Tras la revisión de la literatura, se comprueba la necesidad de promover y desarrollar investigaciones y estudios sobre la convivencia escolar. Resultan necesarios tanto los de tipo diagnóstico-exploratorio como las que se planteen la elaboración, aplicación y evaluación de planes y programas formativos para el profesorado, los estudiantes, las familias y las comunidades sociales y educativas. En ambos casos, resulta imprescindible para una buena utilidad y aplicabilidad de estas investigaciones que estén bien fundamentadas en las aportaciones realizadas desde la Investigación para la Paz. Todo esto unido a la importancia de una buena convivencia escolar para la comunidad educativa (el profesorado, la familia, el alumnado), justifica el diseño de un estudio con el objeto específico de conocer la percepción de la convivencia en los centros educativos de la Ciudad Autónoma de Melilla.

Los objetivos de nuestra investigación fueron:

• Conocer la percepción de la convivencia escolar tanto en alumnado como en profesorado.

Se cuenta con un total de 3651 alumnos, de los cuales 1858 son varones (50.3%) y 1813 mujeres (49.7%). Los participantes están escolarizados en 5º y 6º curso de educación primaria y 1º, 2º, 3º y 4º de ESO en todos los centros escolares de Melilla. La distribución de la muestra por etapas escolares sitúa a 1567 (42.9%) alumnos en educación primaria y a 2084 (57.1%) en educación secundaria. La distribución de la muestra en función del género, teniendo en cuenta las etapas educativas es de 811 (51.8%) varones y 756 (48.2%) mujeres en primaria. En secundaria, podemos apreciar que el 49.3% (1027) son varones y el 50.7% son mujeres (1057).

En cuanto a profesorado, ha participado un total de 413 profesores. La distribución por género responde a 131 hombres (31.7%) y 282 mujeres (68.3%). Por etapas escolares, contamos con 197 profesores (47.7%) que imparten docencia en educación infantil y primaria y 216 (52.3%) en educación secundaria, bachillerato o ciclos formativos.

Se diseñaron dos cuestionarios para evaluar cada una de estas poblaciones teniendo en común aspectos tales como la percepción del respeto hacia el material escolar e instalaciones escolares, situaciones de convivencia y resolución de conflictos. Otras dimensiones fueron particulares para cada población, así, en el caso del alumnado también se evaluó situaciones en las que pudiera ser receptor, actor u observador de comportamientos violentos, personas de apoyo con las que contar, la percepción de la participación en clase y si creía tener información y formación sobre convivencia escolar. En el caso del profesorado, se evaluaron aspectos tales como el ser víctima y observador de conductas violentas, la percepción de la implicación familiar y su propia formación sobre convivencia escolar.

Como resultados hallamos que entre las conductas negativas más habitualmente percibidas por alumnado y profesorado se encontraron el interrumpir en clase, molestar y no dejar dar clase, no cumplir con las normas de clase y actitudes pasotas. Entre las conductas positivas, las más comúnmente percibidas por el profesorado fueron: atender a las explicaciones, obedecer y respetar al profesor, hacer las tareas encomendadas y respetar el horario.

Como conclusiones podemos aportar que existen diferencias entre las percepciones del profesorado de Primaria y Secundaria; no son frecuentes las situaciones conflictivas en las aulas, siéndolo más las positivas; las agresiones a los miembros de la comunidad escolar son poco frecuentes; son en los cursos de 2º y 3º de ESO donde se encuentra el mayor número de comportamientos negativos.

La puesta en marcha de programas educativos que fomenten la convivencia en contextos plurales es la mejor forma de prevenir los comportamientos negativos.