las excavaciones realizadas por Francisco Presedo (1982), (ADROHER et al. 2013). Se considera el momento de su construcción el periodo de final del siglo I a.C. y la primera mitad del siglo I d.C. Para sus investigadores el edificio puede interpretarse como una resacralización de un espacio compartido por la memoria colectiva de los bastetanos. Mediante esa revaloración del simbolismo funerario, se establece un vínculo con el prestigio pasado para “justificar la pertenencia a un status social amparado por los ancestros” (CABALLERO COBOS et al. 2015: 259). Se vuelve de esta manera a repetir una fórmula ancestral del mundo fúnebre ibero “ideologizado a través de elementos artísticos o arquitectónicos” (ADROHER 2008: 219).

Recientemente se ha publicado un completo estudio arqueológico/tipológico de este edificio (CABALLERO COBOS et al. 2015), aportando datos capitales, como su fecha probable de ejecución, sus grados de orientación y aun más importante una propuesta razonada de su tipología, turriforme. A la propia tipología del edificio, habría que añadir su localización topográfica en el punto más elevado del cerro, con la clara intención de tener perfecta visibilidad para todos los habitantes de Cerro Cepero, en consonancia con la intencionalidad funcional expuesta más arriba.

Siguiendo la línea de este trabajo, la primera cuestión a indagar, fue si la desviación presente en las estructuras de Cerro Cepero también lo estaba aquí. Como puede observarse en la figura 6 (izquierda), los 22,5º que se han chequeado en Basti, aquí no se dan y tampoco se alinea con la línea equinoccial. Según estos investigadores (CABALLERO COBOS et al. 2015), el edificio está rotado 281º N. Visto de otro modo 11o respecto al eje este-oeste (Fig. 6 izquierda). Prolongando su alineación hasta Cerro Cepero con una línea amarilla (Fig. 6 derecha) exactamente con 281º, resulta que está encarado a la fachada del templo de Basti. Por otro lado 11,30º son los que se obtienen con la uaratio 1:5, que es la mitad de los 22,5º ya contrastados en las desviaciones de Cerro Cepero.

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Fig. 6a. Tomada con modificaciones de Caballero Cobos et al. 2015.

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Fig. 6b. Tomada con modificaciones de Google Earth.


A lo largo de este trabajo se han destacado evidentes vínculos entre los edificios de Cerro Cepero y la orientación de los mismos con métodos homologados que permiten su calibración ajustándose al mismo tiempo a las exigencias de la traditio. En este caso parece claro que tampoco es casual la orientación de este edificio del Cerro del Santuario. Ajustándose a una propuesta dual en la que la técnica se une a la tradición, salvando una distancia lineal de 675 metros no es sino con el conocimiento técnico que se pueda alinear de manera tan ajustada. El procedimiento incluiría la determinación del norte solar mediante el ya mencionado uso de un gnomon en el Cerro del Santuario, para seguidamente desviarse en la angulación deseada. Existe una clara relación visual entre estructuras distantes en las que de forma patente se ha hecho uso del conocimiento gnomónico para orientarse, reforzando vínculos espirituales de una comunidad con sus antepasados. Vínculos ya establecidos anteriormente a la llegada de la cultura romana por estas tierras (CABALLERO COBOS et al. 2015; ADROHER 2008), que hacen pensar en un mestizaje, un tipo de trasvase cultural mediante el que se respeta la memoria de los ancestros adaptándose con flexibilidad a las nuevas formas, en un fenómeno de convergencia e hibridación opuesto al de sustitución cultural (BENDALA 2006).


CONCLUSIONES

Al existir en Basti estructuras con perfecta orientación norte, se evidencia que se calculó esta orientación cardinal con el único procedimiento conocido por la cultura romana, el cálculo del meridiano con el orto y el ocaso solar en los días equinocciales. Sin duda se utilizó el gnomon en Cerro Cepero. Aunque no ha sido posible asegurar un lugar exacto para ubicar el locus gromae, todos los cálculos realizados han tomado como punto de partida la fachada principal del templo como línea generadora, postulándose esta en principio como el lugar desde el que se calibró la traza urbana.

