El segundo postulado de la relatividad especial establece la constancia (universalidad) de la velocidad de la luz, independiente de la velocidad relativa entre fuente y observador.
Una consecuencia directa de este postulado es la relatividad de las medidas de tiempo (los relojes de dos observadores inerciales distintos corren a distinto ritmo) y en particular la dilatación temporal (las medidas de tiempo que hace un observador están dilatadas respecto a las que hace otro que se mueva uniformemente respecto a él).
El reloj de luz consiste en un rayo de luz emitido desde el suelo de un vagón y reflejado por un espejo en el techo.
La constancia de la velocidad de la luz nos obliga a aceptar que el tiempo t_0 que tarda la luz en completar un ciclo medido por un observador en el vagón [panel izquierdo] es menor que el tiempo t medido por un observador que ve desplazarse al vagón con velocidad v [panel derecho]:
donde L es la distancia entre el suelo y el techo del vagón, cuyo valor ha sido despejado en función de t_0 y c.
Introducir v/c>1. Conviene no sobrepasar \gamma=2\ (v/c=0.866) para que toda la trayectoria sea visible.
Nótese quel a velocidad de la luz es constante, pues ambos rayos recorren la misma distancia en el mismo tiempo.