Etimológicamente viene de la palabra griega “ethos” (también raíz de la palabra “ética”) que significa comportamiento. La Etología puede ser definida como el estudio del comportamiento de las especies animales, todas, incluido el hombre, en su medio natural. Fue fundada por Konrad Lorenz y Niko Tinbergen, los cuales resaltaron la predisposición innata de los animales a responder de una forma concreta a unos estímulos concretos, una predisposición que es adaptativa, esto es, que tiene un claro valor de supervivencia. El hecho de analizar el proceso adaptativo de un animal puso de manifiesto que:
los animales no dirigían sus comportamientos a todos los Es por igual (un mono recién nacido no se comporta igual ante una serpiente que ante un águila o ante su madre),
sus comportamientos no eran azarosos (la respuesta a cada uno de esos estímulos requiere una acción precisa desde el primer momento, no se puede esperar a que aparezca un reforzador para aprender una R adaptativa (puede que ese reforzador sea demasiado aversivo y nos produzca la muerte), y
que los reforzadores no actuaban sobre cualquier conducta de la misma forma (la conducta de cortejo no puede estar reforzada igualmente por la obtención de una pareja que por un trozo de comida).
La Etología supuso una reacción frontal ante el ambientalismo conductista (Watson dijo: “Dadme una docena de niños sanos…, y garantizaré que puedo coger cualquiera de ellos al azar y educarlo para que sea el tipo de especialista que yo quiera elegir: médico, abogado, artista, comerciante, jefe, e incluso, mendigo y ladrón, con independencia de sus talentos, aficiones, tendencias, habilidades, vocaciones…”), que era en aquel entonces el único referente en el estudio del comportamiento animal, y por eso precisamente los etólogos hacían énfasis en los factores innatos del comportamiento: sin embargo eran lo suficientemente listos como para ver la necesidad de una psicología que explicara cómo es que la tendencia, aparentemente innata del canto de los pájaros, por ejemplo, se va perfeccionando con la práctica y depende de la experiencia temprana de los cantos emitidos por otros congéneres.
Los etólogos fueron una “gente muy rara” que bien venía desilusionada por el conductismo, bien venía rebotada de la Biología, pues para algunos biólogos el estudio de la base biomolecular de la herencia (el análisis del ADN) era incapaz de dar cuenta de toda la riqueza del proceso evolutivo.
Para Lorenz, corroborando la mencionada continuidad que este enfoque daba al proyecto de la Psicología Comparada, el primer libro de Etología fue La expresión de las emociones en los animales y en el hombre. En esa obra, Darwin destacaba las similitudes y diferencias que existen en las diferentes especies a la hora de expresar, de dar a conocer, sus sentimientos a otros animales, congéneres de su misma especie o no. Darwin trazó un denominador común en cuanto a las emociones: según él expresar los sentimientos tenía valor adaptativo. Lo que hicieron los etólogos fue ampliar el número de campos, y al emocional añadieron el social, el reproductor, el alimenticio… todos considerados bajo la idea de que eran de alguna forma útiles para la supervivencia de la especie.
El trabajo de los etólogos se desarrolló fundamentalmente en Europa, donde las promesas pragmáticas en el ámbito de la educación hechas por Watson no resultaban creíbles. A diferencia de USA, aquí en Europa, había menos cajas de Skinner, un aparato que era en parte responsable del espíritu ambientalista que dominaba la explicación de la conducta observable de los animales. La caja de Skinner, como la de Thorndike, era un medio en el que el uso inteligente de las estructuras heredadas servía de muy poco al animal. Esa herencia y su uso tenían un valor adaptativo limitado al medio en el que el sujeto se había desarrollado, y no servía por tanto en unas condiciones tan artificiales como las dispuestas en el laboratorio (resulta muy informativo comparar la torpeza del gato en la caja de Thorndike y su habilidad y astucia - sigilo, observación continuada, paciencia, selección del momento de ataque…- a la hora de cazar ratones).