A la ciudad de Basti, los romanos dotaron, que sepamos hasta ahora, de las estructuras arquitectónicas mínimas para desarrollar su programa civilizador, un foro, un templo, y una terma. Hay una orientación urbana rotada 25 grados respecto al eje mayor de la cima en la que foro y templo se alinean claramente con las orientaciones cardinales. Con lo cual podemos afirmar que renunciando al máximo aprovechamiento del espacio que les brindaría la disposición natural del cerro, iniciaron el nuevo trazado de la ciudad alineándose con el norte solar, determinado sin duda alguna por un gnomon, tal como indica Vitruvio y aun más importante, la Traditio, por tanto, no existen razones para no creer en la realización de un ritual fundacional. Sobre la base del pie latino como unidad de longitud, se aplicó la porca como unidad de superficie, al menos en templo y foro. Siendo las dimensiones del templo el módulo generador de la porca, se trazó el foro con ocho de estas unidades. Las desviaciones de las dos únicas estructuras presentes en Basti se han calibrado con el procedimiento descrito por Nypsius en sus obras Fluminis uaratio y Limitis repositio, ana­lizada por Bouma (1993) y estudiada de manera exhaustiva por Anne Roth-Congès (1996, 1998). Es decir, con la uaratio, aplicada en este caso desde la diagonal del templo con la segunda terna pitagórica, (5:12:13). Resultando esta uaratio dos veces la terna 5:12:13 en el caso de la terma y una en el de la domus/ninfeo.

La consideración de que Basti fuese una prefectura de la colonia de Acci (GONZÁLEZ ROMÁN 2001) está en armonía con los resultados obtenidos con este trabajo. Hasta periodos inmediatos a la fundación de la colonia, se necesitó la presencia y acción militar al norte del territorio, postulándose desde ese momento Basti como la avanzada de control romano en la Bastetania (ADROHER et al., 2000, 2006). Esta idea de una prefectura es de igual forma coherente, si se consideran como una iniciativa puramente romana, las obras de ingeniería y tratadística aplicadas en Basti, tales son: el aterrazamiento de la cima de Cerro Cepero, la ajustada orientación cardinal del templo, sus medidas y proporciones totalmente consonantes con sus homólogos de Italia, las unidades de medida de superficie utilizadas en el replanteo del foro y que son moduladas por el propio templo, la orientación de las estructuras conocidas calibradas mediante el uso de ternas pitagóricas por el método de la uaratio, el reflejo de la tratadística en todas las estructuras con el cumplimiento de consideraciones vitruvianas. Todas estas son razones suficientes para considerar que esta ciudad, mencionada en las fuentes como estipendiaria, rebasa los estándares de esa categoría jurídica, dibujándose como un núcleo urbano configurado mediante el ritual y el pragmatismo, resultando lo conocido un hábitat urbano plenamente romanizado. Mientras tanto se proponen nuevas hipótesis: ¿Dentro de los límites impuestos por una muralla se edificó ex novo toda una ciudad al modo de vida romano, o por el contrario se aprovecharon en lo posible estructuras anteriores que se adaptaron a las fórmulas arquitectónicas de la concepción organizativa romana, configurando lo nuevo junto a lo existente una “dípolis”?. ¿Cabe plantearse Cerro Cepero como una acrópolis en la cual tras una remodelación total del anterior entramado urbano, se edificaron edificios religiosos, administrativos y cívicos de una ciudad que desarrolló en el terreno circundante la trama urbana doméstica?


AGRADECIMIENTOS

A Margarita Orfila Pons y a Andrés María Adroher Auroux, mi más sincero agradecimiento por su ayuda y amables consejos.


BIBLIOGRAFÍA

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* Universidad de Granada, cuemedina@andaluciajunta.